ELLA ES MIA

Estoy en mi sala y mi teléfono celular suena.

Pepi: Buenas tardes, Fabrício, ¿cómo estás, amigo?

Fabrício: Estoy bien, Pepi, ¿alguna novedad sobre la inauguración de la discoteca?

Pepi: Sí, todo listo para inaugurar el día 19.

Fabrício: Noticias geniales, amigo, sabía que podía contar contigo.

Pepi: Siempre, amigo, hasta luego.

Fabrício: Hasta luego.

Estoy satisfecho con la llamada de Pepi, miro el reloj y son las 15:30. Salgo de mi oficina y voy al café que está a dos cuadras de mi empresa. El café espresso de allí es muy bueno, voy allí todos los días.

Llego al café y me siento en una mesa frente a una gran ventana, me gusta esa mesa porque tiene una vista completa de la calle. Estoy usando mi celular para responder algunos correos electrónicos cuando escucho una voz dulce:

Camarera: Buenas tardes, señor, ¿cuál es su pedido?

Levanto la cabeza para ver quién es la dueña de esa dulce voz. El sol que se reflejaba en la ventana iluminó su hermoso rostro, la chica parecía un ángel. Tenía expresiones suaves y hermosos ojos azules, cabello rubio recogido en un moño.

Fabrício: Un café espresso, por favor.

Camarera: ¿Algo más?

💭 Fabrício: ¿Si pido algo más, me lo darías?

Fabrício: Solo eso.

Camarera: De acuerdo, señor, le traeré su café.

Ella se fue y yo la estuve admirando de espaldas. Tenía un trasero redondeado y firme, y unas piernas gruesas. Me quedé imaginando cómo sería en mi cama y todo lo que podría hacer con ese cuerpecito. Ella será mía.

Recibo una llamada de Pepi, mi carga de armas fue robada, él ya tenía a los culpables en una habitación especial que tengo en la parte trasera de mi casa y recuperamos la carga. Salí de allí con furia en los ojos, primero porque me interrumpieron cuando quería observar un poco más esa belleza de mujer; y segundo, ¿cómo se atreven a robarme? Hoy habrá consecuencias.

Llego a casa y voy directo a la parte trasera, abro la puerta y veo a tres hombres colgados de los brazos inconscientes. Pepi está sentado en una silla fumando su puro, cuando miró mis ojos se dio cuenta de que estoy poseído y que la noche va a ser divertida. Pepi es el segundo mejor torturador que conozco, porque el primero soy yo. Cuando torturamos a alguien, nuestro lado oscuro se apodera de nosotros y no tenemos piedad. Miro a uno de mis secuaces que coge un cubo de agua del pozo y lo tira sobre los hombres, que despiertan asustados. Otro secuaz coge una pistola eléctrica y les da una descarga para que vuelvan a desmayarse, se tira otro cubo de agua del pozo y vuelven a despertarse.

Fabrício: Tengo curiosidad, ¿cómo tres don nadie como ustedes se atrevieron a intentar robarme?

Los hombres se quedan en silencio.

Fabrício: Veo que necesitan un estímulo para hablar.

Camino hasta la mesa, cojo un cuchillo de caza y hago un corte lateral y profundo en el primer hombre, que grita de dolor. Observo que el tercer hombre está en estado de shock. Ya sé que él será el que hable. Me pongo un guante en la mano, cojo un puñado de gusanos y me acerco al primer hombre, que al ver los gusanos comienza a gritar:

Hombre 1: No te acerques a mí.

Pongo los gusanos sobre el corte del pecho del primer hombre. El segundo hombre amenaza con hablar, pero luego se mantiene firme. Entonces cojo una lanceta de metal (un instrumento utilizado para la extracción de ojos), la pongo al fuego y cuando está bien caliente, extraigo el ojo izquierdo del primer hombre. Él grita de dolor y luego se desmaya, tiro otro cubo ahora con vinagre y sal, el hombre ya despierta gritando, decido arrancarle la lengua porque sus gritos me estaban irritando.

Fabrício: ¿Alguien más ha decidido hablar? No se pongan nerviosos, chicos, tenemos toda la noche para jugar, o mejor dicho, tenemos varios días para jugar, y sonrío de manera macabra. Veo que el tercer hombre está a punto de ceder. Entonces cojo la lanceta de metal y la pongo al fuego, cuando está bien caliente me dirijo hacia el tercer hombre.

Hombre 3: Detente, por favor, tengo esposa e hijos.

Fabrício: Es bueno saberlo, los enviaré a buscar para que se unan a nosotros.

En ese momento, el hombre se desespera.

Hombre 3: Está bien, contaré lo que sé, pero prométanme que serán rápidos y no involucrarán a mi familia.

Hombre 2: ¡Traidor, cállate la boca!

Tomé el machete y le corté la cabeza al segundo hombre, el tercero ya estaba listo para hablar, ya no lo necesitaba.

Fabrício: No estás en condiciones de exigir nada, pero lo prometo.

Puedo ser un desgraciado cruel y sin corazón, pero nunca tendría el coraje de lastimar a mujeres y niños inocentes.

Hombre 3: Un hombre preguntó si queríamos ganar buena plata, dijo que había un cargamento de armas llegando en barco y que ya tenía un comprador para ellas, pero necesitaba otros tres hombres para completar su equipo.

💭 Fabrício: Solo yo trabajo con armas en esta ciudad y todos lo saben. Esto definitivamente fue un ataque personal.

Fabrício: ¿Cuál es el nombre del comprador?

Hombre 3: ¡No lo sé!

Fabrício: ¿Cuál es el nombre del hombre que los reclutó?

Hombre 3: ¡No lo sé!

Fabrício: Pero así no me ayudas, no sabes nada. Y volví a calentar la lanceta en el fuego.

Hombre 3: ¡No, por favor!

El tercer hombre parece pensar en algún detalle que pueda sacarlo de este aprieto.

Hombre: El contratista tenía un tatuaje en la mano, era la calavera de un pájaro.

Miro a Pepi, quien asiente con la cabeza y luego se va.

💭 Fabrício: Bueno, esto ya es un comienzo.

Le disparo en la cabeza al desgraciado y luego disparo al primer hombre también.

Fabrício: Límpien esta mugre.

Salgo de allí y entro a la casa principal, Solange, mi ama de llaves, se acerca hacia mí.

Solange: Buenas noches, señor, ¿va a cenar?

Las ropas manchadas de sangre ya no impresionan a Solange.

Fabrício: No, Solange, tomaré un baño y me acostaré, si tengo hambre más tarde, haré un bocadillo.

Solange ha estado en nuestra familia desde que tengo memoria. Ella fue ama de llaves en la casa de mis padres y cuando asumí la mafia, vino a trabajar para mí. Mi padre pensó que era mejor tener a alguien de confianza para cocinar y cuidar de mis cosas. A pesar de su edad, Solange no es inocente ni frágil, sabe defenderse muy bien y también tiene una excelente puntería. Cuando tenía 7 años, nuestra casa fue invadida por una mafia rival, mi padre siempre tenía rutas de escape, siempre valoró la vida de sus empleados. Él me dejó al cuidado de Solange mientras, junto con mi madre, quien siempre ha sido una guerrera y ha estado a su lado pase lo que pase, eliminaron a los enemigos. Solange, por su parte, eliminaba a cualquier persona que encontrara en el camino hasta que estuviéramos a salvo en el escondite. Ella me protegió como se protege a un hijo, así que le tengo mucho cariño y respeto a esa señora.

Solange: Mi señor, necesitas alimentarte correctamente.

Fabrício: No te preocupes, Solange, estoy bien.

Le doy un beso en la frente y subo para tomar un baño.