Un tormento

estoy demasiado ocupado...

Ella se levantó rápidamente al rodar el escritorio y abrazarlo.

- debes descansar unos momentos - lo besó con un beso tierno.

Cada vez que la besaba lo hacía por obligación para corresponderle el beso, pero en realidad no tenía entusiasmo de besarla.

- mañana te prometo que iremos, en éstos momentos necesito concentrarme en éste asunto... - bajó la mirada antes de continuar.

- mejor ve a ver cómo van quedando las cosas que están arreglando, cualquier cosa que no te parezca avísame - terminó de decir al seguir concentrado en lo que estaba haciendo.

Aitana hizo una muñeca disgustada antes de responder - está bien, regresaré al rato haber como vas.

En cuanto salió él soltó un pequeño suspiro, se frotó el entrecejo un par de minutos. Definitivamente necesitaba un pequeño tiempo pero lejos de Aitana, necesitaba aclarar sus sentimientos y separarse si era necesario.

Mando a llamar a Jacinto, Aitana estaba afuera cuando vió que Jacinto se dirigía hacia el despacho de Jefferson.

- cualquier cosa que Jeff te cuente debes decírmelo, recuerda nuestro trato - le susurró con una sonrisa.

Obviamente Jacinto sabía de qué trato hablaba.

- si lo sé, tenga por seguro que le mantendré al tanto de cada pequeño detalle - le respondió antes de seguir caminando.

Cuando entró al despacho vió a Jefferson frotándose las sienes, ¿está estresado?

- saldremos unos días a vernos con el señor Abdo, tiene un pequeño descontento y tengo que arreglarlo - mencionó sin levantar la mirada.

Jacinto se alegró por un momento, ya que estar en el castillo era un tormento para él. Aitana todo el tiempo estaba vigilándolo y recordándole sobre su esposa y su hijo.

- está bien señor Jones, iré a empacar - respondió con una sonrisa.

Jefferson lo detuvo antes de que se fuera.

- saldremos mañana temprano, le prometí a Aitana que la llevaría a dar un paseo mañana en la noche pero la llevaré hoy para que no haya problemas - mencionó dándole una mirada.

notó que la sonrisa de Jacinto se desvaneció por un momento al escuchar eso.

- está bien, de todas formas me voy a ir a preparar - mencionó antes de salir.

En ocasiones podía asegurar de que Jacinto le ocultaba algo pero en otras veces, dudaba de que fuera capaz de traicionarlo.

Al caer la noche Jefferson salió junto a Aitana, fueron a un restaurante el cuál Aitana propuso.

Años atrás después de que nacieran Ashley y Axel, Jefferson solía salir todos los días junto a Rachel y sus pequeños hijos. Cenaban afuera y en ocasiones iban a pasear a algún parque dónde tuviera juegos para que los niños se divirtieran.

Esos momentos eran felices para los cuatro, a Jefferson no le aborrecía estar todos los días con las tres personas que más amaba. ¡ellos eran su mundo!

Sin embargo él no recordaba nada de eso, Aitana había destrozado esos momentos de felicidad.

Durante la cena Aitana habló algunas palabras con tal de llamar la atención de Jefferson, pero este solo respondía cortante y sin apartar la mirada de su plato.

Los vampiros podían comer sin ningún problema, en cuanto a las bebidas solo podía beber vino y hasta eso, no era mucho ya que ellos detestaba el alcohol.

Ellos eran pura sangre y podían andar en lugares públicos dónde hubiera gente sin perder el control de beber sangre, la luz de las lámparas no les afectaba, pero la luz del Sol era diferente. Exponerse al sol era como buscar su muerte.

- Jeff deberíamos salir más seguido, estar en el castillo mucho tiempo aburre - mencionó al sujetar su mano.

- tienes razón... estar en el castillo mucho tiempo comienza a volverse sofocante - respondió irónicamente al levantar por un momento la mirada.

Aitana no se percató de lo que él realmente le trató a dar a entender y sólo asintió a lo que él dijo.

Para él sí le comenzaba a aburrir estar mucho tiempo en el castillo y más con Aitana siguiéndolo a todos lado y en cada momento.

Al ver su reacción él solo volvió a centrar su mirada en su comida.

después de terminar de comer, Aitana le propuso caminar un rato antes de regresar al castillo en carro.

Él iba caminando con las manos en los bolsillos del pantalón mientras Aitana le sujetaba fuerte el brazo como si temiera a que él se escapara.

- Deja que Jacinto se encargue de las cosas, tu debes distraerte más... es más yo puedo ayudarte en cualquier tema que necesites, recuerda que yo me hacía cargo de las cosas cuando tú estabas dormido - mencionó acercándose más a él.

Jefferson escuchó lo que dijo pero no respondió, su mirada seguía bagando por los alrededores.

De pronto su mirada se centro en una pareja que venía con tres niños, una niña de unos diez años, el segundo era un niño de cinco años y la última era una niña de dos años.

desde que los vió dejó de prestarle atención a lo que Aitana decía.

La pareja parecía estar peleando, el padre abrazó a la niña cariñosamente mientras ignoraba lo que la mujer le decía, los otros dos niños venían detrás tratando de seguirles el paso.

'Si mi hija no hubiera muerto, yo la atesoraría todos los días'. pensó sin apartar la mirada.

obviamente Jefferson había escuchado la discusión de esa pareja, ya que su oído estaba muy desarrollado.

La niña de dos años comenzó a llorar al ver a sus padres gritarse el uno al otro.

'me gustaría recordar más sobre mi pequeña hija, ¿a caso era una niña tranquila o muy ruidosa?'. Volvió a pensar antes de bajar la mirada.

- ¿Jeff me estás escuchando?

escuchó que dijo Aitana al mismo momento que se detuvo.

- ...

guardó silencio sin saber que responder, había dejado de escucharla desde que miró a la pequeña familia pasar.

- creo que debemos regresar al castillo, necesito arreglar algunas cosas antes de salir mañana - mencionó al volver a caminar.

- pero... ¿a caso no escuchaste lo que dije? - preguntó nuevamente enojada.

- si te escuché...

Lo interrumpió al hablar.

- entonces deja que Jacinto se encargue de esas cosas - mencionó al sujetar nuevamente su brazo.

- no puedo, yo soy el rey y debo hacerme cargo de esos asuntos - respondió serio.

Aitana ya no dijo nada más, sólo permaneció en silencio mientras lo seguía en dirección hacia el carro.

Cuando llegaron al castillo Jefferson volvió a encerrarse en el despacho, no quería ir a su habitación ya que Aitana cada vez que él llegaba comenzaba a besarlo y le insistía en tener relaciones y eso... era algo que a él lo incomodaba más. No le llamaba la atención tocarla, es decir no sentía deseos de hacerle el amor.

Estuvo durante toda la madrugada sentado en el sofá del despacho pensando sobre el tema de su relación con Aitana, cada día que pasaba junto a ella, se daba cuenta de que aquel amor que él recordaba haber tenido por ella... ya se había acabado.

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