Capitulo 17

Ally.

La madre de Elijah me ha hecho venir a la manada ya que hicieron que el se quedara aquí. No tengo ningún problema con eso.

El único problema es que la mate de Elijah estará aquí. Tengo que encontrar un modo para deshacerme de ella. Ella no puede estar aquí tiene que regresar a Moscú.

No quiero que Elijah llegue a marcarla. Y se que la única razón por la que no la ha marcado es porque ella aún es muy joven.

—¿En que piensas?.  Me pregunta Mariana la madre de elijah.

—En Elijah y la estúpida de su mate. Ella suspira y se sienta a mi lado.

—¿Aun lo quieres?. Asiento con mi cabeza.

—Si. Elijah siempre me ha gustado pero el nunca me ha hecho caso. Digo bajando mi cabeza y jugando con mis manos.

—Te ayudaré. No te preocupes, a mi tampoco me cae bien esa chica y si tenemos que desaparecer la, lo haremos.

—¿Que harás?. Pregunto.

—No te preocupes. Ven conmigo al comedor.

Ambas bajamos las escaleras y ahí se encuentra Elena y el señor Alex.

—Buen día. Digo para todos. Y tomo asiento al lado de Elena.

Elijah y su mate llegan y se sientan muy separados de nosotros.

Nos disponemos a comer en silencio.

Veo a la mate de Elijah correr hasta el baño y como el va detrás de ella.

Lucy.

Estoy desayunado junto con Elijah y las otras personas, cuando comienzo a comer siento como la comida se vuelve muy amarga en mi boca y corro hasta el baño para vomitar lo poco que he comido.

—¿Estas bien?. Elijah me pregunta y niego con mi cabeza.

—La comida sabe amarga. Le digo y el me mira extraño.

Termino de vomitar y cepillo mis dientes y volvemos hasta el comedor. Elijah Prueba el desayuno y a él no le sabe amargo.

—Solo quieres llamar a la atención cuñadita.

Salgo corriendo de la casa. Ya no puedo estar un día más aquí. Quiero irme con mi familia.

Elijah llega hasta mi, con un jugo. Lo pruebo y también me sabe amargo. Pero el se lo encuentra que está en perfecto estado.

—Quiero estar sola. Le digo y el niega con la cabeza.

—No te dejaré sola. Aunque me grites, no lo haré.

—Vamos a casa. Le pido y el niega.

—No regresaré a Moscú, si quieres hacerlo vete tú sola. Me dice y se va para la casa.

Mis lágrimas salen sin que yo pueda evitarlo, se supone que soy su mate su prioridad y me quiere dejar sola.

Pero si eso es lo quiere me iré de aquí. No soy bienvenida y no quiero ser u estorbo en la vida de nadie.

Han pasado dos días y no he podido ni pasar una gota de agua por mi garganta, ya que me sabe muy amarga. Elijah ha estado muy distante ya ni siquiera hemos dormido juntos.

Quiero regresar a casa, pero no se cómo hacerlo. Voy hasta donde se encuentra Elijah y ahí lo encuentro con la prima de Reece.

Camino hasta ellos.

—Podemos hablar. Le pregunto y la chica rubia se va desde el jardín.

—¿Que quieres hablar?. 

—¿Porque estás así?. Pregunto en un hilo de voz.

—Porque me he dado cuenta de que eres débil, no puedes ser mi luna. Con esas cuántas palabras mi corazón duele como si  lo estuvieran arrancando de mi cuerpo.

—Pero....

—Pero nada Lucy, se que me ayudaste mucho pero no me veo contigo el resto de mi vida. Quiero a alguien fuerte que me ayude a dirigir la manada y esa no eres tú...

—Eres un maldito. Grito y no me importa que toda la manada nos escuche. —Después de todo lo que hice vienes y me pagas así.

—Lo Siento pero esto es así. Quiero que te vayas de la manada, una humana no puede estar aquí.

—Yo Elijah Harrison, te rechazo a ti Lucy Ivanov como mi futura compañera y luna de esta manada.

Siento un vacío en mi pecho, comienzo a ver borroso a Elijah después todo se vuelve negro.

Una semana después.

Despierto sintiendo un dolor en mi pecho. Después todos los recuerdos llegan a mi.

Elijah me rechazó como su luna. Se supone que viviríamos juntos por toda la vida. Pero el no pensaba lo mismo.

Miro la habitación y no sé dónde me encuentro. Salgo de la habitación y llego hasta un pasillo muy largo pero aún no veo a nadie.

—Vaya ya despertaste. Escucho una voz.

—¿Quien eres?. Y ¿dónde estoy?.

—Soy Benjamín, aparece un chico, con más o menos de mi edad.

—¿Dónde estoy?.  Vuelvo a preguntar.

—En mi casa. Me dice y mi sangre hierve.

Tomo en mi mano un florero y se lo lanzo pero el logra atraparlo.

—Que chica tan ruda.

—me vas a decir dónde estoy.

—Estas en mi reino en el cielo. Mi risa se escucha por toda la casa.

—Como va a haber un reino en el cielo.

—Nada es imposible niña. Acaso hace años pensabas que los hombre lobos existían.

De mi boca no sale una sola palabra.

—Ves todo es posible.

—Entonces que hago aquí.

—Tu perteneces aquí.

—Esto es una broma. Yo pertenezco a la tierra.

—No. No es así. Sabes que eres adoptada.

—Si lo sé. Soy adoptada, pero.....

—Te explicaré. Cuando naciste había una guerra entre dioses. Así que el rey y la reina te enviaron a la tierra para que vivieras como una humana.

—Te enviaron a esa familia. Que no podía tener hijos cuando llegaste a la tierra, todo rastro de ti se perdió. Ni tus mismo padres sabían donde estabas. Todo fue así durante estos 15 años.

—Cuando cumpliste los 15, se volvió a saber de ti y que tú cuerpo se conecto con el del chico lobo. La diosa te dejó en la tierra para que cuidaras de ese pequeñín que tanto te quiere. Después paso lo de tu madre adoptiva y la bebé.

—En fin estás aquí. Porque allá en la tierra estás en peligro por culpa de esas dos brujas.

—Elijah el me dejó. Grito. —Yo no le importé.

—Si les importa Lucy. El está sufriendo mucho. Además el que te dijo esas palabras no fue él.

Lo miro sorprendida.

—Si fue el yo lo ví.

—No fue el, hicieron un hechizo para que creyera que fue el.

—¿Y como se que me estás diciendo la verdad?.

—Porque él está aquí detrás de ti. Miro hacía atrás y de verdad el está aquí.

Corro hacia  él y lo abrazo como si mi vida dependiera de él.

—Ya estoy aquí. Me dice y me acurruco en su pecho. Dios cuanto lo extrañé.

—Pero como. ¿Cómo Elijah sabe de este lugar?. Pregunto.

—Desde siempre he sabido que eres la hija de dioses.

—¿Qué?.....

—Si preciosa, tu aura trae paz eso solo los tienen  los dioses buenos. Desde que llegamos a la manada, hablé con el Rey y la Reina. Ellos me ayudaron a no ser marionetas de mis padres.

—Tambien acabo de descubrir que tengo un hermano mayor. Al cual trataron peor que a mí y también lo desterraron.

—Lo siento. Susurro.

—No tienes porque hacerlo. Mis padres son los culpables de todo el mal que hay en la manada. Y debo de acabar con eso.

—Benjamin. Llamo al chico loco. —Mi familia debe estar en peligro. Yo...

—No te preocupes. Ellos no pueden estar aquí porque son humanos. Pero tú padre adoptivo, contrató una niñera la cual es una guardiana de los dioses ella lo va a proteger. 

—Yo.. tartamudeo un poco. —Quiero conocer a mis padres biológicos......

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