NovelToon NovelToon
Bajo El Mismo Veredicto

Bajo El Mismo Veredicto

Status: Terminada
Genre:Romance / CEO / Arrogante / Ligador / Completas
Popularitas:7.9k
Nilai: 5
nombre de autor: Deiver Gutierrez

Aurora West ha dedicado su vida a construir un futuro brillante en el mundo del derecho. Cuando consigue una codiciada oportunidad de prácticas en el bufete más prestigioso de la ciudad, cree que está un paso más cerca de alcanzar sus sueños. Sin embargo, lo que no esperaba era que su jefe, Rafael Novoa, fuera un hombre tan implacable como fascinante.

Frío, reservado y con una reputación impecable, Novoa es un abogado brillante, pero detrás de su carácter severo esconde un conflicto interno que no está dispuesto a admitir: una atracción innegable hacia Aurora. Aunque intenta resistirse, su presencia desafía cada una de sus reglas, cada uno de sus principios.

Entre juicios, miradas furtivas y una tensión imposible de ignorar, Aurora deberá descubrir si es capaz de derribar las barreras de Rafael y demostrarle que algunas batallas no se ganan con argumentos, sino con el corazón.

¿Podrá él aceptar lo que siente o dictará su propio veredicto antes de permitirse amar?

NovelToon tiene autorización de Deiver Gutierrez para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 12

POV Rafael

Era un nuevo inicio de semana, habían pasado solo tres días desde que dejé a Aurora en su casa después del viaje, solo tres jodidos días y se sintieron como una maldita eternidad... ¡¿Qué carajos me estaba haciendo esa mujer?! No puedo dejar de pensar en ella ni un maldito segundo, siento que me voy a volver completamente loco.

Me dirigía a mi empresa siendo muy temprano en la mañana como siempre, prometí que después del viaje me alejaría, así que necesitaba mantener ocupada mi mente para dejar de pensar en ella de una buena vez, aunque si era completamente honesto conmigo mismo, deseaba con locura volver a verla, mirar sus preciosos ojos verdes y probar esos labios que me están volviendo loco y un total adicto a ella...

Estoy cansado de repetirme lo mismo, pero me aterra lo que estoy sintiendo, esto solo es una atracción física, ¿Verdad? Esto no es amor... ¡No! Esto no puede ser amor...

Llegué sin mucha demora a mi edificio y con mi rostro serio caminé hacia el ascensor. En pocos segundos ya me encontraba en mi piso, entré a mi oficina y comencé a trabajar en algunos casos sintiendo mi mente algo más despejada. Continué así un par de horas, sabía que a este momento Aurora seguramente ya se encontraba en el edificio, moría de ganas por verla, pero no sabía de qué sería capaz al momento de tenerla cerca de mí, y no quería seguir incrementando lo que sentía por ella, que aún no sabía realmente lo que era.

Poco más de una hora después de la hora de llegada de la mayoría de mi personal, escucho que tocan a la puerta de mi oficina, grité un "Adelante" sin despegar mi vista de los documentos que tenía frente a mí, escuché que la puerta se abrió y se cerró unos segundos después, mi mente se encontraba dispersa aun leyendo los papeles que tenía entre mis manos hasta que escuché la voz de la persona que entró al lugar.

-Buenos días señor Novoa, venía a preguntarle si quería que le trajera un café...- Escuchar su bonita voz fue suficiente para hacerme perder la razón de nuevo, levanté mi cabeza de inmediato al oír la voz de Aurora, se veía igual de hermosa que siempre.

¡¿Qué me hiciste Aurora West?!

No respondí nada, solo sonreí automáticamente, y no pude pensar más que en una sola cosa, al carajo mi promesa de alejarme de ella; me levanté de mi asiento, me acerqué hasta ella, la tomé por la cintura y la besé con intensidad... Joder, había extrañado tanto sus besos. Ella me correspondió al instante pasando sus manos alrededor de mi cuello acercándome más a ella.

La tomé por la parte trasera de sus muslos levantándola haciendo que ella rodeara mi cintura con sus piernas, caminé hasta mi escritorio sin romper aquel beso, tiré con una de mis manos los documentos que descansaban en la orilla del escritorio y la senté ahí restregando mi cuerpo deseoso en ella, no podía controlarme teniendo a Aurora tan cerca de mí.

Cuando se nos acabó el aire, me separé lentamente de ella teniendo mi respiración agitada, mantenía mi rostro tan cerca del suyo sintiendo su respiración mezclarse con la mía. La miré a los ojos con una pequeña sonrisa y acaricié su mejilla.

-Te extrañé- Susurré dejando cortos besos en sus labios sin siquiera reconocerme.

-Nos vimos hace tres días- Respondió de igual forma acariciando mi cabello.

-Para mí fueron como tres años- Dije sincero viendo sus labios –Y ya te he dicho que no me llames "señor Novoa"- La reprendí recordando cómo me dijo cuando entró a la oficina.

-Oh... Lo siento mucho, "señor Novoa"- Contestó con una sonrisa provocadora -¿Qué harás al respecto?- Dijo retadora.

Yo sonreí, mordí su labio inferior suavemente, apreté un poco sus muslos y empujé mi cuerpo hacia ella creando fricción entre nosotros.

-Voy a mostrarte en este momento lo que voy a hacer, preciosa...- Susurré antes de atacar sus labios de nuevo siendo correspondido por ella de inmediato.

Seguimos así un par de segundos más, comencé a meter mis manos por debajo de su falda y Aurora deshacía lentamente el nudo de mi corbata, esto se estaba saliendo completamente de control. Estando a punto de subir aún más mis manos, escucho que alguien toca a la puerta de mi oficina haciéndome separarme de ella abruptamente.

Aunque ya la había besado en el trabajo nunca habíamos estado cerca de que nos descubrieran, al momento sentí que un balde de agua fría cayó sobre mí haciéndome volver a la realidad...

No... ¿Qué estoy haciendo? ¡Esto está mal! Yo no soy así, yo no hago esto... Debo parar con esto de una vez por todas. Sé que eso es lo que haría estando en mis cinco sentidos, pero, ¿Por qué el simple hecho de alejarme de Aurora se siente tan horrible?

Me alejé un par de metros para poder alinearme y esperé a que Aurora recompusiera su ropa para poder darle el paso a la persona que estaba fuera.

-Adelante- Hablé en voz alta agachándome a juntar los papeles que tiré de mi escritorio.

-¿Por qué están los papeles en el suelo?- Preguntó Sebastian burlón entrando a mi oficina, bueno, al menos era alguien que sabía que algo sucedía entre ella y yo, desde luego le pegué la reprimenda de su vida después del chistecillo de las habitaciones en Nueva York.

-Revisaba unas carpetas y las tiré por error- Dije regresando a mi silla detrás de mi escritorio -¿Podrías traer el café que mencionaste Aurora, por favor?- Pregunté con amabilidad, ella me vio con una pequeña sonrisa y asintió.

-Por supuesto, con permiso señor Novoa. Buen día señor Stan-

-Buen día, bonita- Le regresó el saludo Sebastian mientras se sentaba frente a mi escritorio.

Aurora salió de la oficina dejando la puerta entre abierta. Sebastian me miró con una sonrisa muy burlona, sabía la conversación que se avecinaba y no estaba nada preparado para ella.

-¿Interrumpí algo?- Preguntó de la misma forma, yo me hice el desentendido y abrí una carpeta fingiendo leer algo.

-No, para nada- Mentí descaradamente sin despegar mis ojos de aquellos papeles.

-Ajá, sí. Y yo vuelo... ¿Dónde quedó aquel hombre que gritaba a los cuatro vientos "Jamás mezclo mi trabajo con la diversión y con..."?- Decía imitándome hasta que yo lo interrumpí muy molesto.

-¡Sé lo que dije Stan! Cierra la boca, no tienes que repetírmelo-Dije muy molesto cerrando la carpeta de golpe haciendo que Sebastian borrara su sonrisa burlona al ver que en verdad estaba enojado sin razón aparente.

-Rafael tranquilo, lo siento, no quise molestarte. Bueno, si quería, pero no tanto...- Terminó por decir aligerando un poco el ambiente –Rafael, te voy a preguntar algo y quiero que me digas la verdad, ¿Estás enamorado de Aurora?- Preguntó con seriedad, en cuanto escuché aquella pregunta sentí ese miedo que venía sintiendo desde hace días, ya que aunque debería estar seguro de gritarle que no, mi corazón sentía otra cosa diferente, aun así, no dejé que Sebastian lo supiera.

-¡¿Qué?! N...No. No digas estupideces Stan, ¿Cómo se te ocurre pensar que me enamoraría de una adolescente inmadura?- Dije tajante sintiéndome muy idiota, aunque siendo sincero, creo que trataba de convencerme a mí mismo de que no sentía nada por Aurora –No quiero que sigamos hablando de esto...- Terminé de decir con molestia.

Realmente se sentía tan incorrecto el decir esas palabras, mi mente gritaba que debía eliminar cualquier sentimiento que pudiese tener por esa mujer, pero mi corazón estaba gritando una sola cosa, y eso era su nombre.

-No vas a evitar esta conversación Rafael- Comenzó a decir con el rostro muy serio –Y déjame que te contradiga porque Aurora no es ninguna adolescente y mucho menos inmadura, es una mujer adulta, muy brillante, fuerte, divertida, inteligente y capaz, y tú bien lo sabes. Cuida lo que dices Rafael, Aurora tiene el corazón más puro que he conocido y no querrás...-

-¡Entiende que no estoy interesado en...!- No quería seguir escuchando lo que yo ya sabía, la frustración estaba hablando por mí y lo interrumpí queriendo dar por finalizada la conversación hasta que yo mismo me vi interrumpido por una dulce voz femenina, era mi Aurora.

-Con permiso- Dijo entrando a mi oficina con una bandeja con dos tazas de café.

No...

La molestia que sentía fue reemplazada en cuestión de segundos por un profundo miedo, sentí mi sangre helada y mi rostro palidecer.

MIERDA, MIERDA, ¡MIERDA! ... ¡¿Habrá escuchado mi conversación con Stan?! Si eso es así, estoy jodido...

Avanzó hacia nosotros con un paso seguro y firme, mantenía un rostro neutro, muy aparentemente todo estaba bien.

-Disculpe señor Novoa, aquí está el café que me pidió; hay uno para usted también señor Stan...- Añadió con profesionalismo dedicándole una pequeña sonrisa solo a Sebastian.

-Gracias Aurora- Solté con voz suave.

-Con permiso- Dijo sin voltear a verme dándose la vuelta y saliendo de ahí. Al momento en que la puerta se cerró me dirigí a Sebastian sintiéndome algo desesperado.

-¡¿Crees que haya escuchado algo de lo que dije?!- Pregunté sintiéndome un completo imbécil. Stan solo me miró con cierta burla.

-Y si lo escuchó o no, ¿Por qué te importaría? Acabas de dejarme muy en claro que ella no te interesa, además, dijiste que...-

-¡Sé lo que dije! Solo cállate- Lo interrumpí sintiendo una extraña opresión en el pecho –Creo que iré a buscarla...- Agregué levantándome de mi silla, aunque segundos después me vi interrumpido ya que la puerta de mi oficina volvió a abrirse nuevamente, era un fiscal con el que tenía una junta que por completo olvidé.

¡Mierda! Creo que mi charla con Aurora tendrá que esperar un poco...

-Te dejo- Añadió Sebastian para salir de mi oficina dejándome con el fiscal.

¡Dios! No puedo seguir engañándome, todo esto que estoy sintiendo, este miedo profundo que estoy siento solo de pensar en la posibilidad de que Aurora se moleste conmigo y perderla solo significa una cosa... Estoy enamorado de ella.

POV Aurora

Me sentía demasiado feliz, conocía el pensamiento de Rafael, sabía todo lo que él podía llegar a pensar acerca del amor y todo eso, pero después de lo que pasó en el viaje, en su oficina hace unos minutos y lo que ha pasado con nosotros estas últimas semanas me hacía tener un rayo de esperanza acerca de poder tener algo más con él.

Ya que, siendo completamente sincera, aunque me quise obligar a no pensar en él ni en la posibilidad de estar juntos, fracasé rotundamente. Me enamoré de Rafael sin siquiera darme cuenta de en qué momento pasó, así que solo rogaba al universo que él pudiera sentir algo por mí y que el amor me sonriera una sola vez en la vida.

Iba caminando con el café de Rafael y con uno extra para Sebastian que llegó antes de que yo saliera de la oficina. Caminaba con paso firme hacia la oficina que estaba con la puerta entreabierta; no quise ser entrometida y escuchar la conversación que mantenían ahí adentro, pero frené mi paso en seco cuando escuché mi nombre...

Aunque... debí de solamente entrar y no escuchar aquellas palabras que me destrozarían por completo. Cada palabra que salía de la boca de Rafael se enterraba cada vez más profundo como una daga en mi pecho.

"No digas estupideces Stan, ¿Cómo se te ocurre pensar que me enamoraría de una adolescente inmadura?"

Mi corazón estaba destrozado... Así que después de todo, ¿Eso es lo que él piensa de mí? Sentí un nudo en mi estómago y en mi garganta, tenía unas ganas inmensas de llorar, me sentí como una completa idiota. No pude seguir escuchando más aquella conversación y decidí interrumpir manteniendo mi rostro neutro y queriendo aparentar que no sucedía nada.

Avancé con paso seguro hasta donde estaban evitando por completo el contacto visual con Rafael, no podía verle el rostro o me derrumbaría por completo, y no le daría el gusto de verme así. Salí lo más rápido que pude de ahí dirigiéndome a mi oficina, estando ahí, cerré la puerta con seguro, bajé las persianas y dejé mis emociones salir.

Me senté en mi silla y lloré en silencio casi una hora entera, me sentía tan estúpida. Todo esto es mi culpa, sabía que él no me aceptaría, pero aun así dejé que mis sentimientos hablasen por ellos mismos. ¿Cómo pude ser tan pero tan tonta para creer que él sentiría algo por mí? Estoy tan furiosa, decepcionada y con el corazón deshecho... ¿Por qué jugó conmigo de esa forma si pensaba eso de mí?

No puedo seguir en este lugar, no puedo ni quiero verlo, al menos no por estos días...

Narrador omnisciente

Después de la incómoda conversación que Sebastian tuvo con Rafael, él volvió a su oficina. Sebastian podía notar como su mejor amigo miraba a esa chica, podría jurar con su vida que la veía con amor, y solo quería darle un empujón para que viera lo que para todos era algo obvio, estaba enamorado de aquella mujer aunque lo negara rotundamente. Stan continuó con su trabajo habitual hasta que alguien tocó a su puerta.

-Adelante- Dijo con voz audible, la puerta se abrió dejando ver sorpresivamente a Aurora quien entró con la cabeza algo agachada.

-Disculpe señor Stan, ¿Puedo hablar con usted un momento?- Preguntó ella con un tono bajo preocupando un poco a Sebastian.

-Por supuesto, preciosa, pasa. Y sabes que puedes decirme Sebastian, somos amigos- La corrigió con amabilidad y cordialidad.

-Claro- Respondió ella con una sonrisa fingida –Sebastian, quería pedirte permiso para poder faltar unos días... Lo que pasa es que... extraño mucho a mi familia y necesito ir a verlos aunque sea unos días, sé que es mucho pedir pero realmente...- Comenzó a decir torpemente ya que se encontraba nerviosa hasta que Sebastian la interrumpió.

-Linda, no tienes por qué darme explicaciones de nada, si necesitas unos días tómalos, adelante, el tiempo que necesites- Ofreció con gentileza, Stan le tenía mucho aprecio a la chica, la veía como una hermana menor y se podía imaginar el porqué de su actitud, solo quería confirmarlo.

-Muchas gracias, solo necesito un par de días- Agradeció Aurora con una sonrisa algo más sincera.

-Toma los que necesites, linda. Aunque... ¿Puedo preguntarte algo?- Decidió Stan cuestionar.

-Claro, lo que quieras-

-¿Me pides permiso para faltar unos días porque escuchaste lo que dijo Rafael en su oficina?- Preguntó con suavidad aunque siendo directo. Aurora se sorprendió por la pregunta, pero no le pudo mentir a él, a parte, ella sabía que él tenía conocimiento de lo que pasaba entre Rafael y ella, habían hablado por mensaje acerca del tema unos días antes, por lo que no tuvo más remedio que decirle la verdad.

-No puedo mentirte a ti, Seb- Respondió después de unos segundos con la mirada baja –Me destrozó por completo escuchar que se expresara así de mí. No lo sé, solo, creí que tal vez podía sentir algo de lo que siento yo por él, pero veo que me equivoqué...- Terminó por decir ella limpiando una lágrima que resbalaba por su mejilla, Sebastian se levantó y caminó hasta quedar frente a ella.

-No digas eso, preciosa. Estoy seguro que Rafael siente algo por ti, pero es muy idiota y muy orgulloso para reconocerlo, no debió decir lo que dijo, pero estoy seguro que algo siente en su vacío corazón. Tómate estos días para descansar y despejar tu mente, ¿Sí? Estoy seguro que todo mejorará- Pidió Stan a la chica con una pequeña sonrisa acariciando su mejilla, ella asintió y limpió su rostro.

-Gracias de nuevo, Seb- Dijo abrazándolo –Por favor no le digas nada de esto a Rafael, ¿Puedes?- Preguntó cuándo se separó de él.

-No puedo prometerte que no le diré absolutamente nada ya que él preguntará por ti cuando no aparezcas mañana, pero al menos intentaré alargar el decirle algo lo más que pueda- Aseguró viéndola con una sonrisa.

-Claro, comprendo. Gracias Seb, te quiero- Terminó de decir ella saliendo de la oficina del chico.

-Yo a ti, preciosa- Dijo él antes de que la puerta se cerrara.

Y de esa forma, Aurora salió de aquel edificio aun sintiendo un profundo pesar en su pecho, no todo lo que le dijo a Sebastian había sido mentira, tomaría esos días para viajar a Portland a ver a sus padres que ya extrañaba demasiado, esperaba que el ver a su familia aliviara un poco esas heridas que habían surgido en su corazón. Sin demorar mucho llegó a su departamento, hizo una mochila con ropa suficiente para un par de días y fue a la central de autobuses a tomar el primer camión que se dirigiera a su ciudad natal...

POV Rafael

¡Mierda! Seis jodidas horas estuve metido en aquella maldita junta con el fiscal, me sentía tan desesperado, tenía una urgencia por ir a ver a Aurora y asegurarme de que todo estaba bien con nosotros. En cuanto el fiscal se fue, salí de mi oficina con paso muy rápido queriendo ir a buscar a Aurora.

Comencé yendo a su oficina, al llegar pude ver que estaba completamente vacía, intenté mantenerme tranquilo ya que es común que ella fuera a otros pisos por algunos papeles, así que intenté conservar la calma y seguí buscándola, esta vez me dirigí a la oficina de Sebastian.

-Stan- Llamé su atención tocando la puerta -¿Sabes en donde está Aurora?- Pregunté sin rodeos con mis manos en los bolsillos y con el rostro serio.

-Salió con Darcy por un café- Respondió con indiferencia.

-¿Salió? ¿Por qué no me dijo nada?- Pregunté confundido, ella nunca sale sin decírmelo, no porque tenga que avisarme ni pedirme permiso, pero nuestra comunicación ha sido así desde el momento en que nos volvimos más cercanos.

-¿Yo qué sé viejo?, ¿Será por qué estabas en una junta? ¿Esperabas que se metiera solo a decirte que saldría por un café con su amiga? Ella no tiene por qué avisarte nada- Soltó con un tono algo molesto, suponía que se debía a la conversación que tuvimos antes, sus palabras me hicieron sentir algo enojado.

-Te recuerdo Stan, que sigo siendo su jefe y ella está en horas de trabajo- Inventé cualquier excusa para justificar mi molestia, aunque el que saliera en horas de trabajo era lo menos que me importaba, ella tenía mi permiso de hacer lo que quisiera en el trabajo, lo que me tenía demasiado angustiado era no saber en dónde estaba y no saber si ella estaba molesta conmigo.

-Faltan solo treinta minutos para su hora de salida, Novoa. No la molestes en eso, además, me pidió permiso a mí para salir- Terminó por decir cerrando la puerta de su oficina para hablar conmigo -¿Por qué no simplemente aceptas lo evidente? ¿Por qué no aceptas que estás preocupado por ella porque la quieres y te enamoraste de ella?- Soltó haciéndome suspirar, pasé mis manos por mi rostro y mi cabello.

-Luego hablamos de eso, por ahora solo la llamaré para asegurarme que está bien- Dije sacando mi teléfono bajo la mirada atenta de Stan. La llamé varias veces, pero no entraban las llamadas, su teléfono estaba apagado. Esto no me gusta...

-¿Qué pasa?- Preguntó Sebastian al ver mi rostro afligido.

-No responde, su teléfono está apagado- Respondí mirándolo.

-Se quedó sin batería, vi cuando se apagó antes de que se fuera- Dijo él, pero conozco a Sebastian de casi toda mi vida, algo me dice que está mintiendo.

-Bien, iré a terminar un papeleo que dejé pendiente para irme- Solté simplemente saliendo de ahí.

Hice justamente lo que dije, sentía una opresión extraña en mi pecho, me quería obligar a tranquilizarme y pensar que todo estaba bien, pero no podía evitar pensar en que algo estaba mal, y ahora que me doy cuenta de todo lo que siento por Aurora no estoy dispuesto a estar lejos de ella ni un solo segundo, soy un loco posesivo de mierda, y nunca había experimentado este sentimiento antes, Aurora es completamente mía, y ahora solo quiero verla para hacerle saber que la quiero y deseo con todo mi corazón que estemos juntos, como... una pareja.

Quiero ser ese hombre que ella merece, lo intentaré por ella.

Hice uso de todo mi autocontrol para no ir a buscar a Aurora a su casa, esperaría a verla aquí en la oficina el día de mañana y con algo de suerte, ella me aceptaría y por fin sentaría cabeza con ella, mi preciosa Aurora.

1
Yuly Ponce
Hermosa historia felicidades ❤️
Deiver: gracias por leer
total 1 replies
America Lopez
la recomiendo
Deiver: gracias por leer
total 1 replies
America Lopez
hermosa historia
Tanny Farfan: Felicitaciones escritora, me gustó mucho esta historia, muy linda, bien cuidada, excelente ortografía,
total 1 replies
America Lopez
cobarde...
America Lopez
me gusta la fuerza de voluntad de Rafael
America Lopez
exquisita escritura, me fascina la interpretación de los personajes, felicito a la escritora. Sigamos con la lectura
Deiver: gracias que bueno que te guste la historia
total 1 replies
Rosa Rodelo
Foto, de los protagonistas
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play