Gerard

CAP 10

Gerard

Diana respiraba fuertemente, el entrenamiento estuvo bastante intenso

- Majestad, veo que ya conoció a su nuevo maestro- Henry miraba a Diana

- Oh gracias Henry, mi nuevo maestro tiene nombre?- ella lo observaba inquieta, pues se miraba muy atractivo, pero tenía su rostro cubierto

- Por supuesto Majestad, perdone mi descortesía- el hombre se retiró su máscara y haciendo una reverencia se presentó- mi nombre es Gerard Butler del reino de black moon

Gerard era un hombre alto, de cabello rubio y ojos verdes, no tenía una complexión musculosa, pero su espalda era ancha, y cuando luchó con él, pudo saber que era muy tonificado, y su rostro es como si los mismos ángeles lo hubieran tallado

- "Por que me mandaste tantos hombres guapos ah?"- Diana pensaba con una mirada de súplica, tenía la tentación en su palacio, y ninguno era de su propiedad, y habiendo tanta carne y ella a dieta?

- ¿Majestad está usted bien?- Melissa se preocupo, Diana estaba sumergida en sus pensamientos y se quedó mirando al maestro

- Ehhh?- ah sí, que me decías Melissa

- Que si se siente bien majestad

- Si claro, Henry, lleve al maestro Butler a que se instale en una habitación de huéspedes, nos veremos en la cena, ah, y por favor avísales a los otros maestros.

- Por supuesto Majestad, por favor maestro Butler, dígame

Gerard se despidió de Diana con una reverencia, y siguió a Henry con dirección al palacio, ella se dispuso a tomar un baño, a que sus doncellas le arreglaran el cabello, y a ponerse un vestido cómodo, pues aunque era elegante, no le gustaba estar llamativa con vestidos pomposos ni muy maquillada,ella era mucho más sencilla.

- Bertha, hoy es la reunión con el consejo, ya están listos los informes?

- Sí majestad, Henry se encargó de tenerlos listos, los dejo en su despacho, ¿quiere que los traiga?

- No es necesario, bueno démonos prisa, ya quiero que termine esa reunión- soltó un suspiro, no le agradaba para nada tener que ver la cara de ese montón de viejos conspiradores, para ella, eran solo hombres seniles con ínfulas de dioses, se creían dueños y señores de las personas, y no estaba muy lejos de la realidad, pues por muchos años se manejó de esa forma

Al llegar al gran salón, Diana solo podía ingresar con Henry, sus doncellas no podían participar de esta reunión, lo cual a Diana no le agradaba

- Atención en la sala- hablaba el chambelán- con ustedes su Majestad sol del imperio, Diana Whisperwind emperatriz de Azeroth

Todos hicieron una reverencia mientras ella entraba en la sala, y el ambiente cambió de cálido a uno totalmente frío, a ella no le gustaba socializar con el consejo

- Majestad, bienvenida, cuanto gusto de verla, supe que acepto a mi hijo como su nuevo maestro- el Conde Williams habló en un tono fuerte, su intención era ser escuchado por todo el consejo- nos honra al tenerlo como su maestro.

A Los otros consejeros, los tomó por sorpresa el comentario del Conde, sobre todo al duque Wolf quien tiene en sus intereses casar a la emperatriz con su hijo.

- No sabía que su majestad necesitará maestros, mi hijo es un buen luchador, lo traeré a Palacio para que sea su maestro

- Tranquilo duque, en otra oportunidad será, ya tengo mis maestros completos, bien señores, cuál es nuestra agenda para hoy? - Diana les hablaba con autonomía, pies ante ellos debía tener una postura firme- Henry por favor lee el orden del día

- Sí majestad

- Oh Majestad, quiero poner un punto a consideración- el conde Williams habló de nuevo

- ¿Cuál es ese punto?- ella lo miraba con detenimiento, sabía que algo tramaba y no saldría bien librada de ello

- Un esposo para su majestad, el trono debe estar siempre acompañado, y usted es joven Majestad

- Otra vez con lo mismo conde Williams

- El conde tiene razón Majestad- varios nobles hablaban con signo de aprobación- entonces será un punto del orden del día

- Déjalo al final henry- Diana estaba cansada de la reunión, no pensaba, no escuchaba nada de lo que se decía, y estaba planeando cómo salir de aquel apuro

- Majestad- Henry susurro- quizás haya una forma de salir de ese punto rápidamente

-Si? ¿Dime cuál? No quiero casarme ahora Henry, y menos obligada

- Por ahora, pida un año sabático, y en ese tiempo, usted escogerá esposo

- Año sabático?... ¿Cuánto tiempo es?

- Un periodo de tiempo de descanso, es algo sagrado para sanar el espíritu, puede ser un año, o puede ser menos, pero debe ser concreta en su pedido, y su compromiso al terminar ese periodo debe cumplirse, en ese lapso, el consejo no puede interferir ni proponer nada en las reuniones,así que es mi opinión su majestad.

- Tienes razón Henry, lo tomare, gracias- Diana le sonrió al mayordomo, sus acertadas opiniones siempre la sacaban del apuro

- Justo cuando habían tratado todos los puntos, llegó el momento del conde Williams

- Y bien majestad, sabe que nuestro esfuerzo es por el bien del imperio, ¿podemos proponer candidatos?

- Señores, pido al consejo me sea dado un año sabático, al terminar este periodo, tomaré en consideración el matrimonio

Los miembros del consejo estaban furiosos, no podían negarle el pedido, pero esto los ataba a posponer sus planes, y no podían sugerir candidatos en ese tiempo.

- Está bien majestad, pero solo por seis meses- refutó el duque

- Una año- dijo Diana

-Ocho meses- contrarresta el conde Williams

-Está bien, que sean ocho meses- acepto Diana de mala manera- bien terminamos, me retiro

Lentamente Diana salió de la sala de reuniones, estaba aliviada de tener ocho meses de paz, sería el tiempo suficiente para saber qué haría, si bien estaba cómoda con su nueva vida, ella sentía que era una usurpación, pues no era más que la habitante de un cuerpo ajeno.

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