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Curando Tu Alma

Curando Tu Alma

Status: Terminada
Genre:Romance / Completas / Doctor / Amor a primera vista / Médico-paciente
Popularitas:523.1k
Nilai: 4.9
nombre de autor: Tamara Gallo

Federico Belmonte, hijo menor de Brandon y Marisol; ha vivido solamente para trabajar y ser el tío soltero que malcría a los niños.

Sin embargo, todo eso cambia cuando accidentalmente lastima a una linda mujer de ojitos tristes, logrando por primera vez, despertar su interés en alguien y decide indagar en su vida; aunque no sabe si es por curiosidad o algo más profundo.

Ella, pocos minutos atrás, fue informada de una noticia que cambiará su vida para siempre y se siente muy mal para afrontarlo frente a su familia.

¿Qué será lo que la ha dejado así?
¿Será que el accidente fue orquestado por el destino para brindarles una oportunidad?
¿El médico más prestigioso de España podrá curar ese afligido corazón, o Alma levantará un muro que los separe, cerrándose a esa posibilidad?

NovelToon tiene autorización de Tamara Gallo para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Frente a cupido

Llegando a la Clínica, Federico baja elegantemente del auto y lo rodea para abrir la puerta de Alma, la cual no sale por voluntad propia porque sigue asombrada con el edificio que tiene frente a ella y es que, al escucharlo mencionar que era suya, supuso que sería algo chico y no la construcción que existía ahora mismo.

"Dios, creo que esto no podré pagarlo" piensa la pelinegra.

—¿Quieres que te cargue?— dice El doctor al verla aún en su asiento.

—No, por supuesto que no— responde con el ceño fruncido.

"No dejaré que este loco me toque" piensa nuevamente, bajándose del vehículo y caminando a lo que cree que es la entrada de la Clínica.

Su idea era dejarlo atrás, pero lo único que provoca es que Federico se deleite con la vista que le está proporcionando.

El castaño, aún parado al lado de su auto y con la puerta del copiloto abierta; olvida por completo lo que es el presente, ya que se pierde en el glorioso movimiento de caderas que parece sensual y furioso. O mejor dicho, así está la dueña.

Se le escapa una pequeña risita traviesa y acaricia las yemas de sus propios dedos, esos que acariciaron la cara de la mujer y revisaron como es la herida en la frente.

¿Le dolerá mucho tiempo? No. ¿Podría marearse? Sí, pero nada que no se vaya con un pequeño reposo. ¿La herida es grande? Para nada. Simplemente, su mente creó una mentira para tener unos minutos más con esa bella pelinegra.

Cierra la puerta del auto y activa la alarma con un pequeño botón, mientras camina hasta su lugar de trabajo.

Entra por "Urgencias" pero él la encuentra enseguida, agarra su mano y la arrastra cuidadosamente hasta el ascensor. Sus puertas se cierran y puede ver el reflejo de Alma, mirándolo un poco confundida...

—Iremos a mí consultorio— avisa él con su voz bastante ronca y eso se debe a que el aire escasea por estar demasiado cerca de ella.

—¿Podré irme hoy?— cuestiona con cierto tono molesto y por su cara puede notarse.

—No lo sé, puede que sí...— ella sonríe antes las palabras del hermoso idiota que la chocó— o puede que no— concluye Federico mientras ve como la sonrisita se le borra. —No creo que sea malo un poco de cuidados— expresa mirándola.

—Lo sé, ese es tu trabajo— responde ella— Pero no me gusta —hace una mueca disconforme.

—A mí sí, es lo que aprendí en el curso de mi vida— cuenta él— Soy el menor de todos mis hermanos, así que todos los ojos estaban puestos en mí— dice orgulloso al pensar en su familia.

Sabe que las palabras de Alma no dan entrada a que le cuente su vida, sino su trabajo, pero él quiere conseguir información recíproca, así que puede utilizarlo a su favor, contando lo que todo el mundo sabe por los chismes sobre la familia Belmonte.

—¿Sabes lo que es sufrir siendo el menor?— presiona un poco más al escuchar solamente las correas del ascensor viajando en el absoluto silencio que ha dejado su paciente.

—Soy hija única, así que no, no sé que es eso.— responde tosca. Las puertas se abren y ambos salen, juntos, al mismo tiempo.—Ya no eres tan caballero — se burla para atacarlo.

—Disculpe, señorita— le hace una reverencia como un mayordomo a su reina en la época antigua. Y luego continúa con su camino, mientras ella sonríe por lo idiota que puede ser ese hombre.

"Idiota, hermoso y le miras el trasero" le regaña su conciencia haciéndola sonrojar.

Lo sigue, a distancia y en silencio. Entra al consultorio y nota que él se ha colocado su bata blanca de doctor mientras teclea algo en su celular, llevándolo a la oreja.

"Claro, debe avisarle a su querida novia que seguirá trabajando" saca una errada conclusión la pobre paciente que empieza a sentirse mal, sentándose en una silla, frente al escritorio del "coqueto infiel".

📱Hola, Silvia— saluda Federico en una llamada al restaurante de su hermana—¿Podrías mandarme la comida a la clínica?— hace una pausa esperando a que Silvia afirme y Alma sin saberlo, puede notar la sonrisita que crece en él —Para dos —agrega haciéndola saltar en su asiento.

La chica desearía ser invisible en este preciso momento, ya que, según sus conclusiones, el guapo doctor no puede estar soltero y para males, llama a su esposa pidiéndole comida para dos personas.

Aunque, también podría ser que le haya dicho eso para que venga a comer con él y no debe de preocuparse por nada.

Digamos que nadie querrá golpearla; o sí, ella misma lo hará, cuando sepa la verdad.

—¿Me puedo ir?— cuestiona incómoda.

—¿Te he revisado?— responde Federico alzando una ceja—¿Te he curado la frente? ¿Te has hecho exámenes? — agrega para que entienda todo lo que hará y debe colaborar.

Prácticamente, podrían ser cosas sin sentido, pero prefiere pasar por loco obsesivo que por negligente y es que, ella podría tener un accidente si maneja antes de hacer el debido reposo.

—¿Cuándo empieza? —indaga nerviosa, ya que no quiere que él la toque por la sensación que le produce.

—Primero desinfectaré tu herida— avisa señalando la frente y busca las cosas en un mueble—Luego te haré un pequeño control para anotarlo en el historial y revisaré que no tengas heridas en tu cuerpo.

—¿Quieres qué?— pregunta sorprendida.

—Te revisaré de cuerpo completo— dice con naturalidad. Para él debería ser "nada" porque ya lo ha hecho muchas veces a lo largo de los años, pero la realidad es que está nervioso por temor a que su cuerpo reaccione y ella pueda notarlo. —Te quitarás la ropa y te pondrás una bata para que pueda verte— finaliza sin utilizar bien sus palabras y hasta en un tono pervertido.

Se acerca a curar la frente y con movimientos delicados, apoya el algodón, mientras sus labios se aprietan al ver como su paciente cierra los ojos por el dolor.

Algo cubre toda esa acción, es como una tensión, una atracción que segundo a segundo crece un poco más y sucede...

Ella lo mira con sus grandes y oscuros ojos conectando la mirada, notando una tormenta de emociones fáciles de leer por segundos y compleja al intentar saber que es lo que la causa. Aleja el algodón y baja su brazo, esperando algo más, pero... él, se pierde.

Alma no puede dejar de ver esos ojitos verdes que transmiten tranquilidad y fuerza, en partes iguales... Algo increíble para su propia calma, pero todo eso se termina al escucharse un celular sonar.

El doctor corta el contacto visual con esa mujer que lo ha hipnotizado y agarra su teléfono, mientras Alma se recrimina el haberlo observado como la pieza de arte más linda del mundo y aunque sí lo es ante sus ojos, debe disimularlo. Sin embargo, se convence a sí misma que más de este día o los posibles cuidados, no tendrá, porque no puede asegurarle un futuro.

📱¿Isabella?— cuestiona confundido sin entender por qué lo llama, pero ella le cuestiona que cene en su trabajo—Estaré bien, sino puedes venir a verlo por ti misma.— la invita sonriendo, aunque su hermana no pueda verlo.

En cambio, Alma mira hacia otro lado al darse cuenta que este hombre es un mujeriego de primera.

"Primero su esposa, Silvia, y ahora esa amiguita, Isabella; o tal vez es que quiere un trío con ambas" piensa la pelinegra.

—Señorita Ortega, ¿está bien?— Federico mira a esa linda mujer y la nota ida, sus pupilas están dilatadas y parece en shock, por lo que decide tocarla, pero Alma se levanta de inmediato al sentirlo.

Su toque quema y su estómago se revuelve al pensar que ese hermoso espécimen tiene gustos algo diferentes a los suyos, más que nada porque le encanta la exclusividad y parece ser que a él no.

—Estoy bien—responde sin mirarlo a la cara. —Haz lo que tengas que hacer —pide con urgencia—Quiero irme.

—Tomará tiempo— responde disgustado por su apuro. Él quiere compartir más tiempo con su bonita paciente, pero tal vez, tenga alguien esperándola.

Le pasa la bata y le señala la puerta del baño privado para que pueda cambiarse hasta que la ve desaparecer.

Federico se desarma, apoya los codos en el escritorio y descansa su frente allí mientras se autoreclama la importancia que le brinda a Alma, cuando no había sido así con nadie más, pero sabe que ella no desea lo mismo. Lo pudo notar en sus ojos. Según su lectura, no está interesada en él.

"Ya basta" dice una y otra vez en su mente.

Ella, al salir, aprieta esa pequeña tela para que no se pueda ver más de lo necesario y se queda de pie, esperando que el doctor diga algo, aunque solo puede ver que cubrió su cara con las manos y delinea sus venas en esa maza musculosa que conforma el brazo, lo que la hace arrepentirse de caminar al llegar en el auto, ya que tuvo que aprovechar a que la levantará y comprobar su fuerza.

—Estoy lista—Alma llama su atención para no seguir disfrutando a ese hombre, supuestamente, prohibido.

Fede, como buen miembro de la familia Belmonte que lleva ese ADN en su sangre, recorre lentamente su mirada, desde los pies descalzos hasta su carita tierna, parando de vez en cuando es los puntos claves y sin saberlo, la hace estremecer por su intensidad.

Él no puede disimular y ella puede notarlo.

La tensión es alta porque ambos quieren algo, pero no darán ese primer paso; no hoy, ni ahora.

Un par de golpes en la puerta interrumpen nuevamente su conexión.

Federico solo permite el acceso con simples palabras porque si se levanta de su lugar, podría olvidar el por qué están allí y la besaría. Ganas es lo que más sobran, pero no quiere asustarla, ni sentirse rechazado.

—Buenas noches, querido, te traje la cena— Dice Bella muy alegre, pensando que su hermanito estaría sólo.

—Isabella...— se sorprende Federico—No creí que vinieras.

—Necesitaba verte— responde la castaña viendo de pie a la paciente, quien la observa seriamente. —Buenas noches— la saluda con frialdad. Mira a su hermano y alza la ceja esperando una presentación o explicación, cosa que él comprende.

—Isabella, ella es Alma, mi paciente— señala a la mencionada mientras se levanta de su lugar para abrazar a la recién llegada—Alma, ella es Isabella, mi hermana— concluye la presentación dejando claro el panorama. Lo cual Bella agradece con un asentimiento y Alma suspira liberándose de una carga invisible, quedando en evidencia ante la chica que siempre ha actuado como cupido.

—No sabía que tenías el fetiche de jugar al doctor- paciente con tu mujer— bromea la mayor en esa habitación, haciendo sonrojar a Alma y lograr que su hermano la quiera matar.

—Yo no sabía que te gustaba abandonar a tu esposo para venir a ver a otro hombre. — ataca Federico.

—No eres cualquier hombre—señala Bella con el ceño fruncido—Eres mi hermano menor y estás obsesionado con tu trabajo— levanta la bolsa de comida—No has ido a cenar y Nahiara está fastidiada de aguantarme— voltea los ojos y mira a la pelinegra— Nahi es mi hija— aclara porque no es tonta, sabe que existe algo entre ellos, aunque sin saber que los presentes tampoco se dan cuenta.

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Richard Encarna
Excelente
valeria rodriguez
muy linda historia me encantó. felicitaciones
Juan Manuel Aberastain Llano
gracias por hacer una novela estupenda y más por una saga buenísima pero también podrías hacer más sagas de diferente novelas ama son muy lindas y lo hubieses hecho de todos los hijos que tuvieron los personajes hubiese sido hermoso porque son hermosísimos y sería hermoso verlo sentirse feliz porque has hecho una novela que para algunos es muy difícil para otros complicados pero lo has hecho y no es solamente eso has hecho llorar a muchos con tus novelas y con esta con estas novelas de la familia belmonte y podrías hacer más hubieses dejado hasta un testamento en esa novela diciendo cómo sería de nuevo tener hijos adoptados o biológicos y haber dejado varias mansiones castillos o orfanatos bien cuidados por ellos por los del belmonte
ingris perez
ok
DANIELA PEDROZO
Excelente
Yngrid Vallejo
demasiados personajes en tu novela y los protagonistas casi nada de romanticismo mucha famili6
Delia Virginia Gauna
Excelente
Delia Virginia Gauna
Bueno
Adriana Siles
Excelente
Alegria Gloria
fue muy increible desde el inicio de la saga. con explicaciones muy detalladas . en pocas palabras excelente 🍀🍀🍀🍀
Jinesska Vargas
Wooow me voy a ir corriendo a leerla /Drool/
Nana Tello
Me encanto demasiado este libro o mas bien la saga felicito la escritora excelente trabajo bendiciones excelente inspiración que tiene😍
Rosy FraVaz
Excelente
Carolina Acosta
ya estoy en sincronía 😊👍🏼
Maria Gonzalez Gonzalez
está exelente la historia 😊, como todas las que escribes.
Maria Gonzalez Gonzalez
exelentes historias jajajaja, felicidades hermosa, Dios te bendiga siempre, te mando un abrazote con mucho cariño 😘.
Carmen Mena
Se las recomiendo 100% está muy interesante la hostoria.
Gracias Tamara.
Tibisay Castillo
Tamara está nueva historia me gusta mucho, te felicito, cómo siempre atrapandonos, por eso somos tus fieles lectoras
Eudy Brito
Se las recomiendo, es interesante 😃
jacqueline mercedes Velásquez Freite
ya comiendo a leer 😂😂
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