Shanan es una enfermera profesional que se dedica especialmente a los niños. Ella fue recomendada por los altos directivos de ese hospital para cuidar a un niño enfermo. En cuanto ella entra a esa casa, siente una presencia extraña. Veamos como se va sucediendo esta historia...
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Rescatados
Cuando Shanan entró al cuarto de Paquito este tenía los ojos abiertos.
Paquito, ¡oh Dios mío!, has abierto los ojos. ¿Puedes hablar?, ¿puedes decirme algo?
Paquito no respondió.
¿Quién eres tú?, ¿dónde estoy?
Yo soy Shanan, tu enfermera de planta.
¿Sabes cómo te llamas, y quién es tu mamá?
Paquito se quedó un momento en silencio. No me acuerdo de nada.
Llevas cinco años en esa cama, pero pro to recobrarás la memoria. Te ayudaré, te daré masajes en las piernas para que puedas volver a caminar.
Los policías lograron entrar a la casa. Encendieron la luz, la estancia se iluminó levemente.
Entre todos se pusieron a revisar la casa.
Parece que no hay nadie.
Busquen por todas partes dijo el oficial que tenía la voz cantante.
La puerta del sótano estaba medio escondida por eso nadie la podía ver. Solamente los que eran muy observadores la veían.
Llegaron a la planta alta.
Uno a uno, fueron inspeccionando los cuartos.
Hasta dar con el cuarto donde estaba Shanan con el niño.
¿Usted, quién es?, preguntó uno de los policías.
Soy Shanan, me contrataron para cuidar a este niño.
¿Quién la contrató?, ya hemos inspeccionado toda la casa y no existe nadie más.
Oficial, ella es una de las que están secuestradas, según el reporte que tenemos.
Pidieron una ambulancia y llegaron por el niño para llevárselo al hospital más cercano.
Acompáñanos, señorita.
¿Usted sabe si hay más cuartos?, preguntó el oficial mayor.
La verdad, no, pero quizás el sótano.
¿Podría indicarnos en dónde está la puerta del sótano?
Claro que sí, vengan conmigo.
Shanan los llevó hasta la puerta del sótano.
¿Por qué está así la puerta?, preguntó el oficial.
Traté de abrirla porque oí ruidos raros abajo, pero nunca pude, la llave está perdida.
¿Dijo ruidos raros?, ¿como qué clase de ruidos?
No sé, como que alguien camina por debajo, no lo sé, la verdad.
Háganse a un lado, voy a disparar a la puerta.
Los que estaban abajo se asustaron al oír los disparos.
Tengan cuidado, no vayan a ser delincuentes, permanezcan junto a mí.
La puerta del sótano se abrió y los tres se hicieron para atrás y trataron de esconderse.
Tranquilos, somos la policía, acérquense con las manos en alto.
Al ver a los tres personajes la policía les exigió que dijeran sus nombres.
Mateo Collazo...
Irina Arce...
Aglaed Peña...
Muy bien, los tres serán trasladados al hospital para una valoración, ¿hay alguien más aparte de ustedes?
El mayordomo está amarrado por ahí, no nos pregunte dónde porque no conocemos, y nomás sabemos que lo dejamos amarrado.
El policía le hizo una seña a otro de los policías para que lo buscaran.
Rato después lo llevaban esposado. Muy bien, salgamos de aquí súbanlo a la patrulla.
Shanan, Mateo, Irina, Aglaed y Paquito fueron trasladados al hospital.
Me da mucho gusto volver a verlos, les dijo Shanan a sus amigos. Y tú, ¿quién eres?, le preguntó a Aglaed.
Ella estuvo secuestrada por varios años, dijo Mateo.
Shanan pensó que era la madre del niño.
Más tarde, otros policías y el forense fueron a recoger los cuerpos.
El mayordomo fue detenido.
.
.
Una semana después, Aglaed supo que Paquito era su hijo.
Decidió volver a comenzar y se fue a vivir al extranjero con su hijo.
Shanan y sus amigos siguieron trabajando en el hospital.
La casa se cerró definitivamente, nadie más viviría ahí.
De todos modos, Shanan checó su tarjeta y había una suma considerable de dinero. Con eso podría comprar una casa y ser feliz.
Sin embargo, Shanan no estaba conforme, sabía que en cuanto regresara Gloria querría cobrarle lo de Paquito.
"Al cabo Paquito no es su hijo, la policía la anda buscando", se dijo.
"Entonces, ¿a qué le temo?", se dijo.
Sentía mucho miedo, sabía que esa mujer la buscaría.
Shanan se puso a checar el archivo, alguien le tocó el hombro.
¡Ay!, gritó Shanan.
Mateo se asustó, perdón, no lo hice a propósito.
Estaba distraída, lo siento.
De un tiempo acá estás muy rara, ¿te pasa algo?, cuéntame, sabes que puedes confiar en mí.
Tengo miedo de que aparezca esa señora.
No te preocupes, estoy seguro que la policía la encontrará antes de que ella te vea a ti.
Ojalá, aunque yo espero no volver a verla.
Tranquilízate, eso no va a pasar.
Escuchó a su amigo Mateo y se tranquilizó de momento pero en el fondo sabía que tenía que tener cuidado.
No sabía de que sería capaz esa señora, pero si secuestró a un niño no podría ser de confianza.
Después de un tiempo supieron que le habían dictado sentencia al mayordomo. Pasaría 25 años en la cárcel.
Shanan se fue calmando conforme pasaban los días. Hasta el punto que se olvidó por completo de Gloria.
El mal rato que pasó en esa casa la volvieron nerviosa, pero todo había pasado.
Mateo e Irina empezaron a salir. Se habían hecho novios, Shanan veía con buenos ojos esa relación.
Ellos fueron a donde estaba Shanan para inventarla a comer.
¿Qué dices, vienes con nosotros?, dijo Mateo.
¿Seguro que no te molesta que haga mal tercio?
Por supuesto que no, eres nuestra amiga.
Bueno, pues, siendo así voy con ustedes.
Ya está, vámonos, pues.
Al poco rato los tres compartían en un restaurante y disfrutaban de su compañía.
Comieron hasta saciarse. Más tarde, fueron a un bar.
Un tipo sacó a bailar a Shanan, mientras que Irina y Mateo bailaban también.
Pasaron unos buenos momentos hasta que decidieron regresar a casa.
Mateo dejó a Irina y Shanan en su departamento.
Mañana vengo, ¿ok?
Sí, mi amor.
Al quedar a solas.
Ay, me voy a dormir, estoy muy cansada.
Sí, yo también, dijo Irina. Buenas noches.
Buenas noches.
Ambas chicas se fueron a dormir a sus respectivos cuartos.
Shanan se dio una ducha y luego se secó el cabello.
Pronto se quedó dormida.
La noche pasó con quietud, parecía que todo estaría tranquilo.
Solo se oían los grillos y alguno que otro coche que circulaba a esa hora de la madrugada.
Nada parecía romper la quietud de la noche.
🥹😢😥😱😱😱