Salida del Palacio

CAP 5

Salida del palacio

Días después del entierro del emperador, Diana tomaba el té en un jardín privado, pensaba que debía hacer con las concubinas que dejó su difunto marido, Pues no le hacía gracia tenerlas cerca, ya que eran arpías esperando devorar su presa

- Majestad, han llegado varias invitaciones de nobles y príncipes de otras naciones, quieres tener el honor de una cita con usted- explicaba Bertha

- Oh vaya, no esperaba tal cosa, pero primero lo primero, debemos limpiar este palacio, vamos Bertha, hoy sacaremos la ropa sucia.

Pronto habría una audiencia donde definirían qué hacer con las concubinas, por supuesto que la mayoría apoyaba a la emperatriz, no querían quedar mal, y planeaban presionarla para que se casará, así presentar a sus hijos como posibles candidatos a ser emperador.

En el palacio de las concubinas, Durley planeaba cómo matar a la emperatriz, ella era la concubina favorita del anterior emperador, no se resigna a perder lo que tanto le costó, pues soportar las caricias y fingir amor ante aquel ser despreciable, debería tener una mayor recompensa. Se haría pasar por una buena amiga, le pediría a la emperatriz que tuviera a bien dejarla como su dama de compañía, y allí, ejecutarla.

Diana bostezaba, pues los alegatos de los ministros le aburrían montones, solo escuchaba el ruido y les veía mover sus bocas sin prestar la mínima atención.

- Majestad, ¿qué opina?- le hablaba el duque kent- se les dará una pequeña propiedad y el sustento de seis meses, mientras ellas se puedan sustentar, y las que puedan casarse de nuevo, se les dará una pequeña dote

- Alguno de ustedes les ha preguntado qué quieren ellas? Han prestado un servicio importante a mi amado esposo- se llevó la mano al pecho, suspiró y dijo- traigan a las concubinas

Las mujeres entraban a la sala de reuniones, en total eran 12.

- Vaya, si que se divertía el cerdito… hablo bajito para que no la escucharan

- Majestad Diana, ellas eran las concubinas de su majestad, desde la primera concubina, hasta la más reciente, solo llevaba quince días cuando falleció el emperador.

- Bienvenidas, las he llamado por qué quiero preguntarles algo, ustedes saben que deben salir del palacio, pero antes quiero preguntar, ¿tienen algún deseo, o algún sueño que deseen realizar? Con gusto les ayudaré, como compensación por ser concubinas, se les entregará una pequeña propiedad y manutención por seis meses, si alguna se quiere casar, daré mi consentimiento y se les dará una dote.

Las concubinas se sorprendieron por este interrogante, si bien ellas no tenían derecho a nada, la emperatriz estaba siendo considerada, y Durley no iba a desaprovechar la oportunidad

- Yo deseo quedarme a su servicio Majestad- habló la chica que describieron como la última concubina

- Dime tú nombre por favor- le pregunto Diana

- Soy Melissa Davis, soy del Reino de Dalaran, fui enviada como tratado de buena voluntad, hija de un conde su majestad, pero no deseo volver a mi casa, además el emperador no llego a tocarme, sería un honor servirle

- Yo también deseo lo mismo majestad- habló Durley, era una mujer de unos 30 años, delgada y de cabello largo rojizo ondulado, si bien era algo mayor que la emperatriz, aún era de buen ver.

- Alguien más tiene algo para decir?

- No Majestad- dijeron todas al unisono

- Está bien, duque, que sea ejecutada la ley como se acordó, y las dos mujeres que desean quedarse, ya hablaré con ellas, pueden retirarse.

Las puertas se cierran tras la salida de todos de la sala, dejando solo a las tres mujeres, Marly ahora Diana, era muy astuta, y intuía que Durley se traía algo entre manos, de Melissa no sospecha pues es una niña joven, de unos 15 años, no tendría el maldad que se logra ver en los ojos de la otra.

- Bien, hablemos entre mujeres, que se traen entre manos, cuidado con lo que dicen, así que hablen!

- Majestad, ¿qué cosas dice? No tengo maldad, mis intenciones son servirle- Durley hablaba con nerviosismo

- Majestad, en mi país no me espera nada bueno, yo acepte venir como tributo, por qué mi familia me venderá al mejor postor, hasta un burdel me puede esperar, mientras que si me quedo con usted, me sentiré protegida, por favor no me corra del palacio- Melissa hablaba con nerviosismo y los ojos al borde de las lágrimas

- Está bien, Melissa estás contratada bajo mi servicio, pero Durley, no es nada contra ti, si quieres te extenderé la manutención hasta un año, pero no puedes quedarte

- Majestad por favor, deme la oportunidad- Durley se tiró a los pies de Diana esperando convencerla con la actuación, lo que no esperaba es que ella conocía la gente doble cara perfectamente

- Ya hablé, no pienso repetir, debo irme

Salió a prisa del salón dejando a Durley en el piso

- Maldita! ¡Me voy a vengar, ya verás! ¡Me la pagarás!

Melissa y Diana habían escuchado los gritos de Durley, a lo que ella solo se rió por lo bajo susurrando.

- Para una perr4 hay otra más perr4!

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hola querid@s amigos, queria disculparme por no subir capítulos en estos días, me he sentido algo deprimida, pero bueno, a buscar la inspiración y continuar, mientras porfa dejen sus likes en los capítulos, me encantaría leer sus comentarios, que piensan de mis escritos, un abrazo desde Colombia

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