TE QUIERO

Damián no tardó en volver, parecía agitado. Como si hubiera corrido rápidamente detrás de mí.

—Por favor, lo siento. Juro que te voy a compensar por esto. Soy un imbécil.

—No le diré nada a Jason, solo déjame en paz.

Entramos al departamento y puse cara de que nada había pasado.

Dos mujeres bastante folclóricas estaban sentadas en la sala, alegando con Leo, Jorge y Jason.

—¿Qué pasa? —pregunté.

—Nada, ve a tu habitación y no salgas —gritó Jason.

—¿Quién esta niña tan mona? —preguntó una de las señoras mientras fumaba un cigarrillo.

—Nadie —respondió Jason.

—¿Es mayor de edad? Con un par de cirugías podría convertirse en la estrella del club de mi hermano —dijo la otra señora.

—Qué te largues —gritó Jason.

Obedecí y me fui a encerrar, Jason gritaba más fuerte que mamá. Realmente nunca pensé que él me fuera a tratar peor que basura.

No podía escuchar nada más que risas vulgares provenientes de las señoras.

Tomé mi celular y encendí la musica para evitar escuchar una conversación que no me importaba.

Cuándo escuche silencio total, salí con sigilo, tratando de no hacer ruido. No había nadie, estaba completamente sola.

Me senté en la sala, pensando en si podía estar ahí o no. Minutos más tarde Jason me envío un texto diciendo que había salido a trabajar.

Ya tenía la seguridad de que no volverían en un buen rato, y como no había desayunado me preparé algo.

No había mucho que hacer, sentí curiosidad de conocer un poco más a Leo. Sabía que lo que hacía era una violación a la privacidad, husmear a hurtadillas.

Pero no había nadie, así que entré a su habitación. Esta era cálida y tierna, había una cuna junto a su cama, ositos de peluche en su tocador y muchas cosas de Lucas. Parecía que la habitación de Leo era más de Lucas que de él.

Me dio ternura saber que era un buen padre.

Seguí husmeando con cuidado de no romper nada.

Adentro de un cajón me encontré con una foto de Leo y una mujer muy bonita, ambos eataban abrazados y sonreían con alegría.

Imaginé que era la mamá de Lucas, el bebé tiene sus ojos.

También habían cartas de amor y la placa de un ultrasonido.

No podía sentir celos, cuando ellos vivieron su romance, yo no lo conocía en esos momentos.

Abrí el cajón de abajo, pero me llevé una sorpresa bastante desagradable.

Adentro habían dos tiras largas de condones, tres miembros que vibraban y una agenda llena de números de mujeres. <<¿Qué esto?>>, pensé mientras cerraba de golpe aquel cajón. Sali desconcertada de su habitación.

Volví a la mía y escudriñé en los cajones de mi hermano, sobre todo el que me dijo que estaba prohibido tocar. Bien dicen que, el que busca encuentra. Y yo encontré lo que buscaba, Jason también tenía varias docenas de condones, películas pornográficas y vibradores.

Me dio mucho asco imaginar a cuántas mujeres habían tocado esos pedazos de plástico.

¿Qué significaba eso? ¿A caso vendían condones en el club dónde trabajaban? ¿Esa era la verdad qué me ocultaba Jason? No podía saberlo, si preguntaba me delataria al instante.

Esperé a su regreso, llena de preguntas e incertidumbre.

Primero llegó Jorge, solp dijo hola al entrar y corrió al baño.

Cinco minutos después regresó Leo, venía solo, sin Lucas.

—¿Qué pasó? —pregunté.

—Nada, ¿por qué?

—¿Por qué se fueron todos? ¿Quiénes eran esas mujeres?

—Nuestras jefa —respondió sin mirarme, tratando de cubrir su cuello.

—¿Qué es eso? ¿Qué escondes?

—Nada, Lees. Me voy a mi habitación.

—Espera un segundo —lo jale del brazo y descubrí cuatro chupetones gigantes en su cuello—¿Qué es eso?

—Estaba trabajando.

—¿De qué? ¿Vendiendo condones? ¿O los pruebas antes de vemderlos?

—Lo siento, hermosa. A esto me dedico.

—No entiendo —grité furiosa.

—¿Qué ocurre aquí? —preguntó Jason cuando entró.

—Nada —respondió Leo, se dio la vuelta y se dirigió a su habitación.

—¿Tú también pruebas los condones antes de venderlos? —le pregunté a mi hermano después de notar las mismas marcaa en su cuello.

—¿Qué dices? Vamos a la habitación —me arrastró del brazo a su habitación.

—¿Qué te ocurre? ¿Por qué me tratas así? Solo quiero saber la verdad.

—Supongo que tienes razón, aquí vives ahora y tarde o temprano tienes que saberlo. Nosotros nos dedicamos a dormir con mujeres por dinero. En este momento venimos de una despedida de soltera, las mujeres que atendimos eran bastante agresivas. No quería que lo supieras porque eres una niña y no tienes la edad para saber de estas cosas.

—No soy una niña, tú no sabes nada acerca de mí. Sé más de lo que imaginas.

—¿Ya no eres virgen?

—No es de tu incumbencia.

—¿Quién fue? Juro que lo mataré.

—¡Cálmate! Ni siquiera lo conoces, y no creo que quieras viajar hasta Monterrey para que lo mates.

—¿Fue Roberto? Si fue ese maldito juro que lo mataré a golpes. ¿Por eso huiste de casa?

—No, no fue Roberto.

—Lo siento, debí estar más al pendiente de ti—me abrazó y besó mi frente.

—No importa, solo quería saber que hacías. Jamás imaginé esto, pero yo no soy nadie para juzgarte.

—Me voy a bañar, si quieres podemos salir a cenar algo.

—Sí.

Aguanté lo más que pude para evitar derramar lágrimas, estaba muy decepcionada de Leo. Lo hubiera pensado dos veces antes de dar mi corazón a un prostituto. Ya no había vuelta atrás, lo amaba y me dolía mucho saberlo después de dormir con él.

No podía reclamar nada frente a todos, así que le envíe un texto para hacerle saber mi decepción:

Less_20:18

¿Por qué no me dijiste nada? Ya sé la verdad, eres un desgraciado.

Leo_20:20

No quería mentir, te dije que era un mal hombre. Si te lo hubiera dicho jamás pondrías tus ojos en un desgraciado como yo.

Less_20:22

Eso no lo sé, tal vez lo hubiera hecho si habrías sido sincero.

Leo_20:25

Un hombre como yo no merece a una niña como tú.

Less_20:28

No soy una niña, no olvides lo que pasó anoche.

Leo_20:35

Anoche fue una de las mejores cosas que ne ha pasado en la vida, es verdad que me acuesto con otras por dinero. Pero a ti te hice el amor, y a ellas solo les doy lo que me piden.

Less_20:38

No me convences, siempre hay otra opción.

Leo_20:40

La única opción que tengo es perderme entre tus brazos para sentir paz. Te quiero, Less…

Jason volvió a la habitación, enseguida escondí el teléfono de inmediato y fingí que estaba leyendo un libro de arquitectura.

—¿Desde cuándo se leen los libros al revés? —preguntó sonriendo.

—Estaba viendo las imágenes —dije avergonzada.

—¿Qué te apetece cenar? —preguntó mientras terminaba de secar su cabello.

—Una hamburguesa.

—Nada más termino de vestirme y vamos.

—Ok.

Jason terminó de arreglarse y ambos salimos de la habitación.

—¿A dónde van? —preguntó Jason.

—Vamos a la fiesta de Cecilia —respondió Jorge.

—¿Tú no vas a ir? —preguntó Damián.

—No, esta noche voy a salir con mi hermana a cenar y después vamos a ver películas —respondió Jason.

—No te preguntaba a ti, si no a Less.

—¿Por qué Less iría a una fiesta contigo? —preguntó Leo.

—En la mañana, cuando fuimos a la tienda Paty la invitó.

—Tu amiga Paty me cayó muy mal, así que no pienso ir —dije con seriedad.

No se me olvidaba lo que me hizo el cretino. Y no quería que volviera a usarme como novia postiza.

—¿Por qué no vamos todos? —propuso Jorge.

—Ni loco pienso llevar a mi hermana a un lugar así.

—Yo tampoco quiero ir—dijo Leo.

—Parece que son unos viejos amargados. Si no quieren ir entonces no vayan, yo no le ruego a nadie —dijo Jorge.

—¿Y si prometo cuidar bien de Lees la dejarías ir? —insistió Damián.

—¿Por qué quieres llevar a mi hermana? ¿Te gusta? Ella está prohibida para ustedes.

—¡Cálmate, viejo! No es eso, ya sabes que no me gusta ir solo a las fiestas y pensé que sería buena idea llevar a Less para que se distraiga un rato.

—No vas solo, Jorge va contigo. Puedes tomarlo de la mano y bailar con él, no quiero volver a escuchar que te interesa llevar a tus fiestas a mi hermana porque te rompo la cara, y eso va para todos. Ella está prohibida.

Jason me tomó del brazo y salimos del departamento, directo hacia unas deliciosas hamburguesas.

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Comments

Ale Must

Ale Must

realmente se puede ser tan estúpido en la vida. por Dios yo llegué virgen a los 21 años pero tenía cerebro. si ella hubiese estado en un convento podría entenderla pero tu eras virgen no ciega ni sorda

2022-09-28

0

Ale Must

Ale Must

tu tienes 17 años. no tienes 5.

2022-09-28

0

Corina Galantti

Corina Galantti

son todos unos gigoló

2022-03-01

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