Los Greco, (Papá, Quiero A Mami 2)

Ian se levanta del sillón, camina lentamente en dirección a Denisse.

Ella empieza a retroceder más y más, al final queda con la espalda contra la pared.

Empieza a sudar frío, pudo enfrentar a Ian antes porque había escoltas con ella. Ahora las cosas son diferentes, ella se encuentra sola.

Si este loco maniático decide matarla, nadie vendrá a su rescate.

"¡Ya mataste a mi hijo!... ¡que más quieres!"

Aprieta con fuerza su puño, sus uñas terminaron clavándose en sus palmas. Aun así no sintió ningún dolor por el miedo.

Ian solo se le queda viendo fijamente sin parpadear.

"¿Vienes a matarme?, entonces hazlo... jajajá maldito escoria"

Denisse se ríe como loca, levanta la mano lentamente.

Lo bueno es que no estoy en casa y mi esposa no está aquí, así no me tengo que contener.

"Tu insignificante vida no me sirve, solo quiero quien te mando... ¡Dime quien es!"

La acorrala a la pared, las piernas de Denisse se debilitan, aun así se niega a rendirse.

"Vete a al car.jo, no sabes que gusto me da al saber que no lo puedas encontrar"

Cuando ella intenta escupir a Ian, él le aprieta la mandíbula obligándola a abrir la boca.

Intenta forcejear con él, fallando en el intento.

Solo puede sentir un líquido recorrer por su garganta.

Ian la suelta y ella trata de expulsar lo que bebió.

"Bastardo... que me diste, hijo de p*t* ..."

El hombre retrocede, no quería estar cerca de esta mujer.

Tocándose la barbilla Ian, se logra visualizar una sonrisa maniática en la comisura de su boca.

"Es un veneno muy pero, muy potente... Ahora que empiece a hacer reacción sentirás cada parte de tu cuerpo romperse, sentirás como mil agujas clavándose en tu cuerpo, solo dime un nombre y estoy dispuesto a darte el antídoto..."

Denisse siente su garganta arder, empieza a sentir hormigueos y pinchazos en todos lados de su cuerpo.

"Dame el antídoto... Dámelo ahora", ella se lanza al hombre.

Ian lo esquiva dejándola caer al suelo como un costal de patatas.

"Y bien... ¿quién es?"

Tirada en el piso levanta la cabeza para ver al hombre.

Maldito bastardo nunca debí meterme contigo, no debí hacerle caso a ese estúpido, imbécil, idiota. De algo estoy segura y es que hoy no moriré, y si lo hago no moriré sola.

"No sé su nombre... solo sé que odia a Liliana... llegar a ella es el objetivo... Nunca he visto su cara, pero sé que quiere matar a tu mujer... ella m*to a un familiar suyo... el odia..."

Logra decir sus últimas palabras antes de quedar inconsciente, no le dio nombres, pero al menos le dio pistas para encontrar al verdadera mente maestra.

Ian saca un pequeño frasco de sus bolsillo y lo vacía en la boca de Denisse.

Como para arte de magia ella empieza a recobrar el sentido y empieza a toser.

"Tu vida no vale nada para mí, sin embargo, no te equivoques yo no me pienso ensuciar con una basura como tú, iras a la cárcel. Te cobraré el mal rato que hiciste pasar a mi esposa..."

Se abre la puerta y entra una chica vestida de negro, con una coleta alta. Debido a la ropa ajustada claramente se ven sus músculos bien tonificados.

El se va, al llegar a la puerta se detiene y sin voltear.

"Yo no golpeo a las mujeres, aunque yo no te considero a ti una mujer... Sally hazle entender que nunca debió incomodar a mi esposa, después de que termines la dejas cerca de la estación de policías con las pruebas"

Sally es la primera mujer en aprobar todos los cursos y el riguroso entrenamiento del Dragón Blanco.

Para Dragón Blanco no hay excepción, todos deben de realizar el entrenamiento por igual, Sally es la primera en lograrlo y ahora mismo está llevando acabo su primera misión con el líder.

"Sí, señor"

Nunca pensé que llegaría el momento de demostrar mis habilidades frente al gran "Hades".

La verdad erdad nunca pensé que lograría ingresar, gracias a que nunca me rendí sin importar que mi cuerpo estuviera al límite, seguí y seguí hasta lograrlo y ahora estoy aquí recibiendo el primer orden de mi jefe. Los integrantes del Dragón Blanco fueron muy amables conmigo después de aprobar, todos me decían lo mismo, que admiraban mi tenacidad y por mí perseverancia.

Señora solo a ti se te ocurre tocar al gran tesoro de Ian Greco, todos en el cuartel saben cuánto él adora a su esposa.

Basta de pensamientos estúpidos ahora, tengo que llevar a cabo mi tarea a la perfección.

Ian se retira del lugar, Sally se acerca, verla apretar los puños.

Denisse sintió su cuerpo paralizarse por completo.

Poco tiempo después escuchaban los gritos muy fuertes y unos minutos después se detuvo.

En la cabaña en las afueras de la ciudad, Laura se encontraba quitándole las esposas a Erick.

"¿Estás bien, mi bichita?" le pregunta el hombre al verla desplomarse sobre la cama.

"Mmm sí, déjame dormir..." apenas le responde con los ojos cerrados.

Maldición, lo siento Maya te he fallado, ya no siento la cintura, ni las piernas. Los párpados se me cierran solos...

Erick se recarga la cabecera de la cama, con las sábanas solo cubriendo la parte baja de su cintura.

Solo sonríe al escuchar la respiración constante de Laura, realmente se quedó dormida en cuestión de segundos.

En la terraza de la villa Greco. Maya se queda dormida en la mecedora lo cual le causa gracia Lía, el cansancio de la noche anterior le hizo estrago.

Ella se levanta, va a su vestidor a buscar una manta. Regresa y la cubre, le quita el cabello de la cara.

Cualquiera creería que eres un angelito, pero yo que te conozco. Sé perfectamente que eres la misma reencarnación del mal y no te culpo yo también.

Han pasado los años y todo ha cambiado, ambas al llegar a Salcoany teníamos un propósito. Yo recuperé lo que por derecho es mío y tú pudiste enfrentar a los que te lastimaron tanto y te quitaron a tu madre.

Parece que la vida nos odia por todo el mal que hicimos en Snow y lo que seguimos haciendo. Cuando siento que puedo vivir una vida tranquila con mis hijos y con mi familia alguien nuevo llega a joderlo todo.

Al verte dormir de esta manera me dan ganas de encontrar al imbécil y al bastardo quién nos está causando problemas para poder permanecer con esta tranquilidad que hemos llevado hasta ahora.

No te preocupes Maya, voy a proteger a todos por igual.

Lía termina retirándose del lugar, en ese momento alguien abre sus ojos. Maya no estaba dormida y escuchó todo lo que Lía le dijo.

Con un nudo en la garganta y los ojos llorosos. Hace un juramento desde el fondo de su corazón, protegerla a ella también.

Ya en la habitación, gracias a Miriam y Rita todos los bebés ya se encontraban dormidos. Todos en la villa están encantados con los bebés, por ello todo mundo se pelea por ponerlos a dormir.

Lía con mucho cuidado se sienta sobre la alfombra del vestidor, saca desde su escondite una pequeña caja negra.

Al colocarle la contraseña se abre, en el interior está la pulsera de metal que siempre llevaba puesto.

Lo siento mi bebé te he dejado abandonado por mucho tiempo, es hora de unirnos nuevamente y esta vez nunca nos volveremos a separar.

Con tu ayuda le quitaremos la respiración a cualquiera que se nos acerque con intenciones maliciosas. Nunca debí dejarte aquí abandonada. Tú y yo somos uno mismo.

Al hacer clic la pulsera se abre en dos medias lunas, la coloca en su muñeca, al final le da un beso.