Oliver, un chico que oculta ser sigma, es descubierto por Allen, un alfa, quien lo comienza a molestar y amenazar con revelar su secreto. Oliver decide vengarse de una manera que Allen no lo pueda olvidar, pero poco sabría Oliver que Allen terminaría disfrutando aquello, teniendo sentimientos encontrados.
¡Alerta de (+18) y Non-Con!
NovelToon tiene autorización de Unknown para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
El plan (+18)
Contenido sexual explícito solo para mayores de 18
POV Oliver
Con el corazón latiendo con fuerza en mi pecho, me encontraba parado frente a la puerta de la habitación de Allen, listo para llevar a cabo mi plan. Con manos temblorosas, saqué la ganzúa de mi mochila y comencé a abrir la cerradura con cuidado, asegurándome de no hacer ningún ruido que pudiera despertar a Allen.
Cada clic de la cerradura resonaba en mis oídos mientras trabajaba con determinación, concentrado en el objetivo que tenía por delante. Cada segundo que pasaba se sentía como una eternidad, y la tensión en el aire era palpable mientras me esforzaba por mantener la calma y la compostura.
Finalmente, con un suave chasquido, la cerradura cedió y la puerta se abrió ante mí. Inhalé profundamente, conteniendo el aliento mientras entraba en la habitación, asegurándome de no hacer ningún ruido que pudiera alertar a Allen de mi presencia.
La habitación estaba en penumbras, iluminada solo por la débil luz de la luna que se filtraba por la ventana. Me moví con cautela, sintiendo el pulso acelerado en mi pecho mientras me acercaba a la cama donde Allen dormía ajeno a mi presencia.
Con manos temblorosas, saqué las cuerdas y la mordaza de mi mochila, preparándome para llevar a cabo el siguiente paso de mi plan. Aún con las manos temblando, pero decidido, amarré los brazos y las piernas de Allen a la cama, asegurándome de que estuviera completamente inmovilizado y no pudiera hacerme daño. Cada nudo que hacía era firme y seguro, y pronto, Allen estaba completamente atado y a mi merced.
En ese momento, los ojos de Allen se abrieron de repente, sorprendido por mi presencia y por la situación en la que se encontraba. Trató de moverse, de liberarse de las cuerdas que lo mantenían sujeto, pero era inútil. Una sonrisa retorcida se curvó en mis labios mientras observaba su lucha, sintiendo una mezcla de satisfacción y triunfo.
Sin decir una palabra, me acerqué a él y le coloqué la mordaza en la boca, asegurándome de que no pudiera hacer ningún ruido que pudiera alertar a los demás. La expresión de sorpresa en su rostro se mezclaba con la impotencia mientras se daba cuenta de que estaba completamente a mi merced.
Con cada movimiento que hacía, cada gesto de resistencia sentía cómo el poder cambiaba de manos, cómo la balanza se inclinaba a mi favor. Por primera vez en mucho tiempo, me sentía en el control de mi propia vida.
Saqué un trípode de mi mochila y lo coloqué junto a la cama de Allen, asegurándome de que la cámara estuviera apuntando hacia nosotros, pero que no se pudiera llegar a apreciar bien mi rostro. Encendí la cámara, sintiendo una oleada de determinación recorrerme mientras me preparaba para capturar cada momento de mi venganza.
Con la cámara lista, me acerqué a Allen y le di del afrodisíaco, asegurándome de que surtiera efecto lo más pronto posible. Sabía que el afrodisíaco aumentaría su excitación y su deseo, haciéndolo más vulnerable a mis manipulaciones.
Luego saqué unas tijeras de mi mochila y las sostuve frente a él, dejando claro cuál sería mi siguiente movimiento. Con manos firmes pero temblorosas, comencé a cortar su ropa, arrancándola de su cuerpo con determinación. Una a una, las prendas cayeron al suelo, dejando a Allen completamente desnudo y expuesto ante mí.
La expresión de sorpresa y humillación en su rostro era evidente mientras me observaba, impotente, mientras lo despojaba de su última capa de protección.
Por un momento, me sentí poderoso, invencible, como si nada ni nadie pudiera detenerme.
Me despojé de mi ropa, desnudo frente a Allen. Sin vacilar, me acerqué a él y le puse el condón en su erección que comenzaba a formarse, asegurándome de que estuviera colocado correctamente para lo que estaba por venir. Luego, eché una generosa cantidad de lubricante sobre el condón, asegurándome de que hubiera suficiente para facilitar el siguiente paso de mi plan.
Envolví una cuerda alrededor del cuello de Allen, asegurándome de que estuviera lo suficientemente apretada como para mantenerlo bajo mi control.
Una vez que estuve satisfecho con mi preparación, me coloqué sobre Allen, sintiendo su cuerpo tenso y resistente bajo el mío. La mezcla de excitación y miedo brillaba en sus ojos mientras me miraba, impotente, incapaz de resistirse a mi voluntad.
Con un tono firme y lleno de determinación, miré a Allen directamente a los ojos.
-Es mejor que te asegures de disfrutarlo.- Con un gesto rápido, jalé la cuerda que rodeaba su cuello, ejerciendo una presión suave pero firme que dejó claro quien estaba en control de la situación.
Allen me miró con una mezcla de sorpresa y temor, sus ojos buscando los míos en busca de alguna señal de compasión o arrepentimiento, pero no había. Estaba decidido a llevar a cabo mi plan, a reclamar mi poder y mi libertad sin importar las consecuencias.
Sin una palabra más, me entregué al momento, dejando que mis instintos más oscuros tomaran el control.
Me senté sobre su miembro erecto, soltando un gemido de dolor, sonriendo perversamente mientras lo miraba con deseo, jugueteando con la cuerda que rodeaba su cuello, ajustándola ligeramente. Tenía que hacer un esfuerzo por relajarme mientras mi cuerpo se ajustaba a su tamaño, no habiendo previsto el tamaño de Allen.
Jadeé un poco, mi rostro distorsionado por el dolor y comencé a subir y bajar sobre su miembro, moviéndome lenta y deliberadamente, mirándolo de manera provocadora, disfrutando del control que tenía sobre él. Trataba de encontrar un ritmo que me permitiera soportar el dolor
Allen me miró con los ojos llorosos, pero sentía su miembro expandirse y latir dentro de mí, era una situación irónica.
Con cada embestida, sentía como la tensión en la habitación alcanzaba su punto máximo, cómo la pasión y el deseo se entrelazaban con el miedo y la humillación. Sabía que este momento cambiaría nuestras vidas para siempre, que nada volvería a ser igual después de esto.
Mientras montaba a Allen, me incliné hacia él, acercándome lo suficiente como para que pudiera sentir mi respiración en su piel.
-Ya que tanto asco le tienes a los sigmas, me aseguraré de que no olvides esto nunca.- Dije con un tono de voz cargado de desprecio.
Empecé a impregnar su piel con mis feromonas, marcándolo de una manera que nunca podría olvidar. Podía ver la mezcla de confusión y miedo en sus ojos mientras sentía el efecto de mis feromonas en su cuerpo.
-No puedo creer que odies tanto a los sigmas, y sin embargo, mírate…- Continué, con una sonrisa amarga. -Estás bastante duro para alguien que dice despreciar a los sigmas. Eres un hipócrita.-
Podía ver la lucha interna en su rostro, la mezcla de placer y humillación que se reflejaba en sus ojos. La resistencia en su cuerpo disminuía gradualmente, mientras el efecto de mis feromonas, y el afrodisíaco lo hacían más receptivo a mis acciones.
-Para alguien que odia a los sigmas, pareces estar disfrutando esto mucho más de lo que quisieras admitir.- Le susurré al oído, mientras jalaba suavemente la cuerda alrededor de su cuello, aumentando su vulnerabilidad.
Mi cuerpo temblaba mientras me esforzaba a seguir montando su enorme miembro, aún a pesar del dolor, Sentía que me estaba destrozando por dentro, pero a la vez sentía un extraño y potente placer, no podía parar.
Grité mientras mi cuerpo se tensaba y explotaba en un intenso orgasmo, sacudido por las contracciones. Una embestida de Allen me sorprendió y en ese momento noté que acababa de correrse.
Una vez terminé, me quedé un momento sobre Allen, mirándolo fijamente. Su respiración era pesada y sus ojos mostraban una mezcla de confusión y miedo. Sin levantarme, comencé a apretar la cuerda alrededor de su cuello, incrementando la presión con cuidado, asegurándome de que no le causara un daño permanente, pero suficiente para que perdiera la conciencia.
Observé como sus ojos comenzaban a cerrarse y su cuerpo se relajaba bajo mi control. Cuando finalmente quedó dormido, solté la cuerda y me levanté, comenzando a recoger mis cosas con calma y precisión. Guardé la cámara, el trípode y la ropa cortada de Allen en mi mochila, asegurándome de no dejar ningún rastro de mi presencia más allá de lo que había planeado.
Antes de irme, escribí una nota que decía “Recuerda que cualquier movimiento en falso y este video verá la luz, para que todos sepan que te gustan los sigmas, o que tal vez eres un degenerado que le gusta ser dominado. Puedo hundirte conmigo o sin mí, así que tal vez no sea necesario recordarte lo asqueroso que eres para ocultar tu verdadera naturaleza.”, y la dejé sobre el escritorio de Allen.
Desaté sus muñecas y tobillos con cuidado, dejando su cuerpo inerte en la cama. Guardé las cuerdas, la ganzúa, el lubricante y la caja de condones, y con todo listo, me puse la mochila al hombro y salí de su habitación, cerrando la puerta detrás de mí. El pasillo estaba en silencio mientras me dirigía de vuelta a mi habitación, sintiendo una mezcla de alivio y satisfacción.
Una vez dentro de mi habitación, me dejé caer en la cama, sintiendo el peso de lo que había hecho.
Aunque feliz por la llegada de la bendi 🤭😊.
porque Oliver lo violo, con todo lo aberrante que eso es.
triste , no esperaba eso de Oliver, me desilusionó