Lazos De Amor

La cena llega a su fin y los invitados comienzan a despedirse. Abigail se encuentra a mi lado, sonriendo y saludando a los que se van. Mis padres se acercan a nosotros y nos dan las gracias por todo, abrazándonos y deseándonos buenas noches.

—Gracias por una noche tan maravillosa— dice mi madre, sonriendo. —Los queremos mucho—

Mi padre asiente con la cabeza, sonriendo también. —Sí, gracias por todo. Buenas noches, hijos—

Abigail y yo les devolvemos el abrazo y les deseamos buenas noches. Samanta, que se había mantenido un poco al margen durante la despedida, se acerca a mí y me susurra:

—Tengo que hablar contigo—Samanta me susurra de nuevo: —Tengo que hablar contigo. Es importante— Su voz es baja y urgente, y puedo sentir una cierta ansiedad en su tono.

Miro a Abigail, que está sonriendo y despidiéndose de mis padres, y luego vuelvo a mirar a Samanta. —¿Qué pasa?—le pregunto en voz baja.

Samanta mira a Abigail y luego a mí, y dice: —Después. Cuando estemos solos—Su mirada es intensa y puedo sentir que hay algo que quiere decirme, algo que no puede decir delante de Abigail.

Samanta asiente con la cabeza y se vuelve para despedirse de mis padres, sonriendo y abrazándolos como si nada pasara. Yo la observo, tratando de leer entre líneas, y me pregunto qué es lo que quiere hablar conmigo.

Una vez que mis padres se han ido, Abigail se vuelve hacia mí y dice:

—Creo que voy a subir a descansar un rato. Ha sido una noche larga— Yo asiento con la cabeza y diciéndole que sí, que yo también subiré pronto.

Samanta nos observa con una mirada intensa, y cuando Abigail comienza a subir las escaleras, me dice en voz baja:

—¿Puedo hablar contigo un momento?—Su voz es suave, pero puedo sentir una cierta urgencia en su tono. Yo miro a Abigail, que ya está subiendo, y luego vuelvo a mirar a Samanta.

—¿Qué pasa?—le pregunto de nuevo. Samanta espera a que Abigail desaparezca de la vista y luego me hace un gesto para que la siga. La sigo hasta mi estudio donde cierra la puerta detrás de nosotros y se vuelve hacia mí con una expresión seria.

—¿Qué pasa?— le pregunto de nuevo, sintiendo una cierta ansiedad en el aire.

Samanta se acerca a mí y dice en voz baja: —Necesito hablar contigo sobre algo importante. Algo que no puedo decir delante de...—Se detiene y mira hacia la puerta, como si se asegurara de que estamos solos. —Delante de Abigail—Su voz es suave, pero puedo sentir una cierta intensidad en su tono.

Samanta se acerca más a mí y dice con una sonrisa maliciosa:

—Llegué para darte una sorpresa, pero parece que la sorprendida fui yo— Su voz es dulce, pero puedo sentir una cierta ironía en su tono.

Me mira fijamente a los ojos y dice: —Estoy embarazada—Su mirada es intensa, y puedo sentir que está tratando de transmitir un mensaje fuerte y claro.

Me quedo sorprendido y le pregunto: —¿Qué?—Samanta se acerca más a mí y dice:

—Sí, y creo que deberías saber que el bebé es tuyo—

Me quedo mirando a Samanta con una expresión de incredulidad y enojo.

—¿Qué estás tratando de hacer?— le pregunto con una voz fría y dura.

—¿Crees que puedes aparecer de la nada y decirme que estás embarazada, después de todo este tiempo? ¿Después de que ya estoy casado?—

Mi tono es despiadado y puedo sentir la ira y la frustración que se acumulan en mi voz. —¿Qué esperas que haga? ¿Qué me divorcie de mi esposa y me case contigo? ¿Qué me haga cargo de un bebé que probablemente ni siquiera sea mío?—

La miro con desdén, tratando de hacerle entender que no voy a caer en su juego. —No te creo— le digo con una voz cortante. —No creo que estés embarazada, y aunque lo estuvieras, no sería mío— Mi mirada es dura y desafiante, y puedo sentir la tensión en el aire.

Samanta saca un papel de su bolso y me lo muestra con una mirada desafiante. Es una prueba de embarazo positiva, y puedo ver el resultado con claridad. Me siento golpeado por la noticia y trato de procesar lo que esto significa.

—Tengo 4 semanas—dice Samanta con una voz firme. —Y te recuerdo que en ese tiempo estuvimos los dos fuera de la ciudad en un viaje de negocios—. Su mirada es intensa y puedo sentir la acusación implícita en sus palabras.

Me siento incómodo y trato de encontrar las palabras adecuadas para responder. La prueba de embarazo positiva me hace cuestionar todo, y no sé cómo manejar la situación. La mirada de Samanta me dice que ella está segura de que soy el padre, y que espera que me haga cargo de la situación.

Me mantengo calmado en apariencia, pero por dentro estoy en pánico. Miro a Samanta con una expresión seria y le digo:

—No importa lo que digas, Samanta. Estoy casado. Y no voy a dejar a mi esposa por una supuesta relación que tuvimos hace meses—

Mi voz es firme y trato de transmitirle que no voy a caer en su juego. —No voy a asumir ninguna responsabilidad por un hijo que no quiero—le digo con una mirada dura, —mi matrimonio es lo primero para mí—

Samanta me mira con una expresión de dolor y rabia en sus ojos. —¿Así que eso es lo que soy para ti?—me pregunta con una voz temblorosa. —¿Un error que puedes ignorar y seguir adelante con tu vida como si nada hubiera pasado?—

Su voz se vuelve más dura y desafiante. —¿Crees que puedes simplemente casarte con otra persona y olvidarte de mí? ¿Olvidarte de lo que pasó entre nosotros?—

Samanta se acerca más a mí, su mirada arde de furia. —Te equivocas si crees que voy a dejar que te salgas con la tuya tan fácilmente. Voy a hacer que tu familia incluida tu esposa se enteren de esto—Su voz es llena de veneno y puedo sentir la amenaza implícita en sus palabras.

La miro con una expresión fría y calculadora. —Samanta, te aconsejo que te detengas antes de que las cosas se salgan de control— le digo con una voz baja y amenazante. —No te conviene jugar con fuego, porque te puedes quemar—

Mi mirada es dura y desafiante. —Si intentas hacer pública nuestra relación o acusarme de ser el padre de ese supuesto hijo, te juro que te destruiré. Te hundiré en la miseria y te arrepentirás de haberme cruzado en tu camino—

Mi voz es un susurro, pero la amenaza es clara. —No te metas conmigo, Samanta. No sabes de lo que soy capaz— La miro fijamente, desafiándola a que siga adelante con su amenaza.

En ese momento, Abigail entra en la habitación con una expresión de curiosidad en su rostro. —¿Sucede algo?— pregunta, mirando a Samanta y luego a mí con una ceja levantada.

La tensión en el aire es palpable, y puedo sentir la mirada de Samanta clavada en mí, llena de rabia y desafío. Abigail se acerca a nosotros, su voz suave y preocupada. —¿Qué pasa? ¿Por qué están discutiendo?—

La miro, tratando de mantener la calma y fingir que todo está bien. Pero Samanta se adelanta, con su voz llena de veneno.

—No pasa nada, Abigail— dice con una sonrisa falsa. —Solo estaba felicitando a tu esposo por su nuevo... logro— La ironía en su voz es evidente, y puedo sentir la mirada de Abigail sobre mí, llena de preguntas.

En ese momento, Abigail entra en la habitación con una expresión de curiosidad en su rostro.

—¿Sucede algo?— pregunta, mirando a Samanta y luego a mí con una ceja levantada.

La tensión en el aire es palpable, y puedo sentir la mirada de Samanta clavada en mí, llena de rabia y desafío. Abigail se acerca a nosotros, su voz suave y preocupada. —¿Qué pasa? ¿Por qué están discutiendo?—

La miro, tratando de mantener la calma y fingir que todo está bien. Pero Samanta se adelanta, su voz llena de veneno. —No pasa nada, Abigail— dice con una sonrisa falsa. —Solo estaba felicitando a tu esposo por su nuevo... logro—La ironía en su voz es evidente, y puedo sentir la mirada de Abigail sobre mí, llena de preguntas.

Abigail mira a Samanta con una expresión de confusión, pero luego se vuelve hacia mí con una mirada inquisitiva. —¿Qué logro?—pregunta, su voz suave y curiosa.

Samanta se apresura a responder, su voz llena de sarcasmo. —Oh, solo un pequeño asunto de negocios que su esposo y yo estábamos discutiendo— Su mirada se desvía hacia mí, y puedo sentir la tensión entre nosotros.

Abigail parece notar la tensión, y su expresión se vuelve más seria. —¿Está todo bien?—pregunta, dirigiéndose a ambos.

La situación se vuelve cada vez más incómoda, y puedo sentir que las cosas podrían empeorar si no se resuelven pronto.

Samanta sonríe de manera forzada y se vuelve hacia Abigail. —Sí, todo está bien. Solo estaba felicitando a tu esposo por su... compromiso con su trabajo—Su voz está llena de ironía y puedo sentir la tensión en el aire.

Abigail mira a Samanta con una expresión de curiosidad, pero luego se vuelve hacia mí con una mirada de preocupación. —¿Estás seguro de que todo está bien?—me pregunta, su voz suave y llena de cariño.

Me doy cuenta de que Abigail no se ha dado cuenta de nada, y siento un alivio momentáneo. Pero Samanta parece disfrutar de la situación, y puedo ver la malicia en sus ojos. —Sí, todo está bien—e digo a Abigail, tratando de sonar convincente. —Solo estábamos discutiendo algunos asuntos de negocios—

Abigail asiente y se acerca a mí, poniendo su mano en mi brazo. —Si estás seguro...— dice, mirándome con una expresión de confianza. Pero Samanta interviene de nuevo, su voz llena de veneno. —Oh, estoy segura de que todo está perfectamente bien—Su mirada se desvía hacia Abigail, y puedo sentir la hostilidad en el aire.

Samanta se vuelve hacia la puerta, pero antes de salir, se detiene y mira a Abigail con una sonrisa maliciosa. —Espero que disfrutes de tu matrimonio—dice con una voz llena de ironía. —Parece que tienes un esposo muy... comprometido—

Abigail la mira con confusión, sin entender el doble sentido de las palabras de Samanta. —Gracias— responde con una sonrisa inocente. —Estoy muy feliz con mi matrimonio—

Samanta se ríe de manera forzada y sale de la habitación, dejando a Abigail y a mí solos en un ambiente tenso. Abigail se vuelve hacia mí y me pregunta: —¿Qué pasa? ¿Qué quería Samanta?—

Me doy cuenta de que tengo que mantener la calma y fingir que todo está bien, pero es difícil cuando siento que mi mundo se está desmoronando. —Nada importante— le digo, tratando de sonar convincente. —Solo quería hablar sobre un proyecto de negocios—Pero la mirada de Abigail me dice que no se cree nada, sin tanta importancia ella se voltea se va dejándome ahí solo con este problema...