X-21

Más Tarde...

Tienda departamental "Colonial"

Roxana en el área para damas, revisaba varios vestidos, descuelga uno se acerca al espejo y para probarselo.

—¡Ese vestido es demasiado largo!—menciona del Rio quien venía de otro pasillo con varios vestidos colgados en su antebrazo.

Roxana se gira hacia este y responde:

—pero su me llega a la rodilla.

Se detiene cerca de esta y comenta:

—todos tus vestidos deben de ser cortos, además el estilo de ese vestido no va con tu figura, debe de ser una que resalte tus atributos para que puedas provocarlo.

—esto no va a funcionar —responde.

—debe de funcionar. Asi que no te hagas la tonta porque sabras como hacerlo.—la toma del bazo y la voltea enfrente del espejo.—mírate, todo el tiempo usas vestidos que apenas pasan de tu trasero, muestras una actitud coqueta y seductora en publico, y vas a venir a decirme que te apena usar un vestido corto.

—lo hago por obligación tuya, no por gusto.

—por supuesto porque eres mía, mi propiedad, por lo que puedo hacerte hacer lo que se me pegue la gana, tu no tienes derecho de imponerte a mis órdenes.—le susurra Al oido:

—recuerda. Tus papás prefirieron salvar su casa sin importarle vender a su propia hija.—Roxana esconde en rostro, llegando en el recuerdo de aquel momento...

—Aquí esta el comprobante de pago, con esto su casa queda totalmente libre de embargo por la inmobilaria—menciona del Río entregando una carpeta.

La señora la toma y junto a ella, su esposo. Siendo personas mayores pasando ya los 50 años. Está abre la carpeta para revisar y al leerla una gran sonrisa se forma en su rostro.

—qui-quiere, decir... ya no nos van a quitar la casa!.—voltea hacia del Río.

—ya es toda suya.—responde.

Este jala del brazo a Roxana quien se rehúsa a irse con el, y lágrimas en el rostro le pide a sus padres:

—¡Papa...Mamá, no me quiero ir con ese señor. Por favor...

—¡Cállate Roxana y obedece, tratos son tratos!—contesta el señor.

del Río termina por llevarla hacia el para abrazarla por la cintura repegandola hacia su pechlo mientras Roxana forcejea con este para soltarse.

—así que señor, con esto ya quedamos a mano.—menciona del Río.

—¡claro y lo que se le ofrezca señor del Río estamos a sus ordenes!—contesta el señor despreocupado.

—¡Gracias!—menciona Del Rio con una gran sonrisa.

Este se va hacia el auto llevándose jalando a Roxana con ambas manos de la cintura mientras está les gritaba a sus padres:

—¡Mamaaa, papaa, por favor....!—con el rostro llenos de lágrimas.

El señor no le toma importancia y se gira hacia la señora para leer el documento con una gran felicidad en ellos...

—maldita la hora en la que tuve que encontrarme contigo. No sabes cuanto te aborrezco con toda mi alma.—menciona Roxana con mucho coraje.

—debes de aguantarte querida esposa, ese es tu obligación.—contesta con la cabeza junto a la de ella y la mirada al frente.

—Alberto porque no solo le das el dinero a ese señor y ya, no hay la necesidad de que yo me acueste con el como un regalo extra por su favor. Tu mismo has dicho que nunca lo has visto con alguna pareja, porque supones que querra tener algo conmigo.

—te haces o eres tonta, no porque Romualdo no haya sido visto con alguna pareja, no quiere decir que no se acueste con una mujersuela como tu. Lo conozco, y se que aceptara porque ya lo a hecho antes y no me digas que no sabias porque mis niñas te han contado sus experiencias con el.

Ahhh!, ya entendí. Tienes miedo, miedo que llegue a lastimarte horriblemente.—insinúa.—¡Por favor Roxana!.Te han tocado hombres peores y mira sigues viva. Sabes que no puedes negarte a lo que te pida, es tu obligación aceptar con buena cara y deseo, y será mejor que no sigas más con tus tonterías porque ni creeas que te haré el favor de desistir a mi orden.

Roxana con impotencia cierra su puño y menciona:

—Te odio Alberto con toda mi alma. Espero y algún día te agarren, y en la cárcel te obliguen a que hagas lo mismo que me obligas hacer a mi tantas veces hasta que un día acabes muerto y totalmente solo. Te crees muy seguro porque tienes a ese señor de tu lado pero no todo es eterno en la vida y cuando tu te veas perjudicado no pienses que el vendrá a ayudarte.

Alberto con una sonrisa sarcastica:

—yo también te deseo lo mejor querida esposa.—con un cambio de actitud repentino a alegrarse; antes de irse del pasillo le menciona:

—vamos a probarte los vestidos, porque todavía faltan los tacones que te llevaras, ir con el estilista. Quedaras divina. Ah, y lo mas importante, la actitud. Te quiero muy coqueta para el, como tu sabes hacerlo.

Termina por dirigirse al provador con los vestidos en el antebrazo.

Roxana observa como este se va para luego colocar el vestido que traía en manos en su lugar y antes de irse hacia con el murmura con coraje:

—maldito egoísta, hijo de la chingada.