Mairim era una adolescente cuando su mamá decidió casarse de nuevo con un hombre que tenía un hijo 2 años mayor que ella, lo que ella no sabía era que aquel chico le robaría el corazón.
decidió ocultar sus sentimientos pero entre más lo negaba mas crecía su amor por el.
pero el al igual que ella tenía un secreto que les cambiaría la vida a ambos.
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Capítulo 8
Sabia que al irme así se vería muy raro pero no me importó no quería seguir ahí ni un minuto más, llegué a mi habitación y me tiré sobre la cama pensando en lo que pasaría después, así que me propuse a mi misma que iba a dejar eso atrás, que me iba a repetir mil veces que no había pasado nada y eso mismo le diría a Joan si es que llegaba a hablar del tema.
No se cuanto tiempo pasó que sentí mis párpados muy pesados y me quedé dormida.
JOAN
Terminé de cenar y me dispuse para ir a mi habitación cuando llegue me recosté sobre mi cama, me puse los brazos bajo mi cabeza no podía dejar de pensar en lo que había pasado, en verdad la deseaba, desde que la conocí fue como un flechazo esos ojos me cautivaron, no dejaba de pensar en ella y cada vez que la tenía cerca quería besarla pero siempre trataba de controlarme.
Quería ir verla para decirle que yo tenía la culpa, que jamás iba a volver a pasar eso, aunque por dentro lo deseara sabia que ella no iba a permitir que pasara de nuevo.
Me levanté de la cama y me armé de valor para salir de mi habitación e ir hacia la de ella, todo estaba ya en completa oscuridad así que agarré mi celular y prendí la lámpara, cuando estaba frente a su puerta no podía tocar recargando mi frente en la puerta respire un par de veces y al fin le toque.
No me contestó, así que volví a tocar pero de nuevo nada, no podía irme tenía que hablar con ella tal vez tenía los audífonos por eso no me respondía así que abrí su puerta y entré.
Me di cuenta que estaba dormida en su cama, se veía tan hermosa era como un Ángel dormido tan frágil, tan inocente, agarre una manta que tenía sobre su cama y la puse encima de ella, le quité su cabello de la cara para acomodarlo atrás de su oreja cuando despertó.
—Que haces aquí Joan?—, me dijo sorprendida.
—Lo siento Mairim!! no quise despertarte solo quería—, apreté mis labios y la mire—, más bien tenemos que hablar sobre lo que paso.
—No pasó nada entendiste, fue un error que no se volverá a repetir—, me decía mientras se levantaba de la cama y llevaba sus manos hacia su cabeza.
Sentía un dolor en el pecho pero igual sabia que esto podía pasar, así que no dije nada solo me di la vuelta y cuando llegué a la puerta dije:
—Esta bien, si así lo quieres, pero por favor no quiero que cambien las cosas entre nosotros—, dije mientras apretaba mis puños.
—Las cosas cambiaron desde que nos dejamos llevar—, me dijo agachando la cabeza.
El dolor en el pecho se volvió aún más fuerte, solo quería salir de ahí, maldición si no la hubiera besado, si hubiera podido controlarme nada de esto hubiera pasado, bien dicen que el "hubiera" no existe.
Hay perro lo odio