Capítulo 7: Sahara

—Sabes quiero presentar a Mikaela como Luna a mi manada esta noche. —Le dijo Damian a Tony mientras caminaban.

—Me parece bien. —Le contesta cortante.

— ¿Sigues molesto por lo de hace tantos años?

—Hm, no hablemos de eso sí, hoy en la noche será algo muy importante para tu manada por lo cual no entremos en detalles innecesarios.

—Sí tú lo dices.

— ¡Damian!

—Khan ¿Qué ocurre? —Le preguntó Damian.

Khan jadea y alzando su cabeza le dice.

—Jaime y Mikaela... ellos...

Todavía ni terminaba de hablar cuando Damian comenzó a imaginarse una escena de cuando Mikaela le dijo que iba a solas. Inconscientemente comenzo a gruñir molesto.

— ¡No malpienses, alfa idiota! —Le sacó del trance Khan.

— ¡Entonces qué! —Contesto Damian.

—Jaime y Mikaela están peleando, creo que Jaime la desafío, no sé qué este pasando.

— ¿¡Qué!?

La carcajada de Tony hizo que ambos Zwarte le miraran desconcertados ¿de qué se reía?

—Ese idiota de Jaime no sabe con quién se ha metido, vamos antes de que lo mate. —Siguió riendo Tony empujando a los dos preocupados Zwarte.

Los tres hombres se dirigieron hacía donde la tensión de las manadas era notable, los lobos Zwarte no entendían bien el motivo de la agresividad de los Aaiss, pero no podían mantenerse con la cabeza gacha, se pusieron de igual modo empeorando el ambiente.

Pronto Damian visualizó a Mikaela un poco mal herida y a Jaime en su forma de licántropo.

Damian enfurecido sus ojos comenzaron a cambiar y su dientes crecer, pero se calmó levemente al sentir la tremenda fuerza que Mikaela emano al exclamar con fuerza y autoridad de una alfa.

— ¡Nadie se meta en esto! —Exclamo Mikaela.— ¡Quien me desafía paga las consecuencias!

Jaime se ríe indiferente y brinca contra Mikaela, pero ella al sentirlo muy cerca salta por encima de él y volviendo a su forma humana con su pie le golpea detrás del cuello haciendo que se estrelle fuertemente contra el suelo.

Jaime trata de tomarla, pero ella toma rápidamente sus brazos y los cruza haciendo que este aullé del dolor y nuevamente poniendo su pie contra su cuello le dice con una voz autoritaria.

—Haz un solo movimiento y te romperé los dos brazos o quizás el cuello y así mueras antes de lo previsto. —Le dijo Mikaela.

Jaime solo gruñe y al final suelta un quejido.

— ¡Escúchenme bien todos, especialmente el clan Zwarte! —Alzo Mikaela la voz.— Puede que su alfa Damian, aún no me presente como Luna de la manada, pero debo de recordarles que yo también SOY ALFA sean o no sean de mi clan deben de darme el mismo respeto que le dan al suyo, y quienes no den dicho respeto pagaran las mismas consecuencias que este lobo insensato está pagando. ¿¡Quedo claro!?

Aquella exclamación del final, el clan Aaiss volvieron todos a su forma humana, donde llevando su mano derecha a su pecho inclinaron la cabeza y el clan Zwarte al darse cuenta de su acción, imitaron lo mismo y alzaron la voz.

— ¡Si alfa Aaiss! —Exclamó el clan Zwarte.

Mikaela soltó a Jaime y bajándose de él, este se vuelve a su forma de humano mientras se sobaba el cuello y los brazos, más Mikaela voltea verlo nuevamente con más dureza de aquella en la que ni a Damian le había mostrado antes.

—Agradezco a la diosa Luna que tú no seas el predestinado de Lily. —Le dijo Mikaela casi escupiendo las palabras de lo último.

Jaime solo miro a otro lado, fue brutalmente humillado, él es machista por lo cual ser derrotado por una mujer ha golpeado fuertemente su orgullo y ego.

—Vaya, vaya. Me alegra ver que mi compañera ponga en su lugar a aquellos que no la respeten. —Damian al fin alzó la voz mientras aplaudía.

Todas las miradas, incluyendo la de Jaime y Mikaela le miraron sorprendidos, ¿Desde a qué horas estaba ahí?

Él se acercó a Mikaela y se agachó levemente para darle un beso en la mejilla.

—Esta noche habrá un convivio especial. —Dijo Damian al separarse de ella.— Y ambos clanes están invitados, el convivio es formal así que los esperamos en el salón principal a media noche. —Damian terminó y se fue hacía Mikaela.— ¿Estás bien?

—Sí, no te preocupes. —Respondió ella aún estando firme.

—Bien, dame un momento.

Damian dejó a Mikaela con su hermano, mientras que él se acercó con aquella aura amenazante contra Jaime, quien no fue nada tonto y agachando la mirada, Damian estaba frente a él, pero Jaime ni se atrevía a mirarle a los ojos.

—Jaime Zwarte. —Le llamó Damian con fuerza.

—A-Alfa. —Respondió a duras penas Jaime.

—Mañana apenas despunte el alba, te irás de la manada Zwarte, tienes prohibido volver a acercarte a nosotros y a los Aaiss, pero asistirás al evento ¿te quedó claro?

—S-Sí, alfa.

Damian regreso con Mikaela y Tony, quienes no dejaban de reír, él llegó a ellos y Mikaela seguía riendo, pero Tony dejó su sonrisa de lado y se fue, dejando a ambos alfas solos.

—Hubieras visto como se cayó Tony con esa piedrita de ahí. —Le dice Mikaela con risa.

—Me imagino que fue épico. —Respondió Damian con un sonrisa.

"(Su risa es contagiosa.)" —Pensó Damian.

—Hmp, bueno ¿de qué tratará el convivió?

—Bueno para eso… espera, debemos atender tus heridas primero.

—No hace falta, yo siempre me eh curado rápido y sola.

— ¿Segura?

—Sí, vamos.

—No me convence mucho, pero bueno, vayamos a caminar para pasar el mal rato y te cuento de qué trata el convivio.

Mikaela asiente con una sonrisa.

Mientras caminaban lejos del clan, Damian le contó sobre su plan de presentarla ante la manada como luna de está, Mikaela se sorprendió y repentinamente se puso muy nerviosa, causando gracia para Damian en ver a un alfa nervioso.

— ¿Estás seguro? —Le preguntó Mikaela.— Digo, ¿crees que les caiga bien? Después de lo que acaba de pasar.

Mikaela habló entre algunos balbuceos y entre-dientes.

"(Con esos balbuceos se ve súper tierna. ¿Qué pasará si le robo un pico?)" —Pensó Damian.

Tal como lo pensó, él le acorraló contra un tronco y mirándola desde arriba, dado que es más alto que ella, miró con antojo y deseo aquellos labios rosados y carnosos que ella tiene, se volvió a repetir aquel momento que fue interrumpido por los cazadores.

Mikaela le miró directamente a los ojos, esperando un movimiento del alfa de los Zwarte, Damian sabía que ella deseaba que hiciera algo, sus ojos clavados en él le decían todo, por lo cual, sumando más el deseo nuevamente él hace rozar sus labios con los de ella, la respiración de ambos se escucha con una claridad enorme.

Un escalofrió corrió por la espalda de ambos y ellos dos se dieron cuenta.

—D-Deja de hacer eso... me pones más nerviosa. —Le dice Mikaela muerta del nervio.

—Solo un poco más. —Respondió Damian.

Al fin dejó el suspenso de lado y él le besó de la manera más tierna que pudo y conocía, ella le correspondió, el beso subió de tonó, casi hasta cortésmente, la lengua Damian jugando con las labios de ella, pedía permiso para entrar, al cual, Mikaela cedió el paso, provocando que el beso que había sido tan tierno, se volviera hambriento de deseo y lleno de lujuria.

Un sonido peculiar de ramas secas ser pisadas, separó a ambos alfas dominantes, Damian puso a Mikaela a su lado y ambos se prepararon para lo que viniese, pero un olor terrible hizo que Damian estornudará y Mikaela solo puso una cara de pocos amigos, ella ya sabía quien era.

—Ugh, que asco de olor. —Se quejó Damian.

—Ow, lo lamento cariño, dado que fui expulsada ahora huelo de esa manera, pero antes olía deliciosamente a rosas. —Respondió una voz femenina oculta entre las sombras.

— ¿¡Quién eres!?

—Ah, eres su nuevo compañero y no lo sabes o creo que ella no te lo ha dicho, verdad ¿Mika?

Mikaela se volvió en su forma de lobo y gruño amenazadoramente.

—Muestréate, traidora. —Le ordenó Mikaela.

—Como tú digas... Alfa.

De los arbustos apareció una loba color azabache total, como los lobos del clan Zwarte.

—Veo que conseguiste lo que querías. —Le dijo Mikaela.

—Jeje, así es ¿estás contenta Mika? —Preguntó la loba azabache.

Mikaela gruñó más molesta de lo que Damian ya conocía, él estáen medio de una discusión de lobas y no tiene la más mínima idea de que rayos estaba pasando.

—Veo que estamos dejando a tu Compañero de lado, así que porque no presentarme Mikaela. —Dijo la loba al ver la cara de Damian.

—Tu nombre ya no importa. —Respondió Mikaela.

—Pero parece ser que a él sí, dado que no te conoce bien ni tu pasado, ni quien eres. Así que, me llamo Sahara, anteriormente mi nombre era Aaiss, pero como fui exiliada ya no soy más Aaiss.

"(Aunque se haya presentado esto no tiene sentido para mí.)" —Pensó Damian.

— ¡Cierra el hocico! Él no tiene por qué saber de ti. —Mikaela exclamó.

—Querida, no te pongas celosa, no te voy a quitar a tu compañero, aunque es demasiado apuesto tal vez cambie de opinión muy pronto. —Respondió Sahara.

La tal Sahara le guiña el ojo y el gruñido de Mikaela se hace más presente y su lomo se eriza fuertemente.

—Ash, después de que te salve la vida me sigues tratando así.

—No sé porque me salvaste, sabiendo lo que ibas a hacer después. Cada rato cuando tú estás cerca esa parte que me diste de ti late solo una vez con fuerza haciéndome saber que estás muy cerca del clan, escoria.

—Eh, no sabía que tendría ese efecto pero al menos es un lindo recuerdo ¿no? Un lindo recuerdo de tu antigua mejora amiga y beta.

Mikaela se abalanza contra ella y ambas lobas gruñen y chillan por cada ataque que se hacen, Damian estaba como espectador no entendía que pasaba, pero al ver la sangre de ambas lobas decidió separarlas, no tenía idea de como, pero se las iba a ingeniar.

— ¡Hey basta las dos ya! —Exclamó Damian.

Damian trato de meterse en la batalla, pero la fuerte pata de una de las lobas le empujó fuertemente y chocando su cabeza contra un árbol su vista comenzó a nublarse.

Pero antes de perder el conocimiento pudo apreciar el aullido de Mikaela y poniéndose delante Damian, quien atacó con mayor ferocidad y en ese instante Damian no supo más de sí mismo.

...~*~...

Damian despertó en un lugar muy distinto al que estaba, escucha pisadas detrás de sí, así que al girarse vio a dos lobas blancas, algo pequeñas.

—Oigan ¿pueden decirme dónde estoy? —Le preguntó Damian a las pequeñas lobas.

Pero las lobas no le oyeron ni le vieron, el trato de tocarlas, pero le pasaron como si fuera un fantasma.

"(P-Pero qué... ¿Dónde estoy?)" —Pensó Damian.

Las lobas venían hablando entre sí y Damian le llamo mucho la atención el nombre de una.

—Vamos Mika, solo ayúdame sí.

—No creo que sea buena idea Sahara, nos meteremos en problemas muy graves y recuerda como me va a mí, soy hija de Alfas. —Respondió Mikaela.

— ¡Vamos! Créeme nadie se va a enterar.

Mikaela suspiro, pero afirmó a las palabras de su amiga.

— ¡Woo! Vamos hay que darnos prisa. —Respondió Sahara.

Mikaela y Sahara corren y Damian por impulso las siguió aunque no tenía idea de donde estaba, las encontró no muy lejos de sus territorios, en realidad, estaban en las fronteras de ambos territorios.

Damian vio a Sahara lista para cazar algo o alguien, él no podía ver bien dado que andaba lejos, pero en eso él vio a su lado y vio a Mikaela con una mirada de preocupación.

—Oh Sahara, eres mi mejor amiga, pero si esto es uno de tus locos experimentos, tendré que detenerte a mi manera. —Suspiro Mikaela.

Mikaela se lo dijo para sí misma, Damian trato de tocarla, pero fue igual, su mano la pasó como si fuera un fantasma.

En ese instante se escucharon chillidos y gruñidos de donde Sahara estaba mirando, Mikaela alterada por dichos ruidos corrió hacía allá y Damian junto a ella, ambos miraron una escena devastadora.

— ¿Qué has hecho Sahara? —Preguntó Mikaela.

—Pues lo que ocupo. —Respondió Sahara de manera descarada.

—Pero que... —Damian se quedó a medias de expresarse.

—Ocupo un poco de ellos, un poco de los otros y un poco de aquellos. —Señalaba Sahara.

De su hocico corrían chorros de sangre y entre sus dientes había diferentes tipos de pelaje, estaba herida, pero eso parecía no importarle, le importaba más sus... ¿espécimen?

—Sa-Sahara, esto está mal. —Le dijo Mikaela.— Si nos descubren nos mataran, el olor a sangre comienza a esparcirse por todos lados, debemos irnos.

—Si quieres tu vete, yo me quedare a hacer mis experimentos. —Le dijo Sahara.

— ¡No pienso dejarte aquí!

—Entonces ayúdame con los cuerpos.

Damian pudo apreciar el temor inmenso en Mikaela al alzar el primer cuerpo simplemente el tener que tocar el cuerpo semi tibio y semi duro de esos lobos le causaba repulsión y un temor extremo. Sahara en cambio los mordía y tiraba con facilidad alguna para otro lado.

—Bien, acabamos, ahora voy a empezar. —Dijo Sahara bostezando.

Sahara volvió a su forma humana, era solo una niña de unos ¿quince años?

—Sahara ¿desde cuando haces esto? —Le preguntó Mikaela.

— ¿Uhm? Ah, desde los diez. Por cierto ¿tú ya vas a cumplir 16, no? —Respondió Sahara.

¡Un momento! Damian exclamó en su mente entrando en razón. ¿Cómo es que estaba viendo otra sombra del pasado? Estaba viendo el pasado de Mikaela cuando tenía 15 años, pero ¿Por qué él estaba viendo esto?

—No trates de cambiar el tema Sahara, porque... ¿¡Por qué estás haciendo esto!? —Mikaela alzó la voz.

— ¡Shh! Si alzas demasiado la voz nos van a encontrar, use una poción para distraer el olor de la sangre así que no grites. —Le dijo Sahara.

—Responde.

Sahara dejó lo que estaba haciendo y sentándose delante de Mikaela quien seguía parada fijamente en su forma de lobo le dice con una sonrisa macabra.

—Porque yo quiero tener mi pelaje color AZABACHE, yo no lo quiero blanco, lo quiero azabache. —Declaró Sahara.—Hace unos meses fui con una bruja mala y me dijo que ocupaba ciertas cosas para conseguir mi deseo, así que con las instrucciones de esa bruja, estoy haciendo lo que ves que hago.

Damian quedo en shock, ella ya no era una loba, era un monstruo.

Mikaela miró a Sahara horrorizada, dio unos pasos atrás y pensaba en correr, pero Sahara la detuvo tomándola del pellejo de su cuello.

—No seas tonta, si sales en este momento los lobos del clan Zwarte te perseguirán y probablemente te maten de algo que tú no hiciste, así que piensa bien futura alfa y quédate aquí hasta que te diga. —Le dijo Sahara.

Mikaela ya no respondió nada, solo se echó delante de la cueva en la que se encontraban, a Damian le llegaron olores espantosos que incluso le dieron náuseas, literalmente tuvo que salir de la cueva a vomitar.

Al voltear vio a Mikaela también fuera la cueva y ella vomitaba también.

"(Mikaela ¿Qué es esto?)" —Pensó Damian.

Mikaela miró a la dirección en donde Damian se encontraba y parecía buscar a alguien, pero regreso a dentro y él también.

— ¿Qué te pasa? Parece que hubieras visto un fantasma. —Le preguntó Sahara.

—Yo que sé, siento como si algo o alguien nos estuviese viendo. —Respondió Mikaela.

Damian trago saliva nervioso.

—Ah, sí, es normal. —Respondió Sahara relajada.

— ¿Normal? —Preguntó Mikaela.

—Cuando sabes que estás haciendo algo mal sientes que hasta los insectos te miran, jaja. Ya pase por eso.

Mikaela le dio un poco de gracia eh inclusive a Damian, dado que cuando haces algo mal sientes que hasta las rocas te observan.

Pero la leve risa de Mikaela desaparece al ver los cuerpos de todos los lobos desmembrados y...

—Sahara, de todo corazón te pido, quiero irme ya. No creo poder aguantar más estos olores. —Le pidió Mikaela.

Sahara hace una mueca de disgusto y dejando sus cosas se alista para irse con Mikaela al clan, una vez que se salieron de los limites pude visualizar un cambio muy fuerte en Mikaela.

— ¿Me acompañarás mañana? —Le preguntó Sahara.

—No. —Respondió Mikaela con firmeza.

—Oh vamos.

—Escúchame bien Sahara, tienes tres días para recapacitar, solo tres días.

—Nu-Nunca me habías hablado de esa forma.

—Bien dijiste, que piense bien antes de actuar como futura alfa, por lo cual te hablo desde ahora como la futura alfa que voy a ser. Sahara Aaiss, tienes solo tres días para recapacitar, al cumplir el plazo del tiempo, sentenciare algo para ti. Adiós.

Mikaela le dio la espalda con gran autoridad, Damian se quedó a lado de Sahara quien en sus pensamientos escuchó.

"(Es la primera vez que Mika usa el tono de alfa, sin duda alguna va en serio. Pero...)" —Pensó Sahara.

—Lo lamento Mika, ya tome mi decisión. —Dijo finalizando y se fue devuelta a su cueva.

En un abrir y cerrar de ojos Damian se encontró en el centro del clan Aaiss con todos los lobos rodeando a una loba que tenía leves tonos grises y en la gran roca del alfa aparecieron los padres de Mikaela y en medio de ellos Mikaela y Tony a su lado.

— ¡Traidora! ¡Tú les dijiste donde encontrarme! —Exclamó Sahara.

—La traidora aquí eres tú Sahara. —Respondió Mikaela.— Tú has traicionado al clan Aaiss con la honra de nuestro nombre y pelaje puramente blanco. Por lo cual, en nombre de mis padres quienes me han dado la autorización; yo, Mikaela Aaiss Vulph te destierro eternamente del clan Aaiss y no podrás entrar en ningún otro clan, dado que llevarás contigo una marca de por vida.

Mikaela bajo de un salto de la gran roca y mientras se preparaba, Sahara se libró de los guardias atacando a uno en su hombro, más Mikaela la ataca alejándolo de él.

— ¿Estás bien? —Le preguntó Mikaela preocupada.

—Estoy bien señorita Mikaela, la atraparemos de inmediato. —Respondió el guardia.

—Déjenla, ella es mía.

Mikaela y Sahara dieron vueltas en señal de desafió y en ese instante, la batalla comenzó.

Ambas atacaban con una velocidad muy alta, un rango de Beta, para ser solo unas niñas eran muy rápidas.

Damian pudo ver que la batalla se había prolongado mucho, desde la mañana hasta caer la tarde, pero en un descuido de Sahara por el agotamiento volteo a quien sabe dónde y Mikaela la marco con una equis en su pecho.

Su chillido se dio a entender que la batalla estaba finalizada.

Mikaela en pose de triunfante se pone delante de Sahara quien estaba tirada en el suelo.

—Ya no eres más Aaiss, quedas desterrada del clan para siempre y si vuelvo a verte en los territorios, TE MATARÉ. —Le advirtió Mikaela.

Sahara salió del clan humillada y volteando una vez más atrás desapareció de la vista de todos y de la mía...

...~*~...

—Damian... Da... mian... Damian... an...

"(¿Qué?)" —Pensó Damian.

Damian abrió sus ojos con pesar y esta vez se encontraba en la cama de un hospital y Mikaela a su lado mirándole con extrema preocupación.

"(Creo que ahora estoy en el presente.)" —Pensó Damian.

— ¿Te encuentras bien? —Le preguntó Mikaela.

—Si, Ow, mi cabeza ¿Qué fue lo que paso? —Preguntó Damian.

—Trataste de separarnos, pero Sahara te empujo y te golpeaste fuertemente la cabeza.

—Comprendo... ¿Ya qué hora es?

—Son apenas las ocho de la noche.

— ¿¡Cuánto tiempo dormí!?

—Eh...

—Dormiste tres horas, no te preocupes. —Le dijo Khan sentado en una esquina.

Damian suspira y mira a Mikaela quien tenía una leve mirada de preocupación, a lo que él tomó su mano y le llamó dulcemente por su nombre y ella le sonrió.

—Me tenías muy preocupada, Damian. —Le dijo Mikaela.

Ella se recargo en la orilla de la cama y se durmió.

—La pondré en la cama siguiente a la tuya. —Le aviso Khan.

Khan la tomó en brazos y la dejó sobre una cama siguiente a la de Damian y corrió una cortina para crear un poco de espacio personal entre ambos.

Pero un silencio incomodo se formó entre ellos dos, algo tenía Damian y Khan lo notó.

—Ya no aguanto esto, ¿Qué te pasa? —Le pregunta Khan.

—Antes de responderte, ¿Cómo nos encontraron? —Preguntó Damian.

—Mika aulló y dado que no estaban muy lejos llegamos rápido, pero la encontramos peleando con una loba negra con olor a putrefacción. Al ver que llegamos dejo la pelea y se fue estando mal herida.

—Ya veo.

— ¿Y esa loba quién era? Lo que sé bien es que es una rogue.

—Su nombre es Sahara y al parecer, no, era la mejor amiga de Mikaela y su beta.

— ¿Qué? Pero Lily no para de decir que ella es su primera mejor amiga.

—No lo sé Khan, pero veo que se odian a muerte.

—Hm, que misterioso.

—En realidad, tengo algo que contarte.

Damian le contó todo lo de las sombras del pasado de Mikaela cuando era niña, no omitió ningún detalle a excepción de que vomito.

—Eso es raro. No en realidad no, eso sucede solo si han tenido algún contacto, ya sea sexual o un beso… —Khan observó a Damian.— ¿Damian?

Khan le observa con ojos de ¿Qué hiciste?

—N-No hice nada de lo que pi-piensas. —Damian le dice.

— ¿Entonces porque tartamudeas, eh?

— ¡Agh! Ni sé porque me pongo tan nervioso por un simple beso, apasionante y bastante dulce.

— ¿Qué?

Damian al ver quien entró y dijo eso, se le congeló la sangre.

Sabe que no se llevan bien por el momento y tal aclaración de él por el beso, creo que recién llegado, llegó en mal momento.

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