Capítulo 20: Un Final Inesperado

Reigns reía lleno de orgullo al ver que la diosa Luna, retrocedía cada vez más según sus ataques, él estaba feliz de ver como hacía retroceder a la tan amada y protectora diosa de la luna.

— ¡La poderosa y gran diosa Luna! ¡Retrocede ante mí! —Exclamaba Reigns.— No eres más que una deidad pacifica, no sabes nada de pelear ni de guerra ¡muere maldita!

Reings llegó por la espalda de la diosa, la cual apenas tuvo tiempo de reaccionar y bloquear, ese poder era demasiado para ella, un poder tan impuro y que al mismo tiempo combinado con el poder de Skoll, era una mezcla terrible en contra suya.

La diosa Luna había creado a los dos guardianes, Skoll y Hati con la intención que ellos dos mantuvieran el orden de paz y guerra en la tierra, algo de lo que ella no es capaz del todo, les otorgo poder de ella misma y de su hermano el Sol.

Luna y Sol mezclaron sus poderes para esos dos guardianes. Y ahora Reings tiene al menos cuatro o cinco veces más poder que ella, lo que sabe, es que un posible golpe de él, podría matarla. Al verse acorralada, no tuvo opción que llamar a su hermano, el dios Sol.

Formando así, un eclipse lunar fuera de tiempo, ahora ambos dioses pelearan hombro a hombro contra una nueva amenaza.

Reigns sonríe ante su nuevo rival, pero no duda en lanzar todo su nuevo poder contra ambas deidades, las cuales bloquean, pero se sorprenden del terrible poder que posee ahora.

—Mi nombre no será más Reigns, sino que será… ¡Fassur! ¡Qué es Terror por Todos Lados! —Exclamó Reigns.

Reigns ahora llamado él mismo Fassur, golpeo con fuerza a Sol, pero él bloqueo su ataque y contraataco, pero su daño no fue grande, Fassur ríe ante el débil poder del dios Sol y creando una gran cantidad de poder, cerró su puño y llevó el golpe al estómago de la deidad lanzándolo muy lejos de donde se encontraban.

— ¡Hermano! —Exclamó Luna preocupada por su hermano.

Con aquella distracción, Fassur aprovecho y llego hasta la diosa, llevando su mano a su cuello y apretó paulatinamente.

—Se decía en los antiguos libros que nadie podía tocar a la diosa, por ser un ser divino no podía ser tocado por mortales. —Le dijo Fassur.— ¿Y qué es lo que estoy haciendo ahora, diosa?

Con aquella pregunta apretó aún más su agarre, el dios Sol se había recuperado de tremendo golpe y apareciendo a lado de Fassur lo interceptó, pero Fassur detuvo su golpe, dejando en asombro, al propio dios Sol.

—Débil. —Suspiro Fassur.

Fassur envió nuevamente muy lejos al dios Sol y esta vez, con un segundo ataque continuo, lo envió al sub-suelo.

—Comienzo a aburrirme. —Dijo Fassur.— Son tan débiles, que no pensé que mi ansiada venganza fuera así de ridícula ¿algunas últimas palabras, diosa Luna?

— ¿Qué tal? ¡Muere imbécil!

Fassur fue golpeado con fuerza en el abdomen siendo enviado en dirección contraria a donde estaba, Damian había sido el responsable de tal golpe.

Los guardianes originales, Skoll y Hati sujetaron a la diosa Luna con cuidado para evitar su caida al suelo.

—Usualmente soy el que mantiene la paz, la calma y no la agresividad, pero esta vez ese maldito va a pagar lo que le ha hecho a mi Señora. —Gruñó Skoll.

—Vamos a darle todo lo que merece, Damian. —Respondió Hati.

Damian exhala cual toro ve a su objetivo, lleno de rabia eh irá, fue contra Fassur corriendo en su forma de lobo para darle una merecida mordida del infierno.

Fassur al ver a su fuerte enemigo acercarse, toma la misma forma que él, pero su forma, tenía cuernos, los cuales al interceptar a Damian se clavaron en el pecho de Damian, pero eso no lo detuvo, sino que sus dientes, mordió con una brusquedad espantosa el cuello de Fassur haciendo rugir a este y en el movimiento de separarse, Damian se llevó con él parte de su piel dejando un gran charco de sangre que seguía brotando del dueño.

— ¡Maldito! —Exclamó dolido Fassur.

— ¡Sigues siendo mortal, maldito imbécil! —Exclamó Damian.

Con una herida así de grave, Fassur se di cuenta que perdía la vista.

Fassur negó sin parar y comenzó a usar aquel poder que le había arrebatado a Mikaela.

— ¡Damian aléjate! —Exclamó Skoll.— ¡Usará el poder que robo de Mikaela!

Damian fue lento al recibir la advertencia de Skoll, Fassur había tomado forma de licántropo y soltó una poderosa patada al estomago del lobo de Damian, causando que este, vomitara sangre por tal golpe.

Damian rodó quedando en los pies de la diosa Luna, la cual llevo sus manos a él, pero Damian se puso de pie, aún con dolor, pero sus fuerzas le engañaron y volvió a su forma humana.

—Damian, hijo mío, morirás si sigues así. —Le dijo la diosa.

—N-No se preocupe por mí, diosa Luna. —Respondió Damian.— Ese maldito morirá primero que yo…

Fassur apareció delante de Damian donde clavo su mano en el centro de su pecho y Damian solo puede gruñir y hacer el inútil esfuerzo de tratar de empujarlo fuera de él.

—Tonto, sin tu compañera te vuelves débil y vulnerable, esas son las desventajas de tener compañera de vida. —Le dijo Fassur.— Sin ella, tu fuerza se ve retenida a como eras antes de conocerla, pero cuando la conoces… mírate, no eres nada sin tu pareja. Igual que ella cuando perdió a Harry.

La diosa Luna lo sabía, pero no quiso mencionar nada para que Damian no pensará que es débil sin Mikaela.

—Con o sin ella… siempre eh sido débil, nadie nace fuerte… agh, y menos un bastardo como tú. —Respondió Damian.

—Hmp, tus palabras no me hacen nada tonto, es más ¿Por qué no te arranco el corazón de una vez?

Fassur preparó su otra mano en dirección al corazón de Damian, las dos deidades habían sido derrotadas, Damian intentaba salir de su opresor, pero no podía, no tenía fuerzas.

"(Perdóname Mikaela.)" —Pensó Damian.

Una bella luz azul con blanco cegó a Fassur y seguido de eso, fue brutalmente repelido por aquella luz, Damian cae de rodillas mientras lleva sus manos a su pecho.

Aquella luz flota alrededor de Damian y se adentra en las heridas de Damian haciéndolo gruñir y dejándolo por momentos sin aire.

Él cerró los ojos, de pronto, sintió un suave tacto en su mejilla, tan suave que le recordó a su amada Mikaela.

Damian abre los ojos y con la vista nublosa apenas puede identificar quien es, pero no fue díficil reconocer su aroma.

— ¿Mikaela? —Le llamo dudativo Damian.

Mikaela estaba frente a Damian, aquella sonrisa llena de paz lleno de vida Damian, seguido, ella deposito un beso en la frente de su amado.

—No eres débil y no estás solo Damian, muestra, lo que de verdad eres tú. —Le dijo Mikaela mirándole con mucha dulzura y confianza.— Damian Zwarte, portador de Hati, guardían de la guerra y caos, predestinado de Mikaela Aaiss Vulph, portadora de Skoll, guardían de la paz y calma… acaba con él y regresemos juntos a casa.

Mikaela desaparece de la vista de Damian, él le busco con la mirada y al mirar hacía abajo donde había dejado a Mikaela, ella seguía ahí, recostada en el suelo, pero esta vez, rodeada de su clan y el suyo.

Damian se levantó con mayor fuerza y miro a Fassur, que aún le costaba levantarse.

No estás solo…

—Lo siento Hati, pero voy a necesitar quitar el sello. —Se disculpa Damian.

Hati se altera y Skoll también.

—Niño, ni yo cuando fui escogido nunca y ninguno de los portadores han quitado el sello, ni el maldito de acá. —Le dijo Hati.

—Pues felicidades, yo seré el primero en romper una regla de oro de los guardianes de la diosa Luna.

—Hijo mío, si quitas el sello, es muy probable que mueras. —Le dijo la diosa.

—Lo sé… todo por darle lo que le pertenece a Mikaela y restablecer el orden divino, no me importa el precio a pagar. —Respondió Damian.

La diosa Luna mira con sorpresa a Damian, seguido de que observa a Hati y afirma.

Hati con pesar cierra los ojos, y pronto, las marcas de su cuerpo brillan con gran intensidad y Damian ruge haciendo que el cielo se volviera negro una oscuridad casi palpable y relámpagos rojos surcaban el cielo oscuro, dejando a la vista a un lobo totalmente oscuro con rojo, practicamente irreconocible, nadie podría pensar, que ese lobo sería Damian Zwarte, líder de un clan mortal de lobos oscuros.

El sello de Hati, es un poder que aparte de haber sido bendición de la diosa, este poder evolucionó sólo con los años y portadores pasar.

Es un poder que creció tanto y fue una amenaza potencial, por lo que él propio Hati con ayuda de Skoll, creo el sello para evitar que un poder tan terriblemente destructivo se saliera de control en cualquiera de los guardianes.

Más ahora a pedido de Damian que el sello fuera liberado, Hati cede, pero teme grandemente por la vida de su portador y por la diosa, él sabe cuán destructivo es ese poder.

Damian parecía ser todo menos un lobo, parecía un monstruo sacado de un terror, pareciera que su consciencia estaría muy lejos a causa del despertar del sello, pero su mente y pensamientos estaban más despiertos y alertas que el propio Fassur quien apenas se estaba recuperando del golpe que recibió.

Fassur aún dolido por el arranque de su piel se pone sobre sus patas y al alzar la vista observa a Damian, pero no puede reconocerlo hasta que ve a todos detrás de él y sabe quien es.

—El sello. —Se sorprendió Fassur.— ¡Hati estás loco! ¡Ni yo me atreví a pedirte el sello!

Hati quien se mantenía con los ojos cerrados, los abrió para ver a Fassur, pero sus ojos ya no brillaban con la misma intensidad que anteriormente y se debía a que todo su poder, ahora lo tenía Damian.

—A veces, las traiciones como la tuya, se merecen el peor de los castigos y este, es el indicado para ti. —Respondió Hati.

Damian ruge por tercera vez ocasionando que los relampagos surquen los cielos oscuros y golpearan el suelo con braveza, pero sin dañar a nadie de sus clanes.

Fassur por otro lado, ahora temía que su nuevo poder, no fuera suficiente contra Damian, no, él ya no era Damian, sino que ahora, ese lobo, es la propia Muerte encarnada.

Quien no lo sepa, desatar el sello de Hati es desatar la muerte y a sus lacayos por todo el mundo, la diosa Luna no sabía que tal poder que había sido otorgado a su guardián fuera a evolucionar a tal magnitud, pero como ya saben, el propio Hati creo el sello para evitar desastres descomunales en la tierra y evitar un desbalance eterno, dejó el control del sello en manos de la diosa Luna para que ella decidiera en que momento este podría ser liberado.

Pero ahora, el sello ha sido liberado y un mortal, es quien lo controla ahora.

Damian Zwarte, tiene el peso del mundo en sus hombros, pero el peso que le importa más, es traer de vuelta a su amada Mikaela y reestablecer el orden de nuevo y vivir en paz, como pensó que vivían, pero solo estaban siendo parte de un juego de ajedrez.

—Lamentarás el día en que naciste, el día que te enfocaste en Mikaela y el día en que pensaste todo esto. —Le dijo Damian mirándole con una extraña calma que mataría.

Una extraña luz comenzo a brillar de la boca de Damian y sus ojos se iluminaron más, Fassur sabía lo que iba a hacer y no se iba a echar para atrás.

— ¡Muere! —Exclamaron Fassur y Damian al mismo tiempo.

Dos poderes gigantes chocaron entre sí, llevandose parte del bosque, destruyendo el castillo de Reigns, los clanes fueron protegidos por los guardianes Skoll y Hati, pero apenas podían con tales poderes en colisión, la propia diosa Luna y el dios Sol, bajaron y protegieron a ambos clanes, apenas así, pudieron detener tales fuerzas impresionantes.

Skoll llevó sus ojos a Mikaela y pudo ver el tiempo que le quedaba a Mikaela ya era muy poco, el reloj de arena estaba por acabar.

Preocupado por pensar que podría distraer a Damian de su objetivo, tuvo que gritar.

— ¡Date prisa Damian! ¡El tiempo se agota! —Grito Skoll.

Tales palabras llegaron a los oídos de Damian, quien desapareciendo del frente de Fassur, reapareció detrás de él y mordiendo el cuello de su enemigo causando que aquel se desesperará al ver que Damian, no se movía por mucho que él se agitase.

— ¡Lleguemos a un acuerdo, Damian!

"(Lo mismo dijo esa que ni su nombre recuerdo ya.)" —Pensó Damian.

Damian solo apretó más el agarre contra Fassur, cada segundo que él tardaba en morir era un grano de arena que se acababa en el tiempo de Mikaela.

—No... —Dijo Skoll.

Damian rompió el cuello de Fassur, causando una segunda explosión por los poderes que fueron liberados de su cuerpo.

Principalmente, una bella luz azul salió y fue en dirección hacía los clanes, sin embargo, se pierde de vista en la densa nube causada por los poderes que colisionaron.

El último grano de arena, ya había caído la pregunta ahora era ¿Mikaela?

Quien tenía esa respuesta era Skoll, quien al igual que su hermano Hati, las deidades Sol y Luna, estaban exhaustas.

Aunque la batalla estaba finalizada, el día seguía en estado de eclipse lunar y aún más oscuro a causa del sello que Damian aún poseía, él bajo y apenas sus patas tocaron el suelo, la tierra se volvió negra como su propio pelaje y camino en dirección de ellos.

Los clanes Zwarte y Aaiss estaban impactados por la forma en la que se encontraba el actual líder de ambos clanes, su presencia daba miedo, nunca para los Zwarte, le habían temido tanto a su alfa al grado de ahora.

— ¿Cómo está Mikaela? Skoll. —Preguntó Damian.

Skoll miro a Damian, seguido de que ve a Mikaela y cierra los ojos.

—Lo lamento, Damian. —Respondió Skoll.

—No, eso no puede así, me di prisa para acabar con Fassur, ella, ella...

—Damian, contrólate, aún tienes el sello y un arranque puede matarnos a todos. —Le dijo Hati.

—Ya no es necesario, todo terminó. —Respondió Damian.

La diosa Luna cierra los ojos y pronto, Damian vuelve a su forma normal de lobo azabache, seguido de que regresa a su forma humana, lleno de heridas que ya se encontraban en cicatrización, debido a la curación de Mikaela.

—Esto no es justo. —Dijo Damian destrozado.— Daría mi vida por ella, pelee a muerte con Reigns para salvarla y que viviéramos juntos en paz... Pero esto, es injusto, totalmente injusto.

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