Mi Mujer, Mi Esposa

Robert

Ale es una mujer increíble en cuerpo y alma, tiene un carácter que me encanta, se muy poco de su vida pero se que es increíble como mamá y como pareja.

Al día siguiente nos despertamos a medio día, dormimos mucho, cada día me acostumbro más a ella, tengo que encontrar la manera de que se quede conmigo, si lo logro juro que la haré mi esposa, jamás  pensé en decir esas palabras pero con ella es diferente, todo lo que he pensado y he dicho que no, con Ale lo quiero todo.

Pedí el desayuno al cuarto, la desperté a besos, la observaba  dormir y transmite paz y tranquilidad, es muy bella, me siento agradecido de que haya aceptado estar conmigo.

Levántate floja, hermosa arriba ya llego el desayuno, se va a enfriar

Sonrió y me miro con esos ojos tan hermosos, se estiró y rodeó mi cuello con sus brazos, acercándose para darme un beso.

Ok, ya me voy a levantar- su vos era ronca.

Nos sentamos a desayunar en la pequeña mesa y sus dos sillas que había en la habitación.

A que hora nos vamos? - preguntó.

Ya te quieres ir? – también pregunté.

Se acercó y se sentó en mi regazo abrazándome por el cuello- mmm si quieres nos podemos quedar otro día, pero aquí en el hotel juntos todo el día, ¿ qué te parece?  – apretó su abrazo y puso su cara en mi cuello, quien se resistiría a esa petición y esa manera de pedirlo.

Me parece increíble, solo tu y yo, haciendo el amor todo el día – me parecía la mejor idea, de eso pedía mi limosna, lo haría con gusto.

Así es –lo dijo besando mi cuello y acariciando mi cabello -esta mujer me tiene loco por ella – pensé, no se lo diría, por lo menos no por ahora.

Dios sería posible pasar el resto de mi vida así con Ale?

Así pasó todo nuestro día descansando y teniendo sexo por toda la suite, es tan abierta, sensual, me hace sentir que no necesito nada ni a nadie más que a ella, anduvimos desnudos la mayor parte del dia, solo nos poníamos la bata cuando llegaba la comida, ni en mis sueños más descabellados había pensado en estar así con una mujer

Alejandra

Robert es todo un hombre lleno de virtudes, me dolerá dejarlo pero somos de mundos distintos donde no encajo ni el en el mío

Al día siguiente nos levantamos temprano y nos alistamos para irnos, salí del cuarto yo primero y en una de las mesas estaban algunas revistas y periódicos, me llamó la atención la foto, era Robert con la tal Rebeca, tape mi boca sorprendida de lo que estaba leyendo, me quería desmayar.

El multimillonario Robert Brown y su prometida Rebeca Sosa en Paris.

Pero quien será su otra acompañante con la que se le a visto en diferentes lugares también en Paris?. – habían fotos con Rebeca  y en otras conmigo.

Por Dios - dije sorprendida dejándome caer en el sillón y metiendo mis dedos en el cabello.

En eso salió del cuarto y me pregunto:

Que pasa hermosa?

Le pase las revistas, sentía que mi cara ardía del coraje

Que es todo esto? – dijo molesto

Dímelo tu - con tono molesto le contesté – parece que esa tal Rebeca hizo de las suyas

Robert no quiero ser vista como la otra ni como la que rompió tu compromiso, será mejor que viajemos por separado, esto es lo que menos quería, que la gente me viera como algo que no soy.

Eso no pasará te lo prometo – me abrazó acariciando mi cabeza

Entonces nos quedaremos aquí hasta que lo arregles, no seré fotografiada y humillada por esta información, esperare aquí hasta que lo arregles, ¿de acuerdo? Y más vale que hagas algo con esa idiota de Rebeca.

Esta bien, arreglaremos esto hoy mismo, solo quiero que me digas si estás de acuerdo en que diga que eres mi novia oficial y lo de Rebeca terminó hace mucho tiempo?

Pongo mi mano en la frente pensando que decir:

Esta bien, solo pon mi mejor foto. – reí y lo abracé fuerte

Solo da mi nombre, nada de apellidos ni ninguna otra información, por favor.

Esta bien hermosa, te quiero - me abrazaba y me daba besos

Me sentí rara al escuchar que me quería, pero no dije nada.