Eh estado tratando de no prestar tanta atención al Señor Varela, trato de mantenerme ocupada, se perfectamente que todas las empleadas lo consideran muy atractivo, así que imagino que debe estar acostumbrado a tener miradas acosadoras e incluso algo intensas. Si yo estuviera en su lugar, no soportaría tener tantas miradas encima de mi, no solo por el hecho de ocupar el puesto que lleva, si no que, como ya lo dije, es una persona difícil de ignorar a simple vista.
Estube así todo el primer mes, lo veía de ves en cuando caminar por mi departamento, dirigirse a otro, rara vez pasaba a línea de cajas, había días en que no lo veía para nada y me preguntaba si saldría de vacaciones.
Me encontraba tirada en mi cama teniendo todos esos pensamientos en mi cabeza y a la vez otros que me atormentaba más. La inseguridad, la depresión y la ansiedad eran la sensación en mi organismo.
Antes de entrar a trabajar no hacía otra cosa que concentrarme en mis estudios y nada más, así que para cuando se acercó la culminación de mi carrera estaba hecha un caos. Llena de preguntas infinitas sobre que haría con vida. Mi madre tiene problemas de salud que no sabemos si se podrán solucionar, Mi padre decidió intentar ser Feliz con alguien más después de 20 años de matrimonio. Mi abuelita, a quien consideraba una madre, había fallecido ya hace algunos años. Y un sin fin de situaciones que prefiero no mencionar porque son muy dolorosas, su pongo que lo sabrán más adelante.
Y mi novio, Josué, con el nuevo trabajo era difícil poder verlo y a veces parecía que lo único que yo quería era no verlo más. Con algunos sentimientos en contra dentro de mi y situaciones poco favorables para él, me hacían cuestionarme sobre la continuidad de esa relación. Seis años, de los cuales tres solo nos veíamos una vez a la semana y los otros dos una hora al día, y este año igual que los primeros tres. Es fácil decir que hay amor si solo nos vemos de a ratos. Y es fácil decir que con esos ratos ya se puede tener una vida juntos, pero la verdad es que no. Eso no significa que no lo ame pero suelo dudar del amor que él jura tener por mi.
Si supieran, pocas veces nos hemos peleado, pero con esas veces me a roto el corazón, con esas veces me he sentido humillada. Muchos dirán que no es para tanto, y posiblemente sea así, parte mi personalidad es el orgullo y que lo haya echo aun lado es como si me hubiese humillado yo misma y pensar así me hace creer que efectivamente no es para tanto, pero luego veo a las demás mujeres, mujeres que pierden el valor de si mismas. Y me doy cuenta de que le he aguantado mucho y de que a veces siento que lucho yo sola por mantener a flote está relación y estoy cansada de eso.
—¡Marlia!— la voz de mi madre retumba en las paredes de mi cuarto—¡Se te hará tarde!— volvió a gritar mi madre sacándome de mi ensimismamiento.
Cómo pude me levanté y me arregle para otro día más en el supermercado.
~•~
El día cobrando va normal, hay poca gente en el súper, así que estoy muy aburrida. Siempre quiero aprender a hacer cosas nuevas y la monotonía no es lo mío. Cómo yo no tenía clientes, me dispuse a limpiar mi caja, y ordenar las cosas lo mejor posible para mí, estaba concentrada en eso cuando me percató de que mi jefe se hacerca con unas cuantas hojas en sus manos.
—Marlia, hazme un favor y apaga tu caja— al escucharlo hablar me enderece en seguida y apague el faro que indica que mi caja estaba disponible.
—Digame— respondí de lo más dispuesta.
—Necesito que vallas a atención a cliente, pidas una engrapadora y pegues estos volantes en el pizarrón que tenemos afuera— dijo él jefe extendiéndose los papeles para que yo los tomara. —Solo ten cuidado de no caerte.
—Genial, voy ya mismo— dije entusiasmada con la idea, al fin haria algo que no fuese cobrar.
Caminé rápidamente hasta llegar a atención a cliente y solicite la engrapadora, la tomé entre mis manos junto con los volantes y me dirigí a la salida, justo aún costado, estaba colgado un pizarrón alfombrado de color verde, colgando de la barda del supermercado, por debajo de el se encontraba una banca hecha de cemento a lo largo de toda la barda para que la clientela pudiera tomar haciendo en caso de que tuviera que esperar algún transporte.
El pizarrón aún contenía restos de los volantes que avían colocado anterior mente asique me di la tarea de quitarlos, ya que estuve satisfecha, me trepé a la banca, está era muy angosta asique se me hacía difícil poder pegar los volantes muy arriba, un movimiento en falso y podría caer. Estaba en eso cuando oí las puertas automaticas de la salida del súper, abrir y cerrar. No me percate de quién se trataba por qué intentaba colocar un volante cuando casi resbalaba de la banca pero logré recuperarme para no caer y continuar colocando el volante, hasta que escuche su voz.
—No valla a caerse— me quedé quieta como una estatua y pude ver por el rabillo del ojo como pasaba por mi lado, comiendo una rebanada de pastel, al parecer uno de mis compañeros había cumplido años. Y lo primero que pensé cuando le ví fue "solo que cayera en sus brazos no habría ningún problema" pero no le dije nada estaba tan trabada y nerviosa que no sabía que responder
—No— respondí de forma apresurada y nerviosa, termine de colocar el volante y baje de un brinco de la banca para tomar los volantes que aún me faltaban por poner, para colocarlos ya no necesitaba subirme a ella, bastaba con estirar mi brazo. para cuándo termine obviamente el ya no estaba. Yo creí que lo encontraría aún merodeando por ahí pero no.
Tomé la engrapadora una vez más y me dispuse a entrar a la tienda para continuar cobrando. No paraba de pensar en lo que me había cruzado por la mente, la idea de caer en sus brazos hubiera si do de película y a la vez demasiado vergonzoso, soy una mujer muy torpe y no hubiera podido verlo ni una vez más.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 27 Episodes
Comments
Maria del Rosario Huerta Pineda
m gusta la trama
2021-07-01
0
Maria del Rosario Huerta Pineda
interesante
2021-06-22
0