El destino parece jugarle en contra a Eliana, una mujer dedicada a su familia que cometió el error de dejarlo todo por un hombre que no valía la pena, mientras que Fabio está totalmente decidido a recuperar el amor de la única mujer que ha amado a pesar de los años, sin importar el que dirán se convierte en su amante y lucha por obtener el corazón de ella
Eliana: Entregué mi vida por amor, un amor que no me correspondía y perdí los mejores años de mi vida con alguien que no lo merecía. Ahora no estoy dispuesta a volver a amar
Fabio: Siempre me he considerado un hombre justo y correcto, menos en temas del corazón, en eso estoy dispuesto a jugar tan sucio como pueda con el fin de conseguir lo que me interesa
El amor para mi es como un juego de ajedrez, donde lo único que quiero es cantar el jaque y proteger a mi reina
¿Qué pasará con estas personas que se reencuentran luego de tanto tiempo? Cada quien con su vida hecha
Quédate a descubrir que le depara el destino a esta linda pareja
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Capítulo 23. Un torbellino de emociones
Las palabras de Fabio no dejaban de resonar en mi cabeza.
Así que esa mujer estuvo mintiéndome desde un principio. Claro, mencionó a Fabio aquella vez para hacerme enfurecer, es obvio que Juan le comentó que entre Fabio y yo hay toda una buena historia y ella quiso valerse de eso, y yo como una tonta creí en sus palabras.
Ver a Fabio decidido a marcharse y tan molesto me dio mucho miedo, pero más bien ese miedo era de perder a ese hombre, mismo que acaba de decirme que aún me ama, desatando un torbellino de emociones dentro de mí.
No puedo decirlo, pero yo también amo a Fabio, lo amo con cada fibra de mi piel y ahora lo menos que quiero es que se aleje de mi, pero retenerlo a mi lado no es lo más inteligente que podría hacer ahora mismo. No quiero hacerle daño, después de todo lo que he sufrido me niego a enamorarme. Temo a pasar por lo mismo.
Sé que Fabio es diferente, pero el miedo irracional a ser lastimada de nuevo me impide querer darle una oportunidad. No, no estoy lista para volver a empezar.
—Oye espera, ¿No ibas a desayunar conmigo? —le pregunto como excusa para que se quede un poco más, no quiero que se vaya enojado conmigo—.
—Si. Pero se me fue el apetito. ¡Lo siento!
—Fabio —tomo su mano y lo miro fijamente—. No puedo olvidarlo. Esos besos que nos dimos aquella vez, a pesar del tiempo que ha pasado, no los olvido. Pero necesito hacer esto. Voy a terminar lo que empecé y luego te prometo que voy a vivir mi vida tranquilamente como si esto no hubiera ocurrido, ¿De acuerdo? Necesito saber unas cosas. No solo de esa mujer. De todo mi entorno para así entonces poder rehacer mi vida.
—¿Cuantas veces necesitas decepcionarte de alguien para tomar distancias necesarias? Déjame decirte que estas desperdiciando tus mejores años en alguien a quién evidentemente ya no le importas.
Me dice eso último en voz baja y suelta mi mano, cancela la cuenta y se va.
Tomo una fuerte bocanada de aire y comienzo a abanicarme la cara con mis manos, sintiendo que mis lágrimas amenazan con salir.
Me quedo observando la comida, pensando en sus palabras y la verdad es que a mi también se me fue el apetito con todo esto. Y aprecio que haya tenido el valor de decirme a la cara lo que siente, la cobarde fui yo que no pude repetirle a la cara que también lo amo. Que no he dejado de hacerlo y que para no faltarle a Juan David tuve que aceptar irme lejos de Fabio.
Se que ese hombre tiene razón en lo que dice y no soy ciega, Fabio está haciendo su mejor esfuerzo para obtener mi atención y lo agradezco, que digo me agrada, me gusta. Me gusta muchísimo y siento que puedo ser feliz a su lado, pero me parece totalmente descabellado tener una relación con el ex jefe de mi esp... (Sacude la cabeza) De Juan David.
No quiero volver a convertirme en la mira de todos. Estoy segura de que van a comenzar a juzgarme si me relaciono con él y van a esparcir rumores desagradables sobre nosotros por todas partes, esto puede perjudicar a Fabio y sus planes políticos y sí... Me siento muy bien cuando estoy cerca de ese hombre, el me agrada, me encanta todo de él, su mirada invasiva, lo sobre protector que es conmigo y con mi hijo, todos sus tratos y atenciones, sus celos desmedidos, todo en ese hombre es perfecto, pero entre el y yo nada puede pasar, absolutamente nada.
Carajo ¿Pero aquién engaño? Ahora mismo trabajar para ese hombre sería lo mejor que puedo hacer.
Tengo todo el conocimiento necesario, tengo una carrera estupenda pero no cuento con la experiencia laboral necesaria para obtener un buen empleo. Ya que en todas las principales boutiques de este pais exigen casi media vida de experiencia laboral para darle empleo a una diseñadora de modas que no se haya graduado en Milán. Y lo peor es que yo jamás pude trabajar.
Creo que pasar un tiempo cerca de Fabio no me hará daño después de todo. A pesar de que de solo pensarlo ya muero de ganas de besarlo. De nuevo.
Aquel beso que nos dimos en mi casa marcó el inicio de una reacción descabellada. Lo quiero, lo deseo, pero estoy consciente de que no puedo tenerlo.
Mi situación actual es un caso, me he perdido de tanto que ahora mismo no sé cómo es que debo actuar, Juan David se apoderó de mi vida haciéndome un absoluto parásito ermitaño que solo vivía para depender de él.
Debo acostumbrarme a hacer amigos, relaciones laborales y a no aislarme de las personas, ya que desde que me metí con Juan David tomé distancias innecesarias con personas que quiero y que son importantes en mi vida, pero ya no más. Voy a vivir mi vida como debí hacerlo desde hace mucho.
Este día, luego de esa incómoda platica con Fabio me encontré con Raúl, últimamente hemos permanecido mucho tiempo juntos y me agrada tanto su compañía, a pesar de que lo he sentido raro éstos últimos días, como si quisiera decirme algo pero no se atreve y yo tampoco lo presiono, quiero darle su espacio.
Se que sus intenciones van mucho más allá de una simple amistad, pero le he dejado claro de que yo no siento lo mismo y me da risa pensar que él siempre me dice que no le importa, parece que nunca va a dejar de intentar algo. Es una pena porque mi hermana Elsa si está interesada en él aunque ella lo niegue.
Vuelvo a casa poco antes de la cena, este día la pasé maravilloso con Raúl, fuimos de compras, luego a almorzar, al cine y vimos una película estupenda.
Admito que siento algo de culpa porque me divertí mucho y no incluí a mi pequeño Eliot, pero para la próxima, Raúl prometió que iríamos los tres juntos.
Al pasar al interior de la casa no me imaginé que David me haría una escena como esta.
—Que bonito. Mientras tu hijo pasa la tarde solo, tu sales a divertirte con tus amiguitos. Eres una perra Eliana —me da una fuerte bofetada—. ¿Cómo se te ocurre salir con otro hombre cuando no te decides a regresar conmigo? Ni siquiera quieres firmar el maldito divorcio.
—¿Qué diablos te sucede imbécil? —le devuelvo la bofetada—. Que sea la última vez que se te ocurra ponerme una mano encima o usaré estos actos para terminar de hundirte en la corte. Puedo denunciarte e irías a la cárcel en un segundo. ¿Estás muy desesperado por divorciarte para que ese niño no nazca siendo tu hijo bastardo? Está bien. Te firmaré ese maldito divorcio ahora mismo y te irás de esta casa. Y que coste que lo hago por ese niño que no tiene la culpa de tus bajezas, no por ti. Tú ya no me interesas para nada, Escúchame bien. Jamás regresaré contigo.
Veo su mirada de sorpresa y enojo a la vez, está claro que esperaba que me negara a firmar el divorcio, sé que en el fondo este hombre tiene miedo de que yo firme y que esa mujer se quede con todo.
—¿Crees que te la voy a dejar así de fácil? —grita mientras yo coloco mi firma al pie del documento—. Acepté darte más de la mitad de mis bienes porque estabas sola y quería protegerte, pero ahora que andas de rabo alegre con tus amiguitos verás que mi propuesta ha cambiado. No voy a permitir que te disfrutes mi dinero con otro hombre.
Me entrega las nuevas cláusulas de divorcio y lo leo detenidamente, tan solo me dejó la camioneta que había comprado para mi, la casa de la playa que desde siempre había estado a mi nombre y una pequeña pensión que no alcanza para nada.
Sonreí al saber que va a perder todas sus posesiones a manos de esa mujer, porque yo si estaba dispuesta a devolverle hasta el último centavo luego de asegurarme de que ella fuera una buena mujer para él, pero al quitarme todo me doy cuenta de la clase de hombre con la que conviví la mitad de mi vida.
—Si lo que crees es que no voy a pelear por lo que me pertenece, estás bien equivocado. Esta casa es tuya, por ser un regalo de tus padres, pero lo que es mío lo obtendré aunque me cueste.
Juan toma ese documento ya firmado y lo rompe, lo arruga en sus manos y los arroja al fuego de la chimenea.
—Esto aún es más de lo que mereces. Te dejaré en la calle, ya verás, seré yo quien te deje a ti sin nada, por perra y descarada —dice apretando los dientes—. Me aseguraré de que mientras no estés conmigo no seas feliz.
—Anda. Di lo que quieras. Pero de lo que estoy segura es que tu le temes a ese divorcio más que yo. ¿A caso no confías en tu nueva mujer? —Me burlo en su cara—. Sabes bien que esa tonta es la que te llevará a la ruina. Su excusa será ese niño, que quien sabe si en realidad es tuyo.
—Vete de mi casa maldita perra, no te atrevas a hablar mal de Aixa y de nuestro hijo. Vete y no vuelvas más. Esta casa es mía y no quiero verte más aquí, dile al maldito ginecólogo ese que te consiga un lugar donde te pueda coger en paz.
Lo miro fijamente con rabia, se que no debo decirle nada. Esta es la casa de sus padres y el tiene todo el derecho de hacer lo que quiera en este lugar, pero no conmigo. Cuando decidí no dejarme pisotear más por este hombre, lo hice totalmente en serio.
—De acuerdo. Buscaré un lugar a donde ir. No necesito vivir de tu caridad. A ver que le inventas a tus padres porque estoy segura de que se van a enojar cuando lo sepan. Me iré esta misma semana, ya que no tengo prisa por salir y asumo que tu tampoco. Eso si, en este tiempo no quiero que ni por error te vuelvas a acercar siquiera a la puerta.
—¿Por qué postergarlo cuando te puedes ir hoy mismo? ¡Vete! Ya que tienes otro hombre vete ahora mismo, de esta casa no vas a sacar nada porque todo lo he pagado yo con mi dinero.
—No voy a hacer lo que te de tu maldita gana Juan David —niego con mi dedo índice y él me mira enrojecido de cólera—. Vete tú y en cuanto yo haya terminado de sacar mis cosas te entregaré tu llave. Estas cuatro paredes pueden ser tuyas, pero hasta la última aguja de este lugar me pertenece y ten por seguro que me la voy a llevar, no dejaré que otra se disfrute todo por lo que yo me he sacrificado tanto.
—(Se burla) ¿Estás celosa? Ja, ja, ja, mírate, das pena. ¿Qué te has ganado? Si has sido un parásito pegado a mi espalda.
—Quizás si doy pena ahora mismo por aguantar tantas de tus ridiculeces, pero te aseguro que ya te superé Juan David, tú ya no me importas y no quiero tu casa, no necesito tu dinero. Toma —le tiro sus tarjetas bancarias por el pecho— No me interesa en lo mas mínimo seguir dependiendo de ti. De hecho no quiero nada que me recuerde lo miserable que fuiste conmigo. Quédate con tu casa y piérdela en manos de esa arribista. Me da igual. Pero mucho me jodiste la vida como para que encima pretendas que no merezco nada.
Subo las escaleras y me encierro en mi habitación. Ya no lloro y esto se debe a que no espero nada de Juan David, nada de lo que haga ese hombre ahora me sorprende.
Ahora si me siento en paz conmigo misma.
q le ven de lindo a ese actor ? de lindo no tiene nada
falta q le traiga a la amantes a la casa