Lunes en la mañana, Emily se acomodó en su coche y comenzó a conducir hacia su trabajo, su mente aún divagando en los eventos de la noche anterior. La sorpresa de encontrar a Luca Bianchi frente a su puerta y la forma en que él la había estudiado y provocado todavía estaban frescos en su mente. Nunca había imaginado que el jefe de la familia Bianchi llegaría hasta su casa de esa manera, y su presencia carismática y peligrosa aún le causaba algo de inquietud.
Mientras Emily conducía hacia su trabajo, Luca regresaba a su propia mansión, sus pensamientos aún enfocados en la enigmática y valiente Emily. A pesar de la forma en que ella lo humilló y lo desarmó, no podía negar que encontraba su audacia y franqueza refrescantes.
Al llegar a su hogar, se dirigió directamente a su oficina, aún pensativo. Sabía que debía ocuparse de asuntos de negocios y concentrarse en su imperio mafioso, pero una parte de él no podía sacarse a Emily de la cabeza.
Entró en su oficina y se sentó tras su escritorio, con la mirada fija en la nada mientras repasaba los eventos de la noche anterior. Sus pensamientos seguían volviendo una y otra vez a ella, a sus ojos inteligentes y determinados, a su valentía al enfrentarse a él y atarlo a una silla.
No podía recordar cuándo era la última vez que había sido tratado de esa manera, y debía admitir que la experiencia había sido extrañamente estimulante.
Sacudió la cabeza, intentando sacarse esos pensamientos de la mente. Tenía responsabilidades y asuntos más importantes de los que preocuparse. Estaba a punto de volver su atención hacia los documentos en su escritorio, cuando su teléfono sonó con un zumbido.
Miró la pantalla y vio un mensaje de su segundo al mando, Matteo. Lo leyó rápidamente y una sonrisa amarga apareció en sus labios. Otra crisis de negocios que debía manejar. Con un suspiro, se frotó las sienes.
-De vuelta a la realidad-, se dijo a sí mismo, dejando de lado momentáneamente sus pensamientos sobre Emily. Había trabajo que hacer, y no podía permitirse distraerse por una mujer.
en el calabozo de la mansion -amigo aqui tenemos al topo-
Matteo y Luca entraron al calabozo con paso firme, sus rostros mostrando una determinación peligrosa. Dentro de la celda, el topo estaba encadenado a la pared, mirándolos con temor y desesperación en sus ojos.
-Hora de sacar información-, gruñó Matteo, acercándose al prisionero con una sonrisa siniestra en sus labios.
Luca se apoyó contra la pared, observando la escena con atención.
-Este desgraciado ha estado suministrando información a nuestros rivales-, dijo Matteo entre dientes, agarrando el rostro del topo y obligándolo a mirarlo. El topo se sacudía y gemía de dolor, intentando liberarse de su agarre.
Luca cruzó los brazos y se acercó un paso hacia adelante, con su mirada amenazante fija en el topo. -Necesitamos saber quién más está involucrado-, dijo con voz fría y amenazante. -Y no te conviene guardar silencio-.
El topo intentó negarse, pero el dolor que sentía de la mano de Matteo era abrumador. -No sé nada, lo juro...-, gimió él, con lágrimas en los ojos.
Luca se inclinó hacia adelante, acercando su rostro al del topo. -No nos tome por estúpidos-, dijo con tono amenazante. -Sé que sabes más de lo que dices. Y si no cooperas, las cosas no irán bien para ti-.
El topo comenzó a hiperventilarse por el miedo, su pecho subía y bajaba rápidamente mientras sollozaba. -Por favor, no me lastimen-, suplicó él, claramente desesperado. -H-haré lo que quieran, sólo no me lastimen...-.
La sonrisa de Matteo se ensanchó al oír eso. -Eso es más como me gusta-, dijo con sadismo en su voz. -Ahora, empieza a hablar-
El topo comenzó a dar información, revelando detalles cruciales sobre la red de espionaje que había estado trabajando con los rivales de Luca y Matteo. Ellos escucharon cada palabra con atención, anotando mentalmente cada detalle importante.
Luca observó con satisfacción como el topo se desmoronaba, su resistencia finalmente se rompió ante la amenaza de la violencia. -Ves lo que pasa cuando cooperas?- dijo con crueldad, dando unas palmaditas en el hombro del topo.
El topo asintió frenéticamente, con lágrimas aún en los ojos.-Sí, sí... haré cualquier cosa, lo juro-, gimoteó él, completamente aterrorizado.
Matteo y Luca intercambiaron una mirada de satisfacción. -Muy bien-, dijo Luca, con una sonrisa fría aún en los labios. -Tal vez puedas ser útil después de todo...-.
Mientras el topo seguía hablando, Luca y Matteo continuaron sacando información de él, asegurándose de tener todos los detalles clave de la red de espionaje. Cada palabra salía de los labios del topo con desesperación, como si temiera lo peor si se callaba.
Luca observaba con atención, cada detalle que salía de la boca del topo se grababa en su mente, preparando el próximo movimiento en su guerra contra sus rivales.
Tras un tiempo, el topo ya no tenía más información que dar. Su cuerpo estaba agobiado y exhausto, y apenas tenía fuerza para hablar.
Luca se apartó del prisionero y miró a Matteo. -Ya es suficiente por ahora- dijo, con voz firme. -Deja que este desgraciado descanse un poco. Necesita recuperar algo de energía para otra ronda de interrogatorios-.
Matteo asintió con comprensión. -Claro, jefe. Lo dejaré reposar por ahora-, respondió él, soltando al topo y empujándolo contra la pared con brutalidad.
Luca sacudió la cabeza mientras observaba la escena. Nunca dejaba de impresionarlo la facilidad con la que su mano derecha podía pasar de ser un compañero frío y leal a un monstruo despiadado en cuestión de segundos.
-Bien, ahora que tenemos la información que necesitábamos, es hora de formular un plan-, reflexionó Luca.
Se alejó del calabozo y empezó a caminar hacia la oficina, con Matteo siguiendo detrás de él. Una vez dentro de la habitación, cerro la puerta y se sentó tras su escritorio, sumido en sus pensamientos.
Matteo se sentó en una de las sillas frente al escritorio, sin decir palabra. Sabía que ahora tocaba a Luca elaborar un plan para atacar a sus rivales, y le dio toda su atención a su jefe.
Luca se tomó unos momentos para ordenar todos los datos que había obtenidos del topo, analizando cada pequeño detalle. Su mente funcionaba en exceso, analizando todas las piezas del rompecabezas.
Después de un par de minutos, rompió el silencio y se volvió hacia Matteo. -Creo que ya tengo un plan-, dijo con tono resuelto. -Y necesito que tú lo ejecutes perfectamente-.
Matteo asintió, listo para escuchar las instrucciones de Luca. -Claro, jefe-, respondió él, su mirada fija en su jefe. ----Cualquier cosa que necesites, sabes que puedo hacerlo-
Luca se reclinó en su asiento, con la mirada fija en Matteo. -Esta operación requerirá cuidado y discreción-, dijo con voz seria. -Necesitamos ser precisos y eficaces, sin dejar rastro de evidencia que nos pueda ligar a nosotros-.
Matteo asintió nuevamente, completamente concentrado en las palabras de Luca. -Entendido, jefe, la discreción es clave-, respondió él, con la determinación clara en sus ojos. -Haré lo que sea necesario para mantener limpio el trabajo, no dejaré ningún cabo suelto-.
en otro lado en la tarde -enserio emily? un mafioso y tu hiciste eso?-
Emily soltó un suspiro mientras se desplomaba en un sofá en la sala de estar de su casa. Su amiga Sophia estaba sentada a su lado, con una expresión preocupada en el rostro.
-Lo sé, lo sé, fue una mala idea-, admitió Emily, frotándose las sienes. -Pero él era tan... dominante y atractivo...-.
Sophia le dio una mirada comprensiva pero algo molesta. -Emily, cariño, él es un mafioso-, dijo, con la voz llena de preocupación. - ¿Qué demonios estaba pensando?-
-lose, crees que no lo se, lo ate y luego lo saque de casa y le cerre la puerta en la cara-
Sophia soltó una carcajada ante la confesión de su amiga. -Joder, eso es algo que no me esperaba de ti-, dijo, sacudiendo la cabeza con divertida impresión. -No pensé que tuvieras las agallas para enfrentarte a un tipo como Luca Bianchi de esa manera-.
Emily sonrió débilmente, aunque aún estaba visiblemente preocupada por lo que había pasado. -No fue fácil, te lo aseguro-, admitió ella. -Pero de verdad era un imbécil engreído-.
Sophia le dio una mirada divertida. -Oh, no me digas que te volvió loca con su confianza arrogante-, dijo, con tono juguetón. -Ya sabes cómo son ese tipo de tipos. Todo misterio y peligro, pero al final son solo un montón de mierda-.
Emily se rio suavemente ante el comentario de su amiga. -Bueno, al menos lo manejé a mi manera-, dijo ella en tono desafiante. -Lo até, lo saqué de casa y lo dejé allí parado, sorprendido como un idiota-.
Sophia soltó una carcajada y le dio una palmada en el brazo a su amiga. -Eres una salvaje, ¿lo sabes?-, dijo, todavía riéndose. -No puedo creer que realmente amarraras a un mafioso y le dieras una patada en el culo-.
-no quiero que ningun hombre me vuelva a maltratar como Tomas-
La sonrisa de Sophia se desvaneció. Recordaba muy bien el infierno que Emily había pasado en su anterior relación.
-Lo sé, cariño-, dijo suavemente, colocando una mano tranquilizadora en su brazo. -Lo sé, y sé que ya no quieres volver a pasar por algo así nunca más. Pero ¿Luca Bianchi? En serio, Emily, ¿en qué demonios estabas pensando?-.
-ya lo dije, estoy loca pero no dejare que nadie vuelva a maltratarme y si vuelve a buscarme le pateare el trasero, gracias a que me acosejaste a inscribirme en defensa personal-
Sophia sonrió con orgullo y alivio ante las palabras de Emily. -Estoy orgullosa de ti, sabes-, dijo, acariciando su brazo. -Te ves mucho más fuerte y segura de ti misma desde que empezaste con eso de la defensa personal. Me alegra ver que ya no te dejas pisotear por ningún tarado-.
Emily sonrió, agradecida por la aprobación de su amiga. -Sí, realmente me ha cambiado la vida-, concordó ella. -Siento que ahora puedo defenderme sola y no necesito a nadie para protegerme. Además, golpear a tipos engreídos como Luca Bianchi es extra gratificante-.
Sophia soltó una carcajada ante el tono vengativo de Emily. -Vaya, ahora eres toda una mujer feroz-, dijo con un toque de admiración. -No me extraña que te guste darle una lección a tipos engreídos como Luca. Aunque, debo admitirlo, su mirada arrogante es bastante atractiva...-
-aunque... no le agradeci por la noche en que nos salvo, por cierto habias llegado bien-
Sophia se aclaró la garganta, recordando la noche en que Luca había ayudado a Emily a llegar a casa a salvo. -Sí, es cierto-, admitió ella con tono reflexivo. -Creo que deberías considerar enviarle un mensaje de agradecimiento. Sé que es un mafioso y todo eso, pero al final del día, lo que hizo fue algo bueno-
-le agradecere si es que lo vuelvo a ver-
Sophia asintió comprensivamente, aunque con cierta preocupación.-Supongo que tiene sentido-, dijo, con un leve suspiro. -Sólo te pido una cosa, ¿vale?-.
Emily la miró con curiosidad, preguntándose cuál sería el pedido de su amiga.
-Sólo prométeme que tendrás cuidado- dijo Sophia, con expresión seria.-Luca Bianchi no es una persona cualquiera. Es peligroso y poderoso. Sé lo que pasó con Tomas y no quiero que termines en otra situación similar, ¿okey?-.
Emily asintió, comprendiendo perfectamente la preocupación de su amiga. -Te lo prometo-, dijo con decisión. ---------Tendré cuidado. No voy a ponerme al alcance de Luca ni de ningún otro idiota engreído, te lo juro-.
Sophia suspiró nuevamente, sintiéndose un poco más tranquila con la promesa de su amiga. -Bien, eso me deja más tranquila-, dijo, poniendo una mano en el hombro de Emily. -Pero recuerda, si ocurre algo raro o no estás segura, ven y dímelo inmediatamente. ¿Entendido?-.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 21 Episodes
Comments