Casi Tuya
...Y entonces algo en mi cambio....
^^^- Kaleani W.^^^
-Deja de sonreír idiota.- dice kristin por tercera vez.
- Es que estoy preciosa, mira lo lindo que luce mi trasero con esta falda.- digo con una sonrisa.
- Te borraré esa sonrisa de un puñetazo.- dice Keysi.
- Quiero verte hacerlo.- digo borrando mi sonrisa.
El ascensor se abre y entra una pareja con un bebe.
- ¿hablaste con alguien? Eso que paso anoche fue muy extraño, hablaré con el encargado del edificio.- dice la mujer.
- Relájate cariño, quizás ha fallado algo en la electricidad, no es para tanto.- le responde el hombre.
Acomoda al bebe en su hombro y su rostro queda hacia mí. Me mira con curiosidad y luego me sonríe, le muestro mi lengua y lanza una carcajada.
- Parece que le agradas.- dice la mujer.
Sonrió.
- Es normal, tengo dos sobrinos en casa.- miento con descaro.
Llegamos al primer piso y salimos rápidamente del ascensor, miro la puerta de la salida como si fuera mi entrada al cielo, pero el infierno esta delante de nosotros, veo al hombre que acompañaba a Brayden hablando con la recepcionista, se ve muy enojado y eso me hace detenerme.
- Plan b.- digo.
- De acuerdo.- dice Keysi.
Abro mi maletín y saco mi celular, lo pongo en mi oreja y finjo estar hablando por teléfono mientras veo a mis hermanas caminar hacia la salida, las detienen y trato de fingir tranquilidad.
- Si cariño, estoy aquí.- digo.
Empiezo a caminar cuando veo que las chicas salen del edificio, antes de lograr salir me detiene un guardia de seguridad, le sonrió con simpatía.
- ¿sucede algo?-pregunto.
- Solo protocolo señorita, hubo un robo en el edificio.- dice.
- No puedo creerlo.- digo angustiada.- ¿todo está bien?-pregunto.
- Nada grave.- dice y asiento.
Me mira con curiosidad y yo no aparto mis ojos de los suyos.
- Señorita.- dice alguien.
Sonrió ante mi salvador.
- Llego su taxi.- dice.
- Dame unos segundos.- le pido.- estoy bastante indignada por lo que ha pasado, me prometieron seguridad.- digo con molestia al guardia de seguridad.
Asiente apenado y aprovecho eso para salir del edificio, entro al taxi y dejo salir todo el aire que había sostenido sin notarlo cuando nos alejamos del edificio.
- Nada de qué preocuparse.- digo mirando a mis hermanas.
- ¿segura?-pegunta kristin.
- Si.- respondo.
- Hermanitas ¿A dónde las llevo?-pregunta nuestro chofer.
Lo miro y sonrió.
- James.- digo con una sonrisa coqueta.
- Me debes un favor.- dice.
- Hablaremos de esto cuando vuelva de las vegas.- digo.
- Caliente como siempre.- dice mirándome por el retrovisor.
- Déjate de tonterías, quiero llegar a las vegas.- dice kristin.
- Lo que digas.- dice james.
El camino al aeropuerto es tranquilo, miro por la ventana y sonrió mientras miro la ciudad de new york. Al llegar al aeropuerto ya nos encontramos cada una vestida con ropa informal, James nos entrega los pasaportes y se va en su taxi.
Luego de casi ocho horas de vuelo, estoy tan cansada que en lo único que puedo pensar es en dormir y quizás beber una margarita. Llegamos al hotel y encontramos a Nadia esperándonos en la recepción, se acerca a nosotras y nos abraza.
- Bien hecho chicas.- dice con una sonrisa. - ¿hicieron lo que les pedí?- pregunta.
- Por supuesto.- respondo.
- Sabía que podía confiar en ti kal.- me dice.
- ¡a dormir!- grito señalando el ascensor.
Luego de dormir por horas logro sentirme normal y el sueño ha abandonado mi cuerpo. Salgo de mi cama y tomo mi celular de la mesa de noche, maldigo al ver la hora 10:30 PM, estoy en las vegas y he dormido todo el día, que desperdicio de tiempo pero era necesario, muy necesario.
Entro al baño y tomo una larga ducha, al salir me visto con un vestido color lila hasta las rodillas y unos tacones dorados, me pongo un poco de labial color rosa en mis labios y dejo mi corto cabello suelto. Salgo de mi habitación y marco el número de kristin.
- Me abandonaron como animal herido.- digo cuando contesta.
- Eso parecías, no te despertabas, queríamos celebrar.- dice.
- ¿Dónde están?-pregunto.
- En el bar del hotel y debo decir que el menú esta delicioso.- dice.
Me río, sé que cuando hablamos de menú, nos referimos a los hombres.
- Deja algo para mí.- digo con una sonrisa y cuelgo.
Al entrar al bar las chicas de inmediato empiezan a gritar mi nombre, me río mientras me acerco.
- ¿Por qué todo el mundo está ebrio?-pregunto.
- Porque dormiste demasiado.- me responde Kalsey.
- Yo también quiero emborracharme.- digo quitándole una copa a Keysi.
Me bebo todo el contenido de esta de un solo trago, tozo cuando siento como quema mi garganta.
- ¿coñac?- pregunto mirando a Keysi.- llenaste una copa de coñac.- digo sin creerlo.
- El bartender fue muy dulce conmigo así que me regalo una copa.- dice con una sonrisa inocente.
- No me sorprende.- digo señalando su estómago descubierto, dejando ver su tatuaje.
- No me molestes.- dice.
- Dejen de pelear, vamos a divertirnos.- dice Kalsey con una sonrisa.
- Bebamos vodka.- digo con una sonrisa.
- Si señora.- dicen todas al mismo tiempo.
Entre intentar cantar canciones sin sabernos la letra, gritarle al pobre camarero por más vodka y bailar como locas, la noche se ha ido y con ella la felicidad de estar en las vegas. Por eso horas después me encuentro mirando con enojo a Nadia al igual que todas las chicas.
- No quiero irme.- me quejo.
- Pensé que duraríamos una semana.- dice Keysi.
- Es injusto.- dice Kalsey.- bruja.- susurra.
- Compórtense chicas, escuchemos la razón.- dice kristin.
- Deja de ser tan buena.- me quejo mirándola.
- Kal.- dice Nadia, la miro.- solo tú te iras conmigo, necesitamos hacer algo.- todas lanzar un grito de felicidad.
Bufo mirándolas.
- ¿ahora que hice? ¿lo mate?-pregunto tomando mi maleta.
- No kal, Brayden Ross está bien pero muy enojado.- dice con una sonrisa.
Asiento.
- No entiendo, la mayor es kristin, si es algo legal puedes ir con ella.- digo.
- No es algo legal, deja de quejarte.- me pide.- tenemos un largo viaje.- dice.
Miro a las chicas.
- Quiero quedarme.- me quejo.
- Adiós.- dicen al mismo tiempo con una sonrisa.
- Grandioso.- digo con sarcasmo.- Adiós espantapájaros.- digo señalando a kristin.
- ¡acabo de levantarme!- grita enojada.
Me rio mientras salgo de la habitación.
horas después...
Miro por la ventana de la oficina de Nadia, ya es de noche, hemos llegado hace unas horas y no puedo evitar estar molesta ¿Por qué yo? Yo siempre tengo que limpia el desorden que hace alguien más. Miro a Nadia, se ve estresada y eso me confunde, veo como guarda rápidamente unos papeles en un maletín y me mira.
- Aún recuerdo la primera vez que te vi, esos hermosos ojos marrones me miraban con curiosidad y valentía, pero siempre hubo algo que me molestaba.- dice.
La miro confundida ¿Qué le pasa?
- Nadia, no entiendo.- digo.
- Esa actitud de superioridad que has mostrado todos estos años, como si tu fueras mejor que todos, como si te hubieran bendecido con algo que a los demás no.- dice acercándose a mí.
- Porque así fue.- digo enojándome.- ¿para eso quisiste que viniera? ¿ahora que hice? No entiendo porque me hablas así.- se ríe y eso me confunde más.
- Ya no son útiles.- dice.
La miro con enojo.
- Hablas de nosotras como si quisieras matar...- escucho la puerta abrirse por un fuerte golpe.
Miro hacia la puerta y entran seis hombres armados, me coloco delante de Nadia como de costumbre.
- ¿Quién carajo son ustedes?-pregunto enojada.- ¿Cómo entraron?- pregunto ansiosa.
Me sonríe, sus ojos verdosos me ven con lujuria.
- Pero si tengo enfrente a la estrella de este circo de putas.- dice con una sonrisa.- Kaleani Wagner, 24 años y es toda una zorra.- lo miro con odio.
- Suenas como uno de mis ex amantes, un poco dolido por no ser el oficial.- digo con una sonrisa.
- Kaleani por favor, cierra la boca por una vez en tu vida.-dice Nadia.
El hombre se ríe, veo como los demás hombres se mueven por la habitación, cada uno se ha colocado en una ubicación que hace imposible que huya, estoy jodida, pero si me iré de este mundo, lo haré como una ganadora, no voy a rogar.
- ¿todo listo Nadia?-le pregunta el hombre.
Miro a Nadia por encima de mi hombro y esta sonríe, me empuja al pasar por mi lado, aún estoy tratando de procesar lo que está pasando ¿me está entregando para que me maten? Pero eso no puede ser posible, me ha criado como su hija... no puede hacernos esto, veo como sus hombres se acercan a mí. Rápidamente reacciono y tomo el cenicero que se encuentra encima del escritorio, golpeo al más cercano a mí y cae al suelo, los demás retroceden, escucho aplausos, miro al que parece ser el jefe.
- Eso fue caliente pero ya me aburrí.- su sonrisa se borra y eso hace que mi corazón lata con violencia en mi pecho.
Todos me apuntan con sus armas y solo puedo suspirar mientras dejo caer el cenicero al suelo asegurándome que haga ruido.
- Nos vamos Nadia.- dice el jefe.
Miro a Nadia, me sonríe y asiente.
- No hagas esto Nadia.-digo.
- Siempre fuiste una guerrera kal, pero sabes demasiado y en este negocio, eso no es útil.- dice con normalidad.
- No tenemos tiempo, solo mátenla.- dice el hombre.
- No.- dice Nadia rápidamente.- destruyan su ego primero, ya saben que hacer.- dice antes de salir de la oficina.
El hombre de ojos verdes la sigue y abandona la oficina, veo como dos de sus hombres bajan las armas y se empiezan a quitar las chaquetas, uno de ellos me mira con odio.
- Desnúdate o no te gustara si lo hago yo.- le sonrió.
- Lo que digas cariño.- digo y me quito mi blusa.
Me quedo desnuda y veo como el primer hombre camina hacia mí, con su pantalón abierto dejando ver su bóxer negro, me quedo mirándolo fijamente y eso le enoja.
- Inclínate en el escritorio.- me ordena.
Me giro aún sonriendo y cuando lo hago mi sonrisa se borra, me inclino en el escritorio y me sujeto de este, cierro los ojos cuando siento que toca mi trasero y me molesta, muerdo mi lengua evitando gritar cuando entra en mí, sus embestidas son fuerte y pausadas, se está asegurando de que sienta cada una de ellas, me sujeto tan fuerte del escritorio que mis manos duelen.
Me gira tomándome por sorpresa y me sujeta del cuello, lo miro fijamente.
- Ni siquiera gimes, cualquier erección desaparece por eso.- dice enojado.
Me río y eso hace que se enoje más.
- No es mi culpa que tu pene sea tan pequeño que no pueda sentirlo.- al decir eso, un puñetazo golpea mi nariz haciéndome gritar.
El dolor es insoportable y trato de quitármelo de encima pero es poco probable porque tiene más fuerza que yo, aprieta con más fuerza mi cuello haciendo que mi vista se vuelva borrosa.
- Escucha esto.- empieza decir.- no vuelvas a aparecer delante de la señora Wagner de nuevo, vete del país y trata de vivir sin estorbar.- dice.
Me suelta y caigo al suelo mientras toso.
- Ese es tu regalo de parte de la benevolente señora Wagner, al parecer eras su favorita porque tus hermanas, están muertas.- dice con una sonrisa.
Lo miro y una lágrima cae por mi mejilla.
- No.- susurro.
- Felicidades, eres huérfana de nuevo.- dice.- nos vamos.- me mira y sonríe.
Lo miro fijamente asegurándome de recordar todos sus rasgos y los veo salir, cuando me quedo sola empiezo a sollozar y en pocos segundos me encuentro golpeando el suelo de la rabia y la impotencia de haber perdido a las chicas.
- ¡maldita bruja!-grito enojada.
No sé cuánto tiempo tardo en recuperarme, pero el dolor es un poco demasiado, me muevo ligeramente y veo la claridad causada por el amanecer entrar por la ventana, no causa ningún efecto en mí, me siento lentamente y toco mi nariz, me quejo molesta y me sujeto del escritorio para ponerme de pie, al hacerlo miro todo el lugar con odio y asco. Camino lentamente hacia la salida, salgo de la oficina y subo las escaleras hacia mi habitación.
Al entrar siento melancolía, puede que sea mi habitación pero puedo ver el perfume de Keysi en mi mesa de noche y eso es triste, me causa dolor. Camino hacia este y lo tomo, vuelvo a ponerlo en su lugar y me hinco en el suelo, miro debajo de mi cama y tomo mi pequeña maleta que siempre está debajo de esta por si algo sucede.
La abro y veo ropa, dinero, una pistola y un celular de repuesto. Tomo el celular y le doy al botón de encendido, espero unos segundos hasta que enciende y noto que tengo un mensaje de voz, lo pongo en mi oreja y entonces sonrió cuando escucho su voz.
- Sabes quién soy y donde estoy, donde empezó todo.- la voz de Keysi es música para mis oídos.
La grabación terminar y asiento aunque no me esté viendo.
Cierro la maleta y me levanto del suelo. Luego de media hora me encuentro totalmente vestida y limpia, aunque mi nariz este en pésimas condiciones, no está rota y esa es buena noticia, pero en estos momentos creo que cualquier cosa, cualquier daño que me hicieron me molesta más porque no terminaron, porque si vas a dañar al monstruo asegúrate de que nunca pueda recuperarse, porque vendrá por ti y no será agradable.
Salgo de la casa en la que he vivido por 18 largos años y debo decir que aunque el final sea así, fueron buenos, disfrute cada día aquí, este era mi hogar aunque ahora sea el inicio de un viaje sin retorno en el que no todos terminaremos felices o vivos.
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Comments
Monica Zuleta
está interesante vamos a ver cómo sigue 🙂
2024-02-04
1
Bosnia
uuhhj
2022-04-18
0
mariana tabares
Falta el capitulo 1 y el 31
2022-03-02
1