Cap: 11

Vayolette: Cuando pensamos que íbamos a ir solas... Se paran a nuestro frente, Arthur y lían... Uuuffff que pesadilla viajar con gente al lado. –Hola, ¿está ocupado aquí? Dice Arthur. Y antes de que yo conteste. –claro que no Arthur. Dice lían. Si estuviera ocupado, hubiera personas aquí. Y se sienta al lado de estrella, y Arthur se sienta a mi lado. Y me mira de arriba abajo. De seguro mirando mi ropa... Y si cualquiera la mira... Es falda larga un poco ancha hasta los tobillos tacones bajito gordo y una blusa de rosa, para nada ajustada, y una coleta... Nada mal para que no te miren. –¿Qué? Le digo al ver que me mira. –Es tu ropa... Perdón que te lo diga... Pero no he visto a mucha ...jóvenes... Vestirse... Igual... Y sonríe sin mostrar los dientes. –Es que no me gusta vestir igual a los demás, es eso. Y también le sonrió sin mostrar los dientes. Él solo asiente con la cabeza. Y yo miro a estrella quien está enfrascada en una buena conversación con lían... Se ven lindo juntos... –oye. Me interrumpe mi "amado” compañero, mis pensamientos. –Dime. ¿–has entrenado los momentos libres? –mmm, pues no... Porque lo preguntas. Se encoge de hombros y dice. –no sé, únicamente preguntaba... Nadie sabe lo que nos espera el futuro. Y cuando dijo eso sentí, algo extraño... Sentí sus palabras en clave... Pero no le preste atención, porque ahí mismo hablo el maestro. –Buen día, a todos. Y le devolvemos todos el saludo. Él empieza a pasarnos lista a ver si estamos todos y luego habla, sobre como comportarnos... Lo que vamos a hacer... Y todo el típico discurso de siempre. Cuando todo estamos listos arrancamos a nuestro destino. Me pego a la ventana y miro el bello paisaje, que muestra desde aquí, hasta que nos adentramos en el túnel. Son tres horas de viaje así que mientras miro, el sueño me vence y cierro los ojos. Cayendo en los brazos de Morfeo... Ciento de repente que alguien me toca y me habla suave... Se siente tan bien, que quisiera despertar así todos los días. –vayolette, despierta que ya llegamos. Y solo eso fue el detonante para, abrir los ojos de inmediato y ver que estaba dormida encima del hombro de Arthur. Y me levanto de inmediato sobresaltada. ¿–ya llegamos.? Digo –si, así es dormilona. Escucho a estrella decir. Nos bajamos todos y nos quedamos maravillados con lo hermoso que es el lugar. Tiene varias casetas una gran capilla, un lugar muy amplio con pasto de dos colores verde y la punta de arriba rosada. Muy hermoso para la vista. ¿–quieres un pañuelo.? Dice Arthur. ¿–para qué?. Digo inocentemente. –para que te limpies la baba. Y juro que de verdad quiero matarlo. Luego de ir a nuestras respectivas casetas, nos cambiamos y salimos a ver el panorama. Me pongo un pantalón de tela chicle, muy cómodo, con una blusa de tirantes, tenis y un chaleco largo, ya que aquí hace un poco de frío. Estrella, Arthur y lían que ya no se despegan de nosotras y yo, vamos y rondamos el lugar y es realmente hermoso, y no se me quita la risa de oreja a oreja. –te ves hermosa cuando ríes –gracias Arthur. Y me pongo roja como un tomate. No sé, pero nunca me he sonrojado, no sé lo que me pasa. Luego de charlar, hacer cuentos y reír. Nos vamos a comer. Ya cuando es de tarde menos de la 5 el maestro nos deja por hoy hacer lo que queramos, porque según él estamos cansados. Estrella, quiere descansar porque quiere estar repuesta, para mañana, pero yo tengo tanta energía que no quiero descansar. Y Arthur y lían también supuestamente se fueron a descasar. Así que no me queda de otra que estar sola, por lo que resta la tarde. Me aventuro a caminar por el pasto, y grabar cada imagen en mi mente. Camino, sin rumbo, y me aventuro en un hermoso bosque. Camino tanto que no me doy cuenta de la hora. Cuando veo que está casi oscureciendo, me volteo para devolverme... Y en realidad venía tan exhorta en mis pensamientos que no me acuerdo el camino. Camino sin rumbo por el bosque, y veo que está sumamente nublado y tronando... Y esto solamente me acuerda una cosa... Y hace que me den ganas de llorar. Los fuertes goterones se hicieron aparecer y no me quedo más remedio que buscar refugio. Un poco empapada, encuentro una pequeña cueva, y me adentro en ella y al lado de la cueva veo una hermosa cascada. Esto solo me pasa a mi por loca si me hubiera quedado descansando nada de esto hubiera ocurrido, pero yo vayolette, tenía que empezar a caminar y no recordar el camino... Ya está oscuro, y llueve mucho, de seguro esta estrella preocupada por mí... Ooooh dios mío que voy a hacer... De seguro se va a arruinar este viaje por mi culpa. Cuando estoy metida en mis pensamientos. Escucho una voz en mi mente. –vayolette, donde te has metido... Aparece por favor... Se parece a la vos de Arthur... ¿Será que los guardianes nos podemos comunicar? Pienso. Creo que lo intentaré. Me concentro en Arthur y solamente pienso en él. –Arthur?¿Puedes escucharme? ¿Eres tú? Pero solamente obtengo silencio y me rindo a esa idea... Seguro fue mi mente haciéndome una mala jugada... –vayolette... ¿Acaso puedes oírme? Y la esperanza regresa a mí de nuevo. –si puedo oírte digo en mi mente. ¿–y en donde estas, nos tienes preocupados? –no lo se Arthur, me perdí en el bosque. –¿Estas en el bosque, en que parte dime? Puedo sentir su angustia y le digo lo poco que sé dé él lugar. –voy para haya vayolette, por favor, ¿no te muevas de ahí de acuerdo?... Voy por ti. Sentí una ola de emociones al escuchar voy por ti.

Que sonrió, como loca. El tiempo fue avanzando y la desesperanza fue aumentado, al igual que los truenos y relámpagos. Que me acuerdan el recuerdo más doroso... La muerte de mi madre... Y ahí me permito llorar, como aquella vez.

Cuando supe que se fue y jamás la volvería a ver. No sé cuanto tiempo paso. Pero si bastante, hasta que escuche algo. No me moví del lugar Porque no sabía que era, pero al mirar que se acercaba donde yo estaba, con una llama en sus manos y muy empapado, corrí a abrazarlo. Lo abrasé con todas mis fuerzas y llorando en su pecho.

Sentí su brazo también, abrazarme con fuerza. –Esto yaqui... Vayolette tranquila, no te pasará nada. Pasado varios minutos, me separo de él. –¿Cómo me encontraste? –no lo sé realmente... solo te sentía cerca hasta que llegue hasta aquí... –Gracias, Arthur ... De verdad, si no fuera por ti... –sshhhhh, me calla, con un dedo en mis labios. –estoy aquí. Y es lo que realmente importa ahora, no te dejaría, sola, solo me tienes que avisar cuando me necesitas, creo habértelo dicho una vez. Recuerdo su palabra perfectamente, y lo miro a los ojos, son perfectamente hermoso y no miente. Siento el tiempo detenerse, y puedo sentir magia a nuestro alrededor. Él me mira directamente a los ojos y luego mis labios, se acerca lentamente, y rosa mis labios. Paso mis manos detrás de su nuca e inconscientemente, pero consiente, pego mis labios a los suyos... Es una sensación, tan inexplicable... Que solo ciento corriente por mi cuerpo... Arthur me pega más a el agarrándome por la cintura, y profundiza nuestro beso introduciendo su lengua en mi boca, y empezando un delicioso juego, con nuestras lenguas...

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