Amor Valiente.

CAPITULO 10.

(Tyler)...

Después de ver a Bruno, tratando de ahogar a esa chica, me siento responsable por ella. Mi conciencia no me permite dejarla a la deriva y en las garras de mi amigo.

Porque el día de ayer, me dejó más que claro que no se detendrá hasta verla llorar en el piso, suplicándole clemencia y humillada hasta no querer volver más a la escuela.

Suena aterrador, pero lo he visto, cuando ha acosado a otros chicos con sus enfermizas bromas, como dice él. He visto a chicos que dejan la escuela para no seguir siendo intimidados por Bruno, y lamentablemente vi, como un chico se suicidó el año pasado al no soportar el calvario que Bruno le hizo vivir.

Obviamente, nadie denunció el hostigamiento de Bruno, por miedo a las represalias y yo, como amigo, jamás haría o diría algo en su contra.

Por eso estoy decidido a proteger a esa chica, que se le ha metido entre ceja y ceja a Bruno.

......................

_ ¿Qué rayos fue lo qué vi? _ me pregunta Christopher cuando vuelvo al grupo.

_ Un beso _ le respondo.

_ ¡No seas idiota! _ me grita Bruno _ ¿Qué pretendes al besar a esa mojigata?

_ Esa mojigata, el día de ayer, me dio el mejor beso de mi vida, después de ser casi asesinada por ti _ le respondo.

_ ¿Y qué pretendes, besándola ahora? _ me pregunta Christopher.

_ Me gusta _ les suelto a los dos.

_ No te creo, te conozco muy bien y esa chica no es de tu tipo y el de ningún hombre _ me grita Bruno.

_ Mis gustos han cambiado, de hecho le pediré que sea mi novia _ les digo, con mucha calma.

_ No sé a qué estás jugando, pero no te creo ni una mierda _ me grita Bruno, quien se va hecho una furia.

_ Amigo, yo tampoco te creo una palabra, solo espero que estés haciendo lo correcto _ me dice Christopher.

Espero estar haciendo lo correcto, no me perdonaría si a esa chica le suceda algo más grave, por no haber podido detener a mi amigo de toda la vida.

_ Fiesta hoy en casa de Joseph _ me dice Raúl _ Espero qué vengas con tu nueva conquista.

_ Cuenta con eso _ le respondo, muy seguro.

Si quiero hacer creer que me gusta esa desabrida chica, tengo que ir a esa fiesta con ella. Lo difícil será convencerla a que asista, porque no pienso que sea ese tipo de chicas que asista a fiestas.

_ ¿Christopher, en qué clase está tu hermana ahora? _ le pregunto, porque lo único que sé de ella es que es compañera de clase de Margareth.

_ Química, supongo_ me responde.

Tomo camino a la sala de química y ahí la veo, acomodando sus cosas en su mochila. Mirando a la nada y sin expresión en su rostro, es como ver a un maniquí, sin emociones...

_ Hola _ le digo cuando estoy a su lado, sin que ella se haya percatado.

_ Hola _ me responde, tomando su mochila para salir de la sala de clases.

_ ¿Quieres ir a una fiesta conmigo hoy en la noche?

_ ¡Es martes! _ me dice.

_ ¿Y qué? Para divertirse y pasarla bien un rato no tiene que ser fin de semana _ le respondo.

_ No, gracias.

_ Lo siento, olvide que no era una pregunta... Irás a una fiesta conmigo hoy en la noche _ le digo serio.

_ Deja de molestar y ve a esa fiesta con cualquier otra chica que quiera ligar contigo.

_ Iré con mi novia, o le diré a Bruno que te invite _ le digo en tono de amenaza.

_ ¡Maldito, infeliz! Eres igual que el abusador de tu amigo _ me responde muy molesta.

_ Como no puedes entender que si todo el mundo piensa que somos pareja, nadie se atreverá a tocarte _ le digo más molesto que ella.

_ Si detuvieran a tu amigo, no tendrías que hacer esto _ me dice.

Le quito el teléfono que lleva en su bolsillo y anoto mi número de teléfono en él.

_ A las 8:00 p.m, me envías tu ubicación para pasar por ti _ se lo entrego y aprovecho de volver a robarle un beso, antes de irme.

(No sé porque lo hice, es qué me gusta cuando le robó un beso, no sé si son sus mejillas rojas, esos grandes ojos que abre o el roce de esos suaves y tibios labios.)

El resto del día, me la paso en el entrenamiento de Rugby, veo la hora y me voy a las duchas ha asearme para luego ir por Liz, quien ya me envió su ubicación.

_ ¿Qué pretendes, besando a Liz frente a toda la escuela? _ me grita Margareth a mi espalda cuando estoy desnudo bajo el agua.

_ No tengo por qué darte explicaciones, Margareth _ le digo y me volteo para que me vea de frente.

Margareth al verme como Dios me trajo al mundo, traga grueso, quedando sin palabras cuando sus ojos bajan hasta el centro de mi cuerpo.

_ ¿Te gusta lo que vez? _ le digo.

_ Tú, sabes que sí _ me responde _ ¿Quieres que te ayude?

La idea no me desagrada, pero debo mantener esta mentira que me estoy inventando para ayudar a esa chica y si no le dejo las cosas claras a Margareth, no podré quitarla de encima.

_ No, gracias _ le respondo.

_ ¿Seguro? _ me susurra al oído cuando se me acerca, teniendo la osadía de posar su mano en mi entrepierna.

_ Seguro, que lástima que ya no me provoques nada, así que ve a seducir a otro. Qué yo sexo lo quiero con Liz y no contigo _ le digo dando la ignorada de su vida al tomar la toalla y envolverla en mi parte baja del abdomen. Para luego caminar a los vestidores, dejándola sola, con su patética cara de ofrecida.

Por muy hermana de Christopher que sea, me cansan sus escenas. Y en más de una ocasión le he dejado claro que ya no quiero seguir revolcándome con ella.