¿Será mi final?

alguien me ayudó a salir, en la carta decía que fuera al salón de eventos y ahí me encontraría con una persona que me ayudaría a salir y a entrar sin ningún problema.

- Recuerdo que salimos a través de una puerta secreta que se abrió en la pared. Adentro había unas largas escaleras y por último llegamos a un túnel al cuál nos condujo hasta el bosque.

- El lugar del encuentro fue en la antigua guarida de los híbridos, Aitana se hizo pasar por mi abuelo para que yo aceptara llegar. Además, ella conocía perfectamente el castillo, ya que pudo entrar sin que nadie se diera cuenta.

- También me amenazó con que mataría a mis hijos y a mamá Elena si no iba a hablar con él. Tuve miedo ya que si sabía cómo entrar sin ser visto, quería decir que sí podía entrar y matar a mis pequeños.

- Aúnque si nos ponemos a pensar, puede que el señor Owen tenga algo que ver con eso - la interrupió Cristian.

Todos se quedaron en silencio al escuchar a Cristian, era una suposición que podría ser cierta pero nadie podía comprobarlo y acusar a alguien sin pruebas no era justo.

- Sebastián, más tarde quiero que te encárgues de mandar a alguien a vigilar cada movimiento que haga el señor Owen. Es mejor estar prevenidos por cualquier cosa - habló Axel con una expresión seria.

Sebastián asintió, sin decir nada.

- recuerdo que esa misma noche Jeff llegó muy preocupado y desesperado. Sin dirigirme la palabra se dirigió rápidamente a la habitación de ustedes...

......................

Al abrir la puerta notó que solo estaban los niños durmiendo, no sentía la presencia de Rachel en la habitación.

- ¡Cristian! - gritó furioso

Cristian subió rápidamente al escuchar que lo llamaba.

'¿por qué está tan enojado?'. Se preguntó antes de entrar a la habitación.

En cuanto entró sintió las manos de Jefferson que sostuvieron el cuello de su camisa.

- ¿Dónde está Rachel?

'¿Qué?, ¿Rachel no está?'. Se preguntó en sus adentros mientras evitaba la mirada furiosa de su amigo.

- Jeff... Rachel no-no ha salido del Castillo - respondió tartamudeando.

- recibí una carta donde me decía que tenían a Rachel y que sí quería verla tenía que ir a dónde me indicarán - habló aún más enojado.

Sus ojos azules parecían cuchillos preparados para clavarse en su víctima. Cristian desvió nuevamente la mirada, muerto del miedo.

- yo... de verdad no sé cómo salió, el castillo está... rodeado de muchos vampiros.

'¿Será mi final?, rayos... ¿cómo pude perder de vista por un instante a Rachel?'. Siguió pensando.

Jefferson respiró profundo antes de soltar a Cristian, con matarlo en ése momento no traería de vuelta a Rachel. Lo más importante era rescatar a Rachel.

- ¿no te dijeron donde estaba? - preguntó sin levantar la mirada.

-...

Richards entró en ese momento interrumpiendo lo que Jefferson iba a decir.

- ¿Era de verdad lo que decía la carta? - preguntó asombrado.

- Cristian ¿que fue lo que pasó? - se dirigió a Cristian al notar que Rachel no estaba en la habitación.

- yo no... sé cómo pudo salir, tampoco notamos que alguien haya entrado. Ni siquiera sabía que Rachel había desaparecido hasta que llegó Jeff - habló aterrorizado.

- en la carta que recibí no decía dirección, pero acabo de recibir el llamado de un collar...

- ¿el collar? - preguntó confundido Richards Al ver el collar de Rachel amarrado en las manitas de los dos niños.

- Es algo extraño, siento el collar pero a la vez hay algo extraño en esa presencia. Creo que es el collar que Rebbeca le había quitado a Rachel - respondió frunciendo el ceño.

ambos amigos se miraron entre ellos con la misma confusión de Jefferson.

- Llévate a los dos niños al colegio y protégelos hasta que yo regrese. En éste momento, el castillo no es seguro para ellos - le ordenó a Richards.

- ponle éstos collares, pensaba dárselos en cuanto volviera pero no hubo tiempo. Me llevaré el de Rachel - volvió a decir al desamarrar el collar.

- ¡papá regresaste! - gritó Axel al abrir los ojos.

Jefferson sólo sonrió antes de abrazarlo, su pequeña hija apenas estaba despertando al escuchar el grito de su hermano.

- ¡papá! - gritó también lanzándose a sus brazos.

- vamos a visitar al tío Sebastián - dijo suavizando la voz.

Sus hijos estaban muy pequeños y no sabían que era exactamente lo que pasaba.

- ¡¡mamá papi ya regresó!! - gritaron ambos mientras se reían con sus sonrisas tan inocentes.

Richards y Cristian desviaron la mirada al escuchar a los pequeños gritarle a su madre. Incluso Jefferson sintió que su corazón se encogió con las voces de esos pequeños, era obvio que sabía que Rachel no estaba ahí para escuchar a sus hijos.

- mamá... - hizo pausa al bajar la mirada por un instante.

- Mamá no tuvo que salir y me pidió que la fuera a traer. Ustedes se irán con el tío Richards, después llegaremos nosotros.

- portense bien y no le den dolores de cabeza a sus tíos - mencionó con una sonrisa tierna.

pellizcó con ternura las pequeñas narices de ambos niños en modo de advertencia. Conocía como eran de traviesos, más Axel que solía ser más juguetón que Ashley.

- está bien - respondió Axel con una expresión desanimada.

Ashley sólo asintió con una sonrisa mientras le daba otro abrazo a su padre.

Antes de irse les puso un collar a cada uno y les dió un beso en la frente. Después Richards se dirigió al colegio en uno de los carros con la protección de otros cuatro carros.

Cuando llegaron los niños bajaron de la mano de Richards quien no los soltó hasta haber entrado al instituto.

- ¡¡tío Sebas!! - gritaron ambos al ver a Sebastián bajar las escaleras.

- que sorpresa, ¿por qué no me avisaron de que vendrían? - preguntó asombrado.

se agachó a darles un abrazo a los pequeños diablillos.

- surgió algo urgente y Jeff me pidió que los trajera para acá - respondió Richards.

Sebastián supo que algo grave había pasado al ver el rostro de Richards, pues tampoco era común que Jefferson mandara a sus hijos solos sin que viniera Rachel.

- oye pequeño, ¿por qué tienes esa cara triste? - mencionó al desviar nuevamente la mirada hacia Axel.

- es que... papá me prohibió hacer travesuras.

Tanto Richards como Sebastián se echaron a reír al escuchar al pequeño.

- debes hacerle caso a tu padre, ya sabes que él es muy enojado cuando lo desobedecen - mencionó alzándose de hombros.

- pero... - bajó la mirada al poner una mirada de cachorrito regañado.

- ya no podré divertirme contigo ni con el tío Cristian - volvió a decir con voz triste.

'asi está mejor, que bueno que Jeff tuvo consideración por nosotros. Éste pequeño es un tremendo diablillo'. Pensó al sonreír.

....................

- si que eran tremendos éstos niños - comentó Sebastián al reírse.

- Nos atormentaban con sus travesuras, sólo se comportaban cómo angelitos cuando estaba Jeff, ya que solían tenerle miedo - está vez quien habló fue Cristian.

Rachel también sonrió, le gustaría poder recordar un poco más sobre sus hijos. Pero por más que se esforzaba no podía recordar más, eso la entristecía.

- Nosotros fuimos los que más sufrimos las travesuras de ese diablillo - señaló a Axel.

Todos se rieron al escuchar a Sebastián, la mayoría sabía que Axel solía molestar más a Sebastián y a Cristian ya que ellos eran más fácil de enojarse.

A Richards casi no le hacían bromas ya que él se mantenía más ocupado junto a Jefferson y a los demás no les tenían mucha confianza. Además Sebastián y Cristian eran los que estaban más cerca a ellos, más Cristian que era el más relagísta y jugaba más con ellos.

- no es exactamente como ellos dicen, yo sólo era un niño que jugaba como cualquier otro. Además ya ni recuerdo eso - habló con una sonrisa torpe.

- jajaja, ¿seguro? - respondió Sebastián dirigiéndose a Axel.

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*Axel y Ashley de pequeños*

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