Capítulo 18

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Intento permanecer seria delante de mi hermano, lo menos que quería es que él se diera cuenta de mis sentimientos por Derek.

-Tengo una hermanita que no solo es preciosa si no también inteligente que tuvo que pasar por muchos momentos malos para que llegue alguien nublándote el juicio como hizo él - mi hermano no tenía idea que junto al italiano aprendí muchas cosas, me dan ganas de replicarle que no tenía razón, pero decido callarme mordiéndome la lengua.

-Estoy bien hermanito no te preocupes tanto por mi – le digo sincera, él me mira asintiendo después con su cabeza.

-¿Quieres hablar conmigo sobre Malek? - me dejo caer en la cama soltando un gruñido tapando mi cara dejándole en claro que ese tema no me gustaba, es más odiaba ese tema y al parecer no me iba a librar.

-Dime, ¿Por qué demonios quieres hablar del puto Aladino? - le pregunto borde.

-Aladino – mi hermano, suelta una gran carcajada sin poder contenerla. - Pues Alessia porque es tu futuro marido, ¿por eso? - antes muerta a que ese sea mi marido.

-¿Enserio estás a favor de que papa me quiera casar con él? - le pregunto seria queriendo saber su opinión.

-Alessia siempre estaré de acuerdo con todo lo que te mantenga segura y sobre todo al salvo – me contesta él tranquilo. - Se que está siendo difícil para ti en estos momentos porque no le has visto pero si le das esa oportunidad para que os conozcáis puedes llegar a quererle y ser feliz con él hasta formar una familia – joder, quiero dañar a mi hermano y a la vez no porque esta vez no tenía la razón.

No pensaba a amar en mi vida entera ni en la otra a ningún otro hombre que no fuera Derek, pero claro eso no lo podía decir.

Y supe de verdad que estaba enamorada de él cuando volví con mi padre y le vi hay parado mirando a mi ventana, aunque no me viera viendo cómo se alejaba cada vez más de mí, siento un gran nudo en mi garganta de solo recordarlo, pero me mantengo fuerte sin derramar ninguna lágrima delante de mi hermano.

Él es el hombre justo que quiero, con todos sus defectos y problemas y sabía que no iba a encontrar nunca a uno como él, aunque lo buscara.

-Dejemos esta conversación aquí porque solo con pronunciarle me entra un gran dolor de cabeza – le digo a mi hermano.

-Vale como tú quieras, otra cosa – muevo mi cabeza para que me diga. - ¿Me enseñarías la pistola hermanita? - niego rápido sin poder contener mi carcajada, no era una estúpida y por supuesto no se la enseñaría.

-Es mejor que te vallas de mi cuarto Yerik lo digo muy enserio – no quería perder los papeles con él.

Él suelta una carcajada llenando mi cuarto con ella.

-Suenas como toda una diabla – trago fuerte saliva cuando le escucho, sé que él no se dio cuenta lo que significa esa palabra para mí porque no tenía ni idea. - Por lo menos lo intente hermanita – se acerca dejando un beso en mi pelo. - Deja algo de dulce que te conozco – me advierte guiñándome un ojo mientras negaba con su cabeza sonriendo.

Sale de mi cuarto dejándome de nuevo sola sin que nadie me hiciera más preguntas.

[...]

Estuve tumbada bastante tiempo oliendo la colonia de Derek, a causa de echarla casi todos los días se estaba acabando, necesitaba comprar una nueva, aunque no la hubiera tocado él, pero por lo menos sería el mismo olor que me recordaría a él.

Necesitaba su olor todas las noches en mi almohada y mis sabanas porque era la única manera en la que no me sentía perdida por completo.

Llego otro día más en el que fui al instituto, podía ir en mi coche como hice el primer día, le dejé claro a mi padre que no quería ir en el mismo coche con los gemelos.

Lo único que me aburría en el centro eran las clases en la que tenía que escuchar a mis compañeros hablando de los rumores que siempre había alguno nuevo corriendo por los pasillos, como que una era virgen todavía, otra que se había acostado con más de uno a la vez en una fiesta, que si otro había engañado a su novia con su mejor amiga mientras que esta con otra a la vez también y muchos más rumores que para mí se hacían bastante aburridos sinceramente.

Lo único en la que me sentía completamente feliz era cuando me tocaba las clases de Francés con el profesor.

Por lo menos el profesor me trataba como una persona normal no como en mi casa.

-Alessia me llamo tu padre diciéndome que tienes que volver a casa en cuanto termines con tus clases porque tienes una visita – me habla Joel.

-¿No ves que todavía no termine? Se que esa visita puede esperar el tiempo que haga falta – sé que las palabras de Joel significaban recoge tus cosas que nos vamos porque era normas de mi padre, pero no quería sonar grosero delante del profesor que pasaba por nuestro lado.

Mis palabras habían sonado más que claras porque ni loca dejaba yo mis tareas a mitad por ver a Aladino de los cojones.

Señorita...

-Cállate por tu bien – le respondo seca mirándole mal moviendo mi cabeza para que se fuera atrás y me dejara en paz.

Entro en la biblioteca mirando de nuevo a los gemelos dejándolos en claro que no me molestaran más.

Joel se muerde su lengua quedándose junto a su hermano.

Él profesor me estaba esperando en la mesa sentando donde siempre, levanto mi mano moviéndola saludándole con una gran sonrisa.

-Hola profesor - él me sonríe saludándome con su mano también.

-Hola Alessia, ¿hiciste los ejercicios últimos que te mande para casa? - asiento rápido con mi cabeza sacando el libro de mi cartera sentándome en la silla quedando enfrente de él profesor.

Cuando coge el libro comienza a observar las frases que tenía que traducir al Frances.

-Valla Alessia nunca dude de tu inteligencia esto está muy bien sin duda aprendes rápido – me mira sorprendido.

-Gracias por sus palabras profesor – le sonrió.

-No es nada solo digo la verdad, aún tenemos que seguir trabajando mucho en las traducciones y sobre todo en la pronunciación que es lo más importante en el idioma para hablarlo – asiento con mi cabeza.

Era la verdad eso era lo más importante del idioma, pero por eso me gustaba que el profesor me diera las clases.

Él sí que me corregía cuando me equivocaba y me decía lo que estaba mal y bien no como los otros profesores.

-Voy a buscar un momento unos libros que te van a venir bien para seguir con la pronunciación - se levanta de su asiento.

-Vale profesor iré haciendo los demás ejercicios – le miro viendo como camina hacia las estanterías que estaban llenos de diferentes libros.

Observo a mi alrededor viendo a la gente estudiar o haciendo algún trabajo en completo silencio.

Mi atención se desvía a dos chicos en una mesa no muy lejana de la mía los dos parecían unos frikis por sus pintas de vestir, los dos tenían gafas.

Los observo mejor viendo que estaban discutiendo sobre algún tema en bajo pero sus murmullos se escuchaban, me doy cuenta que tenían una fichas y cartas de póker en la mesa.

Intento escuchar lo que se decían porque parecía que uno estaba molesto por haber perdido algo.

-Eres un tramposo eso no vale te lo dije más de una vez y nunca me haces caso así que exijo una revancha de tu parte – el que era más alto habla al otro amigo.

-Eso dices porque te da rabia que sea mejor que tu - él otro era un poco más gordito y bajito, suelta una pequeña risa riéndose de su amigo.

En ese momento me giro rápido cuando siento una bocanada de aire frio detrás de mí.

La voz de Derek se hace presente apariendo en la mesa que había a mi lado sentado encima de ella.

Movía su mano que tenía sangre mientras me sonreía, cierro los ojos pensando que solo eran alucinaciones mías porque él en realidad no estaba aquí, pero igual no dejaba de impresionarme.

Los vuelvo a abrir viendo que seguía sentado en la mesa.

Diabla tienes que aprender a jugar al póker me lo prometiste – la voz de Derek aparece de nuevo.

Cuando me levanto de mi asiento para llegar hasta él vuelve a desaparecer como la otra vez.

Entonces decido acercarme hasta dos estaban los dos chicos jugando.

El chico alto pega con su mano a su amigo cuando me ve parada enfrente de su mesa.

-Hola chicos – levanto mi mano agitándola saludándolos.

Ellos abren sus ojos de sobremanera como si no se creyesen que los hubiera saludado.

-Ho... hola... - saluda el chico bajito. - Que guapa es – se le escapa porque rápido se arrepiente tapando su boca con sus manos y recibiendo una patada de su compañero debajo de la mesa provocando que el solara un quejido de dolor.

-¿Eres el mejor jugando al póker? - le pregunto viendo cómo se estaba poniendo rojo como un tomate.

Ni que ninguna chica no les hubiera saludado en su vida...

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Mi Instagram donde podrán ver adelantos de los capítulos, hablaremos mejor por allí sobre la historia dando nuestro punto de vista: @mishistoriascontadasenpapel

Alessia

Derek

Yerik

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