Cuando Zoey me mencionó la fiesta del viernes, dije que no iría. Tenía tareas, ensayos, un resumen de gobierno pendiente, y mil excusas más.
Pero luego pensé: ¿Qué mejor manera de sacarme a Noah Carter de la cabeza que una noche social, luces bajas, música fuerte y cero posibilidades de cruzármelo?
Spoiler: estaba equivocada.
La casa era enorme, prestada por los padres ausentes de alguien que conocía vagamente del club de fotografía. Las luces cambiaban de color, la música vibraba en el piso, y la gente parecía moverse como si todo les importara poco y nada. Muy al estilo de Noah, en realidad. Genial. Ya estaba pensando en él otra vez.
Zoey me empujó un vaso en la mano y me arrastró al centro de la sala.
Zoey
Solo por una noche, Brooke.
Zoey
No seas tú.
Zoey
No controles todo.
Zoey
Solo... fluye.
Brooke
¿Y si no sé fluir?
Zoey
Entonces finge.
Así que fingí. Bailé. Reí. Fingí que no sentía la mirada de algunos chicos. Fingí que no me importaba que uno de ellos intentara invitarme a subir a la terraza a "ver las estrellas". Fingíque todo estaba bajo control.
Hasta que lo vi.
Contra la pared del fondo.
Chaqueta oscura. Una cerveza en la mano. Y esos malditos ojos, fijos en mí como si el mundo entero fuera un chiste y yo la única parte que le interesaba.
Noah Carter.
Por supuesto.
Me giré como si no lo hubiera visto. Como si no lo sintiera. Pero sabía. Sabía que vendría. Que me encontraría. Y sabía que odiaba que una parte de mí... lo estuviera esperando.
Me escondí en la cocina, lejos del ruido y de todos. Me apoyé en la encimera y me serví agua, necesitaba claridad, algo frío, algo normal. Pero no me dieron tiempo.
Noah
¿Huyendo?
Dijo su voz, justo detrás de mí. Tragué saliva. Me di vuelta.
Brooke
¿No tienes una pared en la que recostarte y hacerte el interesante?
Noah
Ya me aburrí de las paredes.
Noah
Ahora me interesan las cocinas con presidentas del consejo estudiantil huyendo de sí mismas.
Brooke
No estoy huyendo.
Noah
Claro que no.
Y entonces ocurrió.
Alguien entró corriendo, buscando un cuarto donde guardar una caja de bocinas o algo así. Una chica borracha tropezó, empujó la puerta... y de pronto, Noah y yo estábamos dentro de lo que parecía una pequeña despensa... y la puerta se cerró de golpe. Click.
Intenté abrirla. Nada.
Brooke
¿Qué demonios?
Dije, empujando con el hombro.
Brooke
¡Está trabada!
Noah probó con más fuerza.
Nada. Rió. Por supuesto que rió.
Noah
Genial.
Noah
Una de esas puertas de seguridad que solo se abren desde fuera.
Brooke
¿Y por qué rayos alguien tendría una puerta así en una casa?
Noah
Tal vez para momentos como este.
Lo miré, fulminante.
Brooke
No.
Brooke
No hay "momentos" aquí.
Brooke
Solo un error logístico.
Noah
Claro.
Dijo, sentándose contra la pared con tranquilidad.
Noah
Pero mientras alguien recuerda que estamos aquí, supongo que estamos...
Noah
Solos.
En un espacio reducido. Con el cuerpo caliente por el baile, el aire cada vez más escaso, y su presencia llenándolo todo.
Intenté mantener la distancia.
Me quedé de pie, con los brazos cruzados. Pero cada minuto que pasaba, el silencio se hacía más denso.
Brooke
¿Por qué estás aquí?
Le solté de pronto.
Brooke
En esta fiesta, digo.
Brooke
Tú odias esto.
Brooke
La música, la gente... lo superficial.
Me miró con algo que no supe descifrar.
Noah
Tal vez vine a ver si tú venías.
Me reí. O al menos eso intenté. Fue un ruido corto, nervioso.
Brooke
No seas ridículo.
Noah
No soy ridículo.
Noah
Soy honesto.
Brooke
Lo tuyo no es honestidad. Es provocación.
Noah
¿Y qué pasa si quiero provocarte?
Preguntó, más bajo.Silencio.
Mi corazón empezó a latir demasiado rápido. Mis manos sudaban.
Brooke
No funcionará.
Dije, apretando los dientes.
Noah
¿Qué cosa?
Brooke
Eso que intentas.
Brooke
Lo de confundirme. Lo de hacer que olvide todo lo que he construido solo porque tú apareces con tus ojitos intensos y tus frases ensayadas.
Él se puso de pie. Se acercó. No demasiado, pero lo suficiente para que el aire entre nosotros se calentara como si fuera agosto dentro de un armario.
Noah
No lo tengo que intentar, Brooke.
Susurró.
Noah
Ya estás confundida.
Quise responder. Quise gritarle. Quise decirle que se equivocaba.
Pero en lugar de eso... me quedé callada.
Porque tal vez... tenía razón.
Porque en ese espacio cerrado, con el calor subiendo por mis mejillas y sus ojos clavados en los míos, el aire se volvió denso. Irrespirable. Y la única cosa clara era él. Su cercanía. Su voz.
El peligro de todo esto.
Brooke
Tú no sabes nada de mí.
Dije al fin, con la voz tensa, casi temblando.
Brooke
No sabes lo que me cuesta mantenerme firme, lo que he tenido que hacer para tener la vida que tengo.
Noah
Tal vez porque te pasas tanto tiempo fingiendo que nada te afecta.
Replicó, bajando apenas el tono.
Noah
Pero sí te afecta, Brooke.
Noah
Y lo peor es que te molesta que yo lo vea.
Brooke
¡Porque no quiero que lo veas tú!
Le solté, sin filtro.
Brooke
No tú.
Brooke
No el chico que arruinó mi cumpleaños número siete empujándome al lago y diciéndole a todos que lloré como una bebé.
Brooke
No el que ha hecho de su rebeldía un show permanente.
Brooke
No tú, Noah.
Él retrocedió un paso. Solo uno. Pero su expresión cambió. Se volvió más seria. Más intensa.
Noah
¿Eso es lo que sigue importando? ¿Lo del lago?
Brooke
No es solo eso.
Brooke
Es... todo.
Brooke
Eres todo lo que intento evitar.
Brooke
Eres la distracción. El caos.
Brooke
El error.
Se acercó. Lento. Con esa calma peligrosa que siempre ha tenido.
Noah
¿Y si el error también es lo único que te hace sentir viva?
Brooke
No digas eso.
Noah
¿Por qué no?
Noah
¿Porque lo sientes?
Noah
¿Porque te da miedo que sea verdad?
Brooke
¡No me da miedo nada!
Noah
Entonces demuéstralo.
Y ahí, justo en esa línea, se rompió algo.
Su mano fue directa a mi cintura, firme pero sin apuro. Su otra mano tocó mi mejilla, como si dudara. Como si me diera el espacio para rechazarlo.
Pero no lo hice.
Ni un paso atrás.
Y entonces, me besó.
No fue suave. No fue dulce.
Fue inevitable.
Como si todo lo que veníamos negando, esquivando y empujando lejos, de pronto se hubiera soltado de golpe. Como una tormenta que llevaba años formándose, y por fin estallaba.
Mis manos volaron a su chaqueta, tratando de empujarlo... o de acercarlo más. Ni yo misma lo sabía. Sentía mi corazón en la garganta, las piernas temblando, el aire robado. Y por un segundo, solo uno... me rendí.
Me permití sentir.
Hasta que lo recordé.
Todo
Lo que estaba en juego. Lo que podía perder. Lo que él era. Lo empujé. Fuerte.
Brooke
No vuelvas a hacer eso.
Dije, con la voz rasgada y el pulso enloquecido.
Noah
No me arrepiento.
Respondió, sin moverse.
Brooke
Pues más te vale que empieces a hacerlo.
Y justo en ese momento, alguien abrió la puerta.
Zoey, riendo, con una lata en la mano.
Zoey
¿Qué demonios?
Zoey
¡¿Estaban aquí todo este tiempo?!
Salí antes de que Noah pudiera decir algo más. Caminé recto al baño, me encerré y me miré en el espejo.
Tenía los labios hinchados. Las mejillas coloradas.
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