...NARRADOR...
En una de las oficinas de la empresa Rossi, se escuchaba desde afuera como una mujer gemía de placer. Daniel el presidente de la empresa Rossi estaba teniendo sexo con su secretaria aunque eran pocos en aquel piso aun estaba la vicepresidencia y su secretaria que se la veía avergonzada por lo que tenia que escuchar.
Media hora más tarde los gemidos cesaron. Dentro de la oficina Frida se acomodaba la ropa mientras su jefe la observaba.
— Jefe, ¿necesita algo más? — esta tenía una sonrisa de santificación.
—¡No! puedes retirarte— la amante estaba por retirarse cuando esta dijo— Si viene Julieta dile que no puedo atenderla, estoy ocupado. — Este terminó de acomodarse los pantalones luego de que se fuera la mujer.
Daniel llamaba a Frida cada vez que estaba estresado era una forma de relajarse. No sentía nada por esa simple mujer, la utilizaba simplemente para sacarse su estrés.
Y que se puede decir de Julieta, tampoco la amaba pero creí que de esa forma le causaba dolor a su esposa. Nunca le prometió a su “novia” como la llamaba para hacer enfurecer a Victoria, fidelidad, no le fue fiel a su mujer que era la luz de sus ojos ja, le iba a ser fiel a la mujer que solo utilizaba por estatus social, solo le servía cuando había cenas y fiestas importante que debía ir a representar a la empresa y ya.
Acaba de sentarse frente a su escritorio cuando de repente la puerta de la oficina fue abierta de un golpe. Por ella apareció un Brandon bastante cabreado.
— ¿Quién carajos eres? — Ya no conocía para nada a ese amigo suyo.
— ¿De qué hablas?— No le dio mucha importancia, y agarró los papeles que su secretaria le trajo antes de tirársela.
— Hace un rato llegue por la reunión que tenemos, y me llevó la sorpresa que se escuchaban los gemidos de tu secretaria y salían de aquí adentro.— Estaba enojado con su amigo, no entendía este comportamiento de su amigo— Te recuerdo que tienes una esposa, no la quieres perfecto dale el divorcio, ah y no nos olvidemos que tienes una novia que “quieres” o eso es lo que dices y vendes.
— Tu lo dijiste tengo una esposa y si no le soy fiel a ella, ¿Tu crees que le seré fiel a Julieta?— Comenzó a reírse como un maniático.
Brandon ya no hallaba a su amigo, si él quería tener esa actitud bien pero no sería parte de ello, salió de la oficina golpeándola como cuando entró. Ya no era la persona que él conoció estaba tan cambiado, que paso exactamente para que el adoptará estas actitudes no lo sabe.
Salió de la empresa y se fue en su auto, en el camino vio a Victoria en un taxi. No sabe porque pero algo decía que debía seguirla, necesitaba hablar con ella. Unos minutos más tarde se encontraba estacionado en el aeropuerto, siguiendo a la esposa de su amigo como si fuera un acosador.
Victoria al notar que alguien la seguía se dio la vuelta encontrándose de frente con Brandon.
—¿Por qué me sigues?— Estaba confundida y como no estarlo si el amigo de tu ex te sigue.
—¿Me creerías si te digo, que es una casualidad?— No sabía en realidad porque la había seguido.
Victoria no lo miró fijamente unos segundos, no era tonta sabía que la estaba siguiendo. Decidió no decir nada y siguió caminando, Brandon se le unió.
—¿A dónde vas? — Seguramente no se lo diría pero por alguna razón la curiosidad le picó.
— No quiero ser maleducada, pero eso a ti no te interesa. — No quería que su marido supiera que había salido del país.
—Si te preocupa no pienso decirle a Daniel. — Y era verdad, ya su amistad estaba arruinada.
Victoria ignoró por completo al sujeto al lado suyo, y se sentó en la sala de espera para abordar el avión. Brandon se sentó a su lado en silencio.
El padre y hermano de Vito no la acompañaron porque así lo deseo ella, no se sentía preparada para irse y temía que si la acompañarán fuera a dar marcha atrás. Y Anna estaba trabajando y no podía acompañarla aunque quisiera.
Desde los parlantes salió una voz llamando para abordar el vuelo, que llevaría a Victoria junto a sus hijos.
Brandon que seguía en silencio vio cómo se iba perdiendo la figura de la mujer a través de una puerta.
...Narra Victoria...
Ya estoy arriba del avión, los nervios me invaden por dentro, con ellos llega la angustia y el terror, sensación que recorren mi cuerpo sin poder hacer nada. Esas sensaciones se mezclan con la felicidad y el enorme anhelo de ver a mis bebés y por fin después de tanto tiempo abrazarlos.
El terror que siento no es por el vuelo, si no que en el momento de ver a mis hijos estos me rechacen por haber estado lejos de ellos.
Hoy dejo atrás mi pasado, ese pasado que me rompió el alma en mil pedazos y lo hace llorar todavía. Lo dejó atrás para comenzar desde cero, en busca de una esperanza de poder vivir sin ser juzgada por un acto del que no fui culpable.
Me he puesto unas metas antes de embarcar este viaje. La primera es buscar un trabajo para poder mantenerme y mantener a los niños. La segunda es inscribirme en la carrera que abandone por seguir al amor.
Mientras mi cabeza ordenaba y se acomodaba mis pensamientos, las horas se pasaron sin darme cuenta hasta que nos avisan que debemos colocarnos el cinturón de seguridad porque ya vamos a aterrizar.
Fueron dos horas y media de vuelo que se me pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Tomó mi equipaje y salgo de allí, al salir él está ahí esperándome y a cada lado tiene a un niño agarrado de su mano.
Tire mi equipaje y corrí hacia ellos.
Por fin puedo conocerlos.
Mi mejor amigo está aquí con su pareja y mis bebés. Me agaché frente a ellos y los abracé. Y esas lágrimas que no quería que salieran, no se hicieron esperar, mi rostro estaba lleno de ellas, y eran de facilidad.
— Victoria — oigo decir a mi amigo, pero se oye como si estuviera lejos. — déjalo respirar, lo está apretando muy fuerte.
Solté a mis niños de mis brazos y me levanté. Me acerque a mi amigo y lo abrace, le debía mucho.
Gracias a él hizo que mis hijos crecieran en libertad y no encerrados juntos a su madre.
—Deberíamos irnos— me dice
Doy la vuelta para volver por el equipaje que tire apenas los vi, es hora de conocer el departamento que alquilo mi amigo para mi estadía aquí. Él me ofreció quedarme en su casa, pero decliné su oferta, sentía que estaba invadiendo su espacio y mis hijos aun no me conocen no quiero abrumarlo con mi aparición. Deseaba darles su espacio y que de a poco nos vayamos conociendo y para lograr ser esa familia que deseo que seamos y que ellos me acepten sin imponerlo.
Llegamos al edificio donde se encuentra el departamento que va ser mi nuevo hogar por ahora, el edificio cuenta con dieciséis pisos y hay cuatro departamentos por piso. Mi departamento se encuentra en el cuarto piso.
En la entrada del edificio ya se encontraba la mujer que me iba a entregar las llaves del departamento. Carlos y mi amigo me acompañan mientras que Javier que es la pareja se queda en vehículo con mis hijos.
— Bienvenida señorita Campos. — Denis era la mujer de la inmobiliaria.
— Gracias señora Denis, llamame Victoria. — le pedí con una de esa sonrisa.
— Bien Victoria, aquí tienes la llaves, espero que sea de su agrado el departamento su amigo lo ha visto con anterioridad y dijo que de todos los que lo que llevado a ver este le parecía el más adecuado para usted. — me extendió la llaves
— Si Carlos le pareció adecuado entonces debería serlo— sonreí agarrando las llaves— ¿Quiere pasar?— dije por amabilidad, no conocía a muchas personas aquí y era bueno empezar a socializar.
— Me encantaría, pero ya voy tarde para mostrar otras propiedades. Pero vendré en unos días para ver como va todo por aquí.— con aquellas palabras se retiró y dejándonos a Carlos a mi solos.
Nos pusimos en marcha e ingresamos al edificio y fuimos a los ascensores para subir a mi piso. Ya en el departamento, Carlo me mostró todo y al terminar se despidió diciéndome que vendría a buscarme al día siguiente para que comenzara compartir tiempo con los pequeños.
Mi nuevo hogar era chico, pero muy como, contaba con una cocina separada del comedor. En el comedor había una mesa con seis sillas, un mueble con el televisor, un aire acondicionado. La pieza contaba con una cama de dos plazas, dos mesitas de noche y un enorme placard de pared con puertas corredizas de espejo. El baño, era pequeño con un enorme espejo colgado en la pared y debajo de esta estaba el lavamanos, contaba también con una bañera que en ese momento la veía peligrosa ya que me había caído en una de ellas una vez, haciéndome daño las rodillas. También había un balcón que me permitía ver un hermoso paisaje.
Voy a sacar y acomodar la ropa en el placard, por suerte Carlos pudo conseguirme un apartamento amueblado sí no sería todo una odisea los primeros días aquí. Una hora más tarde ya estaba toda mi ropa ordenada y guardada, era tiempo de escribirle a mi padre y Anna para avisarle que ya había llegado y estaba en casa.
Mensaje:
Para: Papá
Papá, estoy ya instalada en mi nuevo hogar. También quiero contarte que mis niños estuvieron en el aeropuerto con Carlos y Javier esperándome. Estoy realmente feliz. Cuando pueda le mandaré algunas fotos y me gustaría un día hacer una videollamada con ustedes, los amos.
Ahora es escribirle a Anna.
Mensaje:
Para: Anna
Anna, estoy feliz. Hoy vi a mis hijos. Me encuentro en el departamento, en este momento estoy muy cansada, pero tengo miedo de dormirme y que todo sea un sueño. En estos días estaremos haciéndonos una videollamada, y espero que muy pronto tomes un avión y vengas a visitarme. Te quiero.
Bueno, ya no tengo a nadie más que escribirle, porque seguro papá le dice a Lolo. Ya mañana cuando no sea tan tarde le escribiré para que no se sienta excluido.
Estoy feliz y completa con mis niños, ya quiero que podamos convivir y disfrutar cada momento con ellos. Fueron cuatros años lejos de ellos y ahora no puedo venir a interrumpir su vida de nada, será poquito a poquito que entre en sus vidas.
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Updated 63 Episodes
Comments
Damharys Segovia
que perro 🐕🐕
2024-01-26
3
Evelyn Leal
Al menos Brando ya sabe donde fue y podrá localizarla después.
2023-12-16
3
Elvira Fretes
mmm creo que Brando siente algo por Victoria, Daniel está destruyendo su vida
2023-11-19
1