Cuando Mikaela abrió sus ojos se encontró en una habitación muy amplía un poco cálida, al asomarse a la ventana pudo sentir el calor del sol, por lo cual, regresó a la cama vio su maleta y comenzó a desempacar sus cosas cuando de repente tocan la puerta.
—Buenos días Srta. Luna. —Le saluda una sirviente.
—Buenos días. —Respondió Mikaela entendiendo donde está.
—Eh venido a traerle el desayuno.
La sirvienta entró a la habitación y le dejó el desayuno en la mesita de noche y se retiró, poco después Mikaela desempacó todo, cuando vio los cajones con ropa de hombre, Mikaela se dio cuenta que la habitación no solo iba a ser de ella, por el olor supo que eran de Damian, por lo cual, suspiro y acomodo su ropa de modo que cupiera junto a la de él, después desayuno.
Al rato de terminar de comer, salió de la habitación dispuesta a ir a dar una vuelta por los alrededores, para conocer el territorio Zwarte.
—Srta. Luna ¿Qué hace? —Le pregunta Khan.
Mikaela voltea y ve al sonriente de Khan.
—Oh, hola Khan. —Le saluda Mikaela.—Buenos días.
—Buenos días ¿A dónde vas?
—Voy a dar una vuelta, no hay ningún problema ¿o sí?
Khan tardó en responderle, pero afirmo, Khan sabía que no era recomendable, pero él sabe que Mikaela es alfa, que ella sabe cuidarse sola y que no es indefensa, Mikaela podrá tener lindo rostro angelical, pero no la hagan enojar o dañar, si no conocerán a la verdadera alfa del clan Aaiss.
Mikaela se aleja bastante de los límites del clan Zwarte, buscó un lugar alto para poder observar todo y a gusto a sus anchas. Una vez que ella exploró todo, pensó en regresar por donde había caminado anteriormente, pero un chillido repentino le hizo frenar su paso y con su oído siguió el chillar, en el cual se adentró un poco más en el bosque, cuando de repente…
— ¡Te tengo!
Desde que salió Mikaela, cierto beta esta muy intranquilo de ver que la futura luna de los Zwarte aún no regresa y su notable preocupación se ve mientras no para de dar vueltas de izquierda a derecha.
Él espera verla primero a ella que a su alfa, ya que conociendo al alfa Zwarte, se preocuparía mucho por ella y lo que menos él quiere ver, es un conflicto entre alfas potencialmente fuertes en una pelea solo por una salida que él autorizó.
Paso una media hora y Mikaela no regresaba, Khan estaba con los nervios en el suelo, pero mientras él pensaba en la bella pareja del clan Zwarte, llegó el rey de roma.
—Hola Khan. —Le saludo Damian.
—H-Hola. —Respondió Khan tartamudo.
—Oye tú no tartamudeas ¿Qué pasa?
—Eh... nada, ¿Qué acaso no puedo tartamudear a veces o qué?
—Relájate, solo se me hizo raro, iré a ver a Mikaela a ver si no se le hace raro compartir habitación conmigo.
—Ah, sobre eso Dam---
Damian no escuchó a Khan, por lo que subió las escaleras de tres en tres, para Khan solo tuvo que contar hasta cinco para ver de regreso a un alterado lobo Zwarte.
— ¿¡Mikaela donde está!? —Preguntó Damian alterado.
—Primero, relájate y déjame decirte donde está. —Respondió Khan.
— ¿Cómo quieres que me relaje? ¿Dónde está ella Khan?
—La tratas como una loba que es incapaz de protegerse, te recuerdo que ella es una Alfa.
— ¡Khan!
— ¿¡Estás escuchándome!?
Damian le ve sorprendido, Khan siempre ha sido uno de los lobos Zwarte más tranquilo de la manada, por lo que él solo alce la voz, ya es motivo de sorpresa.
—Sí te estoy escuchando. —Responde Damian.— ¿Me dirás dónde está?
—Fue a dar una vuelta. —Respondió Khan.
—Es peligroso que ella ande sola voy a ir a...
Khan detiene a Damian del brazo antes de que avance.
—Amigo escúchame por favor. —Le pidió Khan.
—Khan, eres mi mejor amigo y odio estar en contienda contigo por lo cual ¿Por qué me detienes tanto en ir por Mikaela? ¿Acaso te está interesando mi pareja? —Le dijo Damian serio.
—Claro que no, tú, alfa histérico y dramático. —Respondió Khan dandole un zape a Damian.— Mikaela para mí es solo una hermana y amiga, pero la razón por la que te detengo a que vayas a por ella en este momento es por lo siguiente: Ella es ALFA, no es una Omega ni una loba que no sepa defenderse, ella es como tú ¿te gustaría que otro Alfa te buscara solo para protegerte aún sabiendo que eres Alfa?
—Khan...
—Responde.
—Es obvio que no, me haría sentir mal y probable pelearía con él.
— ¡Vez! Mi motivo de detenerte es para que tú no tengas tantos problemas con ella, entiende amigo, ustedes dos son Alfas, son dominantes.
—Te lo agradezco hermano, pero es mi pareja, cuando encuentres la tuya me vas a entender, iré a buscarla, pero procuraré no hacerla enojar, agradezco tu preocupación, Khan. Te veo al rato.
Damian se fue y Khan solo suspiro todo el camino hacía su casa y a su habitación, para cuando llega se tumba de panza y después voltea para observar el liso techo y suspirar.
—Alfa histérico, si supieras que ya encontré a mi pareja, solo que ella tardará en llegar por su clan. —Suspiro Khan.
Damian fue en busca de Mikaela transformado en lobo, él mismo se intenta engañar de que no esta preocupado, pero en realidad si lo esta, no sabe bien como va a reaccionar su clan ante la presencia de un lobo Aaiss.
—O-Oye suelta mi oreja. —Se escuchó la voz de Mikaela.
La voz de Mikaela llamó la atención del preocupado alfa y corriendo a esa dirección la encontró con la cabeza ladeada dado que un cachorro del orfanato se escapó de nuevo y ese pequeño enfadoso, Damian ya sabía quien era.
—Cody. —Le llamó Damian duramente.
Cody saltó al oír la voz dominante del alfa Zwarte, Mikaela por su parte solo se sacudió la cabeza para después ver a Damian con seriedad.
— ¿Te volviste a escapar o el grupo está en otro lado? —Le preguntó Damian.
—Está en o-otro la-lado, Al-Alfa... po-por favor n-no me regañe po-por escaparme de la gua-guardiana, po-por favor. —Respondió Cody.
Damian miraba duramente a Cody, él pequeño sabe que no debe escaparse de las guardianas, que son omegas, pero pronto desvió la mirada hacía Mikaela quien miraba con ternura a Cody, por lo que Damian suspiro en silencio y sentandose calmó la intensidad de su mirar sobre el cachorro.
—De acuerdo, no te llamaré la atención con la condición de que me digas la tabla del cinco. —Dijo Damian.
Cody refunfuño y gruño divertido, Damian se río y Mikaela también.
—No es cierto Cody, vete a jugar con el grupo. —Damian le dio un suave empuje con su nariz a Cody.
Cody se despidió y levantándose en sus dos patitas traseras para tratar de alcanzar a Mikaela, ella agacho su cabeza y lo abrazo, después Cody desapareció de las vistas de ambos alfas.
— ¿Viniste a buscarme? —Pregunto Mikaela de golpe con cierta molestia.
—Te mentiría si dijera que no, pero es así. —Respondió Damian relajado y aún sentado en el suelo.
Mikaela estaba por decir algo, pero él añadió otra cosa con rápidez.
— …Más quería mostrarte el lugar, pero te me adelantaste ¿te importaría si te acompaño? —Preguntó Damian.
Mikaela fue tomada totalmente en cuerva, ella se estaba preparando para una riña, por lo que al no tener respuestas para que arremeter, solo bajo sus orejas, suspiro y miró a otro lado.
—Está bien. —Respondió Mikaela.
Damian contento se puso de pie y comenzó a mostrarle cada límite que el su clan tiene, los vastos bosques alrededor fueron una de las cosas que él notó que a Mikaela le gustaron. Un lobo Aaiss está muy acostumbrado a los bosques, así que eso él cumple con los bosques. Al poco rato de haber dado una larga vuelta en calma y respondiendo dudas y preguntas, Damian y Mikaela regresaron a la mansión de él, Mikaela fue hacía la habitación de Damian y él nerviosamente, detrás de ella, cuando él entra la encuentra cepillando su cabello con calma.
—Mikaela. —Le llamó Damian.
—Dime. —Respondió Mikaela sin voltear a verlo.
— ¿Te molesta la idea de compartir la habitación conmigo?
—Sé que no te conozco, pero...
Su 'pero' se prolongó un poco, Damian observó su rostro, no estaba ni molesta ni nada negativo, si no que era triste y melancólico.
—Pero, no me molesta la idea. —Respondió al final ella.
— ¿Estás segura? —Preguntó Damian.
—Sí.
Damian un poco nervioso de las reacciones de Mikaela, se recostó sobre su cama y prendió la televisión, mientras que él buscaba algo para matar el silencio medio incómodo, Mikaela se sentó en la orilla de la cama mientras seguía cepillando su cabello.
—Últimas noticias del día, los cazadores de lobos han estado mucho tiempo en las nevadas del tundra. —Damian se detuvo en un canal de noticias.— Se dice que un grupo de treinta hombres salió hace una semana y solo regresaron dos, con un lobo blanco demasiado grande, se rumorea que sea un hombre lobo…
—Damian ¿podrías quitar la noticia, por favor? —Mikaela le pidió.
—Claro. —Damian obedeció rápidamente, hasta él entendió a la primera.
Damian paso del canal de las noticias a poner una pelicula, los primeros minutos ninguno de los dos puso atención, Damian estaba perdido observando a Mikaela quien se había recostado a su lado para verla, aunque ella misma parecía tampoco ponerle atención.
Otros pocos minutos después, el teléfono de Damian sonó eh hizo brincar a los dos, él chasquea la lengua y contesta de mal humor.
— ¿Qué? —Contestó Damian.
—Ow calma ¿Por qué andas tan molesto cariño?
—No me digas así ¿Qué quieres Day?
— ¿Puedo ir a tu habitación? En realidad ¿puedo entrar? Estoy delante de tu puerta.
— ¡No! ¡Largo de aquí!
—Oye porque...
— ¡Eh dicho no! Soy tu Alfa y tienes que obedecerme, si te atreves a desobedecerme vas a pagarlo muy caro Day.
Damian colgó la llamada y segundos después sintió que la presencia de Day que estaba en su puerta, se fue. Suspirando de frustración, arrojó su teléfono a los pies de la cama.
— ¿Estás bien? —Preguntó Mikaela.
—Sí, perdona este momento tan incómodo. —Respondió Damian.
—No te preocupes.
Damian quería decirle algo más a Mikaela, pero justo cuando estaba por plantear lo que quería decir, tocan la puerta de su habitación.
"(¡Es en serio! ¡Joder!)" —Exclamó Damian en sus internos.
Damian se levantó y abrió la puerta, se calmó al ver que solo era una sirvienta avisando de la cena.
—Mikaela ¿vienes a cenar? —Le preguntó Damian.
—Perdóname Damian, pero no tengo apetito. —Respondió Mikaela con voz débil.
—No preparen la cena no voy a...
—Damian no te preocupes por mí y baja a cenar. —Interrumpió Mikaela.
—Pero Mikaela…
—Está bien, solo porque yo no quiera comer no debes de retener tu hambre, si no después vas a querer cazar un siervo al aire libre, conozco el apetito de un hombre cuando tiene mucha hambre.
—Jaja, está bien.
Damian se fue a cenar en cambio Mikaela se cambió y se puso su pijama.
Ella pronto se acostó tras haberse preparado para descansar, más ella no pudo conciliar el sueño a pesare de ser ya las diez de la noche, sin embargo, los recuerdos de haber regresado a Inglaterra le atormentaban, eran como un flor que brotaba y su despertar era lento y tortuoso. A pesar de que ella había enterrado esos recuerdos en lo más profundo de su alma, estos comenzaban a dar problemas a la alfa de Aaiss, problemas que después de un año aún le siguen torturando.
Ella hundió su cara contra la almohada mientras sus lágrimas caían de sus ojos y eran absorbidos por la almohada, su pecho brincaba con cada sollozo que ella soltaba. Aquellos recuerdos hermosos y molestos, fueron su más grande tormento, ella quería parar de llorar, pero sus ojos no paraban de crear y crear lágrimas desde el fondo de su alma, eran lágrimas de su alma, pronto ella escuchó pasos acercarse a la puerta y está se abrió y cerró, por el olor supo que era Damian, por lo que ella solo se dio media vuelta mirando en dirección a las ventanas.
Damian le vio, pero no hizo nada por hablar o mencionarle algo, él se metió a darse un baño y prepararse para dormir, al terminar se recostó en la cama junto a Mikaela y le dio la espalda, Mikaela en el fondo trataba de mantener callados sus sollozos, pero no era sencillo, el agudo oído de Damian, le hizo voltear y suavemente levantó un poco del cabello de Mikaela que cubría su rostro, fue así que Mikaela le vio y Damian vio ese profundo azul lloroso de los ojos de Mikaela.
—Mikaela, ¿Qué tienes? —Le preguntó Damian.
—Yo…
Mikaela cerró los ojos y siguió llorando, intento ocultarse con la almohada, pero Damian no se lo permitió, solo les las ingenió para voltear a Mikaela y él abrazarla, ella se sorprendió, pero no le negó el afecto.
— ¿No te gusta esto? —Le preguntó Damian.
—No es, no es eso. —Respondió Mikaela.
— ¿Quieres volver al Tundra?
—No, solo debo superarlo, e-estaré bien.
La voz de Mikaela se le entrecortó y ocultando su rostro en el pecho de Damian, sus lágrimas volvieron a caer, Damian acariciaba su cabeza repitiendo una y otra vez que estuviese tranquila, que todo iba a estar bien. Pero ójala todo realmente estuviera bien para ella, porque nada iba a estar bien, ella no quería volver a Inglaterra por las memorias que tiene de ese lugar el simple hecho de haber vuelto, solo le está causando un gran caos en su mente, corazón y alma.
Mientras tanto un clan está en marcha.
—Padre no me siento tranquilo… —Dijo Tony, hermano de Mikaela.
—Tony, si es por tu hermana que regreso a Inglaterra debes dejarla, ella debe de enfrentar sola lo que sucedió allá. —Respondió su padre.
—Pero recuerda cómo se puso la vez pasada por los recuerdos además, no se llevó su medicamento para tratar la herida interna que tiene.
—Tony, si tu hermana no se la llevó es por algo, no te preocupes por ella, estará bien.
—No padre, tú no la conoces tanto como yo y eso que eres nuestro padre, me adelantaré, espero verlos pronto en la mansión.
— ¡Tony espera!
Tony no obedeció a la orden de su padre, él se separó del clan y corrió lo más rápido que pudo hacía Inglaterra, él conoce mejor que nadie a su hermana, sabe lo débil que puede ser estando en mal estado por regresar ahí como también sabe que Mikaela no soportará mucho tiempo estar en ese lugar, nadie entiende bien porque no regreso nunca más a Inglaterra, pero cuando vieron que acepto, todos dieron por hecho que ella estaría bien, pero Tony sabe, que eso no será así.
Mientras Tony corría miraba el cielo estrellado con melancolía.
"(Oh, amigo, si supieras como sufre Mikaela por ustedes, te sorprenderías…)" —Pensó Tony.
A la mañana siguiente Mikaela abrió sus ojos por el ruido constante de una escoba estando en movimiento, al despertar completamente, vio a una sirvienta limpiando la habitación.
—Buenos días. —Le saludo Mikaela.
— ¡Srta. Luna! A despertado… disculpe, buenas tardes. Le hablaré al Sr. Damian de inmediato. —Respondió la sirvienta.
—No hace falta y… espere ¿buenas tardes?
—Ah, sí ya es hora de la tarde.
— ¿Qué hora es?
—Son las cinco de la tarde, señorita.
— ¿¡Qué!?
Mikaela se levantó tan rápido de la cama que sintió una ligera punzada en la cabeza, no se sentía bien.
— ¿Se encuentra bien? —Se acercó la sirvienta hasta Mikaela.
—Sí, solo me levante muy rápido. —Respondió Mikaela no dandole importancia.— Cinco de la tarde, no puede ser... ¿Qué día es hoy?
—Estamos a cinco, señorita.
— ¿Qué? Pero ayer era tres.
—No señorita, usted ha estado durmiendo desde el tres y no había despertado hasta ahora.
Mikaela quedó sorprendida, había dormido dos días y medio, así ella se ha dado cuenta que el haber regresado a Inglaterra, le estaba trayendo estragos.
— ¿Dónde está Damian? —Preguntó Mikaela.
—Él está en el comedor, ha estado muy preocupado porque usted no ha despertado en dos días. —Respondió la sirvienta.
—De acuerdo, lamento las molestias, voy a ir a verlo.
Mikaela se puso de pie de la cama con la intención de darse un baño y refrescarse, pero repentinamente siente un dolor de cabeza acompañado de un mareo y de manera totalmente involuntaria, ella toma su forma de lobo.
— ¿Qué está pasando conmigo? —Se preguntó Mikaela.
Mikaela comenzó a caminar hasta la puerta, ignorando que la sirvienta le hablaba para advertirle del choque a la puerta.
—Señorita Luna cuidado con...
Mikaela chocó fuertemente contra la puerta, el golpe fue sordo y un poco grueso.
—Ow, qué…
—Srta. Luna ¿se encuentra bien? ¿Segura que desea bajar? —Le preguntó la sirvienta.
—Sí, no se preocupe, estoy bien. —Respondió Mikaela, cuando sabe que no es así.
La sirvienta abrió la puerta para ella, aunque tenía una mala espina acerca de Mikaela en que realmente se sintiera bien, pero no podía debatirle a una alfa y menos si es dominante como ella, estaría en problemas grandes si lo hace.
"(Los lobos Aaiss no son como los Zwarte, ante el mínimo detalle de intento de sujeción, ellos reaccionan mal.)" —Pensó la sirvienta.
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Comments
San Aguirre
Que incómodo que la sirvienta esté barriendo en tu recámara mientras tú duermes 😖😖😖
2024-01-28
5
San Aguirre
*he hizo
2024-01-28
1
San Aguirre
*ves
2024-01-28
1