Emma tenía 23 años y cursaba su último año de la universidad cuando aquel doctor le dio la noticia de que estaba embarazada.
Separada de Nicolás el padre de su hijo decide cambiar sus planes y quedarse en Seattle para criar a su hijo junto a su familia y amigas.
Cuando el pequeño Oliver nació su vida cambio por completo, luego de miles de sitas a la dirección del colegio y muchas sesiones con psicólogos, terminaron por informarle que su pequeño hijo, era un niño prodigo con un coeficiente intelectual de 180.
Ahora criaba un pequeño genio, lo que ella no sabía era que su pequeño ángel sería el encargado de encontrar al amor de su vida.
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IX
No entiendo porque no lo besaste – mi hijo se vuelve a quejar cuando se sienta en el sillón.
- Tú entraste en la cocina Oli – subo los ojos al techo y niego – Además, por qué tanto interés.
- Yyyy… después me fui – se cruza de brazos – Era ahí donde vos te tirabas encima de él como las películas esas cursis que ves y lo besabas – lo golpeo con un almohadón.
- Primero no son cursis, son… - busco las palabras – Bueno sí son cursis – ambos reímos.
- ¿segundo? – inquiere curioso.
- Porque quieres que lo bese, no te molesta. A ti te molesta cualquier hombre que se me acerca – lo miro curiosa.
- Theo es distinto – me mira – No es como mi papá o el tipo odioso de la otra vez – esta serio.
- Es carilindo – pone los ojos en blanco.
- Si mamá es carilindo, pero no es un idiota, le importo, es sincero y nos cuida – lo escucho atenta – Es más me pone a mí antes que a ti – media sonrisa se forma en su rostro.
- ¿Cómo es eso? No entiendo.
- Con todas nuestras charlas descubrí que nunca te vio como un objeto al cual llevar a la cama y pasar la noche, mi papá hizo eso…
- Hijo tu papá no es así, él…
- Deja de mentir mamá, es algo que te sale pésimo, se que jamás me vas a decir algo en contra de mi padre y es lo que más amo de ti. Tu siempre ves luz donde no la hay – toma mi mano – Nicolas es un idiota que no supo cuidarnos y Theo es diferente, él me vio a mí, antes de ver tus curvas, uso su tiempo para saber que me gusta, cómo me gusta y vamos a pasado una semana y días – su celular suena.
- ¿Qué me quieres decir Oli? – pregunto cuando veo que no atiende.
- Que lo beses – pone los ojos en blanco y hace un gesto como si hablara con un bobo – Quiero que salgan, que se conozcan y que seas feliz.
- No creo que sea la persona que busca Theo para su vida Oli – suspiro – Las personas como él no andan con mujeres como yo.
- Eres hermosa mamá
- No cuenta si lo dices tú… eres mi hijo – me levanto del asiento – Ahora hare una pizza para cenar y veremos unas películas.
Mientras cocinaba nuestros teléfonos comenzaron a sonar, el nombre de Nicolas apareció una vez en pantalla y luego solo mensajes de Theo pasando las fotos del sábado, en ellas hay varias donde salimos los tres y otras donde sale Oli conmigo, Oli con él, pero la que más me llama la atención es una que manda mi hijo, en ella estamos Theo y yo mirándonos y sonriendo, no se bien en que momento Oli la tomo, pero es perfecta, parecemos una pareja de enamorados de esas que dan para un portarretrato.
Termino de preparar la masa y la estiro en una lata para el horno, preparo la salsa, queso y listo. Es domingo y mis ganas de cocinar son casi nulas, hoy es uno de esos días donde me dedico a mi cuidado personal, depilación, mascarillas, me hago las uñas, va viene una chica y me las hace para toda la semana. Oli por su parte adelanta tarea de la semana e investiga nuevos proyectos para llevar a cabo. Son las 10 de la noche cuando ya estoy en mi cama y lista para dormirme, mañana es el gran día y necesito estar al cien por ciento. Con los nervios a flor de piel y la imagen de unos enormes ojos turquesas observándome, me dejo ir por el sueño.
Son las 6 de la mañana y me estoy saliendo de bañar, hoy me nombran vicepresidenta de Astracán textil, estoy tan emocionada que todo esto me paréceme mentira. Me coloco mis botas negras de caña alta hasta la rodilla y un vestido mangas larga al cuerpo, que deja a la vista solo dos centímetros de mi piel antes de que empiecen las botas. Afuera está comenzando a hacer frio asique saco un saquito media estación, dejo mi pelo suelto cayendo en ondas, me maquillo dándome un estilo natural y doy un pequeño toque con un labial marrón claro efecto matte.
- Vaya… - Oliver me observa – Si que estas bella.
- ¿Qué haces despierto tan temprano? – inquiero mientras beso su frente
- La secadora de pelo me despertó, igual son las siete menos diez – me coloco mis pendientes mientras Oliver busca sus cosas para bajar a desayunar.
- Tú papá me ha llenado de mensajes – hablo cuando estamos en la cocina – Dice que no le respondes ni los mensajes ni las llamas – su semblante cambia.
- Le dije que no quería hablar con él - le paso la leche y los cereales.
- ¿Por qué no?
- Está muy agresivo, contesta mal, todo le molesta - ¿agresivo? – No quiero hablar con él mamá.
- Está bien – tomo un poco de café - ¿Qué quieres decir con agresivo? – detiene la cuchara y se tensa – Oliver…
- Me mando audios gritando por las fotos con Theo el viernes, las de ayer también le molestaron – parece triste – Es como que mi felicidad le molesta.
- No creo hijo – acaricio su mano – Más tarde hablare con él para que se calme.
Mas le vale que tenga una excelente escusa con respecto a sus actos, porque como me entere que maltrata a Oliver otra vez, se va quedar sin pene, no se lo voy a permitir, asique o se relaja o se la corto y doy a los perros del vecino. Todo el camino al colegio Oliver permaneció callado, solo hablo para recordarme que saldrían con Theo después de la escuela en busca de su material para su proyecto de ciencias, se despidió dando un beso y emprendí camino hacia la empresa.
Saludo a todo el personal de la compañía mientras me dirijo a sala de juntas, el anuncio se hará en cinco minutos y luego pasare a mi nueva oficina, por otro lado, tengo que entrenar a la nueva secretaria, si bien trabaja hace un año en la compañía, Merly Méndez una pequeña española de ojos marrones, cabello negro y gran personalidad, es relativamente nueva, llego a la compañía luego de que transfirieran a su novio o marido Marcos.
- Buenos días – Theo saluda a los presentes y todos respondemos. – Como sabrán el motivo de la reunión es para el nombramiento de la señorita Emma Wood como vicepresidenta de la empresa. Todos sabemos los años que lleva trabajando y la cantidad de títulos que ha adquirido en este tiempo, asique esta sumamente capacitada para el puesto.
Los murmullos en la sala se hacen presentes mientras habla y mis nervios van creciendo desmedidamente.
- Como la política de la empresa es muy clara, debo preguntar ¿Hay alguien en contra de esta decisión?
- Hamilton – mi corazón se para cuando el señor Foster comenzó a hablar – Se hizo una votación y ella gano, como ya lo dijiste esta sobrecalificada y todos sabemos que cuando tu viajas ella maneja la empresa – Theo sonríe – Creo y hablo por todos que nuestro futuro esta en las mejores manos, asique hazla firmar de una vez y volvamos al trabajo.
- Si señor – ríe mientras James saca unas hojas y me llama.
- Señorita Emma por favor… - me levanto y voy a su lado – En este contrato ud. adquiere responsabilidad en las decisiones de la empresa, aunque el señor Hamilton tiene la última palabra, también se aclara que si comenta cuestiones internas podremos llevarla a juicio y ser juzgada por traición, además se estipula su sueldo, vacaciones, otros beneficios – tomo el bolígrafo y firmo luego de leer rápidamente.
- Un aplauso para la nueva vicepresidenta – dice uno de los presentes y todos responden.
Luego de aceptar las felicitaciones de los presentes caminamos a mi nuevo despacho, Theo me comenta que puedo hacer los cambios que quiera, incluyendo el mobiliario ya que la empresa cuenta con un presupuesto para ello. Estoy a punto de negarme, pero al ver que todo era tan varonil y amargo acepto encantada. Asique ahora llevo una hora revisando el trabajo atrasado del señor McCan, ese hombre se dedico a hacer nada este último año.
- Señorita Wood – Merly me llama desde la puerta – Hay un hombre que solicita verla.
- Dime Emma, Merly, solo Emma – le sonrío - ¿Quién es?
- Nicolas Fournier – la miro extrañada y ella parece nerviosa.
- Hazlo pasar – me mira dudosa, pero sale rápidamente.
- Tú me vas a explicar de una puta vez que mierda es todo esto – abro los ojos, cuando Nicolas se adentra en mi oficina hecho un demonio.