Pasiones Prohibidas

" Damian Dufort "

El día de hoy me encontraba de muy mal humor, debido a que mi madre se encargó de ello, es experta en ocasionar tal acción en mí, con sus peticiones absurdas.

Soy Damian Dufort, uno de los empresarios más prestigiosos de la ciudad, un misterioso Ceo, dicen algunas revistas, debido a que nadie conoce mi identidad, me denominan por ser dominante, cruel y despiadado.

Hoy no he tenido un buen día, debido a las crisis emocionales de mi madre, en estos momentos no creo ser la mejor compañía.

Mientras firmaba unos documentos en la oficina llegó Andrés, mi mejor amigo desde la infancia, a querer llevarme, según él, a sacar mis frustraciones.

Antes que él llegara, ya había pensado en ir a un club de BDSM, que es una de mis innumerables propiedades; cuando pasó un día muy frustrado es mi lugar favorito de desahogo, pero la insistencia de mi amigo fue tanta que no me dejó más opción que aceptar su invitación.

Iba en mi auto siguiendo a Andrés al lugar del que tanto habia hablado, según él, no me arrepentiría de ir.

Después de la oficina nos dirigimos a mi apartamento a tomar una ducha para dirigirse al sitio, mencionado, tal como lo había dicho Andrés, al llegar a la ubicación contaba con un ambiente agradable y pasible, y a la vez expandía atrevimiento al contar con camareras sexis y amables que atendían en el lugar.

Andres sabe que soy un hombre reservado, asi que no me traería a cualquier lugar.

En mi carrera empresarial no he permitido divulgación de mi identidad, el rostro de la empresa es mi amigo, son contados los que conocen mi rostro y el que lo conoce tiene prohibido revelarlo.

Tengo una fama por mi crueldad y sadismo al momento de arreglar mis problemas. Todos los conocidos saben que pagarían un precio muy caro, aquel que se atraviese hacer lo contrario y publicar algo de mi, más allá de lo permitido.

Cuando llegamos al dichoso club nos atendió un hombre agradable y carismático ofreciendo sus servicios, ya que había sido notificado de la llegada de nosotros al lugar. Informo que dos chicas vendrían a atender la mesa, Andrés le agradeció el recibimiento nos guio a la mesa reservada, estaba bien complementado el lugar eran unos cómodos muebles ubicados en la zona VIP, de cuero negro.

Atrás de nosotros llegaron mis tesoros mis primas, sonn las mujeres más insoportables que puede haber, pero las amo y cuentan con mi absoluta protecció. Son locas, pero son mis locas y son las únicas mujeres que, para mi, son intocables junto a mi madre y a mi tía.

Al cabo de unos minutos de estar sentados llegan las chicas encargadas de la atención, una de ella muy peculiar, ya que no posee las curvas que las mujeres de hoy desean, sino que está proporcionada de mucha belleza femenina, a mi opinión personal.

No lográramos ver sus rostros debido a la ética del lugar, no lo permite, para mantenerlas protegidas en su vida social. Me pareció una buena temática de privacidad para las trabajadoras.

Tomaron nuestros pedidos y no comprendo por qué razón no logro quitar mi vista de una de ellas, esa piel color caramelo apetecible, no lo podía dejar de mirar, su rostro no lo podía ver, pero su cuerpo dejaba mucho a la imaginación. Al llegar con el pedido pude percibir que se encontraba nerviosa, cuando fue a colocar la botella de whisky, simule ir a agarrar la botella, pero mi mano y la de ella tuvieron un leve contacto ocasionando que despertara en mí un sentir nunca experimentado por mi cuerpo. Ella se estremeció al instante asiendo crear en mí, los pensamientos más impuros con toda esa piel apetecible que poseía, mi amigo entre mis piernas gritaba que la tomara al instante, que debía ser mía.

Pero mi cordura gritó peligro al instante, así que era mejor alejarla de mí, ya que toda ella gritaba problemas para mi estabilidad mental, así que le pedí que se retirara, que nosotros haríamos lo demás.

Así mismo lo hizo sin protestar o balbucear, estaba completamente desinteresada y eso me enferma, por el hecho de que estoy acostumbrado a ser el centro de atención de las mujeres, al lugar donde desee llegar, pero esta escuálida mesera hizo como si yo fuese un ser tan inferior e insignificante que no merecía su peculiar atención.

Todas las mujeres suelen coquetear para obtener el más mínimo gesto de atención, pero ella no demostró nada su ignorancia golpeó mi ego, y mi yo egoísta salió buscando la manera de doblegar la arrogancia de aquella misteriosa mujer.

—Sigan sin mí ya vuelvo —dije a Andrés mi amigo y a mis primas.

Me dirigí directo a la oficina donde se encontraba el administrador del lugar, ya que el dueño era Lució, un socio nuestro, según lo que Andrés me había informado sobre el sitio.

—¡Buenas noches, señor Marlon!, ¿cómo le va? —salude al administrador después de haber ingresado a su oficina, se encontraba follando a su esposa la cual gritaba sin tapujo, ya que las penetraciones que recibía eran de esperar que gritara.

La mujer abrió sus ojos y se cubrio con lo primero que encontró y Marlon se disculpo y entro con ella me supongo que al baño, minutos despues salieron arreglados , marlos limpiando sus manos las cuales por lo que vi acababa de desinfectar.

extendiendo su mano hacia mi en modo de saludo,se disculpo por lo visto.

Lo tranquilice diciendo que era algo normal, pero le aconsejaba que pusiera seguro a la puerta.

—Muy bien, señor Damian, me informo el señor Lució, que usted estaría el día de hoy aquí, y lo atendiera como si fuese el dueño —dijo Marlon, señalando el mueble que daba una perfecta vista hacia la tarima, por sus vidrios polarizados, era la mejor vista que podría tener cualquier persona en el lugar.

—Que bien mantiene el lugar, muy organizado —alague mientras Mario me ofrecía un trago.

—Así dicen, pero es gracias a las chicas que ponen todo su empeño en realizar un excelente trabajo —respondió alagando a sus trabajadores, eso hablaba muy bien de este hombre, pero eso en estos momentos era lo que menos me importaba con lo que mis ojos a través de un cristal acaba de ver.