Miro hacia la derecha y puedo ver el amanecer, puedo ver ligeros tonos anaranjados y azules, ambos colores se unen de manera increíble permitiéndote disfrutar de la vista. Miro a mi izquierda y veo a Keysi dormir en mi hombro, tomar un autobús hasta las vegas es nuestra mejor opción aunque tengamos que durar todo un día y quince horas en el trayecto, pero me da tiempo para pensar las opciones que tengo, si estuviera sola y mis hermanas no estuvieran bien, iría por la cabeza de Nadia sin importarme los resultados y sin importarme que muera, porque solo siento enojo hacia ella, un enojo que no desaparecerá.
Al fin logramos bajar del autobús y debo decir que nunca había estado más cansada, pero un viejo dicho dice; "nunca digas nunca", y siento que quizás fue inventado para decirnos que las cosas siempre pueden volverse peores si no lo evitamos. Miro a Keysi y esta me sonríe, caminamos lejos de la parada de autobús y tomamos un taxi, debemos buscar un lugar donde descansar antes de colapsar.
Veo el mapa de las vegas desde mi celular y quizás esta es la primera vez que hago esto en mi vida, ni siquiera entiendo como pude pasar geografía en la escuela cuando no puedo decir exactamente donde estoy sin usar mi celular. Busco un pequeño motel que pase desapercibido y le decimos al taxista la dirección.
Nos bajamos del taxi y miro la entrada con confusión.
- En la recomendación decía que era el más modesto.- digo.
- Es el más modesto, estamos en las vegas.- dice.
Camino detrás de ella, entramos al hotel y caminamos hacia la recepción.
- Buenas noche, bienven...- la interrumpo.
- Una habitación doble por favor.- digo con una sonrisa.
- El precio de la habitación es....- miro a Keysi al escuchar el precio.
- Pagaré en efectivo, por dos semanas.- dice está mirándome y sacando su monedero.
La chica mira todo el dinero un poco incomoda, es raro que una persona pague tanto dinero en efectivo, para eso existen las tarjetas de crédito o débito. Nos entrega la llave de la habitación luego de registrarnos con mi nombre, no podemos usar el nombre de Keysi cuando se supone que está muerta, aunque eso signifique que acabo de decir mi ubicación y eso nunca es bueno, esta estadía debe ser corta o será peligroso.
Al entrar a la habitación suelto mi maleta y camino hacia una de las camas, me acuesto sin quitarme los zapatos y suspiro cerrando los ojos, siento como mi cama se hunde así que abro los ojos.
- ¿Qué piensas Keysi?-pregunto.
- Extraño a las chicas.- dice.- no es lo mismo ser las chicas malas sin el equipo, siento un gran vacío como si algo me faltara, no podemos...-la interrumpo.
- ¿les enviaste el mismo mensaje que a mí?-pregunto sentándome en la cama.
- Por supuesto.- dice.
- Eres muy pendeja.- digo levantándome de la cama molesta.
- ¿Qué dijiste?- pregunta confundida.
La miro enojada.
- sabes quién soy, donde estoy, donde empezó todo.- repito sus palabras.- mi vida empezó en ese orfanato, pero las chicas no recuerdan de donde fueron adoptadas y nadie nunca se los dijo.- digo.
- Mierda.- susurra.- están donde las vi por última vez ¿cierto?-pregunta.
Asiento.
- Es increíble, ni siquiera puedes dar un código.- digo quejándome.
Salgo de la habitación y siento sus pasos detrás de mí, llega a mi lado y me mira.
- Lo siento, estaba asustada, no pensé en ese momento.- me dice.
- Está bien, al menos yo si pensé.- digo molesta.- deben estar asustadas, siempre hemos estado juntas y nos separaron porque sería fácil cazarnos.- digo.
- Fue mi culpa, debí dudar.- me detengo y la miro.
- Cierra la boca, incluso yo estuve sorprendida cuando Nadia lo hizo, ninguna esperábamos eso cuando hace días estábamos disfrutando aquí juntas.- digo y vuelvo a caminar.
Media hora después, luego de haber soportado la rara mirada que nos regalo el taxista, me encuentro delante de un almacén cubierto por la oscuridad y eso me molesta.
- Entraré yo, si sucede algo debes huir.- me dice Keysi.
- No seas estúpida, la oscuridad no va a matarme después de todo lo que he pasado.- digo caminando hacia la entrada.
Saco una linterna y empiezo a alumbrar el camino, solo veo escombros y eso me asusta, tengo miedo de que mis hermanas estén ahí abajo aplastadas y no pueda hacer nada, miro hacia arriba y alumbro el techo del almacén.
- ¿de qué es este almacén?- le pregunto a Keysi.
- Creo que guardaban metales hace años y materiales de construcción, ahora esta así.- me dice.
- Es una porquería.- susurro cubriendo mi nariz y por error me la lastimo.- joder.-me quejo.
Continúo buscando y siento como la impaciencia me hace pensar en cosas estúpidas, cosas que no debería recordar, cosas negativas.
- ¡Kalsey!- grito desesperada.
Alumbro por todos lados.
- ¡Kristin!- ahora grito.
- Deja de grita, no es buena idea.- me dice Keysi.
- A la mierda las buenas ideas, ¿no entiendes? Si están muertas no quiero intentar nada, quiero rendirme.- digo bajando la linterna.
Dejo de caminar y cierro mis ojos.
Debo ser fuerte.
- Eso está mal kal, bajaste la guardia.- abro los ojos cuando escucho su voz.
Levanto la linterna y alumbro su rostro, también me doy cuenta de que puso una pistola en mi frente y ni siquiera lo note.
- Kristin.- digo con una sonrisa.
- Deja de alumbrar mi rostro, me molesta.- dice moviendo la linterna.
- ¡Kristin!-grita Keysi y veo como la abraza.
Sonrió y poco a poco mi sonrisa desaparece.
- ¿Dónde está Kalsey?-pregunto.
- Detrás de ti, estúpida.- me giro y la veo.
Tiene una venda cubriendo su frente, me acerco a ella rápidamente y la abrazo.
- Pensé que habías muerto.- me dice.
- Yo también, pero sobrevivimos.- digo dejando de abrazarla.
Keysi y Kristin se acercan a nosotras abrazándonos, terminamos en un abrazo grupal.
- Me asfixian, es suficiente.- digo.
Escucho sus risas y eso me hace sonreír.
- Matemos a esa bruja.- dice Keysi.
- Estoy de acuerdo- digo.
- Necesitamos un plan.- dice Kristin.
- Un buen plan.- dice Kalsey.
Un buen plan... que nos permita a todas sobrevivir.
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