Perdiste la memoria.

Cuando amaneció, Jefferson se dirigió a su habitación para arreglar sus cosas.

- Jeff... - mencionó al dejar caer la toalla que cubría su cuerpo.

Había salido de bañarse y en cuanto vió a Jefferson entrar, aprovechó para fingir que se había asustado al verlo que sin darse cuenta se le cayó la toalla.

Jefferson sólo le dió una breve mirada antes de dirigirse al armario.

Él era consiente de que Aitana tenía muy buen cuerpo, pero lamentablemente a él no le provocaba deseos al verla sin ropa.

- sólo vengo a alistar una maleta con algunas cosas, estaré fuera por unos días - fue lo único que dijo al abrir el armario.

- Jeff no te estreses tanto con esos problemas, para eso está Jacinto. Mándalo a él...

mencionó al abrazarlo por la espalda, aún estaba desnuda así que Jefferson podía sentir sus pechos sobar su espalda.

- ya te dije ayer que yo tengo que arreglarlo personalmente - respondió al aflojar su agarre.

Cuando se dirigió a la cama para colocar su maleta sobre la cama, Aitana lo detuvo al sujetarlo del cuello y besarlo.

- Aitana... se me hace tarde - mencionó al alejarse de ella.

- pero nunca tienes tiempo, yo necesito que me toques... nunca lo hemos echo y ¡de verdad lo deseo! - mencionó al levantar la voz.

él sólo frunció el entrecejo al escucharla ¿a caso su hija la crearon con el pensamiento?

- ¿nunca te he tocado?, tuvimos una hija y ¿todavía dices que nunca te he tocado? - mencionó enojado.

Según lo que Aitana le contó, ellos tuvieron una hija.

- ... por supuesto que sí la tuvimos, pero... después de que ella murió ¡tú dejaste de tocarme! - gritó al último.

Jefferson sintió un dolor en su corazón, el tema de su hija que "había muerto" aún le dolía.

Aitana tenía que fingir para que sus mentiras no salieran a la luz, ya que en realidad ellos nunca había tenido relaciones sexuales y obviamente nunca habían tenido una hija.

Jacinto estaba por tocar la puerta para avisarle a Jefferson que ya estaba listo para irse, pero alcanzó a escuchar la discusión. Así que prefirió no interrumpir y escuchar un poco.

- Ya habrá tiempo para eso, en este momento tengo otras cosas que hacer - habló al terminar de meter la ropa necesaria en la maleta.

- ¿cuando será el momento? - pregunto con una burla.

- ...

guardó silencio sin saber que decir, de pronto sintió que anteriormente había tenido una conversación parecida, pero no pudo recordar dónde.

soltó un gran suspiro, seguir hablando con Aitana le estaba empezando a dar dolor de cabeza.

cerró la maleta y caminó hacia la puerta. Jacinto corrió lo más rápido que pudo para llegar hasta afuera sin que Jefferson lo viera.

Ambos se subieron al carro y partieron sin decir nada. Ya a medio camino Jacinto rompió el silencio.

- no me lo tome a mal, pero estar en el castillo es muy aburrido - mencionó con una rosa torpe.

Jefferson que estaba mirando por la ventana, lo giró a ver al escucharlo hablar.

- te seré franco, espero que tú también seas sincero conmigo - guardó unos minutos de silencio al observar su reacción.

- Últimamente también me ha fastidiado estar mucho tiempo en el castillo, por eso busqué la manera de alejarme un tiempo.

Jacinto se sorprendió al escucharlo, y también se sintió algo incómodo ya que él podría adivinar cuál era la razón de su frustración.

Él había escuchado la discusión entre ellos dos.

- ahora quiero que tú me seas sincero, sólo te daré ésta oportunidad antes de que te mate en este preciso momento.

Jacinto trago un poco de saliva al escucharlo ¿lo mataría?

- para quién trabajas realmente, o ¿qué es lo que ocultas? - mencionó al mirarlo fijamente.

su mirada le provocaba pánico, tanto que hasta comenzó a sentir sudor frío bajar por su frente.

- nada...

- ¿estás seguro de que no quieres hablar? - alzó una ceja.

Jacinto cerró los ojos mientras se decidía a decir la verdad.

- yo le soy leal a usted señor Jones, cuando estábamos buscando al hombre que nos pidió la señora Aitana matar, me llegó una carta. Fuí a dónde me indicaban y me encontré con un hombre que dijo llamarse... Richards - mencionó al bajar la mirada.

- ¿por qué no me dijiste nada de esto? - alzó un poco la voz.

- señor... hablé un poco bajo, acá todos tienen oídos - le susurró.

Jefferson logró entender que se refería al chofer y a los otros que iban en los demás carros. Aunque aún no le entendía que tenía de malo con que escucharán.

- cuando estemos en un lugar más privado le contaré más a detalle - volvió a susurrar. Jacinto sabía que a pesar de que estaba susurrando el chófer lo podía escuchar.

Todos trabajaban para Aitana así que podría decirle a Aitana lo que ellos hablaron.

Jefferson le echó una breve mirada al chofer y sólo asintió en respuesta a Jacinto.

Iban a encontrarse con el señor Rogelio Abdo pero Jefferson prefirió posponerlo para otro día, necesitaba hablar con Jacinto urgentemente.

Se alojaron en un hotel cerca de la casa de Abdo, Jacinto se acercó al chofer disimuladamente y lo desnucó de un rápido movimiento.

Luego lo arrastró hasta la parte trasera del carro y lo metió en la cajuela.

Jefferson lo observó sin decir nada, no entendía por qué lo mató pero tampoco podía hablar en ese momento.

En cuanto entraron, Jacinto le comenzó a contar sobre algunas cosas.

- la señora Aitana nos prohibió mencionar el nombre de Richards, no sabía la razón pero después de reunirme con Richards supe por parte de él que perdiste la memoria.

- La señora Aitana no quiere que usted recuerde nada sobre ellos.

- ¿quienes ellos? y ¿por qué no quiere que los recuerde? - pregunto al fruncir el ceño.

¿de verdad podía confiar en lo que le decía Jacinto?

- eso no me corresponde a mi decírtelo, es algo que él mismo te lo dirá - mencionó al sacar una carta de su maleta.

Se la entrego sin decir más, Jefferson tomó la carta y la abrió.

>*Las cosas no son como tú piensas, perdiste la memoria por un accidente y Aitana te oculta cosas<

Atentamente: "R*"

- Llévame a verlo, necesito saber que cosas son las que me oculta Aitana - mencionó sin apartar la mirada de la carta.

- déjame comunicarme con él primero - respondió dudoso.

- ¿y qué esperas para hablarle? - mencionó al verlo ahí parado.

Jacinto bajó la cabeza para disculparse y después se dió la vuelta para agarrar el teléfono que estaba en la mesa de noche de la habitación. Este hotel era más grande no como los de las aldeas.

Jefferson comenzó a dar pequeños golpes con sus dedos a portabrazo del sofá donde estaba sentado. Esperando en qué momento se conectaba la llamada.

- hola, está hablando al instituto Jones, ¿que desea? - se escuchó la voz de Cristian del otro lado de la línea.

- ...soy yo, Jacinto - mencionó titubeando al ver qué Jefferson centró toda su atención en la llamada.

- ¡oh Jacinto!, que bueno que llamaste creí que aún estaban en el castillo. ¿cómo ha ido todo?

- va bien... este... ¿podrías pasarme a Richards? - estaba muy nervioso, dudaba si realmente Jefferson creería lo que Richards le fuera a contar.

Cristian miró a Richards que estaba mirandolo - sí claro, ahorita te lo paso - mencionó por último.

Richards tomó el teléfono.

- bueno, ¿que pasó? - mencionó algo confundido.

Se notaba que Jacinto estaba nervioso. Jefferson reconoció la voz, efectivamente sí era la misma voz del Richards que él recordó.

- ...

Jefferson le arrebató el teléfono de la mano.

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