Capitulo 3: Primera cita

Muy temprano Marlene despierta asustada y con un fuerte dolor de cabeza, voltea y se da cuenta que hay un hombre durmiendo junto a ella y que es el chico del club el que está a su lado, recorre con una mirada su cuerpo y ella siente como sus mejillas se calientan y sale corriendo hacia el baño, Eduardo está despierto solo con sus ojos cerrados sonríe al ver correr a su luna toda avergonzada.

Eduardo piensa que es muy gracioso. Mientras tanto ella sale del baño tímida dice

- Buenos días – a lo que él responde con un – buenos días, preciosa cómo amaneciste. Ella Contestó - con un fuerte dolor de cabeza.

Inmediatamente, Eduardo llama a recepción para que traigan dos aspirinas para ella.

Eduardo: espera que he pedido unas pastillas, voy a darme una ducha mientras las traen, espérame un rato y vamos a tomar desayuno juntos ¿te parece bien?

Marlene: claro que si, gracias.. contesta algo tímida sentándose en un pequeño mueble que está en la habitación, esperando a qué Eduardo saliera de la ducha, estaba algo pensativa, sin comprender como debería reaccionar al estar ahí con alguien qué acababa de conocer, mientras ella estaba sumida en sus pensamientos, Eduardo sale de la ducha se viste y le dice que qué ya está listo; y así van saliendo ella algo avergonzada, ya que nunca había quedado en una habitación a solas con ningun hombre en particular y mucho menos con un desconocido que le atrae mucho, al llegar se sentaron en una mesa pidieron sus desayunos empezando a platicar y a conocerse compartiendo algo sobre ellos.

Eduardo se enteró de que Marlene es una diseñadora de modas que está preparando próximamente un desfile con su primera creación y él también le comento que es presidente y CEO de una empresa de electrodomésticos en la Ciudad del Sol, supo que ella tiene 25 años que le gusta dibujar, crear, leer, le gusta mucho bailar; él por su parte le comento que le gusta leer, no es mucho de bailar, pero si le gusta hacer mucho ejercicio, le gusta la natación, salir a correr; además de eso le comento que estaba en busca de su verdadero amor, algo que a ella le pareció muy tierno y romántico.

Terminando de tomar desayuno como era día sábado él la invito a salir, y ella le preguntó ¿Me estás pidiendo una cita?, a lo que él contestó, claro que sí preciosa estoy deseando tener una cita contigo, quiero conocerte y saber más de ti 😉 y así intercambiaron números y la acompaño hasta su apartamento.

Gustavo después de regresar con Pía hacia la habitación del hotel donde estaba hospedado con Eduardo, tuvieron una pequeña discusión, ya que Pía no estaba de acuerdo de estar con él, porque a su parecer era un engreído egocéntrico, le atraía pero no quería aceptarlo, era consiente que se veía sexy y muy guapo tanto así que la hacía estremecer, pero él por su lado, pensaba que esta testaruda es tan hermosa que me vuelve loco, Pía toda alterada dice

Pía: déjame ir.

Gustavo: de eso nada linda, tú te quedas hoy conmigo, porque tú y yo tenemos que hablar.. Dijo mientras la atraía hacia el.

Pía: Yo no tengo nada que hablar con usted, no lo conozco, no sé quién es y tampoco me interesa… Contestó mientras intentaba soltarse.

Él estaba muy alterado y no podía entender como está mujer podía reaccionar así, sin pensarlo dos veces la estampó contra la pared agarrándola del cuello y juntando sus labios a los de ella, al principio no correspondía a sus besos, pero después poco a poco fue cayendo en esos suaves y delicados labios que la estaban besando, el Paso su lengua por sus labios pidiendo ingresar y ella entreabrió los labios dándole permiso a su lengua para así comenzar un baile de lenguas intensificando más el beso a uno más apasionado, poco a poco se fueron desprendiendo de sus prendas para luego pasar a acariciar sus cuerpos, el bajo por su cuello dando pequeños besos húmedos hasta llegar a sus senos jugueteando con ellos, para después levantarla y entrar en ella de una sola estocada, mientras ella gemía al sentir tal invasión así pasaron toda noche llenándose de placer hasta quedar exhaustos y satisfechos.

Al día siguiente Pía se despertó alrededor de las cinco de la mañana y salió prácticamente huyendo de la habitación dejando a Gustavo dormido y satisfecho, sin más ella salió de regreso a su casa, no estaba preocupada por su amiga, ya que le vio que se fue con aquel chico que estaba en la fiesta, después me contara como le fue y si ya le hicieron el favorcito jajaja y se marchó.

Pasaron las horas Eduardo estaba impaciente esperando a que llegara de la tarde para su cita con Marlene, pensando a donde pudiera llevarla, ya que no conoce el lugar.

En cuanto a Marlene ella estaba más que nerviosa, porque nunca ha tenido una cita romántica, cuando llegó la hora se puso un lindo vestido “cuello v” negro muy pegado al cuerpo, con unos zapatos de taco alto del mismo color.

Eduardo se duchó y se puso un pantalón jean, una camisa negra y zapatos negros parecía como si se hubieran puesto de acuerdo a hora de vestirse, al salir se encuentra con un Gustavo distraído y algo enojado.

Eduardo: que te pasa hermano estás desconocido 😁.

Gustavo: la amiga de tu chica me dejó solo, yo pensé que estábamos bien después de lo que pasamos, pero al parecer para ella solo fui una noche más 😡 le dije que teníamos que hablar y no le importo y se marchó como si nada.

Eduardo: tu sí que te topaste con una versión de ti en mujer jajajajaja, bueno ahora sabes lo que sienten cuando las dejas sola mientras duermen, bueno amigo te dejo tengo una cita, dice con una sonrisa.

Gustavo: y desde cuando tú tienes citas.

Eduardo: desde que encontré a mi luna ella es humana y tengo que enamorarla para poder decirle lo que somos, me acepte, no se asuste y no me rechace… dice para irse dejando a un Gustavo pensativo 🤔.

Eduardo se fue para el apartamento de Marlene a recogerla, para llevarla a su cita, ella estaba en su casa algo nerviosa esperando que llegue, suena el timbre y ella sale abre la puerta, y lo ve ahí parado guapo con su pantalón Jean y una camisa negra algo parecido a lo que ella está vestida.

Eduardo: Buenas tardes, preciosa... Saluda al mirarla.

Marlene: Buenas tardes, Eduardo cómo estás… Responde con una sonrisa, Eduardo no tiene carro en esta ciudad, así que toman un taxi y la lleva a un restaurante italiano, al ingresar el mesero los llevas a su mesa y espera a que hagan su pedido, ambos pidieron risotto a la carbonara, cenando mirándose el uno al otro, ella aún algo nerviosa y el observándola con una sonrisa al ver cómo se sonroja, ya al terminar su cena decidieron salir, él la invita a dar un paseo por el parque que está cerca, ella gustosa acepta y se van una vez sentada en la banca la toma de las manos.

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Hola amig@ espero les esté gustando, y me apoyen les deseo, mucha bendición

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