Capítulo 5

Aarón

Enojado y ciego de la ira por oír hablar mal a esa mujer de mí madre no lo soporté y le grité furioso a mí padre..

_ ¡A ESTO LE LLAMAS MUJER!._ le grito mientras la señalo con el dedo._ A una persona que no le importo revolcarse con un hombre que tenía esposa e hijos._ le digo mientras los veo furioso.

_ ¡A TÚ HERMANO NO LO METAS EN ESTO!..¡ESTÚPIDO!._ me grita mi padre enojado mientras le da un golpe con el puño a la mesa que tiene a lado, tirando varias cosas al piso.

_ Tienes razón...él menos que nadie tiene la culpa..pero..y ¿qué pasa con mí madre?._ le pregunto esperando su respuesta.

_ Tú madre está, donde tiene que estar la gente cobarde como ella...tres metros bajo tierra._ esperaba una respuesta o tal vez una excusa, pero nunca en mí vida me imaginé, que de la boca de mí padre, el señor que tanto decía amar a su esposa, saldrían estas crueles palabras.

Sentía unas ganas inmensas de golpear al hombre que tenía enfrente de mí, pero como se trataba de mí progenitor me contuve.

Salí corriendo de ahí decepcionado rumbo a mí habitación cuando escucho la voz chillona de esa mujer.

_ Ahora va a llorar el niño de mamá..jajaja._ se burla y ríe a carcajadas como una maldita guacamaya.

Entro a mi habitación y cierro la puerta de un fuerte azote haciendo que los vidrios de la ventana tiemblen por el impacto.

_ ¡Maldita sea!..no veo el maldito día que llegué a la mayoría de edad y así largarme de esta maldita casa._ pienso mientras golpeó el viejo saco de box que se encuentra colgado en una esquina de mí habitación y así sacar toda esta frustración y coraje que siento.

No se cuanto tiempo pasé golpeando el saco, hasta que ví pequeñas gotas de mí sangre impregnada en el.

Al ver mis manos me di cuenta de lo lastimados que tenía mis nudillos que ya habían empezado a sangrar.

Me detuve y pensé en limpiarlos con un poco de algodón, pero como en mi habitación no tengo baño, mucho menos un botiquín de primeros auxilios.

Tendría que salir y buscarlo en el baño junto al corredor y en este momento lo último que quería era salir y encontrarme con esas dos personas otra vez.

Después de haber limpiado la sangre con una camiseta vieja, encendí la pantalla de mi celular y miré que ya pasaba de medianoche, así que decidí salir para darme un baño.

Tome mis cosas y me dirigí hacia el baño no sin antes primero cerciorarse que no se encontraban por ahí.

Al ver que no estaban me encamine al baño y entre a la ducha, ahí me estuve bastante tiempo bajo el chorro de agua fría.

Después de varios minutos salí y estaba por ponerme la ropa cuando miré una tela blanca que salía del bolsillo de mí pantalón que minutos antes me había quitado.

_ ¡Demonios!..prometí regresarlo._ exclamo enfadado al ver de lo que se trataba.

Tomé el pañuelo junto con mis cosas y regresé a mí habitación dispuesto a dormir, ya mañana será otro día y pensaré bien que hacer con este pañuelo, si lo regreso a su dueño o si simplemente lo tira a la basura.

_ ¡Joder..que maldita calor parece que estoy en el infierno!._ exclamo aunque esto último realmente siento que es verdad.

Me quito la parte de arriba de la pijama quedando solamente con la parte inferior y la lanzo a un costado de la cama dispuesto a dormir cuando tocan suavemente a mí puerta.

Escuché el sonido pero no hice caso y me acomode en la cama cerrando los ojos pero la persona del otro lado era tan insistente que no tuve más remedio que levantarme.