LAZOS DE UN OSCURO Y ARDIENTE AMOR

Queriendo jugar pequeña Loba, yo también puedo ocultar mi olor - Hades estaba detrás de ella nuevamente con una hermosa sonrisa cruzado de brazos observándola.

Alya suspiró, pero no le dedico ninguna palabra, aquella indiferencia hirió a Hades. El Alfa acortó distancia y se acercó a la loba.

Alya, yo lo siento - Hades tenía la voz tan baja - Pero en el mundo no existe otra persona que logré esto en mí - Hades agarró las manos de Alya y las coloco encima mismo de su corazón, los latidos palpitaban fuertemente.

Esto solo es así cuando tú estás cerca Alya te amó, solamente eres tu pequeña loba traviesa la que puede generar un mundo de emociones en mí, nena, yo solo quiero estar contigo y no necesito a nadie más - Alya mantenía la cabeza agachada.

Las manos de Hades alzaron aquel rostro que siempre contenía un toque de altanería y picardía, El Alfa descubrió que podemos tener todo el poder del mundo, pero siempre encontramos un punto débil y era el amor.

Alya te prohíbo que vuelvas a agachar la cabeza ante mí o ante otros, no tienes por qué hacerlo, no tienes por qué sentirte así, porque yo soy tuyo en cuerpo y alma. Y tú eres mucho más que cualquiera, eres Diosa, eres Luna y eres princesa.

Tienes mi amor asesino y mi protección para toda la eternidad, tienes el amor del Rey más poderoso que existe en toda la faz de La Tierra, eres el tesoro más preciado en el corazón de Asher DuPont, nena, nunca te sientas inferior a nadie mucho menos voy a permitir que estés así por mi.

Aquellos ojos azules como el cielo que pintaba de colores a sus demonios de la Oscuridad parecían apagados. Pero las palabras de Hades erizaban su piel, logrando que Alya adquiriera poco a poco su actitud de siempre, pero se sentía insegura más sabiendo la forma en que se dio su emparejamiento con Hades. Ella tiene miedo de compartir el amor del Alfa con alguien más.

Recordando que ambos tenían parejas predestinadas.

Alya recuerda esto, soy completamente tuyo, me tienes en tu poder pequeña Loba - Hades volvió a dar un paso acercándose cada vez más a la mujer, su distancia era una tortura para él.

Sus miradas se conectaron, el Alfa acercaba lentamente su rostro hasta el de Alya, sus respiraciones se mezclaron, sus corazones palpitaban fuertemente, hasta que ya nada los separo.

Hades besó los labios de Alya con desesperación, este era el beso al cual él estaba acostumbrado, solamente Alya era capaz de lograr su reacción con solo besarla, el mundo lo tenía en sus manos cuando tenía el cuerpo de Alya pegado al suyo.

Déjame demostrarte que solamente tú eres mi dueña, déjame hacerte el amor en esta hermosa noche, para que nunca vuelvas a dudar del amor que tengo por ti, Alya te di la mitad de lo que soy sin importarme absolutamente nada ni el precio que pagaría por ello - Hades sostenía el rostro de Alya entre sus manos.

La única respuesta que Alya le dio al hombre fue un beso, pero aquel beso tenía un significado y una respuesta.

Hades la agarró de la cintura y la pegó más a su cuerpo, empezó a depositar besos desde el cuello de Alya hasta sus labios, la temperatura iba subiendo.

Alya tenía un poder muy fuerte en Hades, ella podría encender y hacer arder el cuerpo del Alfa con tan solo una mirada.

El pequeño cuerpo de Alya fue depositado por encima del colchón, mientras Hades se despojaba de la remera que traía puesto, dejando a la vista su excitante cuerpo.

Ves esto cariño - dijo Hades con una sonrisa tierna a su Luna, a la mujer que estaba por hacer suya nuevamente - Alya, mi cuerpo, mi alma, mi mundo enteró es tuyo.

Alya solamente sonrió como una niña chiquita, a ella le encantaba escuchar al hombre hablando de esa manera.

Hades había quedado desnudo y prosiguió a desnudar lentamente a Alya, para la mujer era una tortura, la forma en la que él la despojaba de su ropa.

Calma pequeña Loba, tenemos todo lo que sobra de esta madrugada, te voy a hacer mía una y otra vez, quiero que te sientas adolorida mañana con cada paso que des.

Que recuerdes que yo estuve profundamente enterrado en ti, que quede claro que eres la propiedad de un Alfa, de la misma manera que quede claro que yo tengo dueña y Luna. Soy completamente tuyo y tú completamente mía.

Cada palabra que Hades pronunciaba lograba erizar la piel de Alya.

Entre ambos había magia, fundidos en el fuego del deseo, perdidos en la neblina de su amor.

Las manos de Hades subieron por las piernas de Alya, para el Alfa no había nada más estimulante que sentir la suave piel de Alya ardiendo de deseo carnal por él, era la genética de los Licántropos, aquel deseó, pero cuando lo sentías con la persona que amas te eleva al mismo cielo del infierno, ellos eran demonios infames en su oscuro y perfecto mundo.

Hades subía lentamente sus manos hasta el abdomen de Alya, posicionándose lentamente por encima de ella la agitada respiración del hombre se sentía en su cuello.

Las manos de ambos estaban temblorosas, esto era diferente a la primera vez que se entregaron, esta vez había más que deseo.

Esta madrugada van a hacer el amor, perder el control, Alya era dominada por él deseó de sentirlo.

- Abre las piernas, pequeña loba para tu Ministro - La sensual voz de Hades era hipnótica para Alya.

Alya obedientemente abrió las piernas mientras Hades besaba sus labios, bajando hasta su clavícula, logrando que Alya jadeara, arqueando su cuerpo.

No había barreras que los separe, no importaba Asher en ese momento, no importaba sus advertencias. No había remordimientos, ellos estaban dispuestos a disfrutar del momento, a matar las ganas, eran dos amores destinados a pesar de todo.

Lentamente, Hades entró en el interior de la Loba, se sentía tan estrecha que Hades al primer contacto gruñó, cerró los ojos y una sonrisa se visualizó en el rostro del Alfa.

Volvió a abrir sus ojos y allí la vio a ella, tan perfecta, ardiente y tierna, su Luna, su Diosa y su Igual hasta la eternidad.

Sé mala nena esta madrugada suéltate Alya, sabes que quiero comerte toda sin restricciones, eres una diabla con Cara de Ángel, tienes al infierno a tus pies, yo soy tu discípulo.

Hades entró más profundo en ella, ya no había marcha atrás, aquel lugar era testigo del derroche de amor y pasión que creaban los Dueños de la oscuridad.

La muerte y la Vida, se unieron en cuerpo y alma una vez más, ratificando la aceptación de la Diosa Luna.

A medida que pasaban los minutos las penetraciones eran más profundas cansando a la loba, suspiros, gemidos y gruñidos llenaron el sitio.

Ambos perdían el aliento, sus gemidos eran el canto de dos Demonios con Caras de Ángeles.

Las sombras se convierten en viento, reposando sobre ellos el poder más fuerte que nunca, los lazos de un oscuro y ardiente amor inigualable e inquebrantable en este mundo y fuera de ella.

Y sucedió se entregaron salvajemente a las llamas de sus deseos más oscuros, hicieron el amor con pasión desenfrenada como si no hubiera una próxima vez.

Hades se estaba volviendo fanático de los gritos Alya, gritos de éxtasis que él provocaba - Tienes las destrezas para volverme loca princesa- le susurró Hades mientras una estocada más llegaba hasta lo más profundo del cuerpo de Alya, haciendo que llegara al orgasmo una vez más en esta perfecta madrugada.

Alya enterró profundamente sus colmillos en Hades - Esta es mi marca y quiero que cuando la vean sepan que eres de mi propiedad Alfa - Dijo Alya luego de marcar a Hades nuevamente.

El Alfa se sentía completo - Cuándo Hades encontró su liberación en la posición normal para la marca, la espalda sudorosa y con marcas de mordida de Alya se pegó al pecho sudoroso de Hades, el Alfa por segunda vez marcó a Alya intensificando la marca que los une, dejando en claro es la Luna de la Manada Luna de Sangre.

Los caninos del Alfa eran dolorosos, pero con el placer que sentía Alya fue suficiente para que el dolor fuera mínimo.

Te amo - dijo Hades mientras caía al lado de Alya atrayéndola en sus brazos, dejando que la cara sonrojada de la loba descansara por encima de su pecho que subía y bajaba.

Amo ser tuya que seas tú quien desnude mi cuerpo y mi alma Hades - susurró Alya.

El sol se asomaba lentamente, pero poco o nada le importaba a la pareja, ambos quedaron dormidos.

Hasta que Alya sintió los rayos de sol fuertemente en su rostro, abrió lentamente sus ojos, encontrándose con el cuerpo desnudo de Hades ante su vista.

¿Te gusta la vista? Hades acariciaba la espalda de Alya mientras depositaba un beso en su frente.

Me encanta Alfa - Respondió la loba - todo iba perfecto hasta que un recuerdo brillo en la mente del Alfa.

Mierda - Exclamó Hades.

En ese momento Alya también se dio cuenta de lo mismo que Hades, la culpa los carcomió.

Para suerte de ellos había una bolsa en el lugar, logrando que la pareja frunciera el ceño. Pero no había tiempo para nada.

Alya se colocó la ropa que le dejaron, ropa que es de ella, minutos después la pareja vestía completamente de negro.

Faltaba una hora para que comenzara el homenaje al Beta y luego procederían a un día largo de tratados y acuerdos.

Efectivamente, como dijo Hades, Alya sentía molestias, un claro recordatorio de las palabras del Alfa. Quien al notar aquel detalle sonrió victorioso.

La pareja salió de la cabaña, encontrándose con el Jeep todoterreno esperando por ellos, no había tiempo para aclarar aquellos sucesos.

Aunque Alya ya sabía que Alizon, Bronwen y Ámbar, habían hecho un trabajo perfecto, ella nunca olvidará este acto de sus hermanas, ella sabía que era obra de sus 3 hermanas la pequeña ayuda.

Al momento en que bajaron una poderosa voz los recibió

¿Dónde estaban, dónde pasaron la noche?

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