Una dama multimillonaria odiada por muchos y amada por pocos, envidiada por su poder y dinero así como su belleza, debería vivir muy feliz en la vida ¿No?
Al contrario de lo esperado, Shue Leilei es perseguida por muchos enemigos, con tantos accidentes que solo la apuntaban, tuvo que considerar la orden de su padre.
-¡No quiero un guardaespaldas! o mejor lo pensaré ¡Quiero al más feo, sí ese!
Resulta que el guardaespaldas más feo, tenía los ojos más hermosos que jamás haya visto.
Con una maestra loca y algo psicópata, el pobre guardaespaldas se vio obligado a cumplir todos sus caprichos, pero él, un hombre de corazón oscuro y sentimientos muertos ¿Cómo logró conquistar a la loca Presiente?
¿Qué tiene de especial?
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No tengo derecho...
Los ojos azules de Shue Leilei eran perezosos mientras miraba a Feng Lanxi, sin embargo, la advertencia en ellos era profunda -En mi villa, nadie tiene permitido hacer daño a otros. Esta es la regla de oro de mi hogar.- Su voz indiferente fue algo dura.
Para las sirvientas fue claro que estaba enojada.
-Lo siento, Maestra, pero tengo mis motivos. Este tipo de sirvienta desleal no debería estar a su lado, usando su lengua para hablar en mal de su Señorita.- Feng Lanxi dijo mientras hacia una reverencia, y aunque se disculpó, su disculpa no fue sincera.
Para él, este tipo de persona que hablaba mal a espalda de otros era alguien traicionero y peligroso.
Aunque todo lo que dijo fue para ofenderlo a él, a quién dejaba en mal era a su propia Señorita.
El ceño de Shue Leilei se frunció y sus ojos cayeron sobre la sirvienta que a penas y lograban respirar adecuadamente.
-¿Y quién dijo que ella mentía? Todo lo que dijo es cierto.- Dijo la mujer con frialdad, volviendo su mirada una vez más a su guardaespaldas.
-¡Señorita, eso no..!- Exclamó la pequeña sirvienta, Niang Xi'er, con una expresión preocupada, sin embargo, Feng Lanxi extendió la mano para detenerla, preocupado de que fuese castigada por defenderlo.
La expresión de Shue Leilei se endureció cuando vio a la pequeña sirvienta queriendo hablar por Feng Lanxi, pero lo que más llamó su atención, fue la manera tan suave con la que Feng Lanxi la detuvo. Un extraño sentimiento brotó de su corazón.
-Entiendo perfectamente las palabras de la Maestra, si no hay más, nos retiramos.- Dijo el hombre con un tono carente de emociones, tomó con cuidado la muñeca de Niang Xi'er y la arrastró sin dificultad.
Niang Xi'er aún quería decir algunas palabras, pues sentía que la Señoritata estaba equivocada o al menos no había escuchado toda la conversación, si no ¿Por qué diría esas palabras? O solo ¿Quería cortar todas las esperanzas de su guardaespaldas de en solo golpe?
Shue Leilei vio a las dos personas irse tomadas de la mano y no supo como sentirse, una sensación desagradable envolvió su corazón, haciendo que se sintiese cada vez más irritada. Un sentimiento de furia brotó desde lo más profundo de su corazón.
Por un momento quiso apresurarse y separar el agarré de las dos personas, sin embargo, su orgullo se lo impidió.
-Señorita ¿Qué tanto escucho hace un momento? Creo que usted fue muy dura con el Señor Feng ¿Cómo pudo aceptar las palabras de Murong?- Preguntó con seriedad la Nana Mu, ya más tranquila sin la presencia de Feng Lanxi.
Shue Leilei apartó la mirada de esos dos y se volvió hacia su Nana con frialdad -Lo que digan otras personas es trivial, de cualquier forma, realmente soy una persona cruel y despiadada, Murong no mintió ¿O sí? Me conozco a mi misma, no hace falta que otros me lo digan para saber como soy.- Respondió la chica con indiferencia.
-¿Entonces el Señor Feng es como un trapo sucio que puede desechar en cualquier momento?- Cuestiono con un tono más duro la Nana Mu.
Siendo la mujer que crío a Shue Leilei desde pequeña como una segunda madre, conocía muy bien a su Señorita. Podía ver que los sentimientos de su Señorita por el guardaespaldas no eran tan simples como si solo se divirtiese con él.
-¿Qué? ¿Qué dijo exactamente Murong?- Preguntó Shue Leilei con una expresión pesada ¿Qué cosas afirmó exactamente?
La Nana Mu respondió con sinceridad, dejando a Shue Leilei sin palabras ¡¿QUÉ QUE?! ¡Ella realmente acepta que desecharía a Feng Lanxi como un trapo sucio cuando se aburriera de él!
La cabeza de Shue Leilei dolió, todo el avance que había hecho con Feng Lanxi se fue a la borda por un estúpido malentendido.
Normalmente, nunca le daba importancia a las cosas que decían las sirvientas sobre ella, pues todas las cosas que decían eran ciertas, por lo que no se molestó en detener sus conversaciones sobre ella, sin embargo, esta vez, a causa de una de esas estúpidas conversaciones, vio con irritación como el hombre que le gustaba se alejaba tomando a otra mujer de la mano.
Furiosa como se sentía, Shue Leilei abofeteo con fuerza a la sirvienta en la boca, derribándola.
-¡Nana Mu, saca a esta mujer de mi villa! ¡No quiero volver a ver su cara!- Exclamó furiosa antes de alejarse, no deseando ver más la cara de la sirvienta Murong.
-¡NO, SEÑORITA, PERDÓNEME, SE LO SUPLICÓ!- Los gritos de la mujer fueron callados por la Nana Mu, quién le cubrió la boca con seriedad antes de decirle -Será mejor que ya no hagas ruido o la próxima vez no era solo una bofetada.- Y levantarla para sacarla de la villa.
Shue Leilei volvió al estudio con una expresión terriblemente oscura, su aura era sombría y todo a su alrededor parecía congelarse ¿Qué demonios acepto? ¿Por qué mierda Feng Lanxi se llevó a esa sirvienta de la cocina con él? ¿Realmente la estaba cubriendo?
Molesta, Shue Leilei pateó con furia su silla, tirándola con fuerza. Su temperamento nunca fue bueno, y aunque siempre mantenía un buen comportamiento, se enojaba con facilidad, tan solo que esta vez, sentía que el enojo era muy diferente de antes.
-Maldito Lanxi, si te atreves a desear a otra mujer, juró que te mataré...- Murmuró con los dientes apretados, cerrando sus manos en puños.
Por otro lado, en el comedor:
Feng Lanxi miró los platillos exquisitos sobre la mesa, sin embargo, no sintió apetito ¿Por qué se sintió dolido cuando su Maestra dijo aquellas palabras?
Sin ganas de comer, dejo los palillos a un lado con una expresión fría.
-La Señorita ya tiene un espacio en tu corazón ¿No?- Niang Xi'er pregunto, aunque aquello fue más una respuesta que una pregunta, ella no pudo evitar bajar la cabeza, algo derrotada.
Feng Lanxi miró a esta joven sirvienta y se relajó un poco, al menos, ambos eran empleados y compañeros de trabajo, se sentía más a gusto.
-No tengo derecho... a sentir algo por la Maestra.- Respondió Feng Lanxi con firmeza.
Una expresión de impotencia apareció en el rostro de Niang Xi'er ¿Simplemente no podía aceptar que ya quería a la Señorita?