Capítulo 11.

...Evan Moon....

—Vuelvo a repetir — le digo al hombre que tengo frente mío atado a una silla — ¿Para qué mierda sirve la sangre especial?

Silencio es lo que obtengo, quiero hacer las cosas bien, pero este sujeto me lo está poniendo difícil. El día de hoy, estoy de muy malhumor y enojado conmigo mismo, ayer el amor de mi vida me llamo y no tuve el valor de hablarle así que como el cobarde que soy le colgué, con todo el dolor del corazón, me dieron unas terribles ganas de llorar.

—El alfa te pregunto algo — gruñe Ian dándole un puñetazo.

Ya le he dicho muchas veces que no me llame así, todavía no soy Alfa. Ian es una persona muy eficiente, encontró a uno de los cazadores que estuvieron el día que se llevaron a mi hermana y a mi mate, lo trajimos al galpón para sacarle información. El desgraciado no ha abierto la boca y ya estoy perdiendo la paciencia.

—Púdrete. — escupe sangre de la boca al suelo —. No diré nada.

Hasta aquí llegué.

—Elian.

Elian es mí hacker, otro amigo mío. Él me tiende la computadora donde tengo algo que hará que cambie de opinión, volteo la computadora y le muestro lo que tengo en la pantalla.

Mira la pantalla asustado y sorprendido, obviamente investigue todo acerca de él y descubrí que tiene una familia.

—Ves eso — le muestro fotos de su esposa y sus dos hijos — un llamado y están muertos.

Mentira, jamás sería capaz de matar personas inocentes, ellos no tienen la culpa que este infeliz sea un asqueroso cazador.

—¡Ni se te ocurra tocarlos! — me grita enojado, veo la desesperación y la rabia en sus ojos.

—Solo dime para qué sirve y no los tocaré — le aseguro.

—Yo no... No puedo..

—Tienes diez minutos o mato a tu familia — le entregó la computadora a Elian y saco mí celular, marcó a Dexter.

—¿Los ves? — pongo el celular en altavoz, el desgraciado me observa confundido.

—Si, están en el parque, dame la orden y los mato.

—Espérame un segundo...Tienes nueve minutos.

—¡No puedo!

—Solo contéstame o tu familia muere....Ocho...siete...seis..cinco..cuatro..tres....— llevo el celular a mí oído — Dos..U..

—¡Espera! Te lo diré. Pero, por favor no le hagas nada a mí familia.

Cortó la llamada.

—Te escucho.

—La sangre especial es una cura.

—Una cura. ¿Para qué?

—Para salvar a una mujer lobo — le hago un gesto para que siga — hace mucho mí jefe secuestró a unas niñas, una de ellas es muy poderosa, es la última híbrida, supe que le inyectó una dosis de " Dirty blood"

<< Dirty blood: Es una mezcla de sangre de demonio y sangre humana, es muy peligrosa, hace que la parte lobica no tenga alma.

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—¿Dónde puedo conseguirla?

—No sé, escuche que decían que se iban a intercambiar la sangre en un lugar llamado Wolfret, es lo último que sé.

Asiento satisfecho, tengo toda la información necesaria para rescatar a mi mujer, avanzó hacia la salida del galpón.

—¡Oigan! ¡Esperen!

El sol pega en mi rostro una vez que estoy afuera.

—¿Qué vamos hacer con él? — me pregunta Ian.

Meto la mano en mi bolsillo y tomó un líquido verde que arme con ayuda de mi abuela.

—Dáselo.

—¿Para, qué es?

—Olvidará todo lo que pasó adentró.

—Wow — suelta un chiflido — por eso me agradas — río negando con la cabeza. — ¿Qué vamos hacer ahora?

—Vamos a buscar la cura — le informo abriendo la puerta de mí auto un Audi A8 negro — voy a salvar a mí mielcita.

—¿La llamaste?

—No — suspiro.

No dejo de pensar en lo de ayer, ame escuchar su voz, aunque sea unos minutos. Lo que no entiendo es como saco mi número, imagino que habrá sospechado, mi mielcita es muy curiosa y muy inteligente.

Es la mujer perfecta, mí mujer perfecta.

—Nuestra — gruñe Daemon.

—Oye — chasquea sus dedos cerca de mí rostro — te quedaste embobado, no sé si es por mí bello rostro o por tu nubecita

—Mielcita. Ya quisieras que te mirara.

—Me encantaría. — me guiña el ojo divertido —. Tengo que ir a ver a mí mujer, nos vemos después.

Asiento y me subo al auto con dirección a mí casa.

...(....)...

—¡Por fin! — chilla mi hermana una vez que entre a la casa — Tu suegro te está llamando.

Frunció el ceño, me tiende mí otro celular. Tengo dos, uno para asuntos familiares y el otro tengo informantes.

—¿Qué sucede? — inquiero al papá de mi mate mientras subo las escaleras.

—Gracias, ¿no? — escucho que dice mi hermana, la ignoro — Estúpido... Cuando vea a tu mielcita la convenceré para que no te bese.

—¡Ni se te ocurra! — gruño en su dirección.

Riendo desaparece de mi vista.

—¿Evan? ¿Me escuchas? — dice acelerado, le contestó con un sí — ya lo sabe, le dije la verdad.

Esas simples palabras hacen que detenga mí andar y me quedé en shock.

—Joder.... ¿Cómo? ¿Cómo lo tomó?

—Estuvo varias horas llorando, ahora está dormida — me informa, puedo escuchar su voz triste — ¿Crees que tomé la decisión correcta?

—Mí mujer es muy curiosa de alguna u otro forma lo iba a descubrir.

—No es tu mujer — gruñe celoso.

—Lo es, ayer me llamó.

Suspira.

—Si, olvidé guardar tu número — <> — Quiere verte.

—¿Eh? — Creo que escuche mal.

—Quiere que tú le cuentes tu parte.

Rasco mí cuello nervioso.

—¿Crees que le hará bien?

— Yo... Nunca creí que diría esto, pero creo que te necesita más que nunca.

—Sabía que me querías — río.

—Cállate. ¿Averiguaste algo?

— Si, encontré la cura, en unos días van a ir algunos de mis guerreros que me dio mi padre para traerla.

¡Oh! ¡Genial! Una buena noticia....Ahora te cuento amor, espera, qué estoy hablando con evan.

—Lo es, esperemos que todo salga bien.

—Va a salir todo bien, tengo que colgarte, cualquier cosa avísame.

—Dale, nos vemos — cuelgo el celular.

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