Vas a querer volver

Esta mañana me levanté muy temprano y comencé a ordenar el cuarto, encontré la caja con material de la universidad que me dio Ian, me detengo a mirarla mientras decido qué hacer con ella, realmente me ha servido mucho pero no quiero nada que venga de él, mucho menos su ayuda, por lo que tomé aquella caja y me dirigí a su apartamento, luego de golpear la puerta varias veces por fin se dignó a abrir.

_Aquí tienes tus cosas, muchas gracias pero ya no las necesito_

_¿Por qué no las necesitas?_

_Porque voy a adquirir mi propio material_

_No seas terca, si te sirve llevalo yo no lo uso_ ingresé a mi piso y cerré la puerta, es hora de cortar con todo eso que duele, tomo mis cosas y me dirijo al aeropuerto, en algunas horas estaré con mi familia.

(IAN)

Escuche golpes en la puerta y fui a atender, para mi sorpresa ella se encontraba en aquel lugar sosteniendo la caja con los materiales que le había prestado, vino a devolverlos porque va a adquirir los propios. Coloqué aquella caja sobre la mesa de la sala y fui por cinta para asegurar la tapa, cuando voy a cerrarla, veo una libreta de apuntes que estoy seguro no me pertenece.

La tomé en mis manos y comencé a hojearla, las anotaciones son muy precisas, además hay algunos garabatos en los márgenes, pero en una de las hojas hay algo que llamó mi atención, no estoy seguro si es una canción o un poema pero me hizo pensar:

"Se te olvido abrazarme cuando el alma tuvo frío

Y rescatarme de esta soledad

Se te olvido que siempre me juraste estar conmigo

Parece que no quieres recordar

Pero algún día vas a querer volver

Al verme bien

Besando amor en otros labios

Y el corazón te va a doler

Y vas a ver

Que estabas tan equivocado

Si fui quién te quería

Fui quién daba todo por ti

Fui quién cada día

Solo quiso hacerte feliz

Quién te confiaba el alma ciegamente

Fui quién te ama incondicionalmente

Quién te entregó su corazón de frente

Y tu lo olvidarías"

Estuve pensando mucho sobre el tema y no estoy dispuesto a perderla, por miedo a lastimarla cada día le hago más daño, en algún momento tomará la decisión de entregarle su amor a alguien más y ese día será mi perdición, necesito tomar una decisión pero esto no puede continuar así.

Pasé bastante tiempo golpeando su puerta para devolverle sus apuntes pero no abre, bajo a la recepción y pregunto si la han visto salir, no estaba preparado para escuchar aquella respuesta.

_La señorita salió hace rato con una valija_

¿Qué es lo que estás haciendo Luna? no puedes irte así.

(Luna)

Estuve bastante tiempo esperando que él avión llegará al aeropuerto, ahora que ya despegamos se que en unas tres horas estaré en mi hogar, necesito estar junto a mí familia, con las personas que me quieren, ha sido muy difícil dejarlos para ir a aquel lugar.

Al llegar Ángel se encontraba en el aeropuerto esperándome, corrí a sus brazos y no pude contener mis lágrimas.

_¿No les dijiste nada verdad?_ él negó con la cabeza.

_Claro que no, llegaremos de sorpresa_ y así fue, nos dirigimos a la mansión Arango donde nuestros padres se encontraban realizando una cena de amigos.

Al llegar a la sala pude verlos allí sentados, mi padre al verme se puso de pie, solté mi valija y corrí a sus brazos.

_¿Qué haces aquí? ¿Ocurrió algo?_ negué mientras me secaba las lágrimas.

_No pasó nada, tenía un tiempo libre y quise venir a verlos porque los extraño _ mi madre me abrazó.

_Tranquila, es lo mejor que pudiste hacer, no debes agobiarte_ saludé a los señores Wagner quienes me preguntaron por su hijo.

_Él está bien, tenía muchos asuntos en la empresa por eso vine sola._

Subí a mi cuarto a cambiarme y luego salimos con Ángel a disfrutar de la noche, él tomó algunas fotos y las subió a sus redes, por eso estoy segura de que Ian ya sabe dónde estoy, el resto de la semana que estuve en mi ciudad organizamos varias fiestas con Ángel, en ni un momento pensé en Inglaterra, sólo me ocupé de recargar mis energías.

Esta mañana me encuentro en el aeropuerto lista para volver a Inglaterra, hoy comienzan las cursadas por lo que llegaré y en la tarde retomaré todo aquello, a Zoé solo le he avisado que estoy bien, no le avisé que hoy regresó porque no quiero que nadie este al pendiente de mí, además su pareja es el mejor amigo de Ian y se que todo lo que le diga a ella terminará llegando a sus oídos.

Al llegar al edificio tomé una ducha ya que el viaje fue bastante tedioso, avise a mi familia que ya había llegado, preparé mis cosas para ir a la universidad pero no encontré mi libreta de apuntes, seguro la llevo Zoé, llevaré otra para tomar nota hoy.

Al salir del edificio veo que está por llover, esperó no lo haga hasta que llegué a la universidad, está a pocas cuadras y no quiero perderme ni una clase, cuando llegué al lugar me dirigí al salón, el profesor ya había comenzado la clase por lo que ingresé tratando de no llamar la atención.

Fueron cuatro largas horas de clase, tuvimos varias lecturas y trabajos para realizar, al finalizar nos dirigimos al café, desde afuera pude ver que en una de las mesas se encontraba Ian, Alan y aquella tal Bianca.

_No regresé para lidiar con esto, ve tú luego nos escribimos _ aunque me hizo carita de perro mojado me despedí de ella.

Salí de la universidad y llovía, me gusta caminar bajo la lluvia y disfrutaré de esta noche aunque termine completamente empapada, siento un coche que se acerca.

_Subí que te vas a enfermar_ creo que Zoé no perdió ni un segundo para avisarle que volví.

_No gracias, prefiero caminar_

Sentí como el motor del coche se detuvo y sentí sus pasos correr detrás de mí.

_Caminaremos entonces_

Lo miré y sonreí, continuamos caminando en silencio las tres cuadras restantes, llegamos completamente mojados, subimos al ascensor y al salir abri la puerta de mi apartamento.

_Tus padres te envían saludos _ ingresé sin darle tiempo de responder.

Una vez allí fuí a mi habitación por un pijama, tomé una ducha caliente y luego volví al comedor, preparé un café fuerte y amargo como me gusta y recordé que aquella cafetera no me pertenece, serví dos tazas y salí del apartamento.

Estuve unos minutos golpeando su puerta con él pie, cuando abrió casi suelto las tazas de café, se había puesto un jean claro pero no se había puesto camisa, podía ver cada uno de sus músculos, tenía una toalla en la mano con la que se secaba el cabello, me miró sorprendido y tendí mi mano dándole una taza de café, en su rostro se dibujó una sonrisa y me hizo seña para que pasé.

Al ingresar a la sala vi mi libreta de apuntes sobre la mesa, lo miré como preguntando si la leyó y su sonrisa me sacó de dudas.

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