Capitulo 16

Sorpresa parte 2

Valeri

Después que mi suegra se fue me metí en la bañera, necesito relajarme cada día me canso más, siento como alguien entra al baño.

- Que haces aquí, creí que fui clara al prohibir tu entrada a esta habitación.

- Solo vine por ti necesito que me acompañes a un lugar.

No quiero, por si no lo has notado estoy tomando un baño para irme a dormir estoy cansada, vete de aquí.

Por favor amor ven conmigo te prometo que no te vas arrepentir.

- Ok espérame en la puerta.

Me salgo de la bañera me pongo un vestido cómodo azul es lo único que puedo ponerme con esta barriga.

Bueno aquí estoy a dónde vamos.

-No seas impaciente vamos.

Llegamos al jardín principal de la mansión, hay un camino iluminado por antorchas encendidas, es hermoso, al fondo hay una una sábana en el suelo rodeada de pétalos de rosas unos cojines y una bandeja llena de bocadillos.

- Que es todo esto?

- Es solo un detalle para mi amada esposa, te gusta, quiero que vemos las estrellas juntos.

- Si me encanta, gracias.

Ven amor acuéstate aqui sobre los cojines.

- El cielo nocturno es precioso mira que lindas estrellas.

- Amor mira, la de tu derecha esas tienen forma de corazón.

- Dónde no veo nada.

- Si mira están aquí. ( señaló a su pecho)

- ahí eres un tonto jajajajaja.

Timote se acerca y la besa sin previo aviso, ella correspondió a su beso y poco apoco el beso fue aumentando la intensidad.

- Para Timote no quiero que me calientes y me dejes así.

- Y a ti quien te dijo que mi intensión es dejarte así.

- A no, si últimamente no quieres tocarme, desde que nos enteramos del embarazo no has vuelto a tocarme.

- Pero quiero que está noche sea especial, quería hacerte el amor aquí bajo la luna y las estrellas como testigo.

- Estás loco que tal que nos vean.

- Note preocupes por eso me encargue que nadie venga a este lugar.

- No seas aguafiestas, amor ven déjame hacerte mía.

- Pero está haciendo frío, vayamos a la habitación.

- No, tú usted misma prohibió la entra y yo quiero hacer lo aquí y ahora.

El se lanzo sobre ella, la beso apasionado, bajo a su cuello y disfruto de sus gemidos, esos que tanto extrañaba, bajo poco a poco sus besos hasta llegar a sus piernas, con cuidado retiro sus pantis y se perdió en el placer oculto debajo.

Ella disfruto mucho el momento, extrañaba ser devorada por su marido y en ese momento estaba en las nubes.

- Aaaaaaa Timote no te imaginas lo que yo necesitaba esto.

- Vente para mí amor, hazlo en mi boca.

- Si, sigues así no tardaré mucho en hacerlo.

El le introdujo un dedo y aceleró el ritmo haciendo que sus gemidos fueran más fuertes, ella estaba disfrutando el momento, suelto un fuerte gemidos y alcanzó su primer orgasmo, él se levantó bajo sus pantalones, coloco sus piernas en sus hombros para tener mejor acceso a ella.

Se movió rápido, estaba desesperado por sentirla, sus estocadas eran fuertes y los sonidos que así podrían sonrojar a cualquiera que escuchará.

- Aaaaaaa Valeri estás más ajustada que la última vez que, me vuelves loco amor.

Ella gemía descontrolada, intento taparse la boca para no ser escuchada por los sirvientes, pero el retiro su mano.

- No lo hagas déjame escucharte.

El se movía en forma circular asiendo que los dos temblaran.

Cuando estaban apunto de llegar, se escucho un ruido no muy lejos de ella, Valeri se asusto he intento quitar a Timote de enzima de ella.

- Tranquila amor, no tengas miedo, debe ser algún animal que está entre los arbustos.

- Y si es alguien de la mansión y nos están viendo.

- No es nada de eso ya te dije que les dije que nadie pasará mientras estemos aquí.

- cómo estás tan seguro, ve a ver qué es ese ruido por favor.

- Pero amor no quiero salir de ti déjame seguir.

- No, ve a ver qué es ese ruido.

Timote salio de ella de mala gana y fue a ver.

Cuando se acercó a los arbustos noto una cosa peluda enredada.

- Jajajajaja es un conejito blanco, mira amor están pequeño, creo que se perdió y termino aquí.

- Si están lindo, me encanta me lo puedo quedar.

- Si eso quieres déjame llamar a alguien para que lo alimenten y lo pongan en un lugar seguro.

- No, yo quiero hacerlo es mío. ( puso puchero)

- Ni lo sueñes tu y yo vamos a terminar lo que empezamos o me piensas dejar así.

- Pues ve y toma un baño, dame acá mi conejito lindo.

- Valeri ni lo pienses.

- Ya lo hice.

Valeri tomo el conejo y dejo a un Timote perplejo.

El suspiro frustrado lo había dejado con ganas solo por un conejo, salió detrás de ella, llegaron a la cosina calentaron un poco de leche para el animal, después lo pusieron en una caja de cartón.

- Valeri Carrasco ni pienses que esa cosa va dormir en nuestra habitación.

- Porque no, mira están pequeño, como eres tan malo de dejarlo aquí con este frío.

- Deja de comportarte como una niña mimada.

- Bueno vienes o piensas dormir en la cosina.

Timote salio de tras de ella, no tenía otra opción, no quería discutir con su malcriada esposa ya se encargará de castigarla.

En la habitación Valeri puso al conejo en una esquina, saco una manta y lo cubrió bien.

Se fue a la cama, cuando Timote volvió del baño, encontró a su esposa profundamente dormida, no tubo más remedio que volver al baño a tratar con su enorme problema.

*******

A la mañana siguiente cuando Valeri despertó Timote estaba besando sus senos, que por el embarazo estaban más grande.

- Amor, aaaaaa, que haces.

- Lo que tú no me dejaste terminar anoche.

La tomo sin compasión, le hizo el amor a su gusto disfruto de sus gemidos y súplicas casi toda la mañana.

- No vuelvas a dejarme así Valeri y menos por un conejo o te voy a castigar y no te va a gustar.

Salió de ella, la giro y coloco sus manos en la cabecera, levanto un poco su cintura, acomodo una almohada debajo y se volvió a introducir en ella de golpe.

Siguió así hasta que ambos llegaron al climax.

Pero no sé detuvo, después de recuperar el aliento la voltio y siguió haciéndole el amor, hasta que siento que ella no podía más.

- Amor que malo eres, no temes lastimar a tus hijos ( puchero)

- Eso no va pasar voy a bañarme quieres ir conmigo.

Se levantó de la cama completamente desnudo, dejando ver su erección.

- Tu no te cansas, yo estoy exhausta, ni lo sueñes yo me voy a bañar cuando tú lo salga, no me pienso arriesgar a qué me ataques de nuevo.

- jajajajaja me salió cobarde quien lo diría jajajaja.

- Quien es cobarde yo.

Ella se levantó de la cama, había mordido el anzuelo, lo siguió al baño, callo en su trampa no salieron del baño hasta después de dos horas.

Cuando terminaron de comer, Valeri quedó tan cansada que pasó el resto del día durmiendo.

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