Justo cuando Emily y Sophia estaban saliendo del bar, una banda de matones salió de un callejón cercano. Eran un grupo de hombres corpulentos con caras amenazadoras y miradas de depredador. Uno de ellos se acercó a las dos chicas y les cortó el paso.
-Miren lo que tenemos aquí, chicos,-gruñó el hombre, señalando a Emily y Sophia. -Un par de chicas lindas y solitarias a esta hora de la noche-.
alejate- replico emily
El matón se rio con crueldad ante la orden de Emily. -Oh, mira cómo se hace la dura-, dijo, y se volvió hacia sus compañeros con una sonrisa burlona. -Creo que alguien necesita que le enseñen quién está al mando aquí-.
Los otros matones se acercaron amenazadoramente, rodeando a Emily y Sophia por todos lados. La situación se estaba volviendo peligrosa rápidamente. Emily intentó mantener la calma, pero sentía cómo el miedo se apoderaba de ella a medida que el grupo de hombres se aproximaba más.
-que creen que hacen- dijo una voz masculina grave
En ese momento, un hombre alto y robusto salió de las sombras una mascara. se colocó entre Emily y los matones. Su voz grave y autoritaria cortó el aire, y los matones se detuvieron en seco
El hombre se plantó frente a los matones, con los brazos cruzados y una mirada amenazante.
-Creo que deberías mantener tus manos alejadas de estas dos damas,- gruñó con tono amenazador.
Los matones parecían sorprendidos por la autoridad y presencia del hombre. Retrocedieron un paso, claramente sorprendidos por su intervención. El cabecilla de los matones se volvió hacia el recién llegado, intentando aparentar confianza.
-Esto no es asunto tuyo, viejo. Estas chicas son nuestra presa ahora,- dijo con una sonrisa arrogante.
Justo cuando los matones pensaban que tenían la ventaja, un grupo de guardias de seguridad apareció desde diferentes direcciones y los rodearon por completo. Eran hombres grandes y bien entrenados, con uniforme y armas a la vista. El cabecilla de los matones intentó hacer un último intento.
-¡Qué demonios! ¿Qué pasa aquí?- exclamó con incredulidad.
El guardia más cercano dio un paso hacia adelante y habló con firmeza. -acaso no sabes quien es nuestro jefe-
Los matones se miraron entre sí, cada vez más nerviosos y confusos. Uno de ellos se atrevió a preguntar. -¿Y quién carajo es?-
El guardia, con voz firme y autoritaria, soltó un nombre que hizo que todos en el lugar se quedaran en silencio: -Luca Bianchi-.
El cabecilla de los matones tragó saliva con dificultad. El nombre de Luca Bianchi era conocido por todos. Era un hombre poderoso y temido en el mundo de la mafia. Sabían que no debían meterse con él, y menos con sus intereses.
Los otros matones también parecieron temblar ante el nombre. Sabían que estaban en un terreno muy riesgoso. El cabecilla intentó parecer más tranquilo de lo que se sentía. -De acuerdo, de acuerdo, entendimos. No queremos problemas con él.-
Los guardias mantenían sus armas apuntando hacia los matones, asegurándose de que no intentaran nada más. El cabecilla de los matones levantó las manos en señal de rendición.
-Nos vamos, no intentaremos nada, solo déjennos ir- suplicó, su tono de voz era más asustado que arrogante ahora.
El guardia, obediente a las órdenes de su superior, hizo un gesto con la barbilla hacia los matones. -Váyanse. Y no vuelvan a molestar a nadie de la familia Bianchi.-
Los matones no necesitaron más instrucciones. Rápidamente dieron media vuelta y se alejaron a toda prisa por el callejón, aliviados de escapar con vida. Los guardias se mantuvieron alerta hasta que los matones desaparecieron de la vista.
Emily y Sophia estaban en estado de shock, con los ojos muy abiertos y el corazón acelerado por la situación que acababa de pasar. El hombre alto y robusto que las había protegido se dio la vuelta y les miró con atención. Estaba completamente oculto por una máscara, pero aún así emanaba una presencia poderosa y misteriosa.
quien eres tu?- pregunto emily cuando el la sostuvo para que no se caiga, estaba borracha y el la miro
El hombre la sujetó por la cintura para que no se cayera, la acercó un poco a él para estabilizarla, y la miró con ojos oscuros y penetrantes. Su voz era profunda y grave, pero también extrañamente tranquilizadora.
-Soy Luca Bianchi-, dijo con calma. -Tú debes ser Emily-
-¿como? ¿como sabes mi nombre?
Él la siguió sujetando con firmeza y mantuvo su mirada en ella.
-Tengo mis fuentes-, dijo simplemente. Sus ojos la examinaron de arriba abajo, analizando su estado de embriaguez. -Estas algo borracha, querida-
Emily no estaba segura de cómo sentirse con la forma en que él la llamaba -querida-. Su presencia era intensa y desconcertante, pero también extrañamente confortante.
-Estoy bien- intentó decir, aunque el alcohol la hacía tropezar en sus propias palabras.
Luca la miró con una ceja levantada, no del todo convencido por su afirmación. -Claro que lo estás. Puedes apenas mantenerte en pie sin ayuda-.
Emily se avergonzó un poco de su estado y quiso defenderse, pero las palabras se le enredaban en la garganta. El alcohol hacía que su cabeza diera vueltas, y solo podía mirarlo con los ojos vidriosos.
Luca mantuvo su mano firme en su cintura, manteniendo su equilibrio. Su tono era calmado pero firme, y no estaba dispuesto a soltarla. -Necesitas sentarte y descansar un poco, cariño-.
El apodo cariñoso sonaba extraño viniendo de un hombre que prácticamente era un desconocido, pero también había algo reconfortante en él. Emily se apoyó en él, demasiado mareada para discutir. La firmeza de su mano en su cintura y su presencia dominante la hicieron sentirse extrañamente protegida.
-dejare que alguien lleve a tu amiga, yo te llevo a tu casa- dijo el
Emily no pudo evitar asentir levemente, demasiado cansada y mareada para protestar. El hombre, Luca, parecía tan decidido que incluso en su estado, ella sabía que no iba a cambiar de opinión. Además, la idea de volver a casa e irse a la cama sonaba muy bien en ese momento.
Luca se volvió hacia los guardias y les habló con autoridad. -Acompañad a la amiga de la señorita a casa. Yo llevaré a la señorita Emily-.
Los guardias asintieron, obedientes ante las órdenes de Luca. Uno de ellos se acercó a Sophia, quien todavía tenía problemas para mantenerse en pie, y la ayudó a mantenerse derecha. Sophia le lanzó una última mirada a Emily, un poco preocupada pero también aliviada de que estuviera en buenas manos.
-yo.. yo no te conozco, no haras nada a mi amiga verdad?
Luca mantuvo su mano firme en la cintura de Emily, asegurándose de que ella se mantuviera erguida. Su expresión era seria pero calma ante la pregunta de Emily.
-No te preocupes por tu amiga- respondió con tono grave pero seguro.-Mis hombres se aseguraran de que llegue a casa a salvo. Y en cuanto a ti, te llevaré a tu casa en persona. Puedes estar tranquila-.
Emily se sintió un poco aliviada al escuchar sus palabras, pero no podía evitar sentir una sensación de nerviosismo. Este hombre, Luca, era un total desconocido, y ahora estaba a punto de llevarla a casa, estando ella en un estado vulnerable y desinhibido.
Sin embargo, a pesar de sus dudas, Emily se daba cuenta de que no tenía muchas opciones en ese momento. Estaba demasiado mareada para protestar y demasiado cansada para discutir. Además, la firmeza con la que él la sujetaba la hacía sentir extrañamente segura.
-¿no te aprovecharas cierto?
Luca mantuvo su mirada en ella, con un toque de irritación en sus ojos.
-No soy ese tipo de hombre-, respondió con tono serio. -No voy a aprovecharme de ti en este estado. Te llevaré a tu casa, te pondré en tu cama y me iré. Eso es todo-
Emily lo miró, intentando adivinar si estaba siendo sincero. Su mirada intensa y su tono de voz tranquilo le hacían creer que él decía la verdad, pero aún así, la desconfianza se colaba en su mente embotada por el alcohol.
Luca, como si hubiera notado su duda, siguió hablando, intentando disipar sus dudas.
-Te lo prometo, no te haré ningún daño. Mi único objetivo es asegurarme de que llegues a casa a salvo- dijo con un tono más suave -Y créeme, no tengo ningún interés en aprovecharme de una mujer ebria. No es mi estilo-.
Emily se debatía entre la desconfianza y la urgencia de sentirse protegida. A pesar de que él era prácticamente un desconocido, su presencia era tan dominante y segura que no pudo evitar sentirse un poco atraída por él.
-Está bien-, respondió finalmente, con un suspiro resignado. -... confío-.
Los ojos de Luca parpadearon ante su respuesta, y por un momento, su rostro se suavizó visiblemente. Él pareció sorprendido por su confianza, pero se recuperó rápidamente y simplemente asintió, con una leve sonrisa en los labios.
-Bien-, respondió él, acomodando su sujetó en su cintura. -Entonces, vamos-.
Emily se dejó llevar por él mientras se encaminaban hacia su coche. Su cabeza seguía dando vueltas por el alcohol y la confusión de la situación, pero de alguna manera se sentía protegida y en manos seguras. Luca la escoltó hasta el asiento del copiloto, abriéndole la puerta y ayudándola a entrar con cuidado.
Emily se hundió en el asiento, sintiendo la comodidad del coche mientras él se acomodaba en el asiento del conductor. El coche se puso en marcha y el silencio llenó el interior. Emily cerró los ojos unos momentos, dejando que el movimiento suave del coche la calmara un poco.
Emily se hundió en el asiento, sintiendo la comodidad del coche mientras él se acomodaba en el asiento del conductor. El coche se puso en marcha y el silencio llenó el interior. Emily cerró los ojos unos momentos, dejando que el movimiento suave del coche la calmara un poco.
Luca conducía en silencio, manteniendo su mirada enfocada en la carretera. A veces, echaba un vistazo a Emily, quien estaba medio adormilada en el asiento del copiloto. Su aspecto desaliñado y desinhibido por el alcohol le daban un aire vulnerable, pero también la hacía parecer más... atractiva.
Luca apretó los dientes al darse cuenta de hacia dónde llevaban sus pensamientos. Se reprendió mentalmente por tener ese tipo de pensamientos sobre una mujer que acababa de conocer y que, además, estaba borracha y en un estado vulnerable. Él no era ese tipo de hombre. Pero, por algún motivo, no podía evitar sentirse atraído por ella, sin importar cuánto lo intentara negar.
emily se durmio, luca no le pregunto su direccion pero sorprendentemente sabia donde vivia
Mientras Emily dormía, Luca manejaba el coche en silencio, sus pensamientos aún enfocados en ella. A pesar de que apenas la había conocido hacía unas horas, no podía sacarla de su mente. Intentó concentrarse en la carretera, pero su mirada seguía volviendo hacia ella, durmiendo tranquilamente en el asiento del pasajero.
Luca sabía dónde vivía Emily, aunque no le había preguntado. había investigado un poco antes de encontrarla.
Continuó manejando, sus pensamientos seguían cruzando su mente.
era que años atrás ella lo había ayudado cuando estaba en la calle, ¿ella no lo recordaba?
Luca recordaba claramente la noche en que se había encontrado con ella. él estaba en una situación desesperada, sin un lugar a donde ir y sin nadie que lo ayudara. Y entonces apareció Emily, con su sonrisa amable y sus ojos sinceros, y le ofreció su ayuda sin pedir nada a cambio. Le dio un poco de dinero, comida y una palabra amable. Fue la primera vez que alguien se preocupo por él, y era algo que nunca olvidaría.
El corazón de Luca se llenaba de nostalgia y gratitud cada vez que recordaba esos momentos. Era extraño cómo el destino lo había llevado a cruzarse de nuevo con ella, aunque en muy distintas circunstancias.
Emily seguía durmiendo tranquilamente en el asiento del pasajero, completamente inconsciente de la conexión que estaba empezando a surgir entre ellos.
El silencio volvió a inundar el auto, solo roto por el suave ronquido de Emily en el asiento del pasajero. Luca se permitió sonreír levemente al escucharla roncar, era una vista inesperadamente tierna en una mujer adulta y borrachita.
Luca se centró de nuevo en la carretera, intentando dejar de observar a su pasajera dormida. Pero la pregunta no salió de su mente.
-Por qué diablos desapareciste de repente?- pensó en silencio.
El recuerdo de aquella noche que ella lo había ayudado seguía resonando en su mente. Él siempre intentó encontrarla, pero su rastro simplemente se había esfumado. Luca intentó buscarla en todos los sitios posibles, pero fue como si la tierra la hubiera tragado. Durante años, se preguntó qué había pasado con ella, dónde estaba y si acaso se acordaba siquiera de él.
Y ahora, de repente, estaba allí, durmiendo en el asiento de su coche, borracha y desinhibida.
La ironía le hizo soltar una risa ahogada. ¿Qué eran las posibilidades de volver a encontrarse de esta manera? ¿Fue una coincidencia, un giro caprichoso del destino? Él nunca había creído en esas tonterías, pero en ese momento se le hacía difícil explicarlo de algún modo más racional.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 21 Episodes
Comments
Cuquy De Cristofano
interesante trama.
2025-10-09
0