Ya hacia los últimos días de vacaciones, estaban ambos trabajando como cualquier otro día, llegan muchos turistas por lo que Deborah y Koa se van por separado para trabajar a la par y no dejar ningún grupo de turistas atrás.
En el grupo de Koa fueron la gran mayoría de personas mayores. A las señoras les gustaba verlo, hacerse las pícaras y hablar de él cuando sus maridos no estaban cerca.
Por el grupo de Deborah fueron varios jóvenes, en su mayoría varones, ya que venían de un famoso grupo deportivo.
Eran altos, en buen estado físico y aún les quedaba un poco de las hormonas alteradas aunque ya estaban en la última parte de la adolescencia. Todos estaban embobados con Deborah. Incluso uno de ellos tuvo un fuerte enamoramiento en ella.
Éste chico llamado Sebastián, estuvo cerca de Deborah durante toda la excursión, le ayudó con todo lo que tenía a su alcance.
Deborah~
- Seba, deberías ir y descansar, almorzar con tus compañeros, yo vendré luego, aprecio tu ayuda en la mañana. (sonríe simpáticamente)
Sebastián~
-Claro, de nada... am, preferiría almorzar contigo si no te molesta... (muy nervioso)
Deborah~
-La excursión se supone que es para que ustedes se unan más como equipo, yo no soy parte de ustedes, porque quieres estar conmigo? (pregunta muy inocente)
Sebastián dudó en decirle pero si no le decía, al final del día se despedirían y dudaba mucho poder volver a verla. Le pidió que entraran a una pequeña cabaña abierta que había, tenía aberturas grandes pero sin puerta ni ventanas, estaba alejado de donde estaban el resto de la excursión, por lo que no podían oírlos ni verlos.
Sebastián~
-Me permitirías llamarte por tu nombre?
Deborah~
-Sí claro, no le veo problema
Sebastián~
-(Se paró firme, era alrededor de 20 cm más alto al hacer ésto se le notaba mucho más, puso cara seria y la miró directo a los ojos) Deborah, tú me gustas mucho. Realmente me atrajiste mucho más de lo que debería y siento una conexión contigo. Solo dime si podría tener una oportunidad, tomar algo... No sé, es la primera vez que soy tan franco con una chica.
Deborah~
-Seba.. Quiero decir, Sebastián, eres muy lindo, pero yo no soy una chica, soy una mujer, tenemos una diferencia de 10 años y eso es bastante siendo que tú eres aún menor de edad. Además yo estoy casada y soy madre.
Igualmente y si te hace sentir mejor, sí hay atracción entre los dos, yo también la siento, ésto no sé como se llama pero es ligeramente diferente a lo que siento con mi marido.
Deberías buscar una chica que sea de tu edad y de tu agrado.
Sebastián~
-No aparentas la edad que tienes...
Deborah~
-Tú tampoco chico... Créeme que he conocido mucha gente en este trabajo.
Deberías calmarte, sé que estamos un poco cerca y solos pero, ésto no puede pasar (señala y mira hacia los pantalones de Sebastián)
Sebastián~
-(Era ahora o nunca) Deborah, ésto yo dejé que lo vieras, realmente lo deseo y necesito. Por favor, aunque no seas mi novia...
Deborah~
-Yo... Am...
Deborah entró en una especie de duda, muy confundida por no saber qué pasaba y el porqué estaba así. En su tribu era normal ésto pero no sabía cómo eran los humanos.
Deborah~
-Creo que no Sebastián. Me tienta mucho pero no.
Koa había terminado con su grupo así que se dirigió a donde estaba el grupo de su esposa. Al llegar y no encontrar Deborah, empezó a buscarla por las cabañas y la playa. A lo lejos ve a Deborah con un hombre alto.
Sebastián había empezado a perder la cabeza con ella y solo la veia como una mujer a poseer y no podía oírla conscientemente, así que se le acercó, pero algo le tomó el hombro y lo apretó muy fuerte al punto de que lo enfrió en pocos segundos, además le había empezado a doler el hombro, Sebastián al reaccionar y darse la vuelta ve a Koa, enojado, con un físico que solo podía soñar, misma altura y los tatuajes brillaban con el sol. Repentinamente Sebastián se sintió en cierto tipo de peligro por no saber quién era. Koa se había quitado el uniforme y su apariencia era más como el de un pandillero local que como la de un civil.
Deborah lo vio y saltó a sus brazos muy contenta con su decisión de no hacer nada. Luego le preguntaría como funcionan las parejas ajenas al matrimonio en los humanos.
Sebastián fue llevado con el grupo y quienes estaban a cargo le hablaron sobre los límites con las mujeres cuando ellas no quieren algo, además su entrenador le regañó mucho. El resto del grupo le dio miedo la situación y solo hablaban de como se salvaron de ser castigados con solo mirar la belleza de Deborah de lejos, además, ninguno quería enfrentarse al marido.
Ya en casa, a Koa no se le había pasado el enojo y Deborah no lo entendía.
Deborah~
-Debes decirme qué sucede. No lo entiendo.
Koa~
-Quiero saber exactamente como fue que terminaste ahí con ese tipo. (cortante, frío, serio)
Deborah~
-Sebastián estuvo ayudándome en la mañana con muchas cosas que usualmente haces tú. Entonces solo pensé que me estaba ayudando, al mediodía cuando paramos yo me fui y de repente por la espalda llego y me invitó a ir a almorzar con él a esa cabaña, no lo entendí del todo pero estaba bien para mí.
Él me decía que sentía atracción y que quería saber qué sentía yo, en ningún momento se dio cuenta de que era casada.
Realmente deseo saber como funciona las relaciones aquí. Porque no hice nada, pero en mi tribu sería normal que yo hubiera estado con él y fuera incluso un concubino...
Koa~
-Te explico, los humanos la mayoría somos monógamos, nos casamos y solo tenemos relación especial con esa única persona. Se puede tener varias parejas pero siempre y cuando sea consentido por el otro, si no sería una infidelidad.
Ahora estoy bastante enojado con el muchacho ese, casi te engaña y no sé bien ni lo que vi ni lo que no vi. Así que subiré a ducharme, calmarme, descansar y confiar en lo que me dices.
Deborah~
-No vas a comer nada?
Koa~
-No tengo hambre.
Deborah pensó mucho en que quizás las culturas eran demasiado diferentes y en que debería hacer algo para que su esposo no estuviera tan enojado, pero no sabía qué hacer.
Llamó a Ximena para saber si podía tener alguna idea de lo que podía hacer.
Ximena~
-Lo siento, realmente también soy nueva en ésto de las relaciones. No he tenido una pelea aún con H así de fuerte, así que no sabría decirte. Pero supongo que solo con acercarte y preguntarle todo estará bien. Hazle saber que no pasó nada y que sigues siendo su esposa, que lo amas más que mantener un malentendido o pelea...
Deborah subió a la habitación, se encontró con un hombre semidesnudo en boxers, acostado boca abajo en la cama. Se notaba que había hecho ejercicio reciente, sus músculos en la espalda y brazos habían crecido y no lo había notado hasta ese momento.
Al acercársele y sentarse en el borde de la cama, siente como un aroma floral proviene de su pelo recién lavado, aún está húmedo. No descifra si él está dormido, en proceso o está despierto. Igualmente, siente un gran deseo por tocar el tamaño que tenían esos músculos que le quedaban tan bien en combinación con los tatuajes. Recorrió con sus finos y delicados dedos cada uno de ellos en su totalidad, Koa se movió y quedó boca arriba, ella creía que estaba dormido pero al tocarle el pecho, él la abrazó y besó. Le quitó el uniforme que aún tenía puesto.
Pasó sus manos por sus largas y delicadas piernas, besó su abdomen y los malentendidos que tenían pasaron a segundo plano.
Se quedaron en la habitación hasta la noche que se levantaron a cenar y poder conversar mejor y más calmadamente lo sucedido.
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