Capítulo 2

Brooke
Lo odio desde que teníamos diez años.
Era el niño nuevo, el que llegó al campamento de verano con una sonrisa desafiante y una cicatriz en la ceja. Yo llevaba mis cuadernos de actividades, mis lápices de colores perfectamente ordenados, y mi idea de que ese verano iba a ser perfecto. Hasta que él apareció.
La primera vez que hablamos, me robó el puesto en la fila para los helados. Dijo que "la vida no tiene filas, princesa". La segunda, empujó mi castillo de arena solo porque "estaba muy simétrico y daba miedo". La tercera vez, me ganó en una competencia de natación y se burló de mí durante días. Fue cruel. Infantil. Intolerable.
La cuarta vez fue en un lago cuyo momento no quiero recordar.
Y, aun así, cuando nos tocó sentarnos juntos la última noche del campamento durante la fogata, me ofreció su chaqueta porque hacía frío. Y no se burló. No dijo nada. Solo me la puso sobre los hombros y se quedó callado.
Desde entonces, Noah Carter fue eso: el error que se metía en mis planes, el chico que me hacía perder el control, el nombre que no quería escuchar... pero que nunca olvidé.
Dormí mal.
Y no porque tuviera tarea acumulada o porque Amber haya dicho que mañana ensayaremos con pesas en los tobillos (aunque eso también debería quitarle el sueño a cualquiera). Dormí mal porque no podía dejar de pensar en la maldita moto.
En sus manos, sus dedos rozando los míos. En cómo se sintió tener mis brazos alrededor de su cuerpo, como si eso fuera lo más natural del mundo. Como si lo hubiéramos hecho mil veces. Y, lo peor, no fue solo físico. Fue ese silencio. Cómodo. Cargado. El tipo de silencio que no se tiene con cualquiera. El tipo de silencio que dice más que un discurso.
Me desperté tres veces en la noche. La última fue justo después de soñar con su voz. Esa voz que detesto porque es grave, rasposa y maldita sea, sexy.
¿Por qué tiene que sonar así?
Como si todo lo que dijera pudiera derretirme los huesos si no estoy prestando atención. Intenté sacarlo de mi cabeza.
Me vestí, desayuné, repasé mi discurso para la asamblea del viernes, revisé mi lista de tareas tres veces. Pero ahí estaba él. Flotando en mi mente como una canción pegajosa que no pedí escuchar. En el pasillo, camino hacia mi casillero, lo vi.
Claro que lo vi.
Chaqueta negra, auriculares colgando del cuello, mochila medio abierta y una expresión de "me importa todo una mierda". Algunas chicas lo miraban como si acabara de salir de un video musical. A otras, les escuché susurrar cosas como "¿lo viste anoche con Brooke?". Genial. Los rumores corren más rápido que el Wi-Fi en esta escuela.
Él me vio también.
Y sonrió.
No una sonrisa completa, no. Una de esas que apenas tuercen una comisura del labio, como si compartiéramos un secreto. Y eso me molestó más de lo que debería.
Noah
Noah
Anderson.
Saludó, cuando pasé a su lado.
Brooke
Brooke
Carter.
Respondí, sin detenerme.
Mi corazón estaba latiendo demasiado rápido. ¿Por qué? No había pasado nada. Nada real, al menos. No me había besado. No habíamos hablado de nada importante. Solo fue un gesto, un maldito casco, un viaje en moto.
Pero algo dentro de mí... cambió.
Llegué tarde a la primera clase por primera vez en meses. Olvidé entregar una hoja de cálculo. Mi mejor amiga, Zoey, me miró con ojos entrecerrados durante el almuerzo.
Zoey
Zoey
¿Qué pasa contigo hoy?
Zoey
Zoey
Estás como... desenfocada.
Brooke
Brooke
Nada.
Mentí, removiendo mi ensalada sin hambre.
Brooke
Brooke
Solo dormí mal.
Zoey
Zoey
¿Es por el ensayo?
Zoey
Zoey
¿O por cierto motociclista con cara de villano de película?
Brooke
Brooke
¡Zoey!
Susurré, mirando alrededor.
Zoey
Zoey
¿Qué?
Zoey
Zoey
Es un crimen tener ojos ahora.
Zoey
Zoey
Además, tú lo miras como si quisieras... no sé.
Zoey
Zoey
Besarlo o matarlo.
Zoey
Zoey
No estoy segura cuál.
Brooke
Brooke
No quiero hacer ninguna de las dos cosas.
Otra mentira.
Porque sí quiero. Y eso me da miedo.
Después de clases, fui directo al salón del consejo estudiantil. Tenía papeleo que entregar y una reunión con el director para discutir el presupuesto del evento de otoño. Diez minutos antes de entrar, me encontré revisando mi reflejo en la ventana del pasillo. ¿Siempre me había tocado tanto el cabello? ¿Siempre me fijaba en si tenía los labios resecos?
Dios. Esto es patético.
Al salir de la reunión, me topé con él de nuevo. En la entrada. Como si me estuviera esperando
Brooke
Brooke
¿Me estás siguiendo ahora?
Le pregunté, cruzando los brazos.
Noah
Noah
Solo pasaba por aquí.
Noah
Noah
El destino y eso.
Brooke
Brooke
¿Y el destino también hace que te recuestes de mi casillero como si vivieras ahí?
Él sonrió. Ese tipo de sonrisa que no se enseña, que nace con las personas que saben que pueden romper reglas y salirse con la suya.
Noah
Noah
Tal vez el destino quiere que aceptes a salir conmigo.
Reí. Seco. Incrédula.
Brooke
Brooke
¿En qué universo eso va a pasar?
Noah
Noah
En este.
Respondió, inclinándose un poco hacia mí.
Noah
Noah
Solo es cuestión de tiempo.
Y en ese momento, lo supe.
Noah Carter iba a convertirse en mi ruina. O en mi salvación.
Y eso, sinceramente, no sé si quiero descubrirlo.
__________________
Mi vida está diseñada para no desordenarse.
Eso lo aprendí desde pequeña, cuando mi madre solía repetir que "una chica organizada puede con todo". Así que, desde entonces, he tenido horarios, listas, planes. Sé qué quiero, cuándo lo quiero, y qué pasos debo seguir para conseguirlo. Pero no hay plan de contingencia para un Noah Carter.
No hay ítem en mi checklist que diga: manejar el error hormonal causado por idiotas en motocicleta con sonrisa peligrosa. Y sin embargo... ahí estaba. Apareciendo como una notificación constante en mi cabeza, interrumpiendo todo lo que debería importar. Intenté ignorarlo. Lo juro.
Estudié hasta tarde, me perdí en la preparación del evento de otoño, le ofrecí tutorías a primera hora a dos chicos del club de debate. Pero incluso en eso, lo escuchaba. Esa voz suya. Ese maldito "princesa" arrastrado que me irrita y me revuelve el estómago al mismo tiempo.
Y lo peor es que él lo sabe.
Sabe que me afecta.
Porque cada vez que me cruzo con él en el pasillo, se le nota en la mirada. Como si disfrutara ver cómo me esfuerzo por parecer indiferente. Como si pudiera leerme, descifrar cada gesto por debajo de la fachada de "yo tengo el control". Y sí, lo admito: me da miedo que lo esté logrando.
Esa tarde, durante la reunión de planificación, mientras los demás debatían sobre el color de las luces para el baile, yo solo podía pensar en una cosa: anoche soñé con él otra vez. No fue un sueño romántico. Fue peor.
Fue uno de esos sueños incómodos en los que él se colaba en mi cuarto, se sentaba al borde de mi cama con esa expresión burlona... y no decía nada. Solo me miraba. Y lo más perturbador fue que, en el sueño, yo no lo echaba.
Le sonreía.
Como si verlo ahí tuviera sentido.
Sacudí la cabeza, enfocándome en los números del presupuesto.
Noah Carter no tiene sentido. No encaja en mi mundo. Es solo un glitch. Un error temporal. Un recuerdo mal procesado de la infancia que ahora ha decidido colarse en mi vida como si tuviera derecho a quedarse. Pero entonces, esa noche, ocurrió algo que lo cambió todo.
Estaba saliendo del gimnasio, después del ensayo nocturno. Mis piernas estaban cansadas, el cabello aún húmedo por la ducha rápida, y la sensación de soledad se colaba en mis huesos. Era tarde, más de lo habitual. Caminé por el estacionamiento oscuro con las Ilaves firmemente en la mano, como mi madre me enseñó.
Y ahí estaba él. De nuevo.
Apoyado en su moto. Como si el universo lo plantara estratégicamente en cada punto vulnerable de mi día.
Brooke
Brooke
¿Vas a empezar a cobrar por aparecer en cada uno de mis finales de jornada, o esto viene gratis?
Dije, intentando sonar sarcástica.
Noah
Noah
Depende.
Noah
Noah
¿Valgo la pena?
Replicó sin moverse.
Brooke
Brooke
Ni para un cameo.
Sonrió. Claro que lo hizo. Porque eso hace. Se alimenta de mis intentos de sarcasmo como si fueran caramelos.
Brooke
Brooke
¿Qué haces aquí?
Pregunté, cruzándome de brazos.
Noah
Noah
Esperaba que te olvidaras las llaves otra vez.
Dijo, y alzó las suyas, haciéndolas sonar.
Noah
Noah
Pero ya veo que hoy viniste preparada.
Brooke
Brooke
¿Y si sí me las hubiera olvidado?
Noah
Noah
Te habría llevado de nuevo.
Respondió, bajando la mirada solo un segundo.
Noah
Noah
Sin chistes. Solo... llevarte.
Algo en su tono cambió. Más serio. Más real.
Y eso me desarmó.
Lo odiaba por eso. Por cómo podía pasar de ser una molestia a convertirse en la única persona que parecía ver cuando algo me pesaba. Como si supiera que, debajo de todas mis medallas, mis títulos y mis sonrisas organizadas, también hay días donde solo quiero dejar de fingir.
Y entonces lo hizo.
Caminó hacia mí. Lento. Sin invadir, pero sin pedir permiso tampoco. Y cuando estuvo lo suficientemente cerca, no dijo nada.
Solo alzó la mano.
Y me acomodó un mechón detrás de la oreja.
Tan simple. Tan devastador.
Me quedé congelada. No por miedo. Por otra cosa. Por la certeza brutal de que estaba cayendo.
Y lo peor es que... no quería detenerme.
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Comments

Ailiany Lopez

Ailiany Lopez

creo que se va ir su auto control

2025-06-02

0

isa love

isa love

/CoolGuy//CoolGuy//CoolGuy/

2025-06-04

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