ACELDAMA

María despertó y sus hermanos no estaban con ella en la habitación, ella tocó su vientre y comenzó a llorar, no podía creer lo que sus hermanos le habían dicho, ella quería salir de dudas así que decidió ir a enfrentar a Bernardo.

Salió de la habitación para ir a ver a Bernardo, pero cuando va bajando las escaleras la puerta principal se abre y ve entrar a los señores González y a Beto, ella se sorprendió mucho al verlos allí, pero se imaginó que sus hermanos los habrían llamado.

_ hija, cómo te sientes, que pasó?

_ estoy bien mamá, solo fue un desmayo

_ pero diles porque, dijo Raúl en su tono de voz se notaba que estaba muy molesto

_ que pasó hermosa. dijo Beto tomando la mano de María para que terminara de bajar

_ quiero que nos sentemos a hablar, necesito pedirles perdón.

Los señores González se voltearon a ver, jamás María había hecho algo para hacerles mal o una mala conducta, desde que ella quedó al cuidado de los González, siempre fue una jovencita ejemplar, con buenos modales, notas excelentes, nunca dio motivos para castigarla, y al escuchar aquello era una sorpresa para Don Patricio y Doña Juana.

_ dime hija, qué pasó?

_ mamá, papá y tu también Beto, perdón por lo que hice, estoy embarazada y es de Bernardo. dijo María con lágrimas en sus ojos

Las personas presentes quedaron muy asombradas, no podían creer lo que María decía, ella sabía que una relación con alguno de los hijos de Don Carlos de la Vega sería una bomba en medio de ambas familias.

_ no, esto no puede ser, hija tu sabes que no es posible esa relación, además me vas a decir en qué momento te viste con ese tipo que lo único que busca es hacerte daño, no sabías que el está casado? María al escuchar aquello sintió como su corazón palpitaba a mil.

_ ustedes sabían eso?.

_ hija todo lo que tiene que ver con esa familia es importante saberlo, ya que todos sabemos que su deseo es quedarse con la hacienda.

_ si hija el ya hace meses se casó, no se cómo no te enteraste, el llevaba un par de años de relación con Prudencia. María no aguanto más y se levantó iba a enfrentar a Bernardo, tenía que decirle muchas cosas.

_ a dónde vas?

_ debo verlo, el debe decirme que está pasando, tiene que dar la cara por lo que me ha hecho.

_ no, eso jamás, tu no vas a ver a ese desgraciado, infeliz, eso es lo que él busca verte sufrir por su maldita culpa no le des el gusto. Dijo Raúl

_ es cierto hija, no lo hagas, podrías ocasionar un gran pleito, más del que ya sabemos que hay

_ y entonces que papá? Me quedo callada dejo que ese maldito desgraciado se quede como si nada?

_ hija, ya él hizo lo que quería era quitarte lo más puro de una mujer, y encima de eso te ha embarazado.

Beto estaba en silencio, quería llorar del dolor, él amaba a María y verla sufrir le dolía mucho, Doña Juana sabía que su hijo amaba a la chica, ya que un día él le contó a su madre quien lo alentó a que le expresara sus sentimientos, cosa que no se atrevia hacer, asi que tomó la mano de su hijo, quien estaba sentado al lado de ella, para que él sintiera su apoyo.

_ entonces que vamos hacer. Dijo Raúl

_ María decide que vas hacer, porque si esto lo saben tus tíos, sabes que eso provocará un enfrentamiento, así que decide.

_ quiero irme a la hacienda, no quiero volver aquí, voy a tener a mi bebé, no quiero saber nunca más de ese desgraciado, porque les juro que si ese maldito se acerca a mi lo mato.

Todos se sorprendieron al escucharla decir aquello, ella nunca había sido así, ni jamás le deseaba mal a nadie, era muy tierna, dulce, cariñosa y siempre quería hacer el bien, pero lo que Bernardo de la Vega le había hecho le dolió mucho.

_ Estás segura de que quieres irte? le pregunto Carmen sorprendida

_ si, ya mismo nos devolvemos a la hacienda, y aquí en esta casa frente a ustedes que son mi familia, quiero que sepan que lo que Bernardo me ha hecho me las va a pagar.

_ nena mírame, quiero decirte frente a mi familia, porque así son tus hermanos para mí, y mamá ya lo sabe, yo te amo, no es el mejor momento para decírtelo, pero quiero ser el padre de tu bebé, quiero que nos casemos, y que tú hijo lleve mi apellido, se que no me amas, pero pensando en todo, creo que es mejor que los demás piensen que es mío, nos casamos antes que se te note el embarazo y nadie podría sospechar nada, ni el mismo Bernardo.

María lo miró con un poco de duda, pero tenía razón, por ahora no sería bueno que nadie supiera que su bebé era de Bernardo, y si era posible que nunca lo supiera, sería mejor.

_ Beto estás seguro? Preguntó Felipe

_ si, si ella acepta, yo me hago responsable, es mejor que ese tipo o esa familia no lo sepa, esto quedaría aquí entre nosotros y claro mis hermanos tienen que saber la verdad

_ si acepto, y quiero que nos casemos mañana mismo, también quiero cambiar mi herencia,

_ dinos que deseas hacer y se hará. Dijo Raúl, el estaba molesto con su hermana, pero no dejaría de apoyarla.

_ todo lo quiero poner a nombre de mi futuro esposo, si ese maldito alguna vez se llega a enterar de que mi bebé es suyo, cosa que no deseo que suceda, no quiero que saque provecho de nada.

_ no tienes que hacerlo hermosa

_ si lo haré Beto, es mejor así, él cree que me ganó, pues se equivoca, lo juro que este trago amargo que hoy me ha provocado, se las voy a cobrar y le tocará beberse una botella de dolor y sufrimiento lo juro.