...Aylin Jefferson....
Abro los ojos con pesadez al sentir los rayos del sol en mí cara que entran por la ventana de la habitación de Noah, me siento en la cama despacio y llevo mí mano a mí cabeza al sentir un dolor.
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Suspiró y miró que Noah está abrazando mí pierna.
Suelto una risa.
Todavía no puedo creer que vi a Evan ayer, bueno más bien hace unas horas atrás.
Después de nuestro abrazo se fue, me hubiera gustado estar abrazados por horas, pero todavía me siento desconfiada ¿Y si se vuelve a alejar? No creo que pueda soportar otra vez ese dolor.
—Mmm — se queja Noah — mierda....que dolor de cabeza — se incorpora en la cama.
—¿Estás bien?
—No, voy a morir — dice tocándose la frente, ruedo mis ojos.
—Eso te pasa por tomar alcohol.
—¿De quién fue la idea?
Me levantó de la cama, paso tortuga voy hacia mí mochila, en el bolsillo tengo unas pastillas para la resaca. Saco dos y me acerco a la mesita de luz. Noah siempre tiene una botella de agua por qué el muy miedoso no quiere bajar las escaleras de noche.
Le tiendo una pastilla y la botella, la toma rápidamente.
—Gracias.
Repito el mismo procedimiento que él.
—¿Quién era el chico que vino ayer? — me ahogo con el agua, toso.
—¿Eh?
—Escuché la voz de un hombre ayer.
—¿No estabas dormido? — frunció el ceño.
—Si, pero el maldito timbre me despertó — gruñe — ¿Y quién era? ¿Acaso me estás engañando? — lleva su mano a su corazón y pone cara de sufrido.
—Lo siento... Eres tú, no soy yo.
Ambos reímos.
—¡Maldita! Cuéntame.
—Se llama Evan, nos conocimos cuando éramos pequeños y no hay nada más que contar.
—Ay, no... ¡Te gusta!
—No.
—¡Si! Tus ojos brillaron.
—No. Puede que un poco.
—¿Ya se besaron?
Asiento mordiéndome el labio.
—¡Oh por dios! — chilla emocionado mirándome — cuéntame todo.
...(....)...
Me falta solo dos cuadras para llegar a mí casa, Noah me cocino "pizza casera", eso cree él, porqué se perfectamente que la pidió y fingió que él la cocino. Estuvo haciéndose el indignado.
Frunció el ceño al ver una motocicleta negra afuera de la casa de mis vecinos ¿Ya hay gente?
Paso por al lado de la casa y voy directo a la mía. Entró con intriga de saber quién o quiénes se mudaron al lado quizás le pregunté a mí papá él siempre sabe todo.
—¡Hija! — escucho el grito de mí mamá proveniente de la cocina — ¡Ven!
Camino a paso tortuga.
—¿Si? —pregunto una vez que piso la cocina.
Frente mío hay una joven un poco mayor a mí y es una copia de Evan, están los padres de Evan sentados cada uno en una silla.
Evan también está aquí, está apoyado en una de las paredes mirándome con una sonrisa, pero se transforma en una de ¿Enojo?
¿Eh?
Sus ojos me repasa de arriba abajo, oh, me olvidé que me puse ropa de Noah. Estoy vestida con una remera negra, unos pantalones del mismo color y mis zapatillas botitas.
—Te presento a mí amiga Isabela, ¿Te acuerdas de ella?
La mamá de Evan es muy hermosa, ya quisiera verme así cuando sea adulta.
—Hola — sonrió tímidamente.
Ella se acerca a mí con los ojos brillosos y me estrecha en sus brazos.
—Me alegra mucho verte.
—A mí también.
—¿Y de mi te acuerdas? — dice una voz gruesa, levantó la mirada y me separó de Isabela, dejo mí mochila en la silla para abrazar a Aron.
—Claro que sí — me aprieta fuerte — aire, aire.
—Oh, lo siento.
—No pasa nada, sí que tienes fuerza.
—Hola — giro mí cabeza y la enfoco en la joven, frunció el ceño — soy Melina, la hermana de Evan. — me tiende su mano y la acepto.
Su cara me suena de otro lado ¿Pero de dónde? Gimo de dolor al sentir una punzada en mí cabeza, me sostengo de la mesa para no caerme. Siento que todo da vueltas, escucho a alguien acercarse rápidamente a mí.
—¿Hija? ¿Estás bien?
—Mielcita ¿Estás bien? — susurra en mí oído Evan, un escalofrío me recorre. Es él quien me sostiene.
—Solo un mareo, será mejor que vaya acostarme.
—Evan, ¿Puedes llevarla?
Trato de negarme, pero ya estoy en sus brazos, sale de la cocina conmigo en brazos y sube las escaleras, mis ojos no se apartan de él, está muy...perfecto.
Entramos a mí habitación.
—¿Cómo sabes que está es mi habitación? — le pregunto confundida, yo no le dije dónde duermo.
—Tu olor está por todos lados. — Me deja en la cama y acaricia mí mejilla —. Hola.
Giro mí cabeza aún lado— Hola, Evan.
No puedo verlo, si no caeré rendida a sus pies.
—¿Puedo hacerte una pregunta?
—Dime — me acomodo mejor en la cama, mi mirada viaja a su cuello dónde tiene puesto nuestro collar.
Oh.
Ese collar lo recuerdo habíamos juntado plata juntos para comprarlo, era como nuestra primera cosa juntos.
—Lo tienes, creí que lo habíamos perdido.
—Lo llevo siempre, es mí motor a seguir — me dice con una sonrisa, mis mejillas se calientan.
—¿Vas a contarme tu versión?
—¿Quieres escucharla? — me pregunta sorprendido y contento.
—Sí, te escucho.
Se aclara la garganta y se sienta en mí cama.
—Sé que sabes que te secuestraron a ti y a mí hermana — asiento — no era a ustedes a quienes tenían que atrapar, me buscaban a mí, querían a un híbrido, ese día estábamos jugando a las escondidas, era mí turno de contar y ustedes se iban a esconder
< < << Solo encontré tu sangre, solo te hirieron. Después de encontrarte decidimos irnos, me sentía muy culpable de que por mí culpa Elen sea mala y esos cazadores te busquen.... Daemon —¿Daemon? —Es mí lobo — me cuenta orgulloso, de repente sus ojos cambian a un rojo intenso. Suelto un grito — no te asustes. —¿Qué? — Balbuceo. —No me temas...Jamás te haría daño — sus hermosos ojos rojos brillan tristes. Rápidamente tomo su mano, una corriente eléctrica recorre todo mí cuerpo. —¿Eres Daemon? — asiente rápidamente mirándome embobado — Es increíble. ¿Así que solo cambian el color de ojos? —También nos transformamos, mi querida hermosa luna. —Aylin — lo corrijo. Ríe. —Eres mí luna, mí mate. —¿Ah? ¿Mate? ¿A quién mate? —No — suelta una hermosa carcajada — no mataste a nadie, mí luna, mate es... Sus ojos cambian cada rato, de azul a rojo. Creo que Evan y su lobo están peleando por quién toma el control. —¿Daemon? ¿Evan? —Evan — me contesta con los ojos azules, bufo — ¿Por qué bufas? —Estaba hablando con tu lobo, espera un momento — lo señaló con mí dedo — estaba por decirme algo y tú apareces. Sospechoso. —Es que... Estabas hablando conmigo primero — se remueve nervioso. —¿Qué es mate? Traga saliva y mira hacia otro lado. —Nada. —Dime la verdad o te vas. —Quiere decir alma gemela. —¿Entonces...? —Tú eres mi alma gemela, eres muy importante para mí. —¿Eso quiere decir que estoy anclada a ti? Asiente tocándose el cabello. —Mierda....Todo esto es una locura — me levantó de la cama y camino de un lado a otro — soy una mujer lobo y estoy maldita...Unos cazadores me buscan, tengo un alma gemela ¿Qué más podría pasarme? —Tranquila. — Me detiene colocando sus manos en mis hombros, entreabro mis labios, estamos tan cerca. Su mirada viaja a mis labios y no puedo evitar hacer lo mismo. Se va acercando más, ya puedo sentir sus labios. —¿Princesa? — oigo la voz de mí padre a mis espaldas. Rápidamente me separó de Evan y me giro algo asustada. —Hola papá — sonrió nerviosa y me acerco a él — ¿Qué necesitas? Su mirada va a de mi a Evan. —¿Qué hacían? — entrecierra sus ojos. —Hablábamos. —¿De qué? —De robar un banco. Me está contando de mí loba. —Oh, ¿Te sientes bien? Tu mamá dijo que te mareaste — dice preocupado tomando mis mejillas. —Estoy bien, me gustaría descansar un rato. —Claro. — Evan se acerca a mí y besa mí mejilla, escucho que aspira —. Nos vemos vecina. —¿Vecina? — Si, somos vecinos — emboza una perfecta sonrisa. ¿Qué más podría pasar? Ahí está mí respuesta, Evan siendo mí vecino. ***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
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Comments
Jahzara Zafra & Kotaro!!
jajajaj, me totie de risa!
2022-10-29
1
Lucia Rosalba Garcia Mercado
muy interesante esta historia
2022-06-20
1
Maria Hernandez
jajajajajajajajaja jajajajajaja 😂😂 ahora sí que se le instalo el marido al lado de su casa para vigilarla y cuidarla
2022-06-20
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