LA AMAS O LA OLVIDAS

Alya se puso de pie y volvió al interior del bosque, no quería irse hasta la casa de la manada a sique escogió otro rumbo.

Hades había llegado hasta la casa de la manada, para su suerte Asher no estaba cerca, estaban todos los hermanos, pero su presencia no lo sentía.

Desde hace varios minutos, exactamente desde que se produjo la aparición de Gina, la presencia de Alya dejó de sentirse a través de la marca.

Subió al dos por tres por las escaleras sin percatarse de que Amarok lo estaba observando los preciosos ojos azules similares a los de Alya, el futuro Beta tenía algo oculto en su manera de mirar al Alfa.

Al momento de entrar en la habitación Hades descubrió que sus sospechas eran ciertas, Alya no se encontraba dentro de la casa de la manada, su corazón empezó a latir desenfrenadamente.

Yelmo - exclamaron las sombras de la muerte. La habitación estaba fría, más fría, qué de otras ocasiones, cuando las sombras estaban presentes, está era la primera vez que la presencia de ellas podrían significar peligro para Hades.

Suficiente - ladro Alfa Hades, logrando que las sombras no fueran capases de desafiar al Dios de la muerte.

La Diosa lo vio, la Diosa se decepcionó - aquellas palabras lograron que Hades retrocediera y sintiera un pinchazo en el corazón al pensar que Alya haya visto aquel besó que no significó nada para él.

¿Dónde está? Preguntó Hades.

Usted debe encontrarla o rechaza a la Loba o rechazas a la Diosa - las sombras de la muerte eran almas mortales - No se olvide de que la Diosa es una sola con usted, usted mismo Yelmo le dio la mitad de su poder.

Cada palabra pronunciada por las sombras golpeaban los recuerdos de Hades, aquella noche en que Asher la reconoció cómo La Diosa de la Oscuridad a Alya, esa misma noche en la que cerraron ciclos. Hades le entregó la mitad de su poder y un arma mortal para su propia destrucción a Alya DuPont.

No necesitó escoger porque desde el momento en que la encontré ella fue mi elegida. Respondió Hades con toda la seguridad característica de un Alfa.

Entonces rechacé a la Loba que apareció esta noche y piense en la diferencia - La Diosa los vio y no se interpuso, inclusive los dejo solos, vio cuando la besaste, si usted va y le dice a nuestra Diosa que prefiere a la Beta de aquella manada antes que a ella, la Diosa lo aceptará con el dolor de su alma.

Esa es la diferencia de amar a alguien, querer ver feliz a esa persona, aunque uno sea destrozado por dentro por aquello - Las sombras pronunciaban palabra por palabra.

Eso las diferencia a la una de la otra, nuestra Diosa es capaz de aceptar tu felicidad, así tenga que sacrificar la de ella, en cambio la Beta no es capaz de renunciar a ti, el tiempo que pide solamente es para ver que posibilidades tiene de dar una mala jugada.

Cuidado con lo que hace Yelmo, si amas a nuestra Diosa, tienes que ser capaz de renunciar a todo y de quemar el mundo si es necesario por ella. No te lo repetiremos por segunda vez o la amas o la olvidas.

Las sombras desaparecieron dejando pensativo a Hades, las sombras tenían razón y él no iba a poner en riesgo su relación con Alya.

Miro la Luna y se dio cuenta de que era Luna Llena, pero antes tenía que hacer algo, GRIM tomó el control y saltó el enorme animal, hizo uso de todos sus instintos para captar el olor de Alya.

Pero la rubia no era tonta, ella utilizó a las sombras para ocultar su olor - Hades sonrió en el mundo, no existía nadie más para él, excepto su pequeña Loba, aquella diamante extraña que él encontró.

Alya se encontraba en su forma animal, ya estaba bastante lejos de la manada, una pequeña choza o cabaña llamó su atención, aún estaba adentró del territorio de la manada Luna de Sangre, aunque nunca había recorrido estos lados, no era prohibido, pero existían sitios que no ponían en riesgo a la manada está era una de ellas.

El lugar parecía mágico y claro, el Bosque Encantado de la Manada Luna de Sangre, Alya sonrió y pasó sus dedos por un enorme árbol.

La noche estaba tranquila, pero sus demonios querían salir hacia el exterior.

Alya entró en aquella cabaña que llamaba bastante su atención, el sitio donde estaba situado era un punto bastante estratégico, la Luna llena era situada por encima mismo de la choza, la luz de ella se infiltraba por las grietas.

La pequeña cabaña estaba vacía, pero si había velas en ella y un pequeño colchón negro. Parecía que el sitio estaba esperando por alguien.

Alya paseó sus manos por el esponjoso colchón.

Hasta que sintió la presencia de alguien más, la persona que llegó acarició a la Diosa de la Oscuridad enviando ondas electrizantes a todo el cuerpo de Alya. La mujer intentó darse la vuelta, ya que no captaba el olor de aquella persona.

Lo único que consiguió fue que él agarré se intensificará, pero lo que puso en alerta a Alya fue no sentir su olor.

El cuerpo de Alya reaccionó a las caricias que recibía, aunque ella no quería, la cabaña se volvió oscura, en ese momento la luz de la Luna no entraba, un fenómeno llamativo para Alya.

Pero sus pensamientos quedaron cortos cuando una de las manos que la sostenía fue a su feminidad, Alya emitió un gemido. Aun así esto estaba mal, uso toda su fuerza y logró alejarse del hombre. Dándose la vuelta para enfrentarlo.

Para su sorpresa no estaba nadie, la respiración de Alya fue irregular, alguien quería jugar con ella.

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