Zoey abrió los ojos como platos y se echó para atrás en su asiento.
Yo, en cambio, lo miré como si fuera transparente.
Brooke
¿Te perdiste?
Brooke
La mesa de los "chicos malos que buscan atención" está allá.
Dije, señalando sin mirarlo directamente. Noah no se inmutó.
Noah
Solo pasaba a saludar.
Noah
Y tal vez a preguntarte si estás bien.
Noah
El otro día saliste corriendo como si hubieras visto un fantasma.
Brooke
¿O como si me hubiera besado con un error?
Solté, antes de poder contenerlo.
Sus cejas se alzaron, divertido. Como si cada palabra mía fuera combustible para su fuego personal.
Noah
¿Y eso qué significa?
Noah
¿Qué ahora el error anda celoso de otras chicas?
Brooke
Haz lo que quieras con quien quieras, Noah.
Le dije, clavándole la mirada.
Brooke
No eres asunto mío.
Brooke
Y si esperas que me afecte lo que haces con... ella, vas a quedarte esperando sentado.
Se acercó un poco más, esa maldita sonrisa aún en su rostro.
Noah
Entonces...
Noah
¿No estás celosa?
Algunas cabezas ya estaban giradas hacia nosotros. Murmullos. Curiosidad. Y eso fue todo.
Agarré mi botella de refresco, con calma. La levanté. Y sin siquiera pestañear, se la vacié encima. Completa.
Todo su peinado perfectamente descuidado. Su chaqueta. Su cara de idiota encantador. Un silencio sepulcral se apoderó del comedor. Solo se escuchaba el goteo del líquido cayendo al suelo.
Brooke
Ups.
Dije, dejando la botella en la mesa.
Brooke
Creo que sí estoy un poquito celosa.
Y me levanté. Caminé recto, sin mirar atrás, aunque podía sentir su mirada clavada en mí. Y también su risa.
Porque sí. Se estaba riendo.
El idiota empapado, se estaba riendo. Y yo... bueno, mi corazón iba al triple.
Pero al menos, esta vez, me había ido yo primero.
________
Noah
La mayoría de la gente se habría enojado.
Quiero decir... me tiró una botella entera de refresco encima. Frente a media escuela. Podría haber hecho un escándalo, gritado, lanzado algo de vuelta. Pero no. Yo me reí.
Porque esa chica... me vuelve loco. Y no de la forma superficial en la que me vuelven loco otras. Lo de Brooke Anderson es otro nivel. Ella no quiere llamar la atención, pero cada cosa que hace me atrapa más.
La manera en que me ignoró. Esa mirada cortante. Y luego, bum, toda la furia contenida en un solo acto de guerra dulce y pegajosa.
Estaba empapado, sí. Pero lo único que pensaba mientras me secaba con la manga era: Dios, está perdiendo el control... y eso es buena señal. Mis amigos me miraban como si hubiera perdido la cabeza.
Eli
¿Estás bien, bro?
Preguntó Eli, con la mitad de una hamburguesa en la boca.
Eli
Parece que acabas de salir de una pelea con una máquina expendedora.
Noah
Estoy perfectamente.
Le respondí, sonriendo de lado mientras me sacaba la chaqueta.
Noah
Mejor que nunca, en realidad.
Porque eso, eso, fue más que un berrinche. Fue una declaración. Brooke estaba sintiendo algo, aunque no quisiera admitirlo. Y ese beso, esa tensión... no fue solo un momento de debilidad.
Fue el comienzo de algo.
Y sí, puede que ella crea que todavía puede mantener esta farsa de "enemigos mortales" conmigo, pero después de hoy, ya no hay vuelta atrás.
La reina del hielo tiene grietas. Y yo pienso colarme por cada una de ellas. No por orgullo. No por el reto. Si no porque, maldita sea... cada vez que se aleja, quiero ir detrás.
Cada vez que me mira como si me odiara, lo único que quiero es acercarme más.
Porque Brooke me hace sentir algo. Algo real. Algo que no se borra con otra chica, ni con un cigarro, ni con una fiesta. Ella me da ganas de pelear... y de quedarme. Y eso no me pasa con nadie.
Así que sí. Me empapó frente a todos. Se fue como si tuviera la última palabra.
Pero esto no ha terminado.
Ni de cerca.
_____
Brooke
La próxima vez que sienta la necesidad de lanzarle una botella de refresco a alguien, voy a atarme las manos.
No había pasado ni media hora desde el incidente y ya era trending topic en los pasillos. No oficialmente, claro, pero las miradas, los murmullos, las sonrisitas escondidas hablaban por sí solas.
-¿Fue un arranque de ira?
-¿Estaban discutiendo por celos?
-¿Noah y Brooke? ¡Imposible!
-¿Y si es un rollo de esos tóxicos que terminan en boda?
Boda. Por Dios. El drama escolar no conocía límites.
Me pasé el resto del día esquivando preguntas, cambiando de ruta en los pasillos y evitando cualquier espacio donde pudiera cruzarme con Noah. Es decir, él seguro estaba disfrutando cada segundo de esto. Podía imaginármelo: con esa sonrisa de medio lado, contándole a sus amigos cómo "la chica perfecta perdió el control por él". Y lo peor es que, de algún modo... era verdad.
Pero lo que no esperaba era que él contraatacara.
Al día siguiente en la hora del almuerzo, entré al comedor preparada para ignorar a todos. Fui directa a la máquina expendedora, con mi mente ya en piloto automático. Pero cuando me giré hacia las mesas... Todos lo vieron.
Un cartel gigante, colgado en la pared central del comedor. Hecho con una sábana blanca y letras negras. Decía:
"Atención: Zona de riesgo emocional. Podrías ser alcanzado por un refresco si te acercas a la Reina del Hielo."
Debajo, una caricatura ridícula de mí con una botella en alto y una expresión furiosa. Y al pie, escrito con marcador rojo:
"Patrocinado por el Club de Sobrevivientes de Noah Carter."
La mitad del comedor estalló en risas. Yo me quedé congelada. Y él, claro... estaba en su mesa. Viéndome. Sonriendo.
No burlonamente. No de forma cruel.
Divertido. Como si acabara de mandarme una carta de amor disfrazada de provocación. Zoey casi se ahoga con su soda.
Zoey
Dios...
Zoey
Estoy en un episodio de tu vida emocionante y necesito palomitas.
Yo solo quería evaporarme. Pero no. No iba a darle esa victoria.
Me giré con la cabeza en alto, caminé hasta su mesa sin pestañear, y me detuve justo frente a él. Su sonrisa se amplió.
Noah
¿Te gustó mi cartel?
Noah
Lo hice con amor.
Brooke
¿Sabes qué, Noah?
Brooke
No sé si estás tratando de ser gracioso o patético.
Noah
¿Y tú?
Noah
¿Sigues negando que te importo?
Silencio
Lo odiaba.
Lo odiaba por cómo me conocía. Por cómo sabía justo dónde empujar. Por cómo... me miraba.
Brooke
No voy a jugar este juego.
Le dije al fin.
Noah
Lástima.
Respondió, inclinándose hacia mícon esa mirada oscura, intensa.
Noah
Porque tú lo empezaste, princesa.
Me alejé antes de que pudiera decir algo más. Con el corazón en la garganta.
Y sí, tal vez esa sonrisa tonta me siguió el resto del día.
Pero no. No iba a caer otra vez.
O al menos... eso me repetímientras caminaba más rápido.
Comments