Hoy es un día complicado, han pasado algunos días después de aquel encuentro con el subgerente, y como siempre aún lo veo tras bambalinas, es decir, lo veo de reojo de vez en cuando merodear por todo el supermercado, vigilando, siempre alerta con un puñado de papeles en sus manos de un lado a otro.
Ayer me tocó estar en el cierre, salí super tarde, y hoy me tuve que levantarme temprano porque me toca apertura. Como pude me levanté de mi cálida y cómoda cama, me coloqué mi uniforme y salí de mi cuarto hecha un zombie, tome un vaso de leche y unas cuantas galletas y después de terminar de arreglarme para lucir un poco más despierta me fui al supermercado.
Cuando llegue a la entrada del personal, tome mis herramientas de trabajado de mi Locker (libreta de códigos, bolígrafo, atomizador y franela), cheque mi hora de entrada y me dirigí a mi departamento, iba tan campante hasta que lo ví.
Él como todos los días, traía su camisa distintiva de directivo, totalmente planchada, su cabello estilizado y acomodado hacía atrás perfectamente peinado, en fin, estaba impecable.
Al estar casi tan cerca, trate no ser una mal educada.
—Buenos días— saludé con la mayor simpleza que podía imprimir en mi voz.
—Buenos días— respondió en asintiendo con su cabeza, ¡Oh por dios me saludo! ¡Yeih!.
Y ojalá todo hubiera terminado ahí, con eso abría estado más que feliz el resto del dia hasta que volví a escuchar su voz.
—Señorita— me llamo estando él a espaldas de mi, yo me gire al instante para mostrarle mi atencion— ¿Va a entrar con su bolso?—
No puede ser. Dime qué NO ESTA PASANDOMEEEEEE!!!!. mire por el rabillo del ojo mi hombro y efectivamente había entrado a la tienda con mi bolso colgando del hombro cuando debía de haberlo dejado en mi Locker. Quería que la tierra me tragara y me asfixiara ahí a dentro y no me dejase salir nunca para no verle la cara de la vergüenza.
Mi piel trigueña se hizo roja de la vergüenza y respondí torpemente como pude.
—No... yo... lo olvide— ya estaba caminado lo más rápido posible para regresar a la entrada de personal pero él seguía cerca de mi y yo ya no quería verlo.
—¿No le dijeron de debía dejar su bolso en un Locker?— siguió cuestionando me y ví como una sonrisa se asomaba por la comisura de sus labios.
—Eh... Si... si me dijeron... fue un...se me olvido—intente defenderme pero obviamente era inútil.
—¿Si le asignaron un Locker?— me interrumpió, que acaso piensa seguir haciéndome preguntas, le divierte mi torpeza y puedo notarlo, eso no hace más que llenarme de vergüenza.
— Si.. ya voy a dejarlo— le respondí, antes de que yo aún siguiera mi camino el se detuvo en las puestas automáticas para iniciar con la apertura y pude ver su sonrisa, claro que le divertía mi situación incómoda, y por esos milisegundos me sentí afortunada pero volví a mi realidad y corrí a la entrada de personal con miedo a taparme con él cuando volviera a mi departamento.
Llegué hasta mi Locker y lo primero que hice fue colocar mi bolso lo más adentro del Locker, no sabía que hacer, me daba risa y a la vez nervio. Pero que estúpida soy, estaba tan dormida. Y me vine a topar precisamente con él. Todo iba bien de no ser por ese estúpido bolso.
Cerre mi Locker de un solo golpe, y con pasos apresurados me dirijo a la puerta por dónde vamos a los departamentos de la tienda, mire por la ventanilla y no se veía cerca.
Era mi momento de actuar, no quería verlo nunca más después de eso. Era demasiado vergonzoso para mí. Salí disparada por la puerta y con pasos presurosos me dirigí a mi departamento. Por fortuna no me lo encontré en el camino.
El resto del día me concentre en solo cobrar, no se cuantas veces el Señor Varela habrá pasado por el departamento ese dia, estaba decidida a ignorarlo.
Hasta que por desgracia, una de mis compañeras lo necesitaba para un tipo de venta y tuvieron que llamarlo. Para mí fortuna, quien lo necesitaba era una compañera que se encontraba atrás de mi asique no lo vería por completo.
Pero les mentiría si digo que no lo ví, claro que lo ví, pero solo cuando ya estaba el aún lado de mi compañera, fue una vista simple como cuando miras a tu alrededor. Y de inmediato regrese mi mirada a mi lugar de trabajo.
En el resto del turno ya no lo volví a ver o al menos no me percate de su presencia.
Para cuando termine el turno, la vergüenza por lo que me había ocurrido en la mañana ya se me había pasado un poco pero aún así no quería verlo. Nunca he soportado que la gente haga bromas sobre mi, se burle de mi y se ría por ello. Así que no soportaría que él también se divirtiera de mis torpezas. Aún qué, el verlo sonreír fue maravilloso. Pensaba que siempre era una persona muy seria y no reía jamás en el trabajo.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 27 Episodes
Comments
Agueda Monroy
Me ha gustado mucho espero que siga disfrutando de sus ocurrencias gracias
2021-05-15
0