Un mujeriego que no cree que el amor existe . ¡Oh por lo menos no para él! Conoce a una hermosa mujer de tes blanca y ojos claros como la miel . Divertida pero con un carácter algo loco .
¿Como creen que surgirá el amor?¿Una mirada será suficiente? ¡Oh tal vez un beso!
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Capítulo 7
Maya
Aún no lo podía creer que él estaba aquí haciéndome suya, como nunca ningún otro hombre lo había hecho. Él es mío por esta noche, aunque mañana en la mañana ya no seamos más que dos desconocidos. Porque ahora lo más importante es que me escogió a mí antes que aquella tipeja con perfume barato y senos operados.
Cuando esta por entrar en mí, enredo mis piernas en su cintura y frotó nuestras intimidades con un poco más de intensidad. Dándole a entender que ya lo necesito dentro de mí con desesperación. Así que al entender mis señales, me toma de una sola, ruda y deliciosa embestida.
Ahogando en su boca el gran gemido que salió de mí por su dura invasión, lo beso como si de eso dependiera mi vida y en definitiva así es en estos momentos.
Él arremete contra mí haciéndome sentirlo en lo más profundo de mi ser, logrando que mi cordura se vaya a la basura. Sin dejar de mover mis caderas al compás de las suyas, me aferro a su cuerpo bañado por el sudor y como si fuera una gata es celo. Deslizo mis manos hasta llegar su trasero, las aprieto y luego deslizo mis uñas arañando estás hasta llegar a su ancha espalda.
Darío al sentir lo que hice, gruñe y aumenta sus embestidas, luego gime mi boca y muerde mi labio inferior. Ahora solo yo soy su dueña y con el tiempo se lo voy a demostrar.
Luego de un par de embestidas más, empiezo a sentir como mi vientre se contrae y sé que estos a punto de llegar a mi próximo orgasmo, gracias a este semental. Por lo que sin darle tiempo alguno a Darío de reaccionar, le doy una vuelta en la cama quedando encima de él.
Aparto el pelo que se ha metido en mi cara y vuelvo a
dejara que el este dentro de mí, para luego empezar a mover mis caderas como la jodida diosa que me siento en estos momentos, al estar entre sus brazos.
Darío deja caer su cabeza hacia atrás mientras yo lo monto y gime por el placer que ambos estamos teniendo. Sus fuertes manos se aferran a mis caderas y de dos movimientos más ambos llegamos al orgasmo juntos.
Dejo caer mi tembloroso cuerpo sobre el de él y siento cuan acelerado esta su corazón. Nuestros pechos suben y bajan y de nuestras bocas salen solo el sonido de los jadeos. Una vez recuperamos el alimento Darío sale de mí dejándome un gran vacío por dentro y luego me acomoda sobre su pecho y me abraza por la cintura.
_Eso fue increíble _Dijo con su voz roca y sexy.
_Lo mismo digo _Lo miro a los ojos y me pierdo en ellos, pero de a poco siento como mis párpados pesan.
_Duerme un rato, yo voy a estar aquí.
Yo solo asiento con la cabeza y me abrazo a su cintura para poder descansar. Siento como poco a poco voy cayendo en la inconsciencia y lo último que logro escuchar son unas palabras lejanas.
"Eres lo mejor que me ha pasado en la vida"
