La Fiesta

Me llamo Luna Arango, tengo dieciocho años, rubia ojos celeste grisáceos, mido metro setenta y cinco, en cuanto a mi cuerpo no me sobra ni me falta nada.

Me estoy preparando para comenzar la universidad, ya tengo casi todo listo y estoy muy contenta, llevo años esperando este momento, hay mucho movimiento en la casa ya que todos se están preparando para viajar a Francia, el fin de semana se casa Kate, mi hermana, por nada del mundo nos perderemos este momento.

Vivo en la mansión Arango junto a mis padres, mi hermano y su familia viven en España y los veremos en la fiesta y mi hermana, la anfitriona de la fiesta vive junto a su familia en Francia. Pronto mis padres quedarán solos ya que viajaré a estudiar a Inglaterra. Igualmente desde que nacieron mis sobrinos mis padres siempre están viajando no tendrán tiempo de estrañarme.

Cuando Kate comenzó a salir con Wilson lo llevó a casa y al poco tiempo conocimos a su familia, aquel día nació este sentimiento que llevo tan dentro de mí. Tenía solo doce años cuando vi por primera vez a Ian, el tenía dieciocho y por supuesto que en ese momento era inalcanzable para mi, no se fijaría en una niña.

Actualmente tiene veinticuatro años, metro ochenta y cinco, es castaño, ojos celestes, tiene sus músculos bien trabajados y unos brazos muy fuertes. Desde que lo vi por primera vez es el centro de mi mundo.

A lo largo de estos seis años he ido cultivando este amor, al principio él solo me trataba como una niña, pero desde hace unos dos años su trato hacia mí es distinto, el corazón se me ha roto más de una vez al verlo salir con alguna chica o muchos de los fines de semanas en los que mi hermana y mi cuñado organizaban salidas a la playa o a la casa de campo para pasar con amigos y él llegaba siempre con una chica distinta, he soportado todo esto en silencio.

Temprano salimos rumbo a Francia en el jet de la familia Wagner, van papá, mamá, los señores Wagner, Ian y Ángel. Nuestros padres descansaron todo el viaje y nosotros ahí lo llevamos hablando tonterías, Ángel ya subió cerca de cincuenta fotos a sus redes sociales, Ian contesta uno que otro mensaje y yo siento que ya me estoy aburriendo.

Cuando llegamos a Francia un coche de la empresa nos llevo a su mansión, allí se encontraban Kate y Wilson con el pequeño Tobías, el cual no sabía a quién mirar ya que llegaron sus tres tíos babosos, mi hermano con sus hijos llegaron poco tiempo después ellos son más grandes Abi y Lia ya tienen cinco y el pequeño Gael tiene dos años, corretean por todo el jardín.

Pasado el medio día con mi cuñada Tania y Kate fuimos a arreglarnos.

_¿Cómo llevas eso de Ian?_ abrí mis ojos grandes ante la pregunta.

_¿Tanto se me nota?_ ella sonrió y asintió.

_Igual que siempre nomas, viéndolo de lejos_

_¿Por qué no le decís lo que sentís?_

_Claro le digo y luego ¿qué se supone que haré?_ en eso mi cuñada decidió poner su granito de arena.

_Ya te irás a estudiar y conocerás más muchachos_

Por supuesto olvidaba que en este lugar soy la niña que aún no conoce nada y que pronto olvidará todo lo que siente porque sólo son cosas de niños. Como detesto que me traten así, ya no dije nada más hasta que terminamos de arreglarnos.

Cuando llegamos al lugar donde se realizará la fiesta puedo ver la cantidad de personas que hay en el lugar, mis padres se encuentran con mis sobrinos y mi hermano en la mesa junto a la familia Wagner, mi cuñada se ubicó junto a Axel y yo por mi parte tenía mi lugar en medio de Ian y Ángel.

_Te ves preciosa _ sonreí a Ángel.

_Es verdad ¿qué fue lo que te ocurrió?_ miré de reojo a Ian.

_Que chistoso _ Él me sonrió mostrando todos sus perfectos dientes.

Esta noche me puse un vestido azul y tengo el cabello suelto, Ángel viene con un traje blanco y su hermano un pantalón de vestir negro y camisa blanca que marca cada uno de sus músculos, últimamente se me hace más difícil poder dejar de mirarlo, hace meses no lo veía y desde que volvió este mes de la universidad lo he visto casí todos los días por alguna razón u otra.

Siento que apoya su brazo sobre el respaldo de mi asiento y me tira el cabello para culpar a su hermano, siempre hace lo mismo pero esta vez al sentir cuando su brazo me rozó estiré mi mano y logré tomar la suya antes de que retire su brazo, cuando lo miré mostrando que ya lo había descubierto solo dejó su brazo sobre mi hombro.

_Ponete cómodo nomas_ me mira y sonríe.

_¿Ahora eres intocable?_ él no dejaba de mostrar sus dientes.

_No es de ahora, siempre he sido intocable. Si gustas te lo demuestro_ él se acercó aún más a mi y colocó su brazo alrededor de mi cuello desafiandome.

_Papá, papá _ cuando mi padre me miró le hice seña de lo cerca que se encontraba Ian.

_Será mejor que le quites tus manos de encima si no quieres volver a Inglaterra sin ellas_ Vi como aquella sonrisa desaparecía de su rostro, retiró su brazo y puso sus manos sobre la mesa por lo que sonreí.

_Te lo dije_

El festejo era soñado, pasé gran parte de la noche bailando con Ángel, Ian parecía andar de cacería y mi cara revelaba la molestia.

_¿No te parece que deberías olvidarte de él?_ Miré a Ángel.

_Y no te parece que si fuera así de fácil ya lo hubiera hecho _ debido a la música se acercó más a mí.

_Tienes que sacarlo de tu cabeza ya sabes como es él _ asentí con la cabeza.

_Y con el corazón ¿qué hago?_ en eso siento su aroma invadir mis sentidos y sus manos se posan en mi cintura y se acerca a mi oído:

_¿A quién le sacamos el cuero?_ con Ángel sonreímos y no dijimos nada, continuamos bailando los tres.

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