Pacto Con El Diablo II De Subastada Al Diablo

Capítulo 4

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El avión aterrizo después de varias horas que fueron aburridas y a la vez agotadoras para mí, al salir del avión me monte en una camioneta negra donde estaba acompañada de mi padre y también de mi hermano.

Mire por la ventana sintiendo una pequeña emoción dentro de mí por regresar a Rusia era mi país y aunque no me gustaba estar encerrada le había extrañado, aunque tener que volver era alejarse del italiano...

Mi país era bastante ruidoso, pero me gustaba, aunque no me gustaba esas épocas donde no paraba de nevar y hacía demasiado frio.

Las cosas mejorarían si Derek estuviera a mi lado, no puedo evitar no recordar sobre nuestros paseos con el caballo.

Muerdo mi labio, no debería seguir por ese camino de estar pensando en cada momento en él italiano porque solo conseguiré hundirme más.

Aparece mi casa a lo lejos recordándome en parte a la mansión de aquel chico malhumorado de ojos verdosos siendo en cada instante un bipolar.

Mi corazón no podía estar más machacado...

Derek... no ha pasado ni si quiera unos días y lo extrañaba como nunca había extrañado a nadie.

¿Qué hizo conmigo ese alocado italiano?

Después de todo lo que pasamos juntos... ¿Por qué decidió dejarme ir?

Lo más seguro que él ya me supero olvidándose de mí como si nunca hubiera aparecido en su vida...

¿Piensa, aunque sea un segundo en mí?

-Alessia... - la voz de mi padre se hace presente de nuevo llamándome.

Cuando le miro me estaba mirando preocupado, estaba enfrascada en mis pensamientos que no sabía que tanto mi padre como mi hermano me estaba llamando varias veces unos segundos atrás, suelto un pequeño suspiro sin decirlos nada abriendo mi puerta antes de que lo haga otro bajándome del coche.

-Tus dos primas y tu primo estuvieron preocupados por ti, tu prima quiere venir a verte hoy como tus demás primos y tíos, siempre me estuvieron preguntando sobre tu estado, están muy felices sobre tu llegada tanto que quieren celebrarlo – cuando entramos a la casa me quedo congelada mirando todo a mi alrededor algunas cosas habían cambiado, se me hacía extraño no escuchar la voz de mi madre era la única que alegraba un poco los días en esta casa.

Recordando a mis tíos y primos, solo me llevaba bien con una prima y con su mama con los demás no hablaba mucho por eso se me hacía extraño también que se preocuparan tanto por mi bienestar cuando no estaba en Rusia.

-Nada de celebraciones papa, es más no quiero ninguna visita – le dejo en claro, de solo pensarlo me entraba dolor de cabeza, no solo por la fiesta si no porque sé que no pararan ni un solo segundo en hacerme preguntas de todo tipo, también sería una oportunidad para que mi padre se enterara de cosas que no le interesaba.

Todo lo que hable por mi boca acabara sabiéndolo mi padre, así que mejor calladita sin tener que recibir visitas de personas que no quiero ver en estos momentos.

-Lo que tu digas princesa te entiendo acabas de llegar estás cansada, solo cuando te veas preparada en recibir visitas dímelo a mí yo mismo los avisare de que vengan a verte, pero por lo menos hija enviarlos un mensaje, aunque tengas que hacer un grupo para decirlos que estás bien y no se preocupen más - ruedo los ojos sin poder evitarlo, mi padre no me anima en ningún sentido solo con eso lo que conseguía es que me sintiera un poco mal, no se si no queriendo visitas sea egoísta pero de verdad que no quería escuchar sus opiniones y que me preguntaran todo el rato que estuvieran aquí sabiendo que no solo será un ratito si no que se quedaran hasta tarde.

-Bien los mandare un mensaje – le digo para que deje el tema ya y me deje sobre todo a mí tranquila, aunque eso parece imposible porque no era una cosa eran otras, solo me agobiaba cada vez más.

-Descansa anda relájate tomate una ducha que seguro que llevas mucho sin poder disfrutar de una buena ducha, más tarde cuando te sientas más descansada te pasas por mi despacho tenemos todavía una conversación pendiente – sin más comienzo a subir las escaleras no quería escucharle más de verdad me estaba quedando sin ánimos de nada.

Me encuentro con Joel que estaba tieso al lado de la puerta de mi cuarto esperando a que yo llegara, de nuevo la misma rutina que siempre con seguridad las veinticuatro horas del día.

Me quedo enfrente de él sintiendo como me mira algo incomodo, entonces decido romper yo él silencio entre nosotros dos.

-Es extraño que conociendo a mi padre como es con vosotros sigas vivo después de haberme podido traer de vuelta a Rusia cuando nos vimos en el restaurante - él me mira sin esperarse a que le soltara eso. - Estoy feliz de verte, de que estes vivo lo digo enserio Joel solo que me extraña - le digo sincera, por un momento me había comido la cabeza pensando en que mi padre le había matado por mi culpa por no querer volver en ese momento con ellos a Rusia, por mis decisiones él se juega la vida siempre.

Él me mira fijamente hasta que ladea su cabeza a un lado llevándose las manos a su camiseta blanca no sin antes dar un paso hacia adelante asegurándose que solo estábamos los dos en el pasillo no había nadie más, veo como despacio se quita los primeros botones de su camisa dejando parte de su pecho expuesto dejándome congelada cuando mis ojos ven lo que tenía marcado.

Abro los ojos de sobremanera cuando veo diferentes tipos de rajas unas más largas que dejan ver que fueron más profundas que otras que eran más pequeñas además de alguna marca de bala.

-Tienes razón no sé cómo sigo vivo, no entiendo como pude aguantar tantos días sin comer, sin beber nada solo pasando una tortura que parecía que no tenía un final, tal vez la vida me dio una segunda oportunidad por algo no tengo ni idea a veces no encuentras una explicación a las cosas – rápido vuelve a ponerse los botones asegurándose que nadie se acerca a nosotros por si los da por pensar una cosa que no es.

-Dios mío Joel no tenía idea de que te torturaron, de verdad que lo siento mucho porque eso paso por mi culpa por no querer volver con vosotros, sin duda fui una completa estúpida solo pensé en mí y no en las consecuencias que podía tener los demás - me sentía culpable, mal conmigo misma por no haber pensado que mi padre descargaría su rabia contra él por no haberme llevado con él, aunque fuera a la fuerza.

Él me mira de nuevo unos segundos para después negar con su cabeza.

-Da igual lo que me hizo a mi Alessia, tú lo tuviste que pasar peor por no defenderte aquel día que entraron a la casa por no hacer mi trabajo bien – desvía su mirada de la mía apenado. - De verdad que lo lamento Alessia soy yo el que tiene la culpa de lo que paso no debí dejar que te llevaran tuve que ser más rápido, soy yo el que tiene que pedirte perdón a ti por todo – me mira con tristeza sus ojos se ponen un poco más brillosos demostrándome que está arrepentido. - Lo hable con tu padre – me vuelve a decir, entonces le miro confundida.

-¿Qué? No entiendo... ¿Qué hablaste con mi padre? - él mueve su mano.

-Estuve hablando con tu padre que cuando volvieras a casa si tu querías cambiar de guardaespaldas por lo que paso lo entendería porque no te cuide como debería, entonces tu padre me dijo que lo tenía que hablar contigo cuando te viera porque tu tendrás la última palabra – lo miro como si no lo estuviera diciendo enserio.

-¿Qué? Por dios Joel da igual lo que haya pasado no quiero a otro guardaespaldas que no seas tu - sería peor aún si Joel no estuviera conmigo que me pusieran a otro sería más aburrido porque la confianza que tengo con él no la tenía con nadie más. - Además no tienes por qué disculparte conmigo y menos sentirte culpable porque nada fue tu culpa todo paso rápido nadie se lo esperaba y por lo que paso en él restaurante yo tuve la culpa por no hacerte caso – lo decía enserio, pero la decisión de preferir irme con Derek todavía seguía presente ya que no me arrepentía de esa decisión, porque me hizo tener más momento con él y por supuesto no me arrepiento de haberle conocido, aunque no fueran en las mejores circunstancias.

-No estoy de acuerdo con eso, pero te conozco y se lo cabezona que eres además de bruta por eso no insistiré más con él tema porque diga lo que diga tú me llevaras la contraría - sonrió cuando le escucho, Joel sí que me conocía bien hasta más que mi propio padre.

-Oye Joel... ¿Puedo preguntarte una cosa? - le digo curiosa.

-Sí, dime sabes que puedes contar conmigo para lo que sea Alessia – me contesta él animándome a que le diga.

-¿Tú sabes que quiere mi padre? Es que me dijo que tenía que bajar luego a su despacho para hablar y bueno en él avión él y yo ya tuvimos una conversación sobre Malek con el matrimonio no creo que sea otro tema más solo ese...